El eterno retorno de ‘Blacksad’

Intento recordar la primera vez que leí ‘Blacksad’, pero no lo consigo. He mirado la fecha de edición de mi ejemplar de ‘Un lugar entre las sombras’, el primer álbum de esta serie prodigiosa, y es de 2006, pero estoy convencido de que lo leí antes. ¿Me lo prestaría mi querido Jorge? Él siempre ha sido de los desprendidos y generosos. Yo no: tengo una relación tóxica con mis tebeos y soy más posesivo y egoísta que Gollum con el anillo. 

Da igual. Para mí, es toda una vida, que diría el tango. Escribo esto nada más terminar la primera lectura de la segunda entrega de ‘Todo cae’, el nuevo tótem que acaban publicar nuestro Juanjo Guarnido y Juan Díaz Canales en Norma Editorial. Digo bien la primera lectura porque vendrán más, muchas más. La siguiente, mañana mismo, que el sábado presentamos el álbum a las 17.30 en Cómic Stores y hay que estar a la altura de las circunstancias. 

Decir que me ha gustado ‘Todo cae’, un portentoso doble álbum, es quedarme corto. ¡Me ha enamorado, claro! Conquistado. Abducido. Si la primera entrega terminaba con un cliffhanger de manual y la reaparición de una figura mítica en la serie, este segundo álbum termina de redondear la historia, dándole mucho protagonismo a uno de esos personajes trágicos que tanto les gustan a Canales y Guarnido: Shelby, la gaviota. 

Y está el puente, claro. El puente que sirve como eje medular de la trama. Un puente que tiene tanta, tantísima simbología… Ustedes lo saben: soy muy de puentes. A los puentes de verdad, me refiero, no a los vacacionales. Me gustan tanto que tengo pendiente un viaje temático dedicado a los puentes históricos de la provincia de Granada, con mi Cuate Pepe; y un proyecto sobre los puentes más cinematográficos. Me apresto a leer ‘El puente’, de Gay Talese, que estaba esperando al desenlace de esta historia de Blacksad, y me fascina un librito que nunca pierdo de vista: ‘Cómo leer puentes’, publicado por Blume. 

¡Y los bares! ¡Y los bares!

Sí. ‘Blacksad’ también me ha hecho feliz este ‘Noirvember’ tan negro y criminal. Como ‘El cielo en la cabeza’, esa otra joya de Sergio García, Antonio Altarriba y Lola Moral. ¡Cuánto talento surgido de Granada en el Noveno Arte! Lo tengo muy escrito: un día alguien se va a enterar… y verán ustedes, entonces.

Jesús Lens