Pues, efectivamente, seguimos ampliando el espectro de lugares, físicos y/o virtuales, en que publicamos. Iniciamos una colaboración con la revista Garnata que, ojalá, sea larga, feliz y duradera. No olvidéis que hoy se distribuye con IDEAL, sin sobrecoste para el periódico.
E iniciamos esta colaboración con una reseña de la última novela de Mario Vargas Llosa, “El sueño del celta”. Que dice así:
Hay que felicitar a los directores del Festival Internacional de Poesía por haber invitado a Mario Vargas Llosa justo cuando le han dado un más que merecidísimo Nóbel de Literatura. Y honra al galardonado el no haber renunciado a citas como la granadina tras la brutal complicación que la concesión de una distinción como ésta provoca en la agenda del premiado.
Ha querido la casualidad que también haya coincidido el Nóbel con la publicación de un nuevo trabajo de Vargas Llosa, “El sueño del celta”, una novela extraordinaria, rica, densa, ilustrativa y llena de meandros; compleja y repleta de atractivos. Aunque, empezando por el principio, quizá hablar de “novela”, en este caso, no sea exacto. O sí. ¿Quién sabe?
El caso es que el celta del título fue un tipo real, de carne y hueso, que vivió en los inicios del siglo XX y protagonizó, no una, sino tres o cuatro aventuras, cada una de ellas susceptible de haber pasado a los anales de la historia. Su nombre: Roger Casement, un buscador de fortunas que recaló en el mítico Congo Belga y se escandalizó ante lo que vio, escribiendo un informe tan demoledor que conmocionó a toda Europa. Desde entonces, el Congo es sinónimo de lo peor. Lo peor del horror. (Y ya sabéis lo que el Congo significa para mí)
(CONTINUARÁ)
(O sea, leed en la versión impresa, malandrines
Jesús Lens.
Comentarios
9 respuestas a «EL SUEÑO DEL CELTA»
¿Cómo se te ocurre dejar a medias una reseña? ¡In-jus-ti-fi-ca-ble!
Es fácil: Go to the kiosco! jajajaja
Perdón, perdón, perdón: Acabo de leer tu artículo completo. Me extraña que apenas toques algunos aspectos esenciales. La enorme contradicción de que Occidente perdone casi todo, menos un deseo nacionalista. El sentimiento de «ocupación» que siente. La búsqueda de la identidad celtico-irlandesa…
Haces unas reseñas magníficas, pero esta la veo hecha con prisa. El libro merecía más análisis.
No es tanto con prisa cuanto por interés. Lo que menos me interesa de la historia de Casement es precisamente eso. De hecho, desde su vuelta de la Amazonia, PARA MÍ, el libro pierde fuelle. Pero por querencia personal, que conste.
Para mí, la base de la novela es la enorme contradicción de ser un puntal de los derechos indígenas, pero que es procesado por defender unos derechos irlandeses. Toda la novela gravita en el hecho de saber si se le va a conmutar la pena de muerte o no. Toda la novela, en capítulos alternos, habla de sus sueños independentistas. La novela se llama «El sueño del celta»…
No es costumbrismo africano-amazónico, ni libro de viajes. Creo que ambos ámbitos sólo sirven para darle fundamenteo a la enorme contradicción.
Hablando de otra cosa: Garnata corre el riesgo de quedarse en una publicación demasiado estanca: sólo unos cuantos tienen acceso a firmar en ella, aunque sea metiendo cuatro artículos en un mimso número. Lo veo demasiado cerrado. Y faltan muchas firmas de gente reconocida. En cualquier caso, la veo necesaria y le deso larga vida y un cierto aperturismo.
He dicho.
Luego la veré en casa más despacio, que no me dio tiempo. En realidad, y si leemos la contraportada de la novela, ya sabemos cuál fue en fin de Casement. No hay «intriga» ninguna. Lo de la cárcel es un recurso literario, como los flashbacks del cine, para darle vivacidad a la novela y romper con una narración lineal. Y «El sueño del celta» puede ser tanto la independencia como la mejora del ser humano.
Suena interesante por lo que he leido, quizá no sea mi estilo de novela!
[…] ayer sobre “El sueño del celta”. Aunque ya terminaremos de publicar la reseña, incluimos hoy esta viñeta de Erlich. Porque han […]
pues parte de lo que cuenta Vargas LLosa,sobre la explotación de las multinacionales sobre el tercer mundo, ya en el aspecto literario encuentro reiterativo el relato, como otras veces LLosa se podría haber ahorrado unas cuantas hojas y contar lo mismo