Hoy es un gran día

Disculpen este rapto de entusiasmo, pero es que hoy es uno de esos días que tengo marcados en rojo en mi agenda. Porque hoy inauguramos Granada Noir 4 y lo hacemos con la presentación de una exposición muy, muy especial: “Rueda de reconocimiento. La huella del Noir en el cómic granadino”.

Se trata de un proyecto que echó a andar hace muchos meses, en una fría tarde de noviembre. Gustavo Gómez, Enrique Bonet y yo tomábamos café y decíamos que, con el nivelazo artístico que hay en Granada, teníamos que hacer algo sonado en torno al cómic. (Aquí contamos el proceso con pelos y detalles)

Aquella conversación germinó y terminó encontrando campo abonado en una persona de vasta cultura y contagioso entusiasmo: Ricardo Anguita, director de La Madraza, el Centro de Cultura Contemporánea de la UGR.

¿Saben ustedes esas veces que tienen que ir a una reunión complicada, que se prevé tensa, plúmbea e insoportable? Pues las muchas que hemos mantenido para sacar adelante esta exposición NO han sido de esas. ¡Qué placer, escuchar a enciclopedias vivientes del cómic como Ricardo o Enrique! O ver a Nacho Belda, el autor del magnífico cartel de la exposición, dibujar esbozos mientras hablábamos con Manolo del concepto expositivo, el catálogo y las actividades paralelas al festival.

Horas y horas de trabajo que hoy ven la luz. Una inauguración que es el pistoletazo de salida a un festival cuyas primeras actividades están relacionadas con el mundo de la historieta. Mesas redondas sobre el cómic en Granada, conversaciones con maestros como José Muñoz o Antonio Altarriba y, el sábado, una actividad a la que le tengo especial querencia: Trazos en una servilleta, una jam session de dibujantes.

A las 9 de la noche nos juntaremos en La Cueva de 1900 de la Caleta para el primero de los Encuentros Especiales Cervezas Alhambra, donde los dibujantes enarbolarán unos bolis Bic de los de toda la vida y darán rienda suelta a su creatividad… en las servilletas del garito. ¿No les provoca a ustedes el llevarse a casa un original de estos monstruos, entre birra y birra?

Jesús Lens

Granada, tierra de inspiración Noir

Granada, la tierra soñada por creadores y artistas de todos los tiempos, más allá de ser una provincia y una ciudad milenaria, es un estado mental que enamora, inspira e invita a componer, escribir, pintar y dibujar.

¿Qué tiene Granada, cuna y hogar de decenas de magníficos dibujantes que, con su arte, su talento y su trabajo, están conquistando las cotas más altas de reconocimiento internacional?

De eso hablábamos un día, allá por noviembre del año pasado, Gustavo Gómez, Enrique Bonet y yo. Hacía frío. Estábamos en el Realejo, la tercera edición de Granada Noir acababa de terminar y, por supuesto, ya estábamos trabajando en la cuarta. La de 2018. La que se inaugura mañana viernes.

Bebíamos el café a sorbos, calentándonos las manos. Y trazábamos planes. “Tenemos que montar algo que sirva para reivindicar el inmenso talento concentrado en Granada en torno al mundo del tebeo”.

Ese algo ya es una realidad. En concreto, una exposición de cómic que se inaugura mañana viernes en La Madraza, comisariada por el propio Enrique Bonet y por Ricardo Anguita, director del Centro de Cultura Contemporánea de la Universidad de Granada.

“Rueda de reconocimiento. Huellas del Noir en el cómic granadino” muestra el trabajo de dieciséis dibujantes granadinos -de nacimiento, formación y/o adopción- que, con sus buenas artes, han situado a nuestra tierra en un lugar destacado dentro del concierto creativo internacional.

Como tantas veces ocurre, en “Rueda de reconocimiento” son todos los que están, pero no están todos los que son, que el sesgo noir del proyecto condicionaba la nómina de artistas. Una selección siempre tiene mucho de cruel e injusto, pero resultan incontestables los nombres de Sergio Arredondo, Enrique Bonet, Natacha Bustos, Adrián Fernández, Javi Fernández, Chema García, Sergio García, Rubén Garrido, Juanjo Guarnido, Gabriel Hernández Walta, Jorge Jiménez, Joaquín López Cruces, José Luis Munuera, Belén Ortega, Francis Porcel y Kenny Ruiz.

Cuando el proyecto había echado a andar, pensamos que Granada Noir 4 tenía que dedicar una parte importante de su programación al cómic. De ahí que el festival arranque, mañana viernes y antes incluso de su inauguración, con una mesa redonda que le hará un retrato al cómic granadino. Conducida por Enrique Bonet, contará con la participación de Belén Ortega, Kenny Ruiz, Gabriel Hernández Walta y Francisco Porcel. ¡Queremos saber! Queremos saber qué tiene Granada que tanto inspira, cautiva y enamora.

El sábado por la mañana, dos invitados de lujo y excepción: un maestro del cómic internacional, el argentino José Muñoz, padre del detective Alack Sinner; en conversación con José Luis Munuera. Y Antonio Altarriba, Premio Nacional del Cómic y autor de la desasosegante “Yo, asesino”, dialogará con Sergio García. Después, firma de cómics, ¡claro que sí!

Durante la tarde del sábado, los dibujantes harán una ruta turístico-cultural por las calles de Granada, descubriendo su vertiente más noir al seguir esas huellas del crimen que también forman parte de nuestra historia. Guiados por el magisterio de Blanca Espigares Rooney y su Másquetours, descubriremos las tétricas historias que esconden los preciosos palacios nazaríes, sabremos de la sangre derramada en los callejones del Albaicín y de las ejecuciones públicas en las plazas de Granada.

Y por la noche, un fabuloso reto creativo en el primero de los Encuentros Especiales Cervezas Alhambra, que se celebrará en La Cueva de 1900, en su local de Avda. de la Constutición, 39. Esa noche, muchos de los dibujantes que forman parte de la exposición -y otros que no, pero que se suman a la iniciativa- se armarán con un bolígrafo y participarán en la iniciativa Trazos en una servilleta.

¿Cómo surge la chispa de la creatividad? ¿Y si la inspiración no le hace caso a Picasso y, en vez de trabajando, nos encuentra echando una birra, acodados en la barra del bar? Históricamente, las servilletas han sido grandes depositarias del fruto del chispazo creativo…

Como homenaje al arte efímero que se escribe o se dibuja en una sencilla servilleta, La Cueva de 1900 se convertirá en un festivo y lúdico espacio creativo para dibujantes y aficionados con ganas de escribir, dibujar, flipar con el talento creativo de nuestros dibujantes… y pasarlo bien. Sobre todo, pasarlo muy bien.

La parte dedicada al cómic noir culmina el domingo 30 por la tarde, en el Hall del Teatro CajaGranada, donde José Muñoz, Enrique Bonet, Sergio García, Antonio Altarriba, Francis Porcel y Lola Moral firmarán sus álbumes a todos los aficionados que quieran. Tanto en La Cueva de 1900 como en CajaGranada, la librería Picasso tendrá a la venta los libros de los autores.

La exposición “Rueda de reconocimiento. La huella del noir en el cómic granadino” estará en cartel hasta el 16 de diciembre, lo que permitirá organizar actividades relacionadas con ella a lo largo de los próximos meses. Por ejemplo, la presentación del catálogo de la muestra, que va a ser algo espectacular; una pieza de coleccionista. Pero de todo ello hablaremos más adelante. Ahora es momento de disfrutar de Granada Noir, del cómic, la literatura y el cine.

En los próximos días pasarán por nuestra ciudad algunos de los autores de cuyas obras hemos hablado en esta sección en los últimos meses, como Mabel Lozano, Fernando Marías, Juan Madrid, Miguel Ángel Hernández, Carlos Bassas, Carlos Casas, Mariano Sánchez Soler y un largo etcétera.

Y es que, como reza el lema del festival: el crimen sería perdérselo…

Jesús Lens

Ramblas cenagosas

No. No es ninguna metáfora sobre el descenso a las alcantarillas de la política española contemporánea. Hablo de esas ramblas que, atestadas de vegetación, no pueden cumplir con su función primordial cuando llueve algo más de lo normal.

¿Sintieron ayer los truenos, otra vez, a la hora de la siesta? Sigue haciendo tal calor que resulta imposible comerse la tradicional Torta de la Virgen sin que se haga bola: la otra mañana me llevé una de chocolate y, a media tarde, parecía un bollycao. Pero las tormentas no cesan.

Al final fue un chapetón sin importancia, pero con esto de la gota fría, lo que en el Zaidín es un chirimiri puede convertirse en una inundación devastadora 20 kilómetros más allá.

¿Cuánto cuesta mantener las ramblas limpias y los bosques adecentados y sin rastrojos, para prevenir riadas e incendios forestales? Una pasta, sin duda. Los trabajos de prevención son caros y poco lucidos. Es mucho mejor invertir en una rotonda, por ejemplo, que permite ponerse en la foto de la inauguración hasta a 14 políticos y resulta mucho más económica.

Invertir en desbrozar un descampado o en rascar el cauce de un río acolmatado es tan costoso como poco vistoso. ¿Qué van a hacer el alcalde o el diputado de turno? ¿Posar con un rastrillo en mitad de un campo recién limpiado por una cuadrilla? ¿Salir en la tele municipal con unas botas de agua cubiertas de barro y una pala campechanamente echada al hombro? Sin olvidar que, en estas cuestiones, hay más administraciones implicadas, como la  CHG, sin ir más lejos.

Miremos ahora las noticias sobre los desastres provocados por las riadas, cifrados en muchos, muchísimos millones de euros. Hasta 30 en lo que va de 2018, según los cálculos que hacía Jorge Pastor en su cenagoso reportaje del pasado domingo. (Leer AQUÍ)

¡Cuántas ramblas limpias y cuántos cauces expeditos se podrían haber logrado con 30 millones de euros! Por no hablar de los jornales que habrían supuesto.

Todo ese dinero se irá ahora en peritajes y compañías de seguros, en arreglar ruinas y rehacer desperfectos. Que yo sé que la cuenta de la vieja no cuadra matemáticamente en un caso como este ni la relación económica es directamente proporcional, pero que da mucha rabia y mucho coraje comprobar cómo el agua arrastra y se lleva por delante los sueños de cientos de personas.

Jesús Lens

Alhambra misteriosa… y oscura

¿No es bonita la palabra? Misteriosa. Y si unimos ese adjetivo a la Alhambra, su capacidad de evocación sube muchos enteros. El castillo encaramado en lo alto de la colina, los palacios escondidos, el rumor quedo del agua, Sierra Nevada como centinela… ¡Cómo no iban a caer rendidos los viajeros románticos a sus encantos, cuando llegaban a Granada tras agotadoras jornadas de viaje repletas de aventuras y sobresaltos!

La nueva gerencia de la Alhambra, en pleno siglo XXI, en la edad de las redes sociales y la comunicación instantánea, ha decidido actualizar el concepto y, de un tiempo a esta parte, todo es misterioso en torno a su gestión. Como si de potenciar las visitas nocturnas al monumento se tratara, el oscurantismo se ha apoderado de los despachos nazaríes.

El último ejemplo, lo de Bono. Resulta sonrojante ver fotos del líder de U2 en el Instagram de la banda, haciéndose arrumacos en uno de los miradores de la Alhambra y aludiendo al romance de la luna, mientras que el Patronato no puede confirmar que estuviera allí. Menudo mal trago, tener que tragarse ese sapo.

Uno de los tópicos más habituales sobre la Alhambra es que se gestiona desde Sevilla. No me gusta esa salmodia, lo reconozco. Pero cuando lees que el alcalde de Granada y el delegado de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Andalucía se han enterado de la presencia de Bono en la Alhambra por la prensa, como en los viejos tiempos, no queda más remedio que preguntarte: ¿Perdona? ¿Cómo dice? ¿Me está usted hablando en serio o se ríe de mí?

Cuando ocurren cosas como esta, al margen del bochornoso ninguneo institucional, me siento personalmente insultado, como granadino. ¿Por qué no se informó a Francisco Cuenca y a Guillermo Quero de la presencia de Bono en Granada? La Alhambra, quizá sea necesario recordarlo, está en Granada. Gra-na-da. ¿Temían que se fueran de la lengua, el alcalde y el delegado? ¿En estos jueguecitos están? ¡Y eso que son todos compañeros de partido!

Episodios tan lamentables como este, más allá del ridículo espantoso que han hecho los unos y los otros, dan alas a las crecientes mareas de gente que abomina de la comunidad autónoma de Andalucía, convencida de que existe una frontera cada vez más insalvable entre la Occidental y la Oriental.

Jesús Lens

Cambio de modelo productivo

Si me hubieran dado un euro cada vez que he escuchado en un sesudo foro o leído en la prensa especializada lo de “cambio de modelo productivo”, a estas alturas de mi vida estaría retirado en las Bahamas. O, por no exagerar, en la Costa Tropical. Pero retirado.

También es verdad que yo he escrito sobre el tema un puñado de veces. Cada vez que se habla del Acelerador de Partículas, por ejemplo. O con las empresas tecnológicas que se instalan en el PTS, con las spin off de la Universidad o con empresas de la economía creativa.

Cambio de modelo productivo. ¡Si es que suena taaaaan bien! Pero entonces llega ella, tozuda y cruel. La realidad, cruda y en bruto. La de los fríos datos y las gélidas cifras del Datalab de Ideal. “Uno de cada tres negocios de Granada es un bar o una tienda de alimentación”, titula Juanjo Cerero. Y continúa la información: “Locales para ponerse en forma y alojamientos para turistas, los negocios de moda en Granada”. (Leer aquí)

¿Estoy tonto, estoy pesimista… o no veo yo ahí mucho cambio de modelo productivo? El cambio de locutorios por gimnasios, por culpa de la inflación de smartphones y bíceps, va muy con el signo de los tiempos, pero no era eso, ¿verdad?

¿Y qué me dicen lo de cambiar los pisos para estudiantes, de la época en que los alquileres se cobraban en pesetas, a los apartamentos turísticos? Es más o menos lo mismo, pero cobrando en euros y llevando las maletas con ruedas.

Las peluquerías y los salones de belleza han subido lo suyo mientras que papelerías, librerías y quioscos de prensa se caen por el despeñadero. Eso es incomprensible: ¿no habíamos quedado en que la belleza está en el interior? Pues verás tú que tampoco.

Otro dato significativo: aumenta notablemente el número de panaderías, pastelerías y obradores. Imagino que está íntimamente relacionado con la cuestión del gimnasio: nos atiborramos a pasteles y luego nos vamos a purgar con las mancuernas. También aumentan los herbolarios. Falta saber si ha aumentado el consumo de tila…

Jesús Lens