Ser más mujer

Termina hoy el mes de julio y, durante los próximos 31 días… nos seguiremos leyendo. Si a usted le apetece, por supuesto. 31 días de agosto que pienso pasar en bermudas, recorriendo diferentes enclaves de la provincia para contarles lo que me vaya saliendo al paso y presentarles a las personas con las que comparta camino.

Será un periplo caótico y desordenado, pero interesante y divertido. Al menos, eso espero. Arrancará en el mismísimo Puente Verde, pero todo ello lo podrán leer mañana. Porque hoy quiero hablarles de la importancia de ser mujer.

Espero que las nuevas generaciones no repitan el latiguillo, pero a todos nosotros, varones, se nos ha repetido hasta la saciedad que teníamos que ser hombres. Lo hemos escuchado desde que éramos niños y rompíamos a llorar: ¡compórtate como un hombre, que llorar es de nenazas!

Estos días estamos todos soliviantados por la sentencia condenatoria a Juana Rivas, en la que el juez hace una serie de juicios de valor muy propios de ese “ser hombre” que tiene muchas connotaciones adicionales a crecer o madurar.

Ayer fue el Día Mundial contra la Trata y la cineasta Mabel Lozano, que estará en la cuarta edición de Granada Noir que se presenta esta mañana, estrenaba el tráiler de su nueva película: “El Proxeneta. Paso corto, mala leche”. No dejen de verla cuando se estrene ni de leer este verano su libro, imprescindible, publicado por Alrevés y titulado precisamente así: “El Proxeneta”. Porque hay mucho en él de lo que supone ser hombre. Y ser mujer. (Lean AQUÍ la reseña que escribí para El Rincón Oscuro sobre el libro)

Ser mujer. Ser más mujer. A eso deberíamos aspirar los hombres. Los varones. Los machos. Los tipos duros. Porque lo realmente complicado a lo largo de la historia ha sido ser mujer. Compruébenlo en Netflix, viendo el monólogo de Hannah Gadsby. Pocas veces el humor ha sido tan corrosivo, combativo y revolucionario.

Hannah Gadsby enfrenta al espectador, sobre todo al varón blanco heterosexual, a todas las contradicciones de una sociedad construida en torno a su relato. Cuando se habla de la historia de la humanidad se habla, en realidad, de su historia. De la historia escrita, pintada y filmada por él. Por el hombre blanco heterosexual sobre el que pivota todo el sistema.

Una tarea me llevo para este mes de agosto, además de viajar y escribir con avaricia y delectación: tratar de ser más mujer.

Jesús Lens

El AVE eléctrico

Uno de los conceptos sociológicamente más afortunados de los últimos años, el de la España vacía, se lo debemos a Sergio del Molino. En el libro homónimo reflexionaba sobre una España en la sombra, desplazada, ajena a los titulares y siempre fuera de foco. Una España que se va quedando despoblada, en la que cada vez hay menos gente. Y menos negocios. Y menos servicios básicos.

Como si de un empobrecedor círculo vicioso se tratara, la marcha de la gente conlleva el cierre de los negocios e, inmediatamente después, el repliegue de las instituciones. ¿O es al contrario? Van cerrando las tiendas, desaparecen las empresas, los servicios básicos se prestan cada vez en peores condiciones o más intermitentemente y la gente, hastiada y desesperada, termina tirando la toalla. Y marchándose.

Granada es una gran provincia -en todos los sentidos- muy diversificada… y geográficamente complicada. Es la provincia con más municipios de toda Andalucía y su población está muy atomizada. De ahí que la noticia de que la llamada Autovía Eléctrica, la línea de alta tensión Caparacena-Baza-La Ribina, pasa a ser prioritaria; es de las más importantes del año.

Hay que dar la enhorabuena a José Entrena, presidente de la Diputación, por esta buena nueva. Ha sido uno de los políticos más reivindicativos en este tema y la decisión del Consejo de Ministros del pasado viernes, convirtiendo en prioritario uno de los proyectos dejados de la mano de Dios por el gobierno del PP, puede ser su gran legado.

La magnitud de las cifras que suponen este auténtico AVE de la electricidad ya es buena muestra de su importancia: 1.100 millones de euros de inversión en energía renovable y la creación de 5.000 puestos de trabajo en la zona norte de la provincia, esa gran desconocida para un montón de gente convencida de que Granada se concentra en la capital, sus dos Alhambras y el área metropolitana; Sierra Nevada en invierno, la Costa Tropical en verano y La Alpujarra como exotismo donde pasar un fin de semana en un alojamiento rural con chimenea.

Ojalá que el AVE eléctrico Caparacena-Baza-La Ribina sirva para atraer a empresas que quieran aprovechar las posibilidades del norte de nuestra provincia y, junto a otras poblaciones de Jaén y Almería, contribuya a generar un círculo virtuoso que atraiga inversión y desarrollo a la comarca.

Jesús Lens

Por un trabajo digno

Así se llama el plan. Por un trabajo digno. 75 medidas impulsadas por el gobierno para luchar contra los fraudes del mercado laboral. Un plan que arranca el 1 de agosto y en el que lo más aparatoso es la propuesta de creación de una fiscalía especializada en delitos contra los derechos de los trabajadores.

Escribo “aparatoso” sin ánimo peyorativo alguno. Es solo que, para mí, lo más importante, necesario y urgente de este plan es el incremento de la plantilla de inspectores y subinspectores de trabajo en el entorno del 25%, lo que permitirá que amplíen su presencia en las calles en horario vespertino, en fines de semana, festivos y días de guardar.

Uno de los efectos más perniciosos de la crisis es haber extendido y agudizado la psicosis colectiva según la cual, tener un puesto de trabajo digno es un lujo. Y los lujos son caros. Por tanto, para mantener el curro, todo vale. Una psicosis que funciona en dos direcciones: el patrón fuerza y tensa la cadena y al trabajador no le queda más remedio que tragar.

A buen seguro que, hace unos días, les llegó a través del móvil la famosa captura de pantalla de una conversación por güasap entre un demandante de empleo y un empresario de la hostelería que ofrecía unas vergonzosas condiciones leoninas. Cuando el aspirante a camarero se indignaba -“¿800 euros al mes y un día libre a la semana por 15 horas diarias de curro?”-, la respuesta del oferente era tan sencilla como descarada: “Es verano tú verás”.

Quien dice hostelería dice decenas de sectores en los que el abuso está al orden del día y en los que el fraude a hacienda y a la seguridad social es un secreto a voces: se propician despidos masivos de trabajadores mientras que, quienes tienen la “suerte” de aguantar en la empresa, se ven obligados a sacar el doble de trabajo… echando horas gratis. Miles y miles de horas tan falsamente extraordinarias como tramposas. Miles de horas no cotizadas que cuentan con la complacencia de todo el mundo.

Señalan los sindicatos que las medidas del plan “Por un trabajo digno” van en buena dirección, pero que faltan medios. ¿No será, más bien, que hay una generalizada falta de voluntad y una clara ausencia de interés en evitar este fraude, público y notorio?

Jesús Lens

Bueno, el atletismo granadino

Vi la entrevista que le hacían a nuestra paisana Laura Bueno, justo después de ganar el campeonato de España de 400 metros lisos, en Getafe, y me dieron ganas de calzarme las zapatillas y salir a correr. Era tal su cara de alegría y la naturalidad con la que hablaba de la carrera, en la que batió su mejor marca personal y el récord de Andalucía, que daba la sensación de que cualquiera puede hacerlo. Me encantó especialmente cuando decía que, a falta de 50 metros, le subió el ácido láctico, pero que le dio igual. Que ya no la paraba nadie.

Al día siguiente de ver la carrera salí a trotar con mi hermano, en mi -de momento vano- intento de volver a correr dignamente. Y hablamos de Laura, claro. Durante el recorrido nos cruzamos con Álvaro Villén, otro de esos tipos que siempre transmiten alegría y optimismo.

Álvaro es juez de atletismo, uno de los habituales en las competiciones que se desarrollan en Granada. Pero, precisamente por ser juez, no hay forma de verle correr. De ahí que me hiciera especial ilusión encontrármelo al día siguiente, yo caminando y él corriendo, bajo un sol de justicia.

Tuvo el detalle de detenerse un rato y charlar. Y su conversación me pegó tal chute de vitalidad que, en cuanto llegué a casa, me puse mi camiseta de Pau Gasol y me eché a los caminos, a echar otro trotecillo. Cuando me asaltó el cansancio, demasiado pronto, me acordé de la sonrisa de Laura Bueno, de su declaración sobre el lactato y de los ánimos de Álvaro. Y seguí trotando, como un percherón, hasta cumplimentar los 10 kilómetros que me había propuesto.

Ejemplos como el de Laura Bueno y Álvaro Villén me recuerdan a los tiempos de Miguel Indurain: era terminar sus etapas del Tour y salir disparados en nuestras bicis, por la Cuesta del Algarrobo y Pueblo Nuevo, camino del Conjuro, Gualchos y Castell. ¡Qué jóvenes éramos entonces! Y qué fácilmente influenciables…

Precisamente por eso les recomiendo que, además de seguir en las redes sociales a los grandes astros del fútbol, sigan a atletas como @lauriya_lauri. Y que, además de las noticias sobre el Granada C.F. y el CB Granada Covirán, disfruten con las crónicas de atletismo de José Ignacio Cejudo o las de deporte base de César Guisado.

Jesús Lens

CHITE: La lección de John Ross

Una de las secciones que procuro no perderme cuando leo la prensa es la de Cartas al Director. Para un columnista, saber qué les preocupa a los lectores es básico y esencial, más allá de las tendencias en redes sociales y las estadísticas de cliqueos en las ediciones digitales de los periódicos.

La opinión de un lector que tiene una idea, se molesta argumentarla a través de una carta y la envía a la redacción de un periódico; denota un interés que resulta imprescindible tener en cuenta.

Tomaba café, ayer por la mañana, y leía “Agradecimiento al equipo médico del PTS”, escrita por John Ross, vecino de Chite, pueblo del Valle de Lecrín con el que tengo una deuda pendiente. Su carta empieza de forma trágica, cuando su esposa se desvaneció junto a él. En vez de entrar en modo pánico, John puso en práctica el protocolo F.A.S.T. para reconocer un accidente cardiovascular.

Inmediatamente pensé en qué hábiles son los británicos para sacarse de la chistera palabros fácilmente identificables. Adoro la capacidad del inglés para fundir palabras y conseguir brillantes neologismos de alto impacto, sonoro y visual. Conceptos como Brexit, por ejemplo. ¿Se puede decir más con menos? El castellano, sin embargo, no funciona igual. A los espantosos Juernes y Amigovio me remito.

F.A.S.T es un acrónimo que alude a Face, Arms, Speak y Time: comprobar que la persona colapsada puede mover la cara y los brazos, hablar de forma  comprensible y… actuar con la mayor rapidez. Efectivamente, la mujer de John tenía un coágulo de sangre en el lóbulo frontal derecho que, detectado por el personal médico del PTS, fue controlado a tiempo.

Continúa John Ross su carta agradeciendo la atención prestada, pero la remata de forma majestuosa: como FAST es una palabra inglesa que podría no decir nada a los españoles, nos invita a interiorizar el protocolo de una forma más comprensible, a la vez que homenajea a Chite, su pueblo de adopción.

Cara, Hablar, Interacción, Tiempo y Expedición. Pedirle al paciente que sonría, preguntarle su nombre o dónde vive, pedirle que levante los brazos, actuar rápidamente y conseguir que el paciente llegue al hospital de inmediato.

Estimado John Ross, muchas gracias por una lección de primeros auxilios convertida en declaración de amor, a su pueblo y al idioma español.

Jesús Lens