Un regalo cada día

Hoy lunes va a ser complicado. Tras el caos de la Navidad y todo lo que conlleva, toca volver a la rutina y tratar de organizarse para subir la cuesta de enero con decoro y dignidad. Una cuesta que, desde la popularización de la VISA, va seguida del no menos duro y exigente puerto de montaña de febrero. Y a este tema dedico mi artículo de hoy, en IDEAL.

Principios de año. Pocas horas de luz y mucha oscuridad. Riesgo de sobrepeso, ácido úrico y colesterol tras los excesos navideños. Propósitos que hace unos días parecían razonables y que, hoy, asumimos como improbables. Y, sobre todo, la ansiedad de contemplar el calendario frente a nosotros, repleto de retos, objetivos y desafíos.

 

Sí. Hoy va a ser un día complicado. ¿Qué tal si, de cara a las próximas semanas, nos animamos a hacerle caso al agente Dale Cooper, protagonista de la serie “Twin Peaks”? Y es que el personaje surgido de la fértil imaginación del proteico David Lynch nos dio un consejo que vale por cinco libros completos de autoayuda: cada día, hazte un regalo.

No. No se trata de convertir todos los días en un 6 de enero en diferido, gastando sin ton ni son. La cosa es más sencilla: tener un pequeño detalle diario con nosotros mismos, de forma consciente.

 

El agente Cooper, para dar ejemplo y seguir su propio consejo, se regalaba una maravillosa porción de la mítica tarta de cerezas del Doble R. Y se la comía con delectación, concentrado en cada bocado, sin dejar que nadie le molestase con cuestiones mundanas durante el pequeño lapso de tiempo que invertía en dar cuenta de aquel prodigio de la pastelería.

 

Comprar ese libro que hace tiempo que buscas, dedicar media hora a volver a escuchar aquel disco que hace tiempo que no oyes, una llamada de teléfono demasiado tiempo postergada o, sencillamente, disfrutar unos minutos del sol de invierno sin hacer nada mientras tanto.

Hacernos cada día un regalo. Simple y sencillo. Pero de forma premeditada, buscada y elegida. Y disfrutarlo en el momento con los cinco sentidos, sin aplazamientos ni postergaciones. Sé que todo esto parece una tontería. Y algo fácil de conseguir. Pero no lo es. Ni una cosa ni la otra.

 

Hacernos un regalo a nosotros mismos, cada día, nos hace ser más conscientes del aquí y el ahora. Y de la suerte que tenemos. ¡Salud!

 

Jesús Lens

Banshee

Banshee es una serie brutal, no apta para todos los públicos, ni para todas las (in)sensibilidades y para todos los paladares.

 Banshee sangre

Ni para todos los (dis)gustos.

Imagina que el Clint Eastwood de los spaghetti westerns más salvajes llega a un pueblo como Twin Peaks, a cuyo alrededor se concentra la comunidad Amish de “Único testigo” y una reserva india, con su consiguiente casino.

 Banshee cartel

Imagina que ese vaquero, además de usar las pistolas, sabe usar los puños. Y los pies. Y los brazos. Y las piernas. Y siempre de una forma letal. Y que a ese personaje, más chulo que el Bruce Willis de ”La Jungla de cristal”, le gustara La Novia de “Kill Bill” que, casualmente, reside en el pequeño pueblo que da título a la serie.

 Banshee bar

Todo esto habría que salpimentarlo con gotas de “Promesas del Este” y de “Una historia de violencia”, añadiéndole un pizco de “La matanza de Texas”, claro.

 Banshee albino

¿A que resulta un plato de lo más apetitoso? Sería algo así como un steak tartar maridado con sangre frita.

 Banshee malos

Y es que en “Banshee”, la violencia es sangrienta. Muy sangrienta. Y dolorosa. Además de, por supuesto, excesiva, gratuita y desmedida.

Vamos, que es una serie que me está encantando.

 banshee sheriff

¿Y a ti?

Jesús Lens

En Twitter: @Jesus_Lens

El Onyx

Con este vídeo damos el pistoletazo de salida a un nuevo proyecto que ponemos en marcha Juan Manuel Cid y un servidor, que aún no tenemos terminado de definir, pero sí algo avanzado.

Aquí presentamos un garito, el Ónyx que… bueno. ¡Vedlo por vosotros mismos!

¿Qué os parece? En serio: ¿te imaginas que hubiera un garito como este ahí abajo, en la puerta de al lado? ¡Qué peligro! ¡Qué gusto! ¡Qué maravilla! ¡Qué adicción!

Cid & Lens

 

 

¡Qué me gustas, AMC!

Y es que hubo conexión desde el momento en que te vi por primera vez.

En realidad, no me acuerdo muy bien qué fue lo primero tuyo en que me fijé. Mi memoria ya no es lo que era.

Confieso y reconozco que tenía otras favoritas, antes que tú. Pero de un tiempo a esta parte… ¡no way!

Y, además, cada cosa tuya nueva que voy conociendo, más me gustas.

Creo que lo nuestro empezó entre copas, bares y alcohol. Locos perdidos. Con los Mad Men. Los publicistas de Madison Avenue.

 Mad Men

Y, después, los muertos vivientes. Los Zombies. The Walking Dead.

Y eso une.

¡Un cariño que ya es forever! ¡Eterno!

 The Walking Dead

Sé que tengo deudas y lagunas contigo. Como “Breaking bad”, que pienso rellenar y completar pronto. Pero también has de reconocer que, desde el principio, he alabado tus bondades y proclamado a los cuatro vientos lo mucho que me gustó, por ejemplo, “The Killing”.

Y es que una identidad como la tuya, que tiene como lema “Story matters here”, estaba inevitablemente condenada a conquistar a un Cuentista como yo.

Sí. Es verdad. Ahí están la HBO y la FOX, pero my darling AMC, lo tengo claro:

AMC

Dicho lo cual, y si quieres, me sigues en Twitter: Jesus_Lens

The following

La nueva serie estrenada por TNT (y muy pronto en abierto) venía bendecida por la crítica más selecta, por lo más granado de la creciente estirpe de los partidarios de tomarse la Vida en Serie… y por los más de 10 millones de espectadores que, la semana pasada, le dieron el visto bueno.

 The Following

Visto el primer episodio, el piloto, que la TNT repite este domingo a las 23 horas; me han quedado sensaciones encontradas.

 

El principio, salvaje: una fuga de la cárcel protagonizada por un asesino en serie, que deja tras de sí a cinco guardias asesinados. Y una pintada en la pared: Nevermore. Nunca más.

 

Y, de inmediato, un personaje que, de tan tópico, dan náuseas: un ex agente del FBI apartado del servicio años ha… y alcohólico. Y guapo, claro. Kevin Bacon. El agente que, en 2003, detuvo al preso fugado. Quien mejor lo conoce. Y al que piden que vuelva al FBI, como asesor, hasta dar con el fulano.

 The Following

Y, claro, piensas que la serie será la persecución del menda. Un menda que, a decir verdad, sí parece un malo interesante. Como señala Kevin Bacon: “Es alguien con esa capacidad de seducción, con habilidad para transmitir sus deseos y hacer que otros se sientan atraídos por él”.

 

Pero, a una velocidad vertiginosa, empiezan a pasar cosas y a aparecer personajes. Muchos de cuáles, además, hacen flash back hasta ese 2003, el año en que todo ocurrió.

 

Y hay un secuestro. Y entonces piensas… ¡Ah!

 

Pero no.

 

Ni mucho menos.

 The Following

En apenas cuarenta minutos ocurren tantas cosas, aparecen tantos personajes, hay saltos en el tiempo, relaciones, idas, venidas y vueltas a ir… que terminas el capítulo con el resuello perdido, sin estar muy seguro de haber sido capaz de asimilar tanta información.

 

El piloto de “The Following” no es que tenga una sorpresa o dos. Es que no tiene menos de diez. Y, claro… unas las puedes adivinar, intuir y anticipar. Otras, sin embargo, te pillan con el pie cambiado.

 

No sé cómo progresará la serie, pero ahora mismo no sé si me han tomado el pelo o he sido testigo de una genialidad.

 

Y si ando rumiándolo… por algo será. En cualquier caso, y como sostiene el propio Kevin: “Lo que más me obsesiona respecto a este papel, y eso afecta tanto a mi personaje como al de James (Purefoy, el villano), es cuánto tiempo podríamos mantener la tensión necesaria como para que la serie sea relevante. Veremos hasta donde podemos tensar la cuerda”.

 

Una buena conclusión, sinceramente.

The Following

Así las cosas, ¿has visto el piloto de The Following? ¿Y? ¿Qué te ha parecido? O, si no lo has visto aún… ¿piensas hacerlo?

 

Jesús Lens