Turismo cultural

El turismo cultural fue muy nombrado ayer, en el Foro sobre los desafíos del turismo en Granada para los próximos años. De hecho, es una de las banderas enarboladas por Francisco Cuenca desde que llegó a la alcaldía. No creo que nadie se lo pueda negar.

Un Cuenca que, en dicho foro, además de ideas y propuestas concretas, aportó frescura, empuje, ganas e ilusión. No dejó preguntas sin responder ni eludió ningún tema comprometido. Y trajo novedades, como la celebración de un festival de flamenco y otro de artes escénicas para esos meses de otoño en que viene menos turismo a la ciudad. Todo esto va muy en línea a este artículo, sobre el agotamiento del modelo turístico en Granada.

 

El alcalde de Granada también aludió a la necesidad de potenciar una restauración de calidad que atraiga a esos gastronómadas que recorren el mundo buscando Soles y Estrellas. ¡El turismo de alta capacidad adquisitiva! Y ahí es donde entra la cuestión cultural.

Porque una oferta cultural potente y atractiva anima a la gente a volver a un sitio en el que ya ha estado. Y, a Granada, con perdón por la exageración, ha venido todo el mundo. Pero, a la vez, todo el mundo espera una excusa, una razón para volver a Granada. Y un concierto, una buena obra de teatro o un festival literario de altura pueden ser extraordinarios alicientes.

 

Tal es así que Trinitario Betoret, presidente de la Federación de Empresas de Hostelería y Turismo, también ha hecho suya la bandera del turismo cultural como herramienta para la dinamización económica de su sector.

 

Tenemos que estar muy atentos a las propuestas que surjan de la Federación de Hostelería para potenciar ese turismo cultural. ¿Se convertirán en mecenas de algunas de las citas culturales de la provincia? ¿Están pensando en subvencionar su propio circuito de actividades, en bares, restaurantes y cafeterías?

 

Me gusta esa querencia del sector de la hostelería hacia la cultura, que bares y cafés siempre han estado muy vinculados con la creación. Y, cada vez más asiduamente, son escenarios demandados como contenedores culturales.

En el Foro sobre turismo también se contó la experiencia del High Line, muy exitosa -aunque también criticada- en Nueva York: la recuperación de un paisaje urbano devastado gracias al voluntarismo económico de miles de vecinos y a la inversión millonaria que hizo Bloomberg, su multimillonario alcalde… a título personal. Pero no se yo si ese modelo va a aplicar en Granada.

 

Jesús Lens

Banderas de guerra

¡Tremenda, la carta enviada por Antonio Banderas “A aquellos interesados”, un destinatario que ya tiene su aquel! La cosa es que el actor malacitano trató de montar un proyecto cultural en Málaga que, sólido y bien aquilatado, iba a empezar por costarle la pasta. Aun así, su propuesta fue acogida con “sorna, cachondeo y por qué no decirlo, mala leche”, en vívida descripción de Banderas.

Puesto en contacto con sus socios, “no entendían lo que estaba pasando, no entendían los insultos, las descalificaciones, el trato humillante”. Y, por fin, la conclusión: “También ellos reflexionaron y todos juntos llegamos de forma clara a la misma conclusión. Había que salir de ahí, había que salir y buscar un mejor lugar en el que depositar todas las energías positivas que deseábamos para este desafío, un mejor sitio en el que sudar por ofrecer nuestras ideas a Málaga, un rincón en el que no huela a corralón y podamos construir algo interesante”.

 

Aunque la carta no termina ahí. Que todavía le queda un párrafo para enmarcar: “Yo seguiré buscado la posibilidad de integrarme en el movimiento cultural tan esperanzador que está teniendo lugar en nuestra querida ciudad, pero lo haré desde el ámbito absolutamente privado, porque visto lo visto he de reconocer que el tema público da miedo. Ahí se mezclan unos intereses que no favorecen ni la gestión, ni la administración, ni la creación en libertad, y uno quiere eso, crear, trabajar y arriesgar a tope si se siente mínimamente apoyado, si esto no es así se hace muy complicado, muy difícil. No quiero convertirme en un nuevo Moneo en mi propia casa”. Fuertecillo, ¿verdad?

Desde una Granada que alberga un edificio como Multicines Centro cerrado y abandonado desde hace años, viendo cómo se cae a pedazos, me provocaba enorme envidia el proyecto impulsado por el ayuntamiento de Málaga para recuperar y dar vida al inmueble de los antiguos cines Astoria y Victoria. Sobre todo, al constatar que se presentaron 72 proyectos al concurso de ideas.

¡72 ideas para dar vida económico-cultural a un inmueble! Lo que en Granada es un problema irresoluble, en Málaga parece ser una inmensa oportunidad de negocio. Sin embargo, el innecesario sobradismo del alcalde de Málaga, mezclado con el desprecio y la envidia propios de estos tiempos oscuros, han cubierto de fango las ilusiones de Banderas. Da que pensar.

 

Jesús Lens

Algo interesante

¿Hizo usted algo interesante ayer, estimado lector? Reconozco que no es el mejor día para hacer la pregunta de marras, que ayer fue lunes. Pero nos puede servir de prueba. Porque, según un estudio, el 47% de la población adulta del planeta debería que contestar que no. Y, en España, de acuerdo con Gallup, un 43% pasó el día de ayer en la indiferencia más absoluta. A ello dedico mi columna de hoy, en IDEAL.

Yo, vaya por delante, estaría entre los que sí hicieron algo más que ver pasar el tiempo. Por ejemplo, escribí esta columna. Que, si a usted le pareciera interesante, mataríamos dos pájaros de un tiro: a mí me salvó el lunes y a usted le está salvando el martes, de cara a Gallup.

 

Lo de salvar, en sentido figurado. Que, para mí, escuchar el informativo radiofónico de las siete, tomar café con los colegas y echar un somero vistazo a la prensa, ya es interesante. Y en el trabajo, hubo sus momentos.

 

A medio día me comí una pechuga de pollo con cebolla y tomate asado que, personalmente, me pareció muy atractiva. Además, aproveché para ver el programa semanal de Bill Maher, uno de los más finos analistas de la política estadounidense. Después, me volví a enganchar a la Máquina y, como en la canción de Sabina, me dieron las nueve y las diez…

 

¿Qué les digo? A mí, escribir, me apasiona. Y si es sobre cine, más. Que hoy se proyecta “El clan”, una de las películas de cine negro más sórdidas e hipnóticas que he visto en mucho tiempo, y me tocó redactar unas notas sobre ella. E ir dándole puntadas a la tercera edición de Granada Noir, también tiene su dosis de excitación.

 

Para la noche me reservé el momento de acabar un libro, “Los santos custodios”, de Rafael Escuredo, y de elegir con qué lectura empezar, de entre las mil una que tengo pendientes. Y vi una peli española, también policíaca: “Apartado de correos 1001”, un clásico de 1950.

APARTADO DE CORREOS 1001 (1950)

Estoy seguro de que para mucha gente, un día así sería anodino e incluso frustrante. Pero, ¿quién tiene la definición de lo que es interesante? Lo importante debería ser que, al irnos a dormir, cada uno tengamos la sensación de haber hecho cosas que nos gustan, de forma que, si nos llaman de Gallup, podamos decirles que sí. Que ayer, hicimos cosas interesantes.

 

Jesús Lens

El milagro de Eurovisión

Estaba todavía disfrutando del modélico y extraordinario festival En Órbita, el sábado por la noche, cuando me empezaron a llegar los primeros ecos de ese milagro anual que es Eurovisión, a través del móvil.

Imposible resistirse a bromear con la actuación de Manel Navarro, el representante español en la cita musical más denostada -y seguida- de la televisión actual. Su gallo, ese Eurogallo inmediatamente elevado a la categoría de icono, lleva horas y horas despertando pasiones y provocando el ingenio de la gente. También se detectan ciertas dosis de crueldad, bilis y mala baba, pero la Red está bien sobrada de ellas, no haciendo falta que venga ningún gallo a espabilarlas.

 

A mí me hizo gracia la casualidad que la cantada de Navarro haya llegado, precisamente, en el Año del Gallo, de acuerdo con el famoso horóscopo chino. Y que lo haya hecho justo en el momento en que Rajoy está en el país asiático, participando en un foro que trata de recuperar el espíritu comercial de la antigua Ruta de la Seda. Y, no lo olvidemos, en el fin de semana en que un ciberataque, presuntamente proveniente de China, se ha cebado con empresas de todo el mundo. ¿Es o no es como para darle una conspiranoica vuelta?

¿Es, también, un guiño al animal portugués por excelencia?

Y es que Eurovisión es milagrosa. Por ejemplo, aunque no veas el concurso, siempre terminas enterándote de todo lo que ha pasado y, sin escuchar la canción ganadora, estás entusiasmado por el triunfo de Portugal, que presentó a un tipo serio con una apreciable canción.

 

Milagroso es que participe Australia, en un maravilloso gesto de acercamiento geoglobal, en un concurso que nos recuerda la existencia de países como Azerbaiyán o Bielorrusia, a los que seríamos incapaces de situar en un mapa.

Pero lo más milagroso de Eurovisión es su capacidad para generar unanimidades y, de esa manera, contribuir a la vertebración de una España que, por fin, tiene clara LA pregunta: ¿por qué nos empeñamos en enviar al peor candidato posible?

 

Es una de esas preguntas sin respuesta que nos retratan como sociedad de forma clarividente. Y con mucho más acierto que las encuestas del CIS. Eurovisión es un fenómeno al que todo el mundo resta valor, ironizando sobre su absurdo e inutilidad, pero que todo el mundo comenta, horas y horas después de su finalización. Y eso, algo querrá decir…

 

Jesús Lens

Un cierto agotamiento

El turismo. Es el turismo el que muestra un cierto agotamiento en Andalucía. Y en Granada, por supuesto. Y esto deja de ser una opinión personal, expresada en otras ocasiones en esta columna, para ser un hecho. Un hecho objetivo. Científico. Constatable.

Que la gallina de los huevos de oro empieza a estar cansada lo dice la Fundación de la Caja Rural de Granada en su más reciente, preclaro y preocupante Boletín de Coyuntura Económica, en el que señala que la provincia tiene que cambiar el patrón de crecimiento ya que una economía basada en el sector servicios no puede garantizar ni la calidad ni la estabilidad del empleo.

 

Tal y como avisa Miguel González, autor del Boletín y catedrático en Economía Aplicada, “tenemos que seguir haciendo lo que hacemos bien, pero además hay que hacer cosas nuevas, especialmente en sectores vinculados con el conocimiento y la innovación. Tenemos materia prima para desarrollar esos sectores, tenemos las mimbres, pero hay que invertir, sembrar y recolectar a la largo plazo”.

¿Se puede expresar mejor y con menos palabras? Que ya es revelador que la Granada de la UGR centenaria y sus sesenta mil estudiantes universitarios tengan como horizonte laboral más prometedor… la barra del bar. Resulta imprescindible darle más contenido empresarial y generador de riqueza a denominaciones tan necesarias como Ciudad de la Ciencia, Ciudad de Literatura UNESCO, Capital Cultural y Capital Judicial de Andalucía.

 

Porque, según Miguel González, no hay un plan director para nuestra economía, que navega a merced de las olas y de las corrientes. Por ejemplo, ¿en qué se ha traducido y/o se va a traducir el Pacto Andaluz por la Industria que, así con mayúsculas, se presentó en loor de multitudes, hace unos meses?

Me alegra que sean la Rural y un catedrático de Economía Aplicada los que alerten de que esto no puede seguir así. ¡Aviso para navegantes! Aviso para los políticos de nuestra tierra que lo apuestan todo al Rojo, Par y Pasa del turismo y la hostelería.

 

Me alegro de que sea un Boletín de Coyuntura Económica el que nos muestre el camino a seguir y el que nos anime a diversificar y a ampliar nuestros horizontes productivos. Que ya me estaba dando complejo de mala follá, cada vez que escribo que el abuso de Bonitiquismo Granatensis nos conduce a un callejón sin salida.

 

Jesús Lens