Terrazas al aire libre

Hoy, en IDEAL, hablamos de esas terrazas que, al ritmo que vamos, van a ser fijas en nuestro día a día: Yo no sé lo que opinará usted sobre el cambio climático, pero hay un hecho irrefutable que podría ayudar a convencernos de que el tiempo se ha vuelto efectivamente loco: este año hay bares, cafeterías y restaurantes que mantienen a pleno rendimiento sus terrazas al aire libre hasta en lo más ¿crudo? del ¿crudo? invierno.

Terrazas calle navas

Los cafés y las tostadas de la mañana, las cañas y los arroces de mediodía, los gintónic vespertinos y hasta las tapas nocturnas parecen saber mucho mejor al aire libre. Y ahí radica el quid de este artículo. En la palabra libre. Porque el aire puede serlo, pero el suelo en que se asientan las terrazas, no. ¿A quién pertenece el espacio que ocupan las extensiones de nuestros establecimientos hosteleros? En principio, a todos nosotros. A usted y a mí. A los chaveas que quieren patear balones. A los mayores que buscan una recacha de sol.

Por supuesto, el Ayuntamiento tiene potestad para gestionar ese espacio público y cederlo a empresarios particulares a cambio de una tasa, para que lo exploten de acuerdo a unas condiciones. Y ahí es donde radica el problema: en los abusos.

¿Abusa el Ayuntamiento al ceder demasiado espacio público para las terrazas? Un paseo por lugares emblemáticos como Bib-Rambla, la Romanilla y otras calles y plazas del centro de Granada hace pensar que sí: en ocasiones hay que sortear mesas y sillas para caminar, teniendo que estar ojo avizor para no chocar con los camareros que vuelan con sus comandas.

Terrazas Bib Rambla

Y luego está la picaresca de determinados locales que, pagando la tasa correspondiente a unos determinados metros cuadrados, terminan ocupando más espacio del convenido cuando tienen amplia demanda de mesas y sillas.

Que el sector de la hostelería es básico en nuestra economía no escapa a nadie. Pero es necesario que las terrazas convivan pacíficamente con los espacios públicos de la ciudad, integrándose en ellos en vez de invadirlos, como tantas veces ocurre.

Y luego está la cuestión estética. ¡Un poquito de buen gusto con las sombrillas, las mesas y las sillas, por favor! Que sobre gustos y colores sí que hay escrito. Y mucho. Granada es una ciudad que atrae a turistas y viajeros de todo el mundo por su belleza.

Un poquito de por favor, por favor...
Un poquito de por favor, por favor…

Y, al igual que echamos pestes por la suciedad, la basura o las pintadas, deberíamos ser consecuentes con la contaminación visual, exigiendo una mínima consideración a quienes siembran las calles de mobiliario urbano para uso privativo.

Jesús Lens

Twitter Lens

Temblando

Habrá quien haga segundas lecturas de mi artículo de hoy en IDEAL. Y es posible que razón no le falte…

¡Menuda forma de empezar la semana! Temblando. En el sentido literal de la expresión. Porque el terremoto que nos sacudió ayer, a eso de las 5 de la mañana, nos hizo temblar a todos.

Terremoto IDEAL

Aunque cada persona reacciona de forma diferente ante un seísmo, cuatro son las tipologías más habituales. Está quien duerme a pierna suelta y no se entera de nada. Bendito él. O está muy cansado o es una persona feliz, sin apenas preocupaciones que le alteren el sueño. Gente con la conciencia tranquila que consigue mantenerse inalterada por grave que sea lo que ocurra a su alrededor. Lo que está muy bien, pero tiene un riesgo: que le caiga una lámpara en la cabeza. O algo.

Otro que puede quedar aplastado es el que siente el meneo y piensa: “ya pasará”. Y pasa. Y él se da la vuelta y sigue durmiendo. Impávido. Horas después, al despertar, duda si fue un sueño o fue verdad. Al encender la radio o conectarse a Internet comprueba que no fue un sueño. Que fueron 6,5 en la escala de Richter. Y piensa: ¿no debí haber reaccionado de otra manera? Pero sabe que no. Que a él, sacarlo de la cama, es muy complicado.

Terremoto dormir

La tercera forma de reacción lleva a la gente a despertarse muy alarmada con la sacudida y, presa de los nervios, no saber qué hacer. Aturullamiento, nervios, impotencia… Estas personas, se queden en cama o se levanten y empiecen a dar vueltas por la habitación, lo que está claro es que ya no van a volver a dormir. Y lo que el cuerpo les pide es contarlo. E informarse. Para seguir contándolo: llamar al 112, encender la radio, mandar Tuits y seleccionar “Terremoto Granada” en las tendencias, abrir hilos de Facebook, enviar WhatsApp preguntando en todos sus Grupos si todos están bien…

Terremoto Granada

Y, por fin, están los que saltan de la cama como un resorte, se ponen una Batamanta, echan mano del móvil y, antes de que la tierra deje de temblar, ya están en la calle, bajo el quicio de una puerta y lejos de cualquier cornisa que se les pueda caer encima. Yo admiro a estas personas. ¡Qué presencia de ánimo, qué disposición, qué templanza y qué saber estar! Lo que no sé es si luego, al verse de madrugada en mitad de la calle y en pijama, al comprobar que no ha pasado nada grave, les dará un poco de apuro la situación.

Jesús Lens

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Posición, oposición y respeto

Mi artículo de IDEAL de hoy habla sobre retratarse, mojarse y tomar partido. Y es que hay dos temas sobre los que, ahora mismo, me cuesta horrores hacerlo. Uno, el del soterramiento del AVE. El otro, el del vial que permita la entrada directa del tráfico rodado a la Avenida de Dílar.

JUAN DE OÑA JUNTO A LAS VIAS DEL TREN FOTO: RAMON L. PEREZ
JUAN DE OÑA JUNTO A LAS VIAS DEL TREN
FOTO: RAMON L. PEREZ

Dos barrios, la Chana y el Zaidín. Dos colectivos de vecinos que no se resignan y protestan, tratando de cambiar las cosas. Y una ciudad, Granada, que se ve directamente afectada por ambos conflictos.

En ambos casos cuesta trabajo posicionarse porque se trata de elegir entre dos males: o la Chana queda partida en dos, soñando con tiempos mejores (y si eso ya tal) o seguimos esperando al AVE como el que esperaba a Godot.

O el Campus de la Salud queda dividido por un ruidoso vial o los comerciantes del Zaidín se verán un poco más perjudicados por ese urbanismo que favorece a los grandes centros comerciales en detrimento de las pequeñas tiendas de barrio.

20140710 - FOTOGRAFIA: GONZALEZ MOLERO - PTS. MEDICINA.
20140710 – FOTOGRAFIA: GONZALEZ MOLERO – PTS. MEDICINA.

Cuando uno ve a un grupo de vecinos enfrentado a las instituciones, automáticamente tiende a simpatizar con ellos: con lo que cuesta movilizar a la gente, de algo muy gordo tiene que tratarse para que decenas de personas se embutan unas camisetas chillonas y constituyan una plataforma de afectados, tomando las calles con sus protestas.

Y lo cierto es que razón no les falta, ni a los vecinos de la Chana ni a los del Zaidín. Pero eso no significa, necesariamente, que el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía, la Diputación o el gobierno central tengan que hacer caso a sus demandas.

Que a estas alturas de siglo XXI, el AVE vaya a entrar como va a entrar en Granada es un escándalo. Pero plantearse paralizar las obras e iniciar el soterramiento, parece inaceptable. Y lo del vial del PTS, según el dictamen del Consejo Consultivo, es que no puede ser. Legalmente. Los comerciantes del Zaidín y representantes del ayuntamiento no están de acuerdo con el dictamen, pero ahí queda. Y todo ello sin entrar en la lógica de la cuestión, pensando en un Campus moderno que alberga, además de a las empresas biosanitarias más punteras de España, a un recinto hospitalario y a un conglomerado de facultades con cientos de alumnos.

AVE soterrado

Pienso en estas dos cuestiones y me alegro de no tener que tomar decisiones ejecutivas sobre ninguna de ellas. Y, precisamente por hacerlo y apechugar con las consecuencias, respetemos a esos gobernantes, tantas veces menospreciados y vilipendiados. Aunque no estemos de acuerdo con ellos.

Jesús Lens

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Beber es necesario

Mi artículo de hoy en IDEAL…

Cuentan las crónicas de los antiguos latinos que el audaz Pompeyo había hecho grabar una máxima en su nave: “Vivir no es necesario, navegar sí”. ¿Qué sentido tenía la vida para un hombre de la mar si no le era permitido surcar los océanos?

Botellón Granada

La sentencia hizo fortuna y ha sido parafraseada y adaptada en infinidad de ocasiones. Se trata de un canto a la vida, pero no a una existencia banal y rutinaria, sino a la vida concebida como aventura; repleta de desafíos, retos y ambiciones.

Leo que el ayuntamiento va a combatir este año la Fiesta de la Primavera de forma decidida, organizando la I Holi Run de Granada en la zona del Botellódromo.

A mí, lo de la Fiesta de la Primavera no me parece sorprendente. Que miles de jóvenes se reúnan para despedir al invierno (aunque, ya me dirán ustedes qué invierno) y celebrar la llegada de la primavera poniéndose hasta los ojos de beber es una derivación natural de la inveterada costumbre de regar cualquier acontecimiento con litros y litros de alcohol.

Holy run granada

Por eso, lo preocupante no es la quedada puntual para pillar una cogorza colectiva, aunque hay que alabar el compromiso del ayuntamiento de evitar que Granada sea trending topic por convertirse otra vez en la Capital Mundial del Botellón Más Grande Jamás Organizado. Espero que salga bien la carrera festiva multicolor y posterior sesión de DJs & Zumba, aunque 15 euros me parecen excesivos. Por supuesto, ya hay quien ha puesto el grito en el cielo al conocerse la iniciativa, pero el inmovilismo recalcitrante es así. Al menos, concedamos el beneficio de la duda…

Para mí, el gran problema no es la Fiesta de la Primavera, insisto. El problema es que anoche y anteanoche había decenas de chavales dándole al frasco en el Botellódromo. Como los hubo el fin de semana pasado y los habrá el que viene. Porque parece que vivir no es necesario, pero beber sí.

Jesús Lens Botellón

Reconozcámoslo: el Botellódromo es la prueba más palpable de un fracaso colectivo. Es una solución de compromiso para enmascarar y esconder un problema, tratando de que no altere la apacible existencia de la mayoría de los ciudadanos. Y lo peor es que los jóvenes lo han asumido con una mezcla de gusto y resignación. Parecen sentirse cómodos en el gueto y, en vez de exigir alternativas de ocio y cultura atractivos y asequibles, se conforman con juntarse en un solar vacío. Y beber. Porque vivir no es necesario, beber sí.

Jesús Lens

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Macbeth

¿Cómo afrontar, en pleno siglo XXI, la adaptación cinematográfica de uno de los grandes clásicos de Shakespeare, como es “Macbeth”? Sobre todo teniendo en cuenta que el drama ya cuenta con películas magistrales, dirigidas por genios como Roman Polanski, Orson Welles o el memorable “Trono de sangre” de Akira Kurosawa.

Macbeth Fassbender

El director Justin Kurzel afronta esta nueva versión de la historia del rey de los escoceses aposentándose en dos pilares: la interpretación y el acendrado realismo de la ambientación, a la vez que el juego con el cromatismo, la iluminación y la fotografía.

Todo lo que a estas alturas podamos decir sobre Michael Fassbender es poco. Hoy por hoy, es uno de los mejores actores del mundo, si no el mejor. Su recital en “Macbeth” solo puede ser superado por una obra maestra como “Steve Jobs”, una película en la que el guion le permite un especial y extraordinario lucimiento.

Le secundan, de forma igualmente brillante, una desasosegante e intensa Marion Cotillard y los muy adecuados y efectivos Sean Harris y Paddy Considine, perfectamente ajustados a unos papeles muy, muy complicados. Porque recitar a Shakespeare no está a la altura de cualquiera.

Macbeth Cotillard

Y luego está todo lo referente al diseño de producción, desde el arranque de la película, en pleno campo de batalla. Una batalla cruda y despiadada, en la que puedes sentir el choque de cada espada y cómo saja la carne humana. Y, tras la batalla, las Brujas. Las Infames, como las llama Macbeth. Que tampoco es fácil presentar en pantalla a unas brujas medievales… y que el espectador se las crea. Los bosques, amenazantes. Los ríos, purificadores. Las nieves, que hielan el espíritu de los espectadores. Los castillos, que oprimen desde sus sólidos muros. Las tiendas de campaña, que no protegen… todos los elementos al servicio de la narración.

Y está lo teatral de la historia, por supuesto. Las secuencias siguen un orden preciso, separadas por lo que pueden parecer cortes muy abruptos en los que las elipsis hacen avanzar la trama a una acción endiablada. No hay tiempos muertos ni minutos de relleno. ¿Quién los necesita, trabajando con un material como el shakespiriano?

Macbeth Poster

Extraordinarios los recursos narrativos utilizados por el narrador. Como el del bosque en llamas, para dar sentido a las profecías de las Infames. O el malogrado banquete en el castillo. Y la fotografía, con unos cromatismos que contribuyen de forma notable a potenciar las sensaciones que transmite la pantalla, con ese rojo sangre como protagonista.

Ahora bien, “Macbeth” es una película pausada en la que el texto de Shakespeare tiene todo el protagonismo, como no podía ser de otra manera. Y ya no estamos acostumbrados a un cine en el que el texto y su declamación, más allá de la interpretación, están en el meollo y son lo más importante.

Macbeth aguas

Un ejercicio muy interesante de actualización cinematográfica de los grandes clásicos del teatro universal que, curiosamente, se estrena a la vez que “La novia”, osada adaptación del clásico de Federico García Lorca de “Bodas de sangre”.

Y es que, a la vista está, los grandes clásicos nunca pasan de moda…

Jesús Lens

Twitter Lens