LA ENCRUCIJADA DEL CINE ESPAÑOL

Si leéis ESTE reportaje, os haréis una idea del follón que se ha montado con el tema de la Ley del Cine, las subvenciones, los Cineastas contra la Orden y la decisión de Bruselas de paralizar las ayudas al cine español.

 

¿Hay que subvencionar los grandes éxitos, como «Ágora» o presumiblemente «Planet 51»? Por esa vía, se trataría de premiar a las películas que mejor conecten con el público. Pero, si premiamos los éxitos de taquilla, ¿cuánto hay de calidad y cuánto de marketing? Por este camino, habría que invertir más en promoción que en arte…

 

Entonces, subvencionemos las pelis pequeñas, raras y de pequeño presupuesto. El otro cine.

 

Pero cuando ves según qué engendros (yo no suelo dejar a medias una película y, el otro día, un film español me produjo tanto bochorno que lo borré indignado del I Plus tras media hora de despropósitos) te preguntas: ¿es razonable gastar X millones de euros del presupuesto de un país para que un fulano pueda rodar esta MIERDA? ¿Por qué? ¿Para qué?

 

Porque subvencionar un cine que nadie ve… ¿tiene sentido?

 

Sin embargo, cuando ves maravillas como por ejemplo «África», de Alfonso Ungría, tan modesta, tan real, tan directa y con tanta carga de sensibilidad, te felicitas de que ese otro cine español sea felizmente posible, gracias y en buena parte, a las traídas, ansiadas, llevadas y denostadas subvenciones.

 

Y en esas estamos. Subvenciones, ¿antes o después? ¿A los éxitos o a los proyectos arriesgados? ¿A quiénes sí y a quiénes no? ¿Por qué razones?

 

Y el caos continúa…

 

Jesús Lens, cinéfilo dudoso-perplejo.