Menú negro y criminal

Como bien sabéis, eso de comer y de beber no solo me gusta, sino que se me da bien. Y, como Reyes y mi Cuate bien saben, hace tiempo que me rondaba una idea: diseñar un menú que entroncara con otra de mis pasiones: la negro-criminal.

Dado que nuestra admirada Montse Clavé ya había escrito un suculento Manual Práctico de Cocina Negra y Criminal, con las recetas de algunos de los platos que aparecen en nuestras novelas favoritas, se me ocurrió que, para ser original, más que por lo literario, había que ir por lo estético. Por lo cromático.

 Menú negro

Y, así, fui juntando platos que tenían al negro como color principal. Por ejemplo:

Entrantes:

Aceitunas negras para empezar, sobre la mesa.

Morcilla seca y otros embutidos negros.

Morcilla de Burgos con salsa de tomate.

Mejillones

 Menú negro mejillones

Y para beber: cerveza negra y vino tinto.

Platos principales:

Tallarines negros con gambas.

Arroz negro.

 arroz negro sepia gambas

Rape negro.

Servir vino tinto. Oscuro.

Postre.

Chocolate negro con naranja.

 Menú negro chocolate

Café. Solo.

Licor de café.

El problema venía dado porque yo, para comer, soy bueno. Y para devorar, mejor aún. Pero para cocinar… ¡ay, para cocinar!

Entonces se encendió la lucecita, al ritmo del famoso dicho popular: “Cocinero a tus fogones”. ¿Y si lo planteaba a los amigos de La Traviesa, precioso y delicado restaurante de Salobreña, con motivo de la III Muestra de Cine Negro de la localidad, que se celebra en unas semanas?

 Menú negro traviesa

Luis, tipo valiente y aguerrido, cogió el toro por los cuernos. Y aquí, su propuesta:

Menú del 10 al 16 de Marzo III muestra de cine negro en Salobreña.

Como entrante Aceitunas negras, de Campotéjar, aliñadas como le gustan a Juan Madrid.

 

De primero vol au vent relleno de morcilla y cebolla caramelizada, del agrado de cualquier Caníbal.

 

De segundo espaguetis nero di seppia al fruti di mare, de nuestros mares los mejores sabores esos de los que tanto hablan policías, detectives y ladrones.

 

Y de postre Brownie de chocolate negro un broche dulce para esta III muestra de cine negro en salobreña.

 

Os esperamos a todos para la degustación de este menú, reservas al 655 689 202.

 

PRECIO DEL MENÚ 18€ BEBIDA NO INCLUIDA Y SI VIENES CON TU ENTRADA RECUERDA QUE TIENES UN 20% DE DESCUENTO

Y como todo comenzó por el amor a los libros, he querido presentar el menú de La Traviesa con la siguiente carta:

Dentro del género policíaco, negro y criminal hay una serie de estereotipos gastronómicos que contribuyen a dotar de una definida personalidad a los policías, detectives, periodistas, ladrones, maleantes y asesinos que lo protagonizan.

 

Así, estamos acostumbrados a que los yanquis sean bebedores de whisky, solitarios, acoplados a las largas barras de antros y garitos en permanente penumbra. Y, a la hora de comer, no son excesivamente selectivos, abusando de hamburguesas, perritos, dónuts y demás alimentos rebosantes de grasas saturadas.

 Menú Negro dias sin huella

A los nórdicos les va más el vodka y lo suelen beber en casa, de puertas para adentro, sin que la comida esté muy presente en su dieta. Y los británicos, además de tumbar incontables pintas de cervezas en el Pub, son fieles al sempiterno fish & chips.

 

Y luego está, por fortuna, la escuela mediterránea, encabezada por un Pepe Carvalho que sentó cátedra y enseñó a comer, como es debido, a los representantes del noir europeo.

 Menú Negro Vázquez Montalbán

¡Cuántos casos se han resuelto, cuántos planes se han trazado y cuántas ideas han surgido en torno a una mesa, en Madrid y en Barcelona, en Atenas, en Marsella o en Palermo! Comer, en nuestras sociedades mediterráneas, sigue siendo algo importante. Muy importante. Y, por eso nos gusta compartirlo, celebrarlo y festejarlo.

 

Y de ese amor por la buena comida, disfrutada en la mejor compañía, surge en La Traviesa este menú, negro y criminal. Mediterráneo. Muy mediterráneo. Y con mucho sabor.

 Menú Negro MVM

Un menú que homenajea a ese género literario y cinematográfico que pone el acento en otras realidades, a menudo alejadas de los focos, pero a las que no podemos perder la cara. Realidades que alimentan a un género combativo, vibrante, misterioso y adictivo. Como los platos que integran esta carta que, estamos convencidos, va a ser de tu agrado.

 

A partir de aquí, tú sigues contando la historia.

 

¡Salud y, por supuesto… espero que te guste!

 

Jesús Lens

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El hombre de arena

Durante unos días, los pocos que me duró la lectura de “El hombre de arena”, me convertí en un tipo más huraño e insociable que de costumbre. A cada propuesta que se salía de las obligaciones forzosas del día a día respondía con un “No” tan cortés como inflexible.

 El hombre de arena

Y es que hacía tiempo que no me enganchaba de esa forma a un libro, buscando cualquier rato para leer. Hasta que llegó el fin de semana y, por fin, pude tumbarme el puñado de horas necesarias para terminar una lectura adictiva. Muy adictiva.

Y eso que yo, en esto de la novela negra, no soy muy de nórdicos que digamos, por mucho que en su momento cayera rendido a los pies de Lisbeth Salander y de Larson y disfrutara de la lectura de “El último lapón”, que ya reseñamos aquí.

Kepler.

¿Les suena el nombre?

A mí no me sonaba de nada. Hasta que fui al cine a ver “El hipnotista”, hace unos meses, película sueca basada en una de las novelas de un autor, Lars Kepler, que, en realidad, son dos personas. Y, además, pareja: Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho Ahndoril, padres de tres hijas y que antes de unir sus fuerzas ya contaban con una sólida carrera como escritores, por separado.

 El hombre de arena Lars Kepler

De aquella película recuerdo, sobre todo, lo opresivo de su ambientación, su fotografía sucia y gris y lo extremadamente fea que aparecía en pantalla una ciudad tan hermosa como Estocolmo. Y el frío, claro. El frío, gélido. Y la nieve. Y el hielo.

Y de todo ello hay en “El hombre de arena”, claro.

Todo comienza con un asesino en serie. Encerrado. Peligrosísimo. Letal. Solo una comparación es posible: Hannibal Lecter. Y tenemos a un policía, claro. El que le dio caza, precisamente. Y la acción de precipita con la aparición de una persona desaparecida mucho tiempo atrás. Y nos encontramos con una agente, kamikaze, que tendrá que infiltrarse en una institución psiquiátrica para tratar de resolver un enigma de proporciones insondables, enfrentándose no solo a los demás internos sino también sobre todo, a sus demonios. Que no son pocos.

 El hombre de arena dibujo

A partir de ahí, quinientas y pico páginas auténticamente adictivas, escritas en capítulos cortos, de dos páginas como máximo, que te invitan, te incitan y casi, casi te obligan a seguir leyendo.

¡Qué sensación más gustosa, la de terminar un capítulo, estar muerto de sueño y decirte a ti mismo eso de “uno más y apago la luz”!

 El hombre de arena lectores

Sé que mi a admirado Ignacio Midore no le gusta la costumbre que tenemos algunos de “devorar” libros, dado que la pasta de papel resulta ciertamente indigesta. Pero si hay un libro que he devorado, metafóricamente, en los últimos meses, ése ha sido “El hombre de arena”. Y mira que una de las frases promocionales del libro ya advierten de ello:

“Aunque el ritmo galopante de “El hombre de arena” invita a devorarlo, el lector debería tomarse su tiempo para deleitarse con el fascinante mundo creado por los Kepler”

Lo voy a dejar aquí. La novela está recién publicada por la editorial Planeta y no quiero dar ni una sola pista sobre el contenido, los protagonistas o la trama. De hecho, lo que apunté hace unos párrafos apenas sirve para hacerse una primera, ligera y vaga idea de lo que espera al lector.

A buen seguro, “El hombre de arena” no tardará en ser llevada al cine. Yo que tú me adelantaría y sería el primero de tus amigos y conocidos en leerla, para poder recomendarla después con esa frasecilla que, en el fondo, tanto nos gusta soltar, tomando una caña en la barra del bar: “yo la leí antes”.

Jesús Lens

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Yibuti

¡Qué salto pegué, al verla en la librería!

¿Una novela de Elmore Leonard titulada Yibuti?

La leyenda de la portada, impresa, me habría animado comprarla, aún más, de haber albergado alguna duda: “La última obra del gran maestro de la novela negra norteamericana”.

Una leyenda con un doble sentido para el concepto de “última” ya que, además de ser la más reciente, a no ser que aparezcan manuscritos póstumos, es la última novela terminada por Leonard.

Y mire usted por dónde, esta postrer obra del gran maestro de las letras negras norteamericanas, en vez de en su querida y quebrada Detroit, transcurre en África, en el mismo escenario al de una de las grandes películas del año, a la que veremos acaparando nominaciones para los Óscar: Capitán Phillips. (Al final, tampoco han sido tantas…)

 yibuti

La acción de Yibuti acaece en uno de esos lugares que se han convertido en un agujero negro: el Cuerno de África. Somalia y alrededores. Primero fueron los Señores de la Guerra y después los Piratas.

Piratas.

¡La de connotaciones que tiene la palabra!

Y ahora, si quieres saber más… ¡sigue leyendo!

Jesús Lens

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Caríbal

Fue una película enigmática, difícil y contradictoria. Una película dura, atractiva, fría, intensa. Una película en el límite. Una película que dio que hablar y que está muy bien nominada para los Goya. Una película, como ocurre con el buen cine, que siendo muy local, con una Granada muy reconocible; resulta universal. Hablamos, por supuesto, de «Caníbal», y la reseñamos aquí.

Pero toda película parte de un trabajo literario previo. En forma de guion y, en algunos casos, como el que nos ocupa, de una novela. En este caso, de Humberto Arenal. Y ahora, los arriesgados chicos de la editorial Salto de Página recuperan el texto original. ¿No impresiona esa portada?

Caríbal

Ya estoy ansioso por hincarle el diente…

Mientras, voy a sumergirme en las páginas de «El hombre de arena» de Kepler. En una de sus novelas se basó la muy interesante «El hipnotista», película que vimos hace poco. ¿Volvemos al norte, Suecia y alrededores?

El hombre de arena

Jesús Lens

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