El ciclo Luchando con monstruos en AulaCine CAJAGRANADA

Mañana martes, 18 de octubre, el Teatro CAJAGRANADA acoge la proyección de “M, el vampiro de Düsseldorf”, una obra maestra del cineasta alemán Fritz Lang, dirigida en 1931, durante su etapa alemana, y buena muestra de ese expresionismo que tanta influencia tendría posteriormente en el cine negro clásico norteamericano.

Ciclo Monstruos pr-4

Además, “M, el vampiro de Düsseldorf” es una cinta imprescindible para comprender, entre otras cuestiones, el auge del cine sonoro. En esta película se recrea la historia de un asesino real, Peter Kürten, que conmocionó a aquella tenebrista Alemania en la antesala de la gran tragedia provocada por el ascenso del nazismo. La maldad de uno de los primeros asesinos en serie, considerados como tal por la policía y la opinión pública. Un caso real que sirvió como fuente de inspiración para una historia cinematográfica que se tiene presente todavía en el séptimo arte.

A través de este enlace podéis consultar más información sobre “M, el vampiro de Düsseldorf”:

http://blog.cajagranadafundacion.es/index.php?listEntrada=176

Con esta película continúa el nuevo ciclo de AulaCine CAJAGRANADA, “Luchando con monstruos”, programado conjuntamente por CAJAGRANADA Fundación y por Granada Noir, con la colaboración de ESCO, algunos de cuyos profesores y alumnos han preparado guías de visionado de cada una de las películas.

Ciclo Monstruos pr-4

El ciclo “Luchando con monstruos”

Aprovechando la celebración de Granada Noir, y de acuerdo a la intención de dar continuidad a las actividades del Festival más allá de los días de celebración del mismo, AulaCine CAJAGRANADA y GRN2 han programado un ciclo de diez películas, que se prolongará hasta final de año y que se proyectarán en el Teatro CAJAGRANADA, a las 19 horas y en versión original subtitulada.

El ciclo “Luchando con monstruos”, para el que profesores y alumnos de ESCO prepararán fichas de visionado que aporten datos relevantes para el espectador, parte de una famosa cita del escritor Mark Twain:

“El que lucha con monstruos,

debe tener cuidado para no convertirse en un monstruo él mismo”

Este año se cumplen 25 años del estreno de “El silencio de los corderos”, la película de Jonathan Demme que, protagonizada por Jodie Foster y Anthony Hopkins, popularizó la figura de Hannibal Lecter y, por extensión, la del asesino en serie.

Hannibal

Desde aquel ya lejano 1991, han sido innumerables las películas, novelas y series de televisión protagonizadas por asesinos seriales, una figura nauseabunda y repulsiva que, sin embargo, provoca una extraña fascinación en lectores y espectadores.

El nuevo ciclo de AulaCine CAJAGRANADA, en colaboración con el Festival Granada Noir, invita a hacer una reflexión sobre la figura del serial killer, pero poniendo el acento en las personas que luchan contra ellos, de los encargados de capturarlos y encerrarlos, evitando que sean una amenaza para la sociedad.

Un ciclo que apuesta por los que luchan con monstruos, haciendo nuestro el título del libro de Robert K. Ressler, famoso criminólogo y experto asesor del FBI.

Las películas que componen el ciclo “Luchando con monstruos” aúnan clásicos de la historia del cine de directores conocidos por todos como títulos más actuales y, algunos, muy sorprendentes.

A sangre fría Toby Jones

El calendario de proyecciones es el siguiente:

Martes 4 de octubre: “Infamous. Historia de un crimen”, de Douglas McGrath.

Miércoles 5 de octubre: “El silencio de los corderos”, de Jonathan Demme.

Martes 18 de octubre: “M, el vampiro de Düsseldorf”, de Fritz Lang.

Martes 25 de octubre: “La sombra de una duda”, de Alfred Hitchcock.

Martes 8 de noviembre: “La noche del cazador”, de Charles Laughton.

Martes 15 de noviembre: “El cebo”, de Ladislao Vadja.

Martes 22 de noviembre: “Asesinato por decreto”, de Bob Clark

Martes 29 de noviembre: “Seven”, de David Fincher.

Martes 13 de diciembre: “El niño 44”, de Daniel Espinosa.

Martes 20 de diciembre: “un toque de violencia”, de Jia Zhangke.

El festival Granada Noir

Granada Noir es un festival multidisciplinar de carácter popular dedicado al género negro y policíaco, puesto en marcha en 2015 por Gustavo Gómez y Jesús Lens y que cuenta con el patrocinio de Cervezas Alhambra y la colaboración de Diputación de Granada, CajaGRANADA Fundación, Consejería de Cultura, Turismo y Deportes de la Junta de Andalucía y Ayuntamiento de Granada, además de otras empresas, comercios y particulares.

GRN es un festival que promueve un variado maridaje de propuestas culturales de calidad contrastada; una cita de carácter abierta, creadora, innovadora, participativa y gratuita, que saca la cultura a la calle, a los barrios y a los pueblos y que, además, la lleva a bares, bibliotecas, clubes, cines y cafés.

Un festival cuyo programa está abierto a todas las artes y que permite maridar las disciplinas más diferentes, posibilitando el contacto y la relación directa entre autores, creadores, público y aficionados.

El Nobel más musical

Hasta tres veces ha actuado el Nobel de Literatura de este año en Granada. La última, hará poco más de un año. Dylan. Bob Dylan. Un músico y poeta cuya figura trasciende la historia de las artes para entrar, directamente, en la mitología. Y de ello escribo hoy en IDEAL.

Bob Dylan Granada Indyrock

Cuando le concedieron el Nobel del año pasado a la escritora y periodista bielorrusa Svetlana Alexiévich, hubo un cierto silencio generalizado. En primer lugar, porque a ver quién era el valiente que le ponía un pero a “sus escritos polifónicos, un monumento al sufrimiento y al coraje en nuestro tiempo”. Y, en segundo lugar, ¿quién era el guapo que la había leído como para sentirse capacitado para juzgar su obra?

En el Nobel a Dylan, sin embargo, todos nos sentimos legitimados,  llamados y casi, casi obligados a opinar y posicionarnos. Volver a los argumentos a favor y en contra que venimos leyendo desde ayer sería absurdo, cansino y reiterativo. Personalmente, estoy a favor.

Bob Dylan Granada

No creo que haya nadie que discuta la calidad de la poesía de decenas y decenas de letras del acervo dylaniano. Poesía que forma parte del yo más íntimo de, al menos, tres generaciones. Cuando, en su última actuación en Granada, se marcó el “Blowing in the wind”, los (pocos) asistentes que estábamos atentos al concierto, nos sentimos levitar, elevados a los cielos. Hubo otros muchos miles que ni se enteraron de que Dylan tocó uno de sus himnos inmemoriales. Ellos estaban allí para otra cosa. Para verse y dejarse ver. Pero esa es otra historia.

El caso es que las Redes arden con el tema. Y sí. Es cierto que el Nobel no lo tienen Philip Roth, McCarthy o el mismísimo Murakami, uno de los eternos perdedores. Pero, si somos sinceros, ¿quién ha leído algo de Svetlana Alexiévich en estos doce meses?

Concierto de Bob Dylan. Foto: Ramón L. Pérez
Concierto de Bob Dylan. Foto: Ramón L. Pérez

Yo soy poco amigos de purismos y esencias. Me gustan el mestizaje, el maridaje y la combinación de artes. Me gusta que la Feria del Libro de Granada, por ejemplo, vincule literatura y música, al igual que he disfrutado este año, en Granada Noir, llevando los libros a algunos bares de la ciudad, para comentarlos con sus autores al calor de una Alhambra Especial.

De hecho, ya cuento los días para que le den el Nobel del año que viene a Woody Allen, genio incontestable de la escritura cinematográfica.

Jesús Lens

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Cofradía Penón-Osorio

El pasado jueves, cuando se encendieron las luces del salón de actos del Palacio de los Condes de Gabia, había un montón de gente secándose las lágrimas de los ojos. Y cuando digo un montón quiero decir un montonazo: el documental de Isabel Martínez Reverte sobre la maleta de Penón nos había conmovido y afectado hasta lo más hondo. Y de ello hablo hoy domingo en IDEAL.

Cofradía Penón Osorio

Búsquenlo en A la carta de RTVE. Está a su disposición. Pero ya conocen ustedes una de mis máximas: no es lo mismo ver una película que ir al cine. Y en la oscuridad de la sala, con decenas de personas en silencio sepulcral, volver a recordar la historia de Marta Osorio, Agustín Penón y su investigación sobre la muerte de Lorca en la Granada de los cincuenta, nos taladró hasta el tuétano a todos los que tuvimos el privilegio de disfrutar de una de las jornadas más emocionantes de Granada Noir.

Laura Muñoz y Agustín Penón

La presencia de la propia Isabel, del realizador Manuel Guerra y del poeta Juan de Loxa, amigo personal de Marta Osorio, le confirió al acto una emotividad muy especial. Máxime porque en la sala, además de Fátima Gómez, la diputada de cultura de Granada, estaban Virginia, íntima amiga de Marta, que la acompañó hasta que falleció el pasado agosto; uno de sus hermanos y un sobrino.

A Marta Osorio, depositaria de la maleta de Penón y la persona que escribió el libro que Agustín nunca pudo culminar, no le gustaba la palabra homenaje. Por eso, lo que hizo Granada Noir fue recordarla. Con respeto, cariño, emoción y admiración.

Además, esa velada tan especial, permitió que la Diputación y la familia más cercana de Marta pudieran hablar de forma amable, cordial y distendida sobre el legado de Marta. Estamos seguros que el material recopilado por Agustín Penón en aquella Granada oscura de los cincuenta y que Marta custodió con tanto celo como cariño, encontrará acomodo en la casa de Lorca de Fuente Vaqueros, y se convertirá en lugar de peregrinación para la Cofradía de Penón-Osorio.

Así empezó mi 2016...
Así empezó mi 2016…

Una cofradía que le deberemos, cuando surja, a una persona que este año se ha convertido en uno de los tipos más importantes de mi vida y gracias al que organizamos la velada del pasado jueves en Granada Noir: Enrique Bonet, cuyo libro “La araña del olvido” está en el origen de todo esto y del que tanto hablamos en este artículo.

¡Gracias Enrique!

Jesús Lens

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Clubes de lectura

¿Conocen ustedes el origen etimológico de la palabra club? Si mis fuentes no me fallan y he hecho una correcta búsqueda en Internet, el término original en inglés se traduciría como “garrote”, esa especie de bastón que, más delgado por la parte del mango y bien grueso en el extremo, se utilizaba para golpear en la cabeza a una persona.

Y, miren que les diga, que si esa definición no es exacta, me da igual. Porque me encanta. En primer lugar, explicaría el fenómeno hooligan de determinados aficionados al fútbol. Pero es que, además, representa lo que debería suponer ser miembro de un club, dando igual si es deportivo, cultural o social.

Hacerse miembro de un club supone movimiento y acción. Voluntariedad. Decisión. Y compromiso. De ir a las reuniones, de participar en la toma de decisiones, de pagar las cuotas. Y, sobre todo, uno se apunta a un club para relacionarse, compartir aficiones y experiencias y colaborar en la consecución de un fin común. Para sacudir las neuronas, en una palabra.

Y los clubes de lectura son la quintaesencia de esa actitud agitaneuronas. Porque escribir y leer son procesos eminentemente solitarios. Actividades individuales que absorben mucho tiempo y que, sin embargo, piden a voces ser compartidas.

Con el auge de las redes sociales, cada vez hay más vías para compartir la experiencia lectora. En ese sentido, no hay más que ver la importancia creciente de los Booktubers, como prescriptores de lecturas y autores. ¡Menudo concepto, por cierto, el de prescriptores!

Pero no hay red social comparable a juntarse, un grupo de personas, y hablar cara a cara mirándose a los ojos y viéndose gesticular, mientras comentan un libro o un tebeo recientemente leído. De ahí la importancia de esos clubes de lectura que permiten socializar en torno a la lectura.

Conscientes del trascendental papel que desempeñan, Granada Noir ha posibilitado que hasta cinco clubes charlen con autores invitados al festival, para que los lectores puedan intercambiar opiniones con ellos y profundizar en el proceso de creación literaria. Los clubes de las bibliotecas municipales de los ayuntamientos de Granada y Vegas del Genil, los de las librerías Ubú y Agapea y el club Sueca, están disfrutando estos días de la presencia de Andrés Pérez Domínguez, Toni Hill, Juan Ramón Biedma, Empar Fernández y Beatriz Rodríguez. ¡Un lujazo para todos!

Jesús Lens

Las mil caras de la ira

Coinciden en cartelera dos películas extraordinarias, policíacas, españolas y más negras que el carbón. Dos películas que han conquistado al público y a la crítica en los exigentes y prestigiosos Festivales de Venecia y San Sebastián. Dos películas que acreditan el extraordinario momento que atraviesa el cine Noir en nuestro país y de las que hablo hoy en El Rincón Oscuro de IDEAL.

El hombre de las mil caras

Son dos películas, además, de factura y temáticamente radicalmente distintas. Por un lado, “El hombre de las mil caras”, de Alberto Rodríguez, artífice de la memorable “La isla mínima” y en cuya producción también ha participado José Sánchez-Montes y la granadina Sacromonte Films. Escuchen aquí, por cierto, el programa de radio que hicimos sobre Alberto Rodríguez Javier Márquez, Juan Ramón Biedma y un servidor. No es por nada, pero nos ha quedado la mar de bien…

Por otro, “Tarde para la ira”, el inesperado y sorprendente debut tras las cámaras de un Raul Arévalo que, además de ser un excelente actor, apunta maneras para convertirse en un cineasta total y al que auguramos una exitosa carrera, también, detrás de las cámaras.

Tarde para la ira

“El hombre de las mil caras” es una película para ver con calma, sosiego y detenimiento. Se trata de una cinta de espías al estilo clásico en la que apenas se ve una pistola, un mal gesto o una sacudida de violencia. Un filme en que los seguimientos y las persecuciones nada tienen que ver con el cine de acción norteamericano al que estamos acostumbrados.

Una película con un diseño de producción exquisito en que Madrid, París, Singapur o Suiza lucen en pantalla con un esplendor y una minuciosidad en los detalles a los que no estamos acostumbrados en el cine español. “El hombre de las mil caras” cuenta la historia de un personaje que, si no hubiera existido en la realidad, habría que creado: Francisco Paesa. Un Francisco Paesa que, vivito y coleando, aprovechó el estreno de la película para conceder una de sus maravillosas y enigmáticas entrevistas. La vida de Paesa es tan desaforada que Alberto Rodríguez se ha centrado, exclusivamente, en el célebre episodio de la huida, paso a la clandestinidad y entrega de Roldán, un personaje que hubiera encajado como un guante en los tebeos de Ibáñez y que, sin embargo, fue director de la Guardia Civil y casi, casi Ministro del Interior del gobierno socialista.

El hombre de las mil caras Fotograma

“El hombre de las mil caras” es una lección de cine, desde el primer fotograma hasta el último. Y un recital interpretativo de un Eduard Fernández llamado a ganar todos los premios del año por su medida y memorable interpretación, perfectamente secundado por Carlos Santos y por un José Coronado que, por fin, cambia de registro. Sin dejar de ser él mismo, por supuesto…

El hombre de las mil caras Alberto Rodríguez

Y también hay que ir al cine a ver “Tarde para la ira”, por supuesto. Una película seca y áspera como la lija. Una película que te golpea como un zurdazo de Muhammad Ali, dejándote noqueado en la butaca del cine.

Un atraco frustrado a una joyería. Huyen los ladrones. El conductor que esperaba fuera tiene un accidente y es detenido por la policía. Pasa el tiempo. Cambio de escenario. Un bar de barrio. Un cliente serio, callado y taciturno. Los dueños, una pareja joven y optimista cuya hija va a hacer la comunión. Y la camarera, familia suya. Una camarera seca, consumida y hastiada por la vida que, cuando termina su turno tras la barra y sirviendo la terraza, va a la cárcel a visitar a su marido, en el bis a bis.

Con esos mimbres, que Arévalo cuenta en los cinco primeros impresionantes minutos de la película, están presentados todos los personajes y algunos de los escenarios en los que transcurrirá “Tarde para la ira”. A partir de ahí, una durísima historia de venganza y redención en la que las explosiones de violencia, secas y absolutamente carentes de cualquier pirotecnia, dejan boquiabierto al espectador.

Interpretada por un austero y contenido Antonio de la Torre, la ópera prima de Raúl Arévalo oscila entre el Noir urbano contemporáneo y un cine negro rural que recuerda, por momentos, a la violencia mostrada por Saura en “La caza” o, posteriormente, en “El séptimo día”, en que recrea la matanza de Puerto Hurraco.

Tarde para la ira de la torre

“El hombre de las mil caras” y “Tarde para la ira”, dos películas excelentes y de una factura técnica impecable. Dos ejemplos de las múltiples facetas que puede mostrar el Noir, con personajes, tramas, paisajes y situaciones radicalmente diferentes, pero que sirven para completar el mosaico del mejor cine español contemporáneo.

Jesús Lens

Twitter Lens