CONTRARRELOJ

¿Se imaginan que cualquier noche de un mes de Julio hubiera aparecido asesinado Lance Armstrong, en una de las primeras jornadas del Tour de Francia? Pues ése es el punto de partida de la última obra de Eugenio Fuentes, «Contrarreloj», una novela policíaca de lo más interesante, de las que se leen en un par de sentadas, de las que te piden sumergirte en sus páginas una y otra vez, hasta llegar al final y descubrir quién mató a Tobias Gros, apodado como «el Depredador».

 

No sé si te gusta el deporte en general y el ciclismo en particular. Si la respuesta es negativa, tampoco pasa nada. Porque Eugenio, a través de esta narración y utilizando el Tour como excusa, de lo que nos habla es del alma humana, puesta a prueba una y otra vez.

 

Pero si te gusta el deporte y, a pesar de todos los pesares, este verano has vibrado con el duelo entre Contador y ese viejuno renacido texano y ahora estás pendiente de Valverde… la novela debería encantarte.

 

Porque, además de los profesionales del pedal, los otros protagonistas de la novela son dos tipos muy distintos de ciclistas aficionados. Uno es Cupido, un detective privado que ya ha protagonizado otras novelas anteriores de Fuentes. Un detective que ama el ciclismo y que, con ocasión de la disputa de las etapas pirenaicas de la ronda francesa, aprovecha para cumplir uno de sus sueños, antes de que la edad termine de vencerle: subir el Tourmalet.

 

El otro es un hombre que, con saña y determinación, arrastra por las carreteras francesas a su hijo, ya mayor, aquejado de una enfermedad cerebral, en un tándem. Y están los entrenadores. Y las jóvenes promesas. Y los corredores veteranos, a punto de la retirada. Y los outsiders, siempre al acecho de una etapa. Y las mujeres de los campeones. Y, claro, hablando de ciclismo… los médicos.

 

¿Quién pudo matar al líder del Tour de Francia? Y, como siempre en la mejor novela negra… ¿por qué?

 

En realidad, mucha gente y por muchas razones hubiera querido ver, si no muerto, sí al menos desaparecido a Gros. Pero sólo una persona lo mató. Y ayudar a descubrirlo es la tarea que le encargan al bueno de Cupido, que nunca hubiera sospechado cuán de cerca iba a vivir esa edición del Tour.

 

A través de una narración limpia, directa y sencilla, en el mejor sentido de la expresión, Eugenio Fuentes ha escrito una novela que, además de leerse en un suspiro, provoca ganas de echarse a la carretera, a rodar, a correr o a practicar cualquier tipo de deporte agonístico y solitario. ¡Hasta ahí llega su capacidad de sugestión!

 

Un Eugenio que, como se encargara de aclarar en la presentación granadina de su libro, hace unos meses, nada tiene que ver con el proscrito Eufemiano Fuentes, célebre médico del equipo ONCE, incurso en la famosa Operación Puerto sobre dopaje generalizado en el pelotón internacional. Aunque en la novela, por supuesto, aparece la dichosa EPO, claro.

 

Ahora que comienza la Vuelta Ciclista a España es momento de recrearse con una narración en la que el crimen convive con el deporte, profesional y aficionado. Porque nada de lo humano puede ser ajeno a la mejor literatura.

 

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.