Sacromonte Films

Yo soy uno de esos tipos raros que se quedan a ver los títulos del crédito en el cine, cuando ya ha terminado la película. Teóricamente. Porque, si hasta el rabo todo es toro, hasta el último agradecimiento sobreimpresionado en pantalla, todo es filme.

El hombre de las mil caras

Me gusta no solo escuchar el tema final de la banda sonora, sino ver quiénes han compuesto e interpretado la música, comprobar las localizaciones y lugares de filmación y, sobre todo, me maravilla constatar las decenas y decenas de personas implicadas en una película, por artesanal y de bajo presupuesto que sea.

 

Fui a ver la extraordinaria “El hombre de las mil caras”, la última película de Alberto Rodríguez, una apabullante lección magistral de sabiduría cinematográfica, de ritmo y montaje. Y, también, un recital interpretativo de Eduard Fernández, más que merecidamente galardonado por su interpretación de Francisco Paesa en el Festival de San Sebastián. Y de ello hablo hoy en IDEAL.

Cuando vaya usted a disfrutar de “El hombre de las mil caras”, algo que debería hacer sí o también, no tardará mucho en ver el nombre de Sacromonte Films impresionado en la pantalla. Y, también, su logo, esa pita tan habitual en los barrancos del barrio troglodita de Granada, apuntando hacia arriba, altiva y orgullosa.

Sacromonte films

El equipo de José Sánchez-Montes, que también participó en la exitosa y multipremiada “La isla mínima”, ha dejado su impronta en una de las más exquisitas producciones de los últimos años Y es que, más allá de la trama, el guion y los personajes, la factura técnica de “El hombre de las mil caras” es impecable.

Desde los tiempos de “Ronin” no he visto un París tan atractivamente enigmático en una película de espías en la que todo encaja como un guante. Desde el París más identificable y sofisticado a ese otro más opresivo y anónimo en el que se refugió Roldán. Y está Suiza. Y está Singapur. Y los aeropuertos, las salas de espera, los restaurantes…

El hombre de las mil caras París

Decía Eduard Fernández que le gustaría que, un día, el auténtico Paesa le llamara para tomar un café y charlar. Ojalá que, cuando llegue el momento, esté ahí José Sánchez-Montes con su equipo de guerrilla, ése que utiliza para filmar documentales tan emocionantes como el que dedicó a la recuperación de nuestro querido Mariano Maresca. A la espera de “Omega”, disfruten de “El hombre de las mil caras”.

Jesús Lens

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