El arte de ‘Sentient’

De no seguir perimetralmente encapsulados, me habría organizado para ir a Madrid a ver una exposición, y no al Prado o al Reina Sofía. Activaría el GPS del móvil para que me condujera a la galería El Arte del Cómic. En realidad, en su web se define como algo más que una galería: “es un nuevo espacio expositivo y de venta de los dibujos originales publicados en los cómics más populares y de culto en todo el mundo”.

Y ahí radica el quid de la cuestión: desde hace unas semanas, El Arte del Cómic tiene exposición y venta de originales de uno de los tebeos del año: el ‘Sentient’ de Jeff Lemire y nuestro Gabriel Hernández Walta.

A estas alturas, todos sabemos —o deberíamos saber— que nuestro paisano Gabriel, cuyo estudio está en el Realejo granadino, es uno de los mejores dibujantes del mundo. Y punto. Que no (solo) lo digo yo, ojo. Que lo dicen y lo acreditan sus dos premios Eisner, los más prestigiosos del cómic internacional, otorgados en la Comic Con de San Diego.

Antes de escribir esta columna he vuelto a leer ‘Sentient’. ¡Qué maravilla! ¡Qué obra de arte! ¡Qué joya! Si le gustan los cómics, no tengo que recomendársela. Si no es usted aficionado, aparque cualquier recelo y vaya de cabeza a la librería más cercana. No le contaré nada sobre el argumento. Solo que la acción transcurre en una nave espacial y que la Inteligencia Artificial adquiere un gran protagonismo.

Hace unas semanas, caminando por su barrio, me di de bruces con Gabriel. Y no pude —ni quise— evitar la pregunta: ¿cómo afrontaste desde el punto de vista artístico la creación de una Inteligencia Artificial? Lo que me contó me dejó tan anonadado que, sobre la marcha, pensé en juntarle con Francisco Herrera, catedrático del departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la UGR y recién referenciado por la Universidad de Stanford como uno de los investigadores cuyo trabajo más ha sido citado en el último año.

En la próxima edición del festival Gravite, entre el 15 y el 20 de junio, vamos a reunir a estos dos titanes para que nos hablen de Inteligencia Artificial, cada uno desde su óptica profesional. De estética y también de ética. Pero, insisto: lean ‘Sentient’. Es tan fantástico que acabo de cerrar la compra de una de sus páginas originales en El Arte del Cómic. ¡Y estoy entusiasmado! (AQUÍ, la galería de imágenes de Hernández Walta expuestas y a la venta).

Jesús Lens

España mesetaria vs. España invisible

El 5%. De repente, se convirtió en uno de los temas de conversación en redes. Tiene que ver con las elecciones madrileñas, ese nuevo vórtice que  amenaza con tenernos abducidos en las próximas semanas. Iba a ver si me enteraba de qué iba el tema, pero me dio pereza y opté por mirar las noticias de las diferentes comarcas granadinas de cara a la Semana Santa.

Lo he escrito otras veces: la polarización informativa entre Madrid y Barcelona es cada vez más asfixiante. La España vacía es, también, la España informativamente apagada. El ejemplo más claro lo hemos tenido con lo de Murcia y el efecto mariposa naranja, cuyo aleteo ha sido aprovechado por Ayuso, Iglesias & Co. para reforzar Madrid como centro neurálgico de la actualidad.

Lo que no afecta a Madrid y Catalunya no existe, lisa y llanamente. Ha hecho fortuna un concepto: mesetario, que todavía está por perfilar. Mesetarios son los políticos que usan al resto de provincias españolas para darse pisto y visibilidad en la Corte. Los periodistas deportivos que solo hablan del Granada C.F. cuando juega contra el Real, en Atlético o el Barça. Los humoristas del Foro que, sin gracia alguna, vuelven a los tópicos de la tapa y la malafollá.

No vamos a negar que las polémicas sobre la crisis de Gobierno, la inmadurez de Iglesias o el narcisismo de Díaz Ayuso son muy diver, tope guay. Como el transfuguismo, las idas y venidas, dimes y diretes y cambios de siglas y chaquetas. Los futuribles, o sea.

La tozuda realidad, sin embargo, viene dictada por un titular que, ayer, se nos hizo bola: “Granada es la provincia andaluza donde menos baja la incidencia del virus desde el inicio del año”. Por no hablar de este otro: “Granada registra 18 muertes más por coronavirus y un nuevo repunte de hospitalizaciones”. Y como remate: “2.260 negocios de hostelería de Granada han echado el cierre en un año de crisis”.

Las consignas de los políticos mesetarios, su polarización y tensión continua, corren el riesgo de convertirse en los árboles que no nos dejan ver el bosque. Ojalá el debate sobre socialismo, libertad, fascismo y el lado correcto de la historia fuera un intercambio de ideas sobre el futuro al que aspiramos. No lo es. Se trata de una pelea de gallos que azuzan los fantasmas del pasado para distraernos de la dolorosa y complicada realidad que nos azota.

Jesús Lens

 

A ver si me entiendes

Escribo esta columna en la terraza de un bar de mi barrio. Antes, al leer la prensa del día, la de papel y la digital para no perder comba, la mandíbula se me quedó descolgada. Aun así, disfruto de estas temperaturas pre-primaverales y cargo las baterías de sol y luz ante la amenaza de una hipotética nevada para el próximo fin de semana.

Se me hace raro estar en mangas de camiseta, tan a gustico, y saber que en un par de días volveré a sacar el forro polar del armario. Una sensación que me sirve para ponerme en la piel de un Ciudadano cualquiera… con cargo orgánico. ¡El frío que le espera!

Es una terraza tranquila, alejada del mundanal ruido de coches y motos. Está en una plaza sin tráfico. Se oye el piar de los pajaritos… y las conversaciones de los vecinos de mesa. Hay uno que no deja de hablar por el móvil y cada dos frases suelta un “a ver si me entiendes”.

Lo diré alto y claro: los odio. Odio a los ‘A ver si me entiendes’ como los buenos aficionados al balompié profesan odio eterno al fútbol moderno. Odio su tonillo de superioridad y la condescendencia de la muletilla. Odio que me tomen por tonto. Odio que se tomen por listos.

Que un profesor, un especialista o un sabio en su materia se preocupe por saber si sigo su razonamiento es lógico, permisible y hasta de agradecer. Que me estén dando la brasa con cualquier banalidad y, además, duden de mi capacidad cognitiva, me subleva.

Los ‘A ver si me entiendes’ meten la morcilla de marras una y otra vez, de forma cruel y despiadada. Da lo mismo lo que te estén contando, a ver si me entiendes. O si me comprendes. Lo mismo da que te hablen de Iglesias y Ayuso o que te den su opinión sobre un libro o una película. Que te expliquen una receta o cómo llegar a cualquier sitio, de forma directa o dando un rodeo, a ver si me entiendes.

Lo paradójico es que cuando un interlocutor comienza con la consabida letanía, solo tengo oídos para la morcilla, desconectando del resto del puchero, de forma que la conversación —o lo que sea— se reduce a un balbuceo incomprensible del que solo comprendo los “a ver si me comprendes”. O si me entiendes, que no sé si me estoy explicando.

Jesús Lens

Mabel Lozano y su incansable lucha contra la trata

Fue uno de los rostros más visibles de la noche de los Goya. Pero sobre todo y más importante: fue una de las voces que más alto y más claro pudimos escuchar al alzarse con el galardón al mejor corto documental por su impresionante ‘Biografía del cadáver de una mujer’, que está en Filmin. Si aún no lo vieron, dedíquenle los veinte minutos que dura. Serán de los mejor invertidos de la semana.

Trending topic en Twitter, sus palabras “tú solo ves la desnudez de sus cuerpos. ¡Míralas! De lo que están desnudas es de derechos” siguen retumbando en nuestros oídos y recorriendo hasta el último recoveco de nuestras conciencias. Y esta dedicatoria tan especial: “Este premio es muy importante para dar voz a miles de mujeres y niñas víctimas de trata sexual”.

Si en el pueblo de ‘Amanece que no es poco’ sentían devoción por Faulkner, en Granada Noir sentimos devoción, admiración y respeto por Mabel Lozano, una de las personas que más está haciendo por la consecución de una ley integral contra la trata sexual de mujeres y niñas. ¿Sus armas? El cine y la literatura, además de su carisma, su valentía y su férrea determinación.

Mabel Lozano en Granada Noir

Aunque ya voy tarde —mis disculpas, querida Mabel— este fin de semana leí de una sentada su libro más reciente: ‘PornoXplotation’, subtitulado como ‘La eXplosión de la gran adicción de nuestros tiempos’. Publicada por Alrevés, está escrito a cuatro manos con Pablo J. Conellie, policía, experto en trata y explotación de personas y Máster en ciberdelincuencia.

Se trata de un libro que comparte el estilo claro, ilustrativo y documental de su anterior obra, ‘El proxeneta’, del que tanto hablamos cuando hicimos entrega a Mabel del I Memorial Antonio Lozano hace un par de años. En ‘PornoXplotation’, Lozano y Conellie se adentran en el turbio mundo de la pornografía. Y lo hacen desde diversos puntos de vista: actores y actrices, padres de menores de edad captadas para la industria y compulsivos consumidores de estas imágenes.

Página 15. Habla una actriz de películas (supuestamente) para adultos: “¿Hubiera aceptado este ofrecimiento de hacer porno de tener una vida resuelta?, ¿una familia que me amara y protegiera? No. La pobreza es un arma contra las mujeres”. A partir de ahí, con tanta crudeza como rigor documental, iremos adentrándonos en el sórdido universo de una industria que mueve muchos millones de euros, la inmensa mayoría en B. Dinero negro, además de pútrido.

Descubriremos algunos de los trucos con los que los amos de la industria engañan a las chicas jóvenes y se convierten en sus dueños: “Si te portas bien, solo promocionaremos la escena que acabas de grabar en el extranjero. Si te pones muy tonta, la subiremos a internet y mañana toda España verá que ha nacido una estrella. Una nueva estrella del porno”.

‘PornoXplotation’ denuncia las peligrosas conexiones entre la pornografía, la trata y la prostitución y la precariedad de condiciones laborales, higiénicas y sanitarias en la que trabajan la mayoría de los implicados. “Yoli es un claro ejemplo de lo que dura la vida media de una actriz. No llega a los seis meses, ni mucho menos. No al menos sin acabar haciendo webcaming o prostituyéndose”. Denuncia, también, la relación entre la pornografía más dura, al alcance de cualquier joven con un móvil en la mano, y la proliferación de Manadas: “La pornografía prepara más para la violencia que para la sexualidad”.

Cuando lean el capítulo dedicado a Paula y a Pablo, hagan un alto en el camino y busquen —también está en Filmin— la película ‘Hardcore, un mundo oculto’, de Paul Schrader. Verán que lo que denuncian Lozano y Coneille en su libro viene ocurriendo desde hace mucho tiempo sin que nadie se atreva a ponerle el cascabel al gato. ¿No es hora, como mínimo, de echarle una pensada?

Jesús Lens

Luis Salvador: «me quedo»

Ayer, como dulce venganza por la efeméride que todos sabemos, había pensado escribir sobre la playa, el viento, el salitre y el aire libre. Y en esas estaba cuando el encuentro casual con Luis Salvador me hizo cambiar de planes. Domingo por la mañana. Terraza al sol. Previa al café y la tostada. A esas horas ya había leído todas las especulaciones que traía la prensa sobre el futuro posible, y hasta imposible, del alcalde de Granada.

Esto que les cuento es fruto de una relajada conversación dominical con un alcalde vestido con cómoda e informal ropa deportiva. Lo que pueda pasar a partir del lunes, de riguroso traje y corbata, ¿quién lo sabe?

A lo que vamos: Luis se queda. En Granada. Y en la alcaldía. La opción de aprovechar un puente de plata hacia un oscuro despacho en Sevilla es tan poco probable como que determinados versos más o menos sueltos de los Ciudadanos granadinos apoyen una moción de censura en el Ayuntamiento para alzar a Paco Cuenca. Luis lo tiene claro y no se anduvo con ambages: “Jesús, no me voy a ningún sitio y voy a seguir siendo alcalde de Granada”. Convencimiento no le faltaba. Ganas e ilusión, tampoco.

Le pregunto por el espinoso tema de los fondos europeos y el riesgo que ha asumido al ir por libre, sin el paraguas de la Junta. Y me asegura que los granadinos podemos estar tranquilos. Que a través de la Federación Española de Municipios y Provincias hay línea directa con el Gobierno, que será quien decida el destino final de los fondos. Y me habla del documento de trabajo que tiene entre manos, con las Manifestaciones de Interés y la petición de Propuestas Abiertas que hace el propio Gobierno a la FEMP. Un documento del 15 de febrero de este año, ojo.

Torrencial como acostumbra, Luis también me habla de las conducciones de Rules, del trabajo conjunto con Junta y Diputación en varios temas y de sus reuniones con Bendodo, siempre en busca de proyectos para y por Granada y no en clave personalista u orgánica. En ese punto me planteo preguntarle abiertamente si se irá al PP o no, pero aún no había tomado café y me entró miedo escénico. Máxime porque esa información, en ropa deportiva, un domingo por la mañana previo al cónclave de Cs de hoy en Madrid, sí que tenía una fecha de caducidad demasiado próxima.

Jesús Lens