Nueva Comunicación

Me tengo por un achantado tecnológico que voy a rebufo de la modernidad. Y a las pruebas me remito: aún manejo una Blackberry y hago fotos y grabo vídeos con el iPad, sintiéndome un dinosaurio, torpe y aparatoso… Pero hago lo que puedo y trato de reciclarme.

 TAT Granada

Por ejemplo, soy uno de esos que han tardado en entender que LinkedIn no es (solo) una Red Social para buscar trabajo a través de Internet, sino también y sobre todo, un foro de encuentro para profesionales que quieren saber qué pasa en sus ámbitos laborales, que proponen y organizan debates y discusiones constructivas sobre temas de su actualidad profesional y, por supuesto, que comparten información.

Compartir.

Compartir es la clave que cualquier Red Social. De hecho, es lo único que le da sentido.

Por eso me sorprendió, hace unos días, que un amigo me preguntara por el Twitter. Que qué era y para qué servía. Mi amigo había visto que la compañía iba a salir a Bolsa, en Estados Unidos, y que su valoración rondaba los 10.000 millones de dólares. ¡Una pasta, tú! Y le hizo pensar que, lo mismo, el Twitter servía para algo más que para cotillear.

 twitter

Vuelvo a insistir: la clave de Twitter es COMPARTIR. Información. Contenidos interesantes. Cosas curiosas. Opiniones relevantes. Hay quién lo utiliza para insultar y armar follón. Igual que un pirómano utiliza el fuego para destruir, y no para calentar, iluminar o cocinar. Com-par-tir. Esa es la clave. Cuánto mejores contenidos compartas, cuánto más interesantes sean, más seguidores tendrás.

Si usas Twitter nada más que para mostrar lo guapo que eres tú, lo guay y lo molón que eres y lo chulo e interesante que es tu negocio o empresa; la gente pasará de ti. Y punto. Es así de sencillo: si tu Timeline de Twitter no ofrece contenidos interesantes, variados y útiles; es una pérdida de tiempo. Y te convertirás en parte del paisaje.

Pero, sin embargo, si no estás en Twitter, si no lo usas; estás fuera de la Comunicación. Estás obsoleto. Anquilosado. Muerto.

Antes, para conocer la opinión sobre algún tema, había que esperar a leer los periódicos. O, al menos, a escuchar las tertulias. Las de la radio, las de la tele y, fundamentales, las de la barra del bar. Ahora, todo está en Twitter… si sabes cómo usar las Listas y manejar los Hashtags; obviamente.

 twitter cerebro

Y luego está, sencillamente, el acceso a la información. Evidentemente, la famosa frase de Felipe González de “me enteré por la prensa”, hoy, carece de sentido. Enterarse de algo por la prensa, hoy, es estar fuera de juego. Por no servir, ya no sirven ni las alertas de Google, que podían parecer lo más de lo más. Hoy, lo que pasa, pasa en Twitter. Y en Facebook. Y, o estás y participas, o no te enteras.

Que no digo yo que tenga que gustarte. Pero que es así. Es un hecho. Objetivo. Todo lo que pasa en el mundo, el primer sitio en que aparece reflejado en el Twitter.

Ojo, eso no quiere decir ni que todo lo que pone Twitter sea verdad (de hecho, una de las “gracias” de dicha Red Social es “matar” a personas famosas, de forma que las falsas muertes de Will Smith o Justin Bieber se convierten rápidamente en Trendic Topic) ni que sea posible estar informado gracias a flashes de 140 caracteres.

 twitter pájaro

Por eso, una de mis máximas, en defensa de un periodismo serio, riguroso y profesional; es que no es lo mismo saber lo que pasa que estar informado.

Para estar informado tienes que ver, leer, escuchar, preguntar, contrastar, reflexionar, debatir, discutir y escribir.

Pero, para saber lo que pasa, tienes que estar en Twitter, Facebook o LinkedIn. Que no es suficiente. Pero sí es necesario.

Al menos, en el mundo de la Comunicación 20.13.

¿O por qué crees que todas las webs de todos los medios de comunicación han puesto los logos de las redes Sociales, en cada noticia? No. No es porque quedan bonitos ni sean molones…

Antes, compartir una noticia era sencillo: copiabas el link, te ibas a www.tinyurl.com , la comprimías, lo ponías en el Twitter o en el Facebook, copiabas y pegabas el titular y enviabas. Que así escrito parece complicado, pero que tardabas apenas 20 segundos.

Ahora, compartir una noticia no es que sea sencillo. Es que es algo automático: te acercas al Icono con el ratón, haces Click y… ¡voilá! Ya está compartido. On line. En la Red.

 twitter ciudad

De ti depende, eso sí, que lo que compartas sea interesante, atractivo, curioso, divertido, variado… Pero de todo eso ya hemos hablado, ¿verdad?

Pues venga. Que las Redes están ahí. Esperando a que las eches, con arte y gracejo, a ver lo que pescas. Que hay auténticos tesoros en el océano internauta, esperando a ser descubiertos.

Y compartidos.

Jesús Lens

En Twitter: @Jesus_Lens

Nos PISA la esquizofrenia

Atentos a esta demoledora imagen.

PISA Adultos

Y me invade la esquizofrenia. Por un lado, tenemos este lugar común: la Crisis está obligando a emigrar a la generación mejor formada de la historia de España. Por otro, los docentes y los padres no dejan de rasgarse las vestiduras porque los estudiantes, cada año, tienen un nivel formativo más bajo, rayando en el analfabetismo.

Que no lo digo yo. Que lo dicen los profesores de los colegios, de los institutos y de la universidad. ¡Qué levante la mano el que no haya oído esa cantinela, un puñado de veces!

Entonces llega el Informe PISA de adultos para acreditar que tampoco era todo lo que relucía entre las brillantes generaciones anteriores, las Pre-ESO, las de la EGB y el BUP.

¿Quizá la única conclusión que nos queda sacar es que, en España, la formación, los estudios y el nivel educativo son, han sido y, lo que es peor, seguirán siendo mediocres, tirando a malos?

PISa no pensar

Entonces leo que el programa de entretenimiento «Uno de los nuestros», de la televisión PÚBLICA española ha relegado a «Informe Semanal» a la madrugada y que, por tanto, sus niveles de audiencia han bajado un 44%.

Y lo empiezo a comprender.

Millón de moscas

Jesús Lens

En Twitter: @Jesus_Lens

Horarios irracionales

Anoche, mientras me lavaba los dientes, el Zaidín estalló en un clamor: el Granada C.F. marcaba su segundo gol y el estadio de Los Cármenes rugía con delectación.

Aún tardaría en terminar el partido, de acuerdo con los sonidos que iba escuchando desde la cama: ¿Un posible penalti? ¿Una ocasión marrada? Y, por fin, el pitido final del árbitro, que nos daba tres puntos y, a la vez, marcaba la señal para que motos y coches circularan a toda velocidad por las calles del barrio; esta vez y felizmente, sin tocar cláxones, pitos y demás órganos.

Repasando la prensa de hoy, me quedaba pasmado viendo esta foto:

 Horarios

¿Cómo? ¿Perdón? ¿Niños sexitanos promocionando Almuñécar? ¿Qué (carajo) hacía esa decena de chiquillos en un campo de fútbol, un lunes por la noche? ¿A qué hora llegaron a su casa, si vieron el partido hasta el final, teniendo en cuenta que éste acabó a medianoche?

¿Han ido esos niños hoy martes al colegio? ¿A qué hora habrán entrado? ¿Se habrán enterado de algo, en clase?

 Horarios absurdos

En serio, no me voy a cansar de repetirlo: ¡vivimos en un país de charanga y pandereta en el que los horarios son propios de una sociedad tercermundista que solo piensa en la farándula, la fiesta y el cachondeo!

Ya lo escribía hace unos meses en IDEAL, en este artículo.

Hoy, me repito.

Y lo que te rondaré, seas morena, seas rubia.

¡Viva Greenwich!

Jesús Lens, entre la sorpresa y la indignación.

En Twitter: @Jesus_Lens

 

Presupuestos

Esta mañana, un lector de prensa con algo de tiempo para profundizar en los entresijos de los Presupuestos Generales del Estado, reaccionaba así, al ver lo que se nos viene encima (incluyendo el dato de que, en 2014, la deuda supondrá nada menos que el 100% del PIB, frente al 92% de junio de 2013.

Grito

Pero tampoco hay que preocuparse. Hay países (europeos y comunitarios) que deben más del 120% de su propio PIB. Lo que, a ese ciudadano medio con tiempo para leer la prensa, le trae a la memoria otra clásica imagen del arte universal…

Saturno

Pero bueno. Seguramente, dentro de nada, poca gente entenderá estos referentes, dado el descrédito del estudio de las Humanidades.

En Twitter somos @Jesus_Lens

De la Marca al Concepto

Hoy publico en IDEAL un artículo con en el que no sé si estarás muy de acuerdo. Dice así:

¡Por las orejas, me sale ya el tema de la Marca! Reconozco que, al principio, la Marca España me pareció una buena idea, moderna y con sentido. Transmitía optimismo, confianza y positivismo; algo muy necesario en estos tiempos tan oscuros. Sin embargo, no tardaron en llegar la cansinez y el hartazgo: de repente, todo tenía que ser Marca: Marca Granada. Marca Salud. ¡Hasta la Marca Personal! Si no te conviertes en Marca, no eres nada. Ni nadie. No existes. De hecho, cuidar la Marca empezó a ser más importante que cuidar la línea, la presión de los neumáticos del coche y hasta que cuidar las relaciones humanas.

España es Arte, no una Marca
España es Arte, no una Marca

Pero a mí no me gusta ser una Marca. En estos tiempos en los que todo se compra y se vende, me fastidia pasar de ser un sujeto a ser un objeto. Un objeto de consumo. De hecho, ¿no empezaría a fraguarse todo esto de la Marca cuando dejamos de ser los Ciudadanos de los que hablan los textos constitucionales para convertirnos en los Consumidores de los que hablan los informes de estrategia de las multinacionales?

Y digo yo que si nos tenemos que etiquetar, identificar y describir; ¿no sería mejor pensar en una Idea que en una Marca? O, mejor aún, hablar sobre el Concepto. Lo importante es el Concepto. ¿Qué Idea de España tenemos, más allá de los colores de una bandera, los triunfos de Nadal o esa china en el zapato con forma de Peñón, que tanto nos aprieta cuando más le interesa al Gobierno de turno? ¿Cuál es el Concepto, dejando atrás la ÑBA, los desequilibrios territoriales y determinados conflictos interesados que tantas veces se engordan de forma artificial, como el hígado de las ocas, para hacer paté?

 Marca España mala

Yo empezaría a definir el Concepto de España a través de algo tan etéreo como el sabor. Del gazpacho, por ejemplo. ¡Mira que hay formas distintas de prepararlo e ingredientes con los que jugar! Pero qué bueno está. Refrescante, energético, natural… ¡como la sangría, uno de esos placeres sencillos de la vida que deberíamos recuperar! O las tortillas, esponjosas. Y el pescaíto frito.

O el olor. ¿Podríamos conceptualizar nuestra tierra en algún olor? Una vez olvidado la peste a zorruno retestinado de tantas y tantas generaciones pretéritas, España huele a aceite, a espliego, a tomillo… y a mar. ¡Por sus cuatro costados! Aires marinos, frescos y limpios. Aires de apertura y libertad. Los aires que traen esos vientos lejanos que, además de oxigenar cuerpo y mente, mueven molinos y generan energía no contaminante.

- Yo es que soy vegetariano - Vale. Pero jamón sí que comes, ¿verdad?
– Yo es que soy vegetariano
– Vale. Pero jamón sí que comes, ¿verdad?

Y tenemos la música. Y un idioma universal, compartido por miles de millones de personas de todo el mundo. Y los libros. Y los cuadros. Y todo aquello que contribuye a conformar un ingente, envidiable y caudaloso patrimonio que nos une, nos describe, nos define y nos conceptualiza. Porque el Concepto debería ser precisamente eso: apoyo mutuo, comprensión, unión, compromiso, diversidad, respeto y solidaridad.

Jesús Lens

En Twitter: @Jesus_Lens