Demo y Tritio Magnético

¿A que suena a nueva película de la Marvel, protagonizada por dos superhéroes del futuro? Aunque no descartamos su adaptación al cine, Demo y Tritio Magnético son las dos piezas musicales recién compuestas por David Montañés y Juan Cruz-Guevara que se estrenarán mundialmente el próximo viernes, en el Teatro CajaGranada, en uno de los momentos más esperados del festival Gravite.

Escribo, emocionado, tras asistir al monumental ensayo de ayer domingo. ¡Increíble ver sobre el escenario a todas las personas que van a participar en un concierto que será único, mágico, especial e irrepetible! Un viaje musical que conectará el pasado medieval de la Granada nazarí con el futuro acelerador de partículas. ¡Ahí es nada!

Máxima atención a la nómina de involucrados en el proyecto: Coro Manuel de Falla de la UGR y Ensemble de la Orquesta de la UGR; Aziz Samsaoui tocando el qanum y la cítara; Oussama Samsaoui al rabel y fídula; el multipercusionista Álvaro Blas y el propio David Montañés, al piano y los sintetizadores.

Ensayo en el Teatro CajaGranada

Un desafío monumental en el que también participa Acento Comunicación con las imágenes que se proyectarán durante el concierto, el periodista Enrique Árbol como narrador y voz en off, el profesor de la UGR Javier Praena, que ha escrito los textos científicos que se escucharán desde el escenario y, por si fuera poco, Antonio Arias pondrá su sapiencia, arte y magisterio al servicio de un proyecto surgido de la prodigiosa, cósmica e inabarcable capacidad creativa de Jorge Rodríguez Morata.

Allá por noviembre, Jorge y yo quedamos en el Bar Ávila para tomar unas cañas y hablar sobre Gravite. No tardamos ni un chispo en sintonizar y entendernos. Hace unas semanas, Jorge nos citó en la Facultad de Ciencias. Nos encerró en un aula y nos puso en manos de Javier Praena, quien nos explicó con todo lujo de detalles qué es, cómo funciona y qué utilidades tiene un acelerador de partículas. Nos quedamos con la boca abierta. Tanto que la charla está incorporada al programa de Gravite, patrocinado por Bankia. Será el jueves 31 de enero, en una apasionante sesión que también contará con la participación del catedrático de la UGR Eduardo Ros.

Es fascinante cómo el acelerador de partículas ha inspirado la imaginación y el genio compositor de David y Juan. Van ustedes a flipar con sus Demo y Tritio Magnético.

Jesús Lens

Promesas por cumplir

El mismo día que arrancaba Fitur y nos abrazábamos y besábamos a nosotros mismos por las excelentes cifras cosechadas por el sector turístico en 2018, cenaba con un amigo cuya experiencia viajera en Granada, el verano pasado, fue nefasta.

Me encontraba en Zaragoza, disfrutando del festival Aragón Negro. El ambiente de la cena, informal, era alegre y desenfadado, por lo que aproveché para desgranar el programa de Gravite, el festival sobre el viaje en el tiempo cuya primera edición arrancamos el próximo martes. Al terminar, rematé mi entusiasta alocución con una de esas declaraciones de principios que, en ocasiones, te revientan la cabeza a modo de bumerán: “Granada es una ciudad a la que todo el mundo quiere venir”.

Porque uno de mis contertulios, premiadísimo escritor y colaborador habitual en prensa, estuvo en Granada el pasado agosto. Había reservado plaza hotelera en la Costa Tropical y el lugar que se encontró, por las muecas que ponía, debió ser un poema. Tras quejarse y protestar, consiguió que le cambiaran de hotel.

Y le llegó el turno a la Alhambra, por cuya visita le cobraron cerca de 50 euros a él y otros tantos a su pareja.

—Sería una visita guiada—le pregunté.

—Ni guiada ni leches. Fue una estafa en toda regla.

A esas alturas de la cena, yo ya no sabía donde meterme, qué decir ni cómo explicar lo inexplicable. ¿No habíamos quedado en que ya no era posible la reventa de entradas a la Alhambra?

Mi amigo me lo comentaba sin acritud. Pero me dejaba un último recado:

—La imagen para la ciudad es malísima, Jesús. Pésima.

Y tanto. De hecho, las caras de las personas que nos acompañan esa noche no hacían presagiar una próxima visita a Granada, precisamente.

¡Qué gran reto tienen por delante Juan Marín, Ciudadanos y el PP, con cuestiones como las planteadas! ¿Serán capaces de cumplir sus promesas de profesionalización -y hasta de granadinización- de la gestión de la Alhambra, signifique eso lo que sea que quiera significar? ¿Pondrán coto al desmán de los apartamentos turísticos? ¿Y a las estafas por Internet en el sector turístico?

Marín se ha quedado con Turismo, la joya de la corona de la economía andaluza. El PP se queda con la gestión de la Alhambra. ¡Suerte con el empeño! Es hora de cumplir las promesas realizadas en la campaña electoral.

Jesús Lens

El Valle encantado

Iba a utilizar al clásico de John Ford para hablar sobre el Valle de Lecrín, pero el pasado al que hace referencia “¡Qué verde era mi valle!” no sería justo ni acertado. Hoy por hoy, el Valle es un lugar feraz, vivo y palpitante.

Foto que hice desde la ermita del Cristo del Zapato

Tiro de memoria en busca de otros valles cinéfilos, pero como amante del western que soy, los que se me vienen a la cabeza son oscuros y de venganza, valles de violencia y de muerte. Y no es eso, no. Es precisamente lo contrario.

El pasado agosto, cuando viajaba por toda nuestra provincia para escribir la serie Verano en Bermudas, visité el Valle. Así comencé aquella crónica: “La Autovía de la Costa Tropical es una de las mejores cosas que nos han pasado a los granadinos, pero su rápido trazado conlleva un efecto colateral: olvidar que las carreteras secundarias también existen. Por ejemplo, las que nos conducen al Valle de Lecrín, una de las comarcas más exuberantes de Granada”. (Seguir leyendo AQUÍ)

No dejo de recordar aquella excursión cada vez que leo noticias sobre el proyecto de instalación de la llamada autopista eléctrica en el Valle. Las primeras informaciones hablaban de una inversión de 100 millones de euros y venían cargadas positivismo: beneficios, plantas fotovoltaicas, parques eólicos, riqueza, desarrollo… ¿Cómo no estar a favor de semejante maná?

Pronto empezaron a llegar las primeras críticas al proyecto. Las quejas de los ecologistas se dan por descontadas en este tipo de conflictos, pero que un buen número de vecinos, alcaldes, instituciones y empresarios se hayan aunado para levantar su voz contra los planes de Red Eléctrica de España resulta muy elocuente. (Leer AQUÍ la información de Jorge Pastor)

La plataforma “No a las torres” señala que la instalación de la autopista eléctrica provocaría un daño irreparable en el Valle de Lecrín e “incrementaría de forma exponencial el empobrecimiento y la despoblación, condenando al Valle a convertirse en un bosque de torres de alta tensión en lugar de ser el mejor ejemplo de olivar nazarí que existe y candidato a patrimonio mundial”. (Ver AQUÍ la galería de fotos que hice en 2008 y publicó IDEAL)

Tema arduo y complejo, pero los datos que van desgranando los vecinos y colectivos afectados dejan bien a las claras que se trata de un proyecto brutalmente invasivo cuyos teóricos beneficios podrían no compensar los perjuicios que arrostrarán. ¡Qué triste sería pasar del Valle Encantado a suspirar por su verdor perdido, quién sabe en aras de qué quimeras!

Jesús Lens

Juego de Truenos

El cine y las series de televisión pueden moldear, cambiar y transformar la sociedad. Es algo que sostengo desde hace tiempo y, de hecho, hasta he dado charlas para demostrarlo fehacientemente.

Entre otros, me gustaba poner como ejemplo a Pablo Iglesias regalándole las cuatro primeras temporadas de “Juego de Tronos” al rey, para que conociera “las claves sobre la crisis política de España”.

Tiempo después, en la pasada campaña electoral andaluza, Teresa Rodríguez volvió al ataque catódico e identificó a Adelante Andalucía como la Guardia de la Noche que, para acabar con los Caminantes Blancos, se compraba tres dragones. En un vídeo que no tardó en hacerse viral -y que caminaba sobre la delgada línea que separa lo moderno y actual del ridículo más espantoso- la líder de Podemos en Andalucía terminaba caracterizada como la Khaleesi andaluza.

¿Con qué personaje de la saga de R.R. Martin se identificaría Pablo Iglesias en sus sueños más íntimos? Por imagen, con alguno de los Stark, posiblemente, que para algo son los buenos de la función. Pero en su fuero interno y tan amante como es del tactismo y de las estrategias, fijo que fantaseaba con ser ese Meñique que, con su preclara inteligencia y prodigiosa visión de futuro, terminaría por dirigir los destinos de España.

La realidad, sin embargo, es tozuda y personajes tan poderosos como los de “Juego de Tronos” no se han avenido a desempeñar el papel impuesto por los dirigentes de Podemos: la tormentosa actualidad política española les ha dado uno de esos letales golpes de efecto tan característicos de la saga.

La maniobra de Errejón en Madrid y la renuncia de la granadina Carmen Lizárraga en Sevilla acaban de dejar reducidos a Iglesias y Rodríguez a la categoría de pérfidos Lannister escorados hacia la extrema izquierda más inmovilista.

Si por algo se caracterizan los Lannister es por no temblarles el pulso a la hora de laminar a sus rivales internos. Como sucede en la fértil y cruel imaginación de J.J. Martin, en Podemos no hay personaje que esté a salvo ni seguro de llegar con vida al siguiente episodio.

Y como ocurre con las sagas-río, resulta complicadísimo seguir la trama de Podemos, sus familias, marcas, confluencias, escisiones, purgas y traiciones sin el imprescindible resumen de todo lo acontecido previamente en la serie, al comienzo de cada capítulo.

Jesús Lens

Vegas: correr con sentido

No hay nada más satisfactorio que correr por una buena causa. A quien le gusta correr, por supuesto.

En realidad, correr ya es una buena causa en sí misma, que a estas alturas no vamos a recitar todos los beneficios y propiedades de la actividad física. Con moderación. O desmesuradamente. A gusto de cada cual y dependiendo de sus condiciones físicas… y mentales.

Pero correr por una buena causa, como la lucha contra la violencia de género, resulta especialmente reconfortante. De ahí que eligiera la cita de Vegas del Genil del pasado sábado para volver a las carreras sobre asfalto, tras dos años alejado de dorsales, cronómetros y demás zarandajas propias de la competición.

Hacía frío. Mucho. Y no entendía el empeño en hacerla nocturna, en pleno mes de enero, en lo más crudo del crudo invierno. Lo explicó la concejala de Igualdad, antes de darse el pistoletazo de salida a la carrera: se trataba de reivindicar el derecho de las mujeres a correr, también, de noche, sin sentirse asustadas o intimidadas.

Una buena declaración de principios que me encorajinó y me dio ánimos justo cuando el cuerpo me pedía refugiarme en la cafetería más cercana y hartarme chocolate con churros, al calor de alguna chimenea cuyo evocador aroma impregnaba el ambiente.

Seríamos unas 150 personas de la partida. En cuanto comenzó la carrera, el grupo se estiró como una serpentina y no tardamos en encontrarnos bastante solos, que el recorrido era sinuoso y estaba lleno de curvas, giros y recovecos. De ahí que sea preceptivo felicitar a la organización, que se tuvo que afanar para garantizar la seguridad de los atletas… y para que los rompetechos como yo no se despistaran en la maraña de calles de Vegas.

Disfruté corriendo. Y sufrí lo mío, también, que ya no tengo acostumbrados al cuerpo y a la mente a ese tipo de triscas. La primera recompensa fue cruzar la meta. La segunda, reponer líquidos en uno de los lugares más mágicos de Granada: el Charavinillo.

Habíamos estado en verano, disfrutando del frescor nocturno de la vega. En esta ocasión, Carol, mi cuate Pepe y yo nos arrimamos a la lumbre de la chimenea para disfrutar de unos sabrosos embutidos, unas setas a la plancha y de una morcilla picante con tomate que quitaba el sentido. Pero esa será ya otra historia.

Jesús Lens