Tengo mucho que ver

– Así que, tienes tres días para verlo.

En realidad, eran dos días y medio.

Por razones que no vienen al caso, y sabiendo que soy un topo tecnológico, sé que lo que no vea en ese plazo, seguramente no lo veré más. Me cambian el iPlus en que tengo guardadas y almacenadas películas, conciertos, cortometrajes, documentales… ¡y mis terapéuticos programas del Stand Up Comedy de la HBO, que cuando estoy venido a menos, me levantan la moral igual que el Viagra resucita hasta al colgajo más moribundo que se pueda imaginar.

Ayer por la tarde vi el tercer episodio de la segunda temporada de Boardwalk Empire, que me está gustando mucho más que la primera. Ver a Nucky en apuros, la oscuridad y la violencia de esta tanta de episodios me está encantando.

Vi un episodio mediocre de la desigual “Person of interest” y un documental sobre el pianista cubano de jazz Omar Sosa y su gira por África y cuando las obligaciones laborales me permitieron volver a la pantalla disfruté cada segundo de un documental colosal: “Dirigido por John Ford”, de Peter Bodganovich.

Esta mañana, apenas ojeada la prensa, me emocioné con una joya excepcional que me hizo recordar una de esas frases que hay que tuitear, sí o también: “Entre los Rolling y los Beatles, yo siempre me quedaba con los Doors”.

En serio, hay que ver “When you are strange”, de Tom DiCillo. Cada fotograma, cada canción, cada conversación, vale su peso en oro. ¿He dicho ya que es una joya?

Pues, después, me enfrenté a otro genio, a sus manías y a su afán desmedido por la perfección: “Las cajas de Stanley Kubrick”, un legado maravilloso para los amantes del cine. Hay un momento brutal, que define su forma de entender el cine: en el tiempo en que tardó en documentarse para una película sobre el Holocausto, Spielberg se documentó, escribió la historia y dirigió “La lista de Schlinder”. Tras verla, Kubrick desechó su proyecto: la película de Spielberg era condenadamente buena…

He enlazado, sin solución de continuidad, con “La década que revolucionó el cine”, de Ted Demme; un extraordinario repaso al cine de los 70 que dan ganas de empezar a rebuscar en mi videoteca y ponerme a ver una y otra película.

Pero, como diría Jack Bauer (¿qué vamos a hacer con los dos últimos episodios de la última temporada, por favor?) NO HAY TIEM-PO.

Me queda por ver un documental sobre Dalton Trumbo. Otro sobre Chet Baker y un tercero sobre Scorsese.

Y lo que os rondaré, morenos.

Con un alto solo para correr, que el día obligaba a ello, ahí estamos, teniendo mucho que ver. Y viéndolo.

¡Seguimos!

Jesús orzuelazo Lens

PD.- Los últimos 17-D, fijo que no fueron como éste. 2008, 2009 y 2010.