Salobreña y Guarnido: la conveniencia de un matrimonio

Columna de ayer, publica en la sección de opinión de IDEAL. ¡Quién recoge el guante?

Buena parte de los actores y directores de cine de este país ya tienen su reconocimiento en el Paseo de las Estrellas de Madrid, recién inaugurado por Bardem, Almodóvar, Amenábar y Penélope. Pero no sólo de gente del cine, habitualmente guapa y glamourosa, viven los reconocimientos populares: músicos, pintores, deportistas, bailarines, escultores o fotógrafos son honrados, recordados y reivindicados por sus pueblos natales, por las ciudades que les vieron crecer, formarse y empezar a destacar antes de conseguir la fama y el ascenso al Olimpo de los Dioses, más o menos efímeros o perdurables.

En Granada, natural de Salobreña, podemos vanagloriarnos de contar con un artista que acaba de ganar el premio más importante del cómic mundial: el Eisner, equivalente al Oscar, al Grammy, al Tony o al Emmy. Como la Champion´s League o la Copa del Mundo de fútbol. Su nombre: Juanjo Guarnido. Su criatura: el reverenciado y admirado, multipremiado y unánimemente reconocido Blacksad. Su último trabajo: “El infierno, el silencio”, un álbum negro con Nueva Orleans como escenario y el jazz más abrasador como telón de fondo. La categoría del premio: mejor pintura / artista multimedia del año.

La noticia del galardón coincidió con otra de carácter triste y luctuoso: la muerte de Amy Winehouse, cuyo segundo y último disco se titulaba “Black is back”. Y continúan las casualidades: cuando llegó la noticia de la concesión del premio, estábamos precisamente radicados en Salobreña, para disfrutar del Jazz en la Costa de Almuñécar, hablando con el artista y diseñador Colin Bertholet (no dejéis de seguir su imprescindible La otra mirada) de la conveniencia, casi necesidad, de que la localidad costera reconociera de alguna manera el talento de uno de sus artistas más reputados.

Ahora, dicho reconocimiento ya es imprescindible: más alto que Guarnido es imposible llegar. Nos decía Colin que el nombre de una calle o de una plaza estaría muy bien, pero que lo suyo, además, sería erigir un conjunto escultórico a Blacksad, el gato detective que ha dado fama mundial al dibujante granadino.

Salobreña es uno de esos municipios llamados a atraer a gente creativa de todo el mundo, siempre que sus rectores, recién incorporados a sus puestos tras las últimas elecciones municipales, apuesten por la cultura como uno de los motores de desarrollo del pueblo más atractivo de la costa granadina. No tan agredida como otras localidades del litoral, Salobreña conserva su encanto tradicional a la vez que acoge espacios vivos, modernos y contemporáneos, como la Plaza del Ayuntamiento, y locales con alma y carisma, como el Sunem, el Studio JA o el delicioso hostal San Juan.

En agosto llega el imprescindible Nuevas Tendencias, que tratará de recuperar el Castillo como escenario musical. Y ahí están la Casa Roja y la Casa de la Cultura, afilando sus programaciones de otoño-invierno. Seguro que Guarnido y Blacksad no tardarán en encontrar su lugar bajo el sol de Salobreña. Es de justicia.

Jesús Lens

Encontrar trabajo. ¿O generarlo?

Empezamos la semana con un artículo en IDEAL. ¿Encontrar o generar empleo? That is the cuestion…

Mientras volvía a ver “Up in the air” no dejaba de maravillarme por el exquisito cinismo del personaje interpretado por George Clooney cuando, después de despedir a una persona, le decía que en realidad le estaba dando la oportunidad de comenzar de nuevo, poniéndole en el mejor camino posible para que cumpliera sus sueños, largamente postergados por culpa del acomodamiento laboral a una nómina.

Encontrar trabajo, cuando ya llevamos cuatro años de devastadora crisis, se ha convertido en el sueño imposible de millones de desempleados de este país. Me acordaba de ello mientras leía el libro de Javier Reverte sobre Alaska y el Yukón, en que repasa la famosa fiebre del oro que llevó de cientos de miles de aventureros a embarcarse en una travesía descabellada con tal de hacer real la remota posibilidad de encontrar un filón que les hiciera ricos. O, al menos, que les permitiera salir de pobres.

Y me acordaba de ello porque, irónicamente, quiénes se hicieron verdaderamente ricos durante la fiebre del oro fueron los visionarios que construyeron restaurantes, posadas, bares, saloones, tabernas y tiendas a través de las que proveer de material, diversión, descanso y esparcimiento a los mineros.

Mientras miles de personas buscaban oro, un puñado de cientos pusieron en marcha lucrativos negocios que les permitieron ganarse la vida y, en muchos casos, hacerse ricos por siempre jamás.

Volvamos a la actualidad. Hace ya muchos meses que los mismos que empezaron negando la crisis pasaron a defender aquella entelequia del cambio de modelo productivo. En el mismo sentido, psicólogos y autoayudadores insisten en que la crisis es tiempo de oportunidades. Como el personaje de “Up in the air”.

No se ha caracterizado, España, por ser un país de emprendedores. Y mira que nuestros antepasados se embarcaron, cruzaron el Atlántico y conquistaron todo un continente. Pero las biografías de aquellos aventureros apenas se conocen. Personajes que, con sus luces y sombras, serían héroes reverenciados en cualquier otro país, aquí son prácticamente ignorados. ¡Qué no habría hecho Hollywood si personajes como Orellana, Cortés o Pizarro hubieran sido yanquis! No olvidemos que con cuatro pistoleros piojosos y desarrapados fueron capaces de construir toda la maravillosa iconografía del western…

Las circunstancias, leyes y reglamentos tampoco favorecen, en nuestro país, el emprendimiento. No sé si será cierta o habrá pecado de excesivamente alarmista la previsión hecha por IKEA: cinco años para montar su tienda en Granada, por culpa de la burocracia. ¿Tan ágiles son en Málaga y tan cenutrios somos en nuestra provincia? ¿Y qué pasa con la educación? ¿Se incentiva a nuestros alumnos a ser emprendedores, imaginativos, valientes y osados o se sigue primando la repetición incansable y aquel cansino “lorismo” expositivo?

Cuando encontrar trabajo se convierte en uno de los trabajos de Hércules, cabría pensar en la generación y fomento del autoempleo, pero ¿estamos preparados para ello?

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

PD.- Tal día como hoy, sólo en 2010 estábamos on line… jejejeje. Qué vago.

Lucrativos

Viernes. ¡Y estamos en IDEAL! Como tantos otros viernes de antaño. Pero sin fotillo. 😉


Corría intentando llegar a Lanjarón para, después del giro, volver a bajar a Órgiva, cuando me crucé con los líderes de una de las carreras más duras del Circuito de Fondo de la Diputación. Esperaba encontrarme con el imprescindible Francis Tovar, sin embargo mi sorpresa fue que uno de los primeros clasificados era el tipo que, hace unos meses, me ayudó a encontrar unas buenas zapatillas en la tienda Bikila.

Estos días, por su parte, se celebra la quinta edición del Festival Cines del Sur, un evento imprescindible que nos demuestra que otro cine es posible, tiñendo la cartelera de la ciudad de películas imposibles, radicalmente invisibles y que, sólo gracias al empeño de José Sánchez Montes y su equipo, tenemos la ocasión de disfrutar en una Granada que, con festivales como éste, sí puede aspirar a ser la Capital Cultural de algún sitio.

Un José Sánchez Montes que, además de un enamorado de la música, es cineasta, autor de películas y documentales sobre Enrique Morente, Bola de Nieve o Camarón y, por supuesto, un excepcional conocedor de esos cines del mundo que tan poco se prodigan en nuestras salas.

Tampoco deja de sorprenderme la fuerza y el tesón con que Clarissa Couassi defiende la labor que está desarrollando la agencia Film in Granada, dependiente de la Diputación, para traer a nuestras tierras la filmación de películas y documentales, vídeos musicales y cualquier producto audiovisual que no sólo deje dinero en toda la provincia y proporcione trabajo a técnicos y artistas locales sino que, además, contribuya a la difusión turística y cultural de nuestras ciudades, pueblos y paisajes.

Clarissa pone a disposición de Film in Granada no sólo su trabajo, su empeño y su ilusión, sino también la amplia red de contactos profesionales tejida a lo largo de una vida relacionada con el mundo de la producción cinematográfica.

Traigo a colación estos tres ejemplos como botón de muestra de un feliz entendimiento comercial, lucrativo y económico de actividades deportivas y culturales. Las sociedades desarrolladas del siglo XXI son las del conocimiento y el talento, de forma que no cualquiera vale para desempeñar cualquier puesto o trabajo. El hecho de que artistas, deportistas y creadores se involucren en la actividad industrial no solo es legítimo, sino enormemente beneficioso para los ciudadanos, espectadores y consumidores, que aprovecharán y se lucrarán con sus contactos, experiencia y sabiduría.

Evidentemente, también habrán de ser buenos gestores y eficientes empresarios, para salir airosos de las diferentes actividades emprendidas. Ahora bien, a la hora de comprar unas zapatillas de deporte, ¿de quién te fiarías más, en principio? ¿De un orondo dependiente entrado en carnes o de uno seco y afilado, al que ves en los puestos de cabeza de las carreras de tu provincia, dejándose la piel sobre el asfalto?

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

Las dos Españas

Hoy publicamos este artículo en IDEAL, que no sé qué os parecerá, dado que hoy estamos en clave mortuoria y, a la vez, piadosa

Las Dos Españas han vuelto, si es que alguna vez se fueron. Por un lado está la España de currantes y trabajadores, más o menos en activo. Por otro, la España de parados, que ya suma la vergonzosa y escalofriante cifra de cinco millones de personas.

Y ambas Españas están volviendo a verse confrontadas, en las plazas de nuestro país, tomadas por miles de ciudadanos indignados que parecen haber dicho eso de “hasta aquí hemos llegado”. Todo lo Democracia Real y el 15-M mola mucho, sí, pero en las redes sociales y en los análisis de prensa. Porque a la gente normal, a aquellos seres racionales que se toman las tapas y raciones en los bares (Siniestro Total nos viene al pelo), los acampados les parecen unos vagos de tomo y lomo, unos jetas, unos perroflautas, pies negros, hippies trasnochados, tirados y pirados.

Es sintomático: los españoles con curro, esos millones de afortunados que sentimos el peso de la sanidad, la seguridad social y la educación del país sobre nuestros hombros, tendemos a pensar que, por no tener trabajo, los indignados son unos flojos y unos cuentistas. Sobre todo, por haberse concentrado para demandar, entre otras cosas, una ocupación digna. Que tendrían que trabajar más y concentrarse menos, en pocas palabras.

Tanta gente no puede ser solo Perroflauta...

Da igual que las imágenes nos muestren a personas de todo tipo de origen, pelaje, indumentaria y aspecto físico: los acampados son unos okupas de la vía pública que se lo están montando de fábula para vivir en las mejores zonas de la ciudad, gratis total. Y encima, ¡organizados! Con sus letrinas, enfermerías, guarderías, etcétera. ¡Y sin pagar un euro por todos esos servicios!

Podríamos discutir sobre la naturaleza de los concentrados, entre los que hay de todo: pasotas fumetas irredentos y sospechosos habituales, claro, pero también hastiados profesionales sin ocupación y honrados padres, madres y abuelos de familia. ¡Ay, los abuelos! ¿Qué sería de esta sociedad sin el trabajo sordo y bienintencionado, de los abuelos? Pero me interesa mucho más la capacidad de organización y autogestión de estos campamentos. ¡Eso sí que da miedo y otorga esperanzas en una sociedad que ha privatizado y puesto precio a prácticamente cualquier resquicio, producto y actividad de la vida de sus ciudadanos!

Más allá de la Red en que nacieron, los movimientos libertarios del 15-M tomaron la calle, se hicieron fuertes en las plazas y no sólo fundieron en negro una campaña electoral lamentable, patética y mugrienta, poniendo en cuestión la actual partitocracia de este país, sino que además han demostrado que hay alternativas al individualismo mercantilista que nos ciega y nos arrastra.

Puerta del Sol: ciudad alternativa.

A las acampadas les queda poco tiempo de vida. A estas horas, seguramente ya se habrán autodisuelto y todo volverá a la aparente normalidad de siempre. Pero el toque de atención ha calado. De repente, parece que sí hay un futuro por el que luchar.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.