Todos somos Bermejo, el lamentable

Me ha encantado ‘Historias lamentables’, la nueva comedia de Javier Fesser, estrenada en la plataforma de Amazon antes que en los cines en una innovadora y controvertida pirueta exhibicionista. ¡Y qué risas, oigan! Risas poderosas. Carcajadas, incluso. De las que terminan en acceso de tos a nada que te despistes.

Entre el esperpento y el surrealismo, muy apegada al terruño, ‘Historias lamentables’ cruza las vidas, obras y milagros de un puñado de personajes enfrentados a lo extraño, lo raro y lo absurdo. Y con unos guiños a Granada de lo más sintomáticos.

Risas, muchas risas, pero con cargas de profundidad importantes, que la sátira empleada por Fesser nos sitúa frente al espejo valleinclanesco: a través de la visión de nuestro yo deformado, vamos más allá de lo aparente.

Apariencias. Mentiras. Fakes. La ilusión de la fantasía, también. La importancia del relato. Y del cuento chino. Todo ello es el leit motiv del episodio dedicado a las excusas. Antes, una arrebatadora Laura Gómez-Lacueva retuerce la realidad para construir su verdad y arrastrar con ella al inmigrante interpretado por Matías Janik —atención al chiste de la sangre—. También Conoceremos al patriarca y al heredero de una empresa de transportes muy particular, haciendo mofa de esos eventos empresariales y convenciones de directivos que tanto se llevaban en la edad prepandémica.

Para mí, el gran personaje de estas divertidísimas ‘Historias lamentables’ es el Bermejo interpretado por Chani Martínez, mitad López Vázquez, mitad Saza. Bermejo es un tipo metódico y ordenado que cree en el escrupuloso cumplimiento de las normas como esencia de toda sociedad civilizada. Tanto cree en ello que, aun de madrugada y sin tráfico, espera a que el semáforo se ponga en verde para cruzar la calle. Y ahí comienzan sus problemas. O, quizá, lo que empieza es su liberación…

En nuestra vida anterior, todos éramos Bermejo, seguros de nosotros mismos y de lo que nos rodeaba. Creíamos controlar las cosas. Teníamos un plan. Seguíamos con paso firme un camino trazado, en parte por nosotros mismos y en parte por el entorno. Entonces ocurre lo inesperado y en un abrir y cerrar de ojos, todo cambia. Como la vida misma.

¿Y el guiño a Granada? Sutil. Divertido. Provocador. Porque diferentes personajes declaran sus ganas de venir a nuestra tierra. Un deseo que, sin embargo, no es fácil de satisfacer. ¿Será por las eternas inconexas conexiones? ¿Por el cierre perimetral? ¿Por el romanticismo mochilero? Será, será, será.

Jesús Lens

¿Vamos al cine?

El verano suele ser cinematográficamente yermo, estéril e inhábil, con estrenos infumables y títulos abstrusos que uno nunca llega a adivinar cómo han terminado convertidos en película y, sobre todo, cómo han encontrado hueco en la cartelera.

 

Este tramo final de julio, sin embargo, nos sorprende con alguna apreciable y agradable sorpresilla, a la espera de ver la muy prometedora “Dunkerque”, de Christopher Nolan, uno de los grandes directores contemporáneos y de los pocos de los que me fio a ciegas. Y sin olvidar “Su mejor historia”, que puede terminar siendo una de las pequeñas-grandes películas del año y está emboscada en la cartelera granadina con solo dos pases diarios.

Espero ver ambas películas, estos días, y comentarlas con ustedes. Mientras, digamos que conviene pasarse por “La guerra del planeta de los Simios”, final de una trilogía más que interesante sobre una de las grandes sagas de la historia del cine. Eso sí: échenle paciencia, que alcanza la nada desdeñable –e innecesaria- duración de 153 minutos.

 

Y, como les digo, no hacía falta: si el montador hubiera cortado una hora de metraje, el guion se habría mantenido incólume y la historia funcionaría exactamente igual, sin necesidad de tantos subrayados dramáticos o reiterados énfasis trágicos. Pero, ya les digo, es buena película, con secuencias muy poderosas. Una invitación a reflexionar sobre el mundo que podría estar por venir y en la que Woody Harrelson se atreve a copiar al Marlon Brando de “Apocalypse Now”, sin rubor… y sin salir del todo malparado del empeño.

“Baby Driver”, de la que hablaba en la anterior entrega de El Rincón Oscuro,  también es demasiado larga. Pero también se deja ver. Y escuchar. Que la música es parte esencial de la película. Si les gustan los coches a toda velocidad y los atracos imposibles a ritmo de funky, la disfrutarán. Sobre todo, la primera parte. Después ya, cansa, con tanto giro de guion, tratando de sorprender y epatar al espectador.

Y nos queda “Día de patriotas”, una solvente película que ahonda en una dramática situación de la actualidad más reciente: el ataque terrorista durante la Maratón de Boston de 2013 y la posterior caza del hombre puesta en marcha para detener a los autores del atentado. Me gustó el tono que le imprime el director y el tratamiento que el guion hace de los terroristas, absolutamente alejado de cualquier convención al uso. Volveremos sobre ella, con más tiempo.

 

Jesús Lens

“El clan”, crónica negra basada en hechos reales, en Argentina sin nostalgia

Organizado por CAJAGRANADA Fundación en colaboración con los festivales Cines del Sur y Granada Noir, el ciclo Argentina sin nostalgia continúa mañana martes, a las 19 horas, en el Teatro CAJAGRANADA, con entrada gratuita hasta completar aforo

 

Con “El clan”, dirigida en 2015 por Pablo Trapero, el ciclo Argentina sin nostalgia entra en la crónica negra, gracias a una cinta que ganó el Goya a la mejor película iberoamericana en 2016 y que batió récords de taquilla en su país

 

A las 21 horas, CAJAGRANADA Fundación completa un programa doble de cine con el estreno en Granada del documental “Gurumbé. Canciones de tu memoria negra”, con la presencia de su director Miguel Ángel Rosales   

 

 

Con la proyección de “El clan”, dirigida en 2015 por Pablo Trapero, continúa mañana martes, 16 de mayo, en el Teatro CAJAGRANADA, el ciclo de AulaCine que recupera algunos títulos imprescindibles del cine contemporáneo argentino y anticipa la llegada del recuperado festival Cines del Sur, el próximo mes de junio.

 

Con esta película entramos en la crónica negra de la Argentina de los años de la transición democrática, a través de una siniestra historia basada en hechos reales y que cuenta la vida de una familia dedicada a secuestrar personas para exigir un rescate. Secuestros que, en muchos casos, terminan mal para las víctimas. Cuando se conoció el llamado “Caso Puccio”, la sociedad argentina quedó absolutamente sobrecogida.

 

Tal y como explica el profesor Rafael Marfil, profesor de la UGR y autor del estudio correspondiente a “El clan” que se entregará a todos los espectadores que acudan al Teatro CAJAGRANADA a ver la película, impresiona saber que fue verdad, que “el clan” existió, liderado por Arquímedes Rafael Puccio (Guillermo Francella), miembro del Batallón de Inteligencia 601, unidad del ejército argentino tristemente conocida por el terrorismo de estado, la extorsión y los secuestros, a veces con la participación de la policía, además de formar parte de la famosa Operación Cóndor, estrategia para auspiciar y consolidar las dictaduras de extrema derecha en América.

La película refleja muy bien cómo este personaje lideró un clan con algunos compañeros de brigada y con la colaboración de su propia familia, secuestrando a varios empresarios a principios de los años 80.

 

La ambientación, magníficamente cuidada, logra el contraste entre el mundo glamuroso de uno de los hijos, Alejandro, exitoso jugador de la selección argentina de Rugby, por un lado; mientras que un cuarto de baño o un sótano de la casa eran un improvisado zulo en las peores condiciones de indignidad, con una iluminación basada en claroscuros. Es la luz frente a la oscuridad, en la que siempre estaba sumida la casa familiar. La propia composición de las escenas nos muestra esa doble faceta de los personajes principales.

 

Gurumbé. Canciones de tu memoria negra

 

A las 21 horas, el Teatro CAJAGRANADA también acogerá, mañana martes, el estreno en Granada del documental “Gurumbé. Canciones de tu memoria negra”, con la presencia de su director, Miguel Ángel Rosales.

 

Miguel Ángel Rosales es licenciado en Antropología por la UNED. De vocación autodidacta, realiza varios talleres y cursos de cine en diversas escuelas entre los que destacan Cine Documental Etnográfico en el Instituto de Patrimonio de Andalucía con Oscar Clemente y Eduardo Montero; Cine y Antropología en la Universidad de Barcelona con Roger Canals; Taller de Construcción Documental en la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de Los Baños (Cuba), con Rolando Almirante y Bárbara Elba Rivero o el Seminario, Documental y ficción: Un Acercamiento a la Doble Naturaleza del Cine impartido por Víctor Erice.

 

El festival Granada Noir

 

Granada Noir es un festival multidisciplinar de carácter popular dedicado al género negro y policíaco, puesto en marcha en 2015 por Gustavo Gómez y Jesús Lens y que cuenta con el patrocinio de Cervezas Alhambra y la colaboración de Diputación de Granada, CAJAGRANADA Fundación, Consejería de Cultura, Turismo y Deportes de la Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Granada, además de otras empresas, comercios y particulares.

GRN es un festival que promueve un variado maridaje de propuestas culturales de calidad contrastada; una cita de carácter abierta, creadora, innovadora, participativa y gratuita, que saca la cultura a la calle, a los barrios y a los pueblos y que, además, la lleva a bares, bibliotecas, clubes, cines y cafés.

 

Un festival cuyo programa está abierto a todas las artes y que permite maridar las disciplinas más diferentes, posibilitando el contacto y la relación directa entre autores, creadores, público y aficionados.

Negritud cinematográfica

En las últimas semanas se han estrenado tres películas con un denominador común: su negritud. Y no en el sentido policíaco del término.

Como reacción a la polémica que sacudió los Oscar del pasado año, en la edición de 2017 compiten varias cintas escritas, dirigidas e interpretadas por afroamericanos que cuentan historias de ciudadanos negros obligados a enfrentarse al sistema. Y de ello hablo hoy en IDEAL.

La canóniga “Figuras ocultas” muestra a tres mujeres de color que trabajaban en la NASA y que, además de demostrar su enorme valía, tuvieron que romper mil y un prejuicios hasta conseguir incorporarse a proyectos a la altura de sus altísimas capacidades.

“El nacimiento de una nación”, aunque cuenta con algunas secuencias impactantes, como la de los rebeldes colgados al son de la estremecedora canción “Strange fruits”, interpretada por Nina Simone; es un desastre a la hora de narrar la historia de Nate Parker, un instruido esclavo, buen conocedor de la Biblia, al que los propietarios de las haciendas del sur de los Estados Unidos usaban para amansar a los demás cautivos… y que terminó protagonizando una sangrienta rebelión.

La película quiere huir de tal manera de los clichés y de los lugares comunes que acaba resultando fría como el hielo, sin transmitir emoción alguna a un espectador que asiste incrédulo a cómo Nate Parker, en su excesivo triple papel de guionista, director y protagonista, destroza una historia que debería haber resultado emocionante y sobrecogedora.

Y nos queda “Moonlight”, la mejor de la terna, a la espera de ver “Fences”, con Denzel Washington. Dirigida por Barry Jenkins, cuenta la historia de Chiron, centrándose en tres momentos concretos y definitorios de su vida: cuando es niño, de adolescente y ya mayor.

Chiron, apodado Little, es un niño tímido y apocado que vive en una barriada pobre de Miami, con una madre adicta al crack, acosado en el colegio y protegido por un narcotraficante. A través de magníficas elipsis y de una opresiva narración basada en expresivos primeros planos, asistiremos a la evolución y al crecimiento de Chiron y a su forma de enfrentarse al complicado entorno en que vive.

Una narración que, de forma brillante -en este caso, sí- huye de los tópicos al uso y convierte a “Moonlight” en firme aspirante a arañarle algunos Oscar a la favorita “La La Land”… ¡con permiso de “Comanchería”, mi mejor apuesta perdedora para esta noche!

Jesús Lens

Rogue One

El pasado jueves fui con mi hermano y sus dos hijas a ver “Rogue One: una historia de Star Wars”. Que lo del subtítulo no es baladí: cuando le pregunté a Carmela por el nombre de la película que íbamos a ver, me respondió, toda alborozada: ¡¡¡¡Star Wars!!!! Y de esta experiencia hablo hoy en IDEAL.

No creo descubrir nada al decir que el universo creado por George Lucas va más allá, mucho más allá, de lo estrictamente cinematográfico. Ejemplo: a la Iniciativa de Defensa Estratégica con escudos antimisiles propuesta por Ronald Reagan en 1983 se la conoció popularmente como “Star Wars”, algo que nunca molestó al presidente norteamericano.

Más ejemplos del impacto del fenómeno galáctico: se calcula que el mercandishing de la saga pudo alcanzar ventas de 5.000 millones de euros tras el estreno del episodio 7 y ayer, día de Navidad, la emisión del episodio 3 en televisión provocó cinco trending topics diferentes en Twitter, con miles de internautas hablando de Anakin, los Sith, Palpatine o la princesa Amidala.

“La guerra de las galaxias” se estrenó en 1977. Recuerdo que mis padres nos dejaron en casa y ellos se fueron al cine. A “El imperio contraataca” ya sí fuimos mi hermano y yo. Seguramente no entendimos nada -de hecho, teníamos muy claro qué era el Imperio, pero no ubicábamos bien al Ataca contra el que peleaba- pero nunca olvidaremos que estuvimos allí. En el cine.

El estreno del episodio 1, aunque resultó decepcionante, no impidió que fuéramos a ver los dos siguientes, emocionándonos con la primera respiración de Darth Vader, una vez implantada la famosa máscara al abrasado cuerpo del pobre Anakin. ¿Y el episodio 7? ¡Una gozada! Pura diversión mezclada con las dosis justas de nostalgia.

En 2017 llegará el episodio 8. Cuarenta años después, el fenómeno continúa creciendo. De forma exponencial. Crece tanto que hasta los soldados del ejército imperial se han convertido en estrellas, protagonizando desfiles en los que son aclamados por el público e incorporándose a las camisetas de los jóvenes de todo el mundo.

“Star Wars” es el mayor fenómeno cinematográfico de todos los tiempos, y tener la oportunidad de seguir viviéndolo, año tras año, es un privilegio.

  • Vale, vale. Pero, ¿y de “Rogue One”, qué”.
  • Que vayan a verla. Que está muy bien. Que no será una obra maestra del cine, pero que mola mucho. En dos o tres días, la comentamos.

Jesús Lens