Lorca en colores

A mucha gente todavía le sale sarpullido cuando escucha el nombre de Lorca. Se escudan en que está muy manido y que resulta omnipresente en Granada. Que su sombra resulta asfixiante y castradora. Pero no es eso.

La dimensión simbólica tiene tal fuerza, el mito es tan apabullante, que nos empequeñece a todos. ¿Será por eso que todavía no existe una ruta lorquiana en condiciones, como debieran mandar los cánones?

Algunas cosas están cambiando, eso sí. Y afortunadamente. El Centro Lorca, por ejemplo, que empieza a dar aquello que esperábamos de él: exposiciones temáticas originales con parte del Legado lorquiano que reposa en su seno y una programación cultural cada vez más relevante.

Desde el punto de vista dramático, la nueva dirección del Teatro Isabel la Católica está incluyendo obras del autor de ‘Yerma’ en su programación, lo que es muy de agradecer. Además de ser un lujo para los granadinos, seguro que los turistas que nos visitan agradecen la oportunidad de disfrutar de una obra de Lorca en su propia ciudad. Detalles así convierten un viaje cualquiera en algo especial e inolvidable.

Y está la labor de la Diputación. Del portal web dedicado a la vida y obra del autor del ‘Poeta en Nueva York’ tenemos que hablar otro día, largo y tendido, que me quedo sin espacio y yo, lo que quería en esta columna, es lanzar un aullido de emoción después de ver el time lapse colgado en la web de IDEAL con los 100 segundos que muestran el trabajo del Niño de las Pinturas en la casa natal de Lorca en Fuente Vaqueros. (Ver aquí)

Grafiti de Lorca en Nueva York, de El Niño de las Pinturas

No sé si les gustará más o menos el grafiti y el arte urbano, pero el trabajo de Raúl Ruiz es sencillamente espectacular y va a suponer un revulsivo en las visitas a la residencia vegueña de la familia Lorca. Yo ya ardo por verlo en vivo y en directo. Lo mismo el lunes, que se anuncia nevada.

Enhorabuena a Willy Chacón por el giro radicalmente contemporáneo, osado y valiente que le ha dado a la gestión cultural del Patronato Lorca. Seguro que Federico está alucinando, feliz con este abrasador color y calor entorno a Lorca.

Jesús Lens