Ha querido la casualidad que, en la misma semana, haya visto la miniserie “The Pacific” y haya leído “La canción de los gusanos”, dos productos tan distintos como curiosamente complementarios.
“The Pacific” fue la gran apuesta de la HBO para esta temporada, en formato miniserie televisiva, recién galardonada durante los Emmy con un buen puñado de premios. Heredera de la famosísima y reverenciada “Hermanos de Sangre”, la autoproclamada serie más cara de la historia de la televisión cuenta la II Guerra Mundial desde la óptica de los Marines que combatieron en el frente del Pacífico, de Guadalcanal a Iwo Jima.
“La canción de los gusanos”, por su parte, es un cómic en el que los granadinos Álex Romero al guión y López Rubiño al lápiz cuentan la I Guerra Mundial, desde la óptica de dos soldados ingleses a quiénes, como en las obras de Shakespeare, una ominosa presencia les hace partícipes del destino que les espera. Un destino cruel.
¿Qué tiene que ver la serie más cara de la historia de la televisión, producida con todo lujo de detalles por todo un Tom Hanks, con un cómic publicado en España por Norma editorial?
La relación está en la apocalíptica visión que ambas obras trazan acerca de ese lugar llamado “guerra”, una nebulosa que, más allá de las coordenadas geográficas y espacio-temporales, se repite una y otra vez, con su ominosa carga de podredumbre, dolor, muerte, crueldad, sinsentido, desolación, vacío, sangre, violencia, crudeza, vísceras destripadas, insania y locura.
Habitualmente, la historia del arte, de todas las artes, nos ha contado la guerra desde la óptica de los vencedores, los héroes y las hazañas, las medallas, los logros, los triunfos y las conquistas. Puntualmente, ha habido casos en que la guerra cobraba otra dimensión, oscura, tétrica, cruel, pestilente… en ese sentido, las pinturas negras de Goya sobre la Guerra de la Independencia de los franceses no son una referencia baladí, cuando lees “La canción de los gusanos” y ves la representación de algunas de sus viñetas.
“The Pacific” no ha dado de sí todo lo se esperaba. Mucha cáscara, mucho lujo en los detalles, mucha riqueza de medios, pero poca intensidad, por muchas vísceras que volaran por los aires. Ha sido un intento de reverdecer los laureles de “Hermanos de sangre”, pasando por el tapiz de “Banderas de nuestros padres” y “Cartas desde Iwo Jima”, de Clint Eastwood, pero sin la fuerza, la densidad y la intensidad de aquella.
Sólo hay un episodio en todo “The Pacific” que medio lo consigue: ése en que hace un calor espantoso, los soldados no tienen agua y la fotografía sobreexpuesta hace que la imagen aparezca blanca en pantalla, quemada, abrasada como los labios resecos de los combatientes. Combatientes que son como zombies, que deambulan en pantalla, que no sabes lo que hacen ni por qué, como marionetas o robots desmadejados, rotos.
Y, en mitad, un infierno de cuerpos muertos, podridos y ensangrentados, comidos por los gusanos, desmembrados. Justo como el panorama en que Álex Romero y López Rubiño sitúan la tragedia en dos actos y un epílogo de dos soldados cuya trayectoria en la Guerra no sabemos y que aparecen solos, en mitad de un campo desolado, sin ninguna misión que cumplir, colina por tomar, posición que defender. Sólo saben que uno desertará y el otro le matará. A partir de ahí, la nada. La abyección. La locura. La enfermedad. La crueldad. Con el enemigo. Con los compañeros. Con los civiles. Y los cadáveres, comidos por los gusanos, como testigos de excepción de un tiempo, unas circunstancias que, por desgracia, siempre terminan volviendo.
Porque la guerra no es bonita ni tiene nada de hermoso. Para entender el pacifismo, nada mejor ni más apropiado que “La canción de los gusanos”, los únicos que acaban teniendo voz en mitad de la podredumbre.
Jesús Lens Espinosa de los Monteros.
Comentarios
9 respuestas a «GUERRA, MUERTE, GUSANOS, DESOLACIÓN»
Jesús, coincido contigo en lo de la serie Pacífico. La verdad es que me decepcionó bastante. No tiene nada que ver con Hermanos de Sangre. Es verdad que había mucha acción y medios, pero el resultado no ha sido el esperado. Además, según mi criterio la elección de los actores no ha sido certada, salvo quizás el marino moreno más zumbado. En cambio, este elemento, era sobresaliente en Hermanos de Sangre, donde te hacían sentir un miembro más de la compañía Easy.
Desde luego habrá que echarle un ojo a ese comic. Ya sabes lo que dicen: La guerra fascina a quienes no la han vivido
Yo creo que The Pacific intenta ser complementaria a Hermanos de Sangre y donde la otra era una serie de hazañas belicas esta va mas de antibelica y eso lo hace con «seriedad» (vamos tirando al toston, como «La delgada linea Roja») y nos deja chafados. A mi creo que me gustaron 3 capitulos, Guadalcanal, el permiso en Australia y Okinawa.
Yo, francamente, me sumo al llanto. ‘Hermanos de sangre’ me parece fascinante. Una producción televisiva de factura cinematográfica con unos guiones magistrales, interpretaciones de altura, unos diseños de producción asombrosos y sobre todo unos planteamientos originales para cada capítulos. Son hazañas bélicas, sí, pero antibelicistas hasta la médula. La he visto al completo varias veces ya y en cada ocasión la disfruto más.
‘The Pacific’, en cambio, la acabé a duras penas, y porque venía de quien venía. Le falta todo el corazón que destila la anteior, y sobre todo, unos personajes que te enganchen y emocionen como ocurría con la anterior.
El cómic lo tengo en casa pero aún no lo he leído, así que guardo un discreto silencio.
Jesús, es un lujo leer tus palabras sobre nuestro tebeo. ¡Gracias! Desde luego, has entendido de maravilla lo que pretendíamos conseguir. Por cierto que, en lo que a guerras se refiere, teníamos básicamente tres referentes: Goya (¡desde luego!), Gila y Samuel Fuller, que viene a ser el abuelo de Oliver Stone y del Spielberg de «Salvar al soldado Ryan». De modo que «The Pacific», con mayor o menor acierto, viene también a engrosar su estirpe…
(Por cierto, no puedo recomendar con más entusiasmo la autobiografía de Samuel Fuller, «A Third Face». La vida de Fuller, entre el cine, el periodismo, la guerra y la novela negra, tiene que interesar por narices a la inmensa mayoría de asiduos de tu blog).
Hombre, A. Romero, es que ‘Rojo Uno. División de choque’, de Fuller, es de lo mejor que se ha hecho en cine. La edición de director, recatada recientemente, es una verdadera maravilla
¡Y tanto! Lástima que Fuller no viviese para ver como restauraban la que tenía por su obra maestra. E incluso así, ese «montaje del director» sigue estando lejos del plan original de Fuller que, ambicioso como un Von Stroheim, quería dedicar ¡una hora! a cada país por el que pasaba la división. Sin duda, habría disfrutado como un demonio en estos tiempos de bonanza televisiva y narraciones de largo recorrido.
Hay que leer ese comic. A ver si lo pillo. ¿En cualquier tienda de comics?
Grandioso Fuller, efectivamente. Alex, unas referencias muy bien asimilidas en vuestro libro, en el sentido de que contribuyen a enriquecer el contenido, pero sin condicionarlo, como si leyeramos un Top Ten de vuestros autores/artistas favoritos…
A The Pacific le falta continuidad y los personajes son efectivamente mucho menos carismaticos que en «Hermanos de sangre». Para mi que la han hecho sin mucha conviccion, solo porque era lo que se esperaba de ellos. tb sale el sargento que tiene que salir en toda pelicula de guerra, como el de Full Metal Jacket. Aquçi, los homenajes y referencias si son demasiado obvios.