Algo divertido que contar

Ha sido ver el corazón y la sonrisa que Unidos Podemos han elegido como símbolos de la campaña electoral del 26-J y me he dicho: “Venga va. Escríbete una columna tierna y divertida para mañana, que entre la LAC y el AVE estás de un cenizo que no veas”.

Y ahí me tienen, escuchando música melosa y leyendo frases ingeniosas de Groucho Marx, invocando dosis de inspiración que le arranquen, querido lector, una sonrisa.

Groucho

Les confesaré que ayer tuve un cierto éxito en Facebook, con uno de esos Diálocos que, a veces, me da por inventar. Dice así:

  • ¿Qué hacéis ahí tumbados a estas horas, cacho perros?
  • ¿No nos dijiste que nos tendiéramos, sin energías?
  • Sinergias. Que tendierais sinergias, mamonazos…

Y es que los palabros son una fuente inagotable de diversión para quienes nos gusta el humor basado en la gramática y en los dobles sentidos de determinadas expresiones.

Pero, más allá de un chiste, ¿qué les podría yo contar, que sea divertido? Deberíamos estar contentos por la bajada histórica del paro, pero sigue habiendo millones de personas desempleadas, así que poca gracia tiene el asunto.

Sí tenemos una paradoja en la actualidad informativa: mientras la Junta y el Ayuntamiento anuncian cambios en la normativa para impulsar la música en directo en Granada, los vecinos del Realejo dicen que llevarán a la Fiscalía las molestias que les genera la sala Prince… solicitando al Ayuntamiento que intervenga. Y todo ello, el mismo día en que el Consistorio ha acogido la presentación del cartel del mítico Rock del Zaidín.

Zaidín Rock

Tiene razón Paco Cuenca al señalar que una ciudad aspirante a Capital Europea de la Cultura debe aprovechar todo su caudal creativo, incluyendo el musical. Pero a los vecinos que, de madrugada, no pueden dormir por el ruido generado por salas de conciertos, pubs y terrazas de verano; no es la capitalidad cultural de 2031 lo que les quita el sueño, precisamente.

Granada 2031

¿Algo más, susceptible de provocar un poquito de buen humor? Bueno, el hecho de que sea viernes ya ayuda, ¿verdad? Pero voy a terminar con el anuncio de que este verano no va a haber olas de calor. ¿Se acuerdan del pavoroso julio del año pasado? Pensar en un largo y cálido verano, pero en el que las únicas olas sean las del mar, es todo un alivio.

Jesús Lens

Twitter Lens

LAC: Alta Incapacidad

15 millones de deuda con la Rober. De momento. Para final de año serán 21. Veintiún millones. De euros. Y de deuda. Acumulada. Por el ayuntamiento. Con la empresa adjudicataria de los autobuses urbanos de Granada.

LAC

Disculpen esa forma de escribir. Es que no me lo creo. Estoy estupefacto. Sobre todo porque la partida presupuestada por dicho concepto es de 10,3 millones de euros anuales. ¿La culpa? De la LAC, mayormente. Que, llegados a este punto, es tanto como decir que fue del cha-cha-chá. ¿Cómo se pueden presupuestar 10,3 millones por un servicio y, en un solo año, acumular 5 de sobrecoste? (Aquí la información de la que parto para mi columna de hoy en IDEAL)

Lo de la LAC es uno de esos proyectos que reflejan lo malas que pueden ser las mayorías absolutas sostenidas durante el tiempo y el enquistamiento de los políticos en sus poltronas. Porque la LAC ha sido un problema desde el momento en que se presentó el proyecto, no convenciendo a prácticamente nadie. Excepto a la concejala del ramo y, por supuesto, al alcalde plenipotenciario. ¡Hasta los informes técnicos del propio ayuntamiento la desaconsejaban, según ha denunciado Raquel Ruz, la nueva concejala de Movilidad!

La única noticia positiva generada por la LAC fue la reducción de la contaminación en la Gran Vía en un 33%, según un estudio de la UGR que, sin embargo, aconsejaba “una optimización y reordenación del transporte público, para que el impacto provocado por la LAC en Gran Vía o Reyes Católicos se extienda a otras vías de la ciudad”.

¿Habré pasado bien el Bonobús?
¿Habré pasado bien el Bonobús?

Por lo demás, la LAC ha sido una fuente constante de cabreos, desde el caos de los transbordos en una ciudad tan pequeña como Granada a los problemas con las multas y las sanciones ejecutadas por los revisores. Ahora, movernos entre barrios, nos lleva más tiempo que bajar a la Costa Tropical.

El resultado: la pérdida de miles de pasajeros, cada día. Era tal el descontento que hubo que volver a meter un par de líneas rojas por el centro. ¿Y para sufragar la deuda con la Rober? Pues a subirle el precio al billete. Ahí estuvo fino el PP, sí. Muy imaginativo. Total, para lo que ha servido…

LAC menguante

Casi nadie quería la LAC. Ni creía en ella. Pero nadie fue capaz de impedir su implantación. Y ahora nos encontramos con una deuda inverosímil, buena prueba de la Alta Incapacidad del invento.

Jesús Lens

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Pequeño comercio

Si los vaticinios que hace la Federación Provincial de Comercio llegaran a cumplirse y la apertura del Centro Nevada conllevara la destrucción de 17.000 puestos de trabajo, estaríamos hablando de una tragedia de una magnitud insoportable. (Leed aquí la información)

Pequeño comercio centro nevada

Permítanme que me muestre escéptico con respecto a tan funestas previsiones. Y es que, cada vez que se produce en la sociedad un cambio disruptivo siempre nos ponemos en lo peor, apocalípticos perdidos. Pero sí es cierto que la apertura de ese nuevo Leviatán va a cambiar las cosas. Como en su momento lo hicieron el modelo de El Corte Inglés, Carrefour o Mercadona, sin ir más lejos. Y de todo ello hablo en mi columna de hoy de IDEAL.

Les guste más o les guste menos a los pequeños comerciantes, lo del Nevada es la plasmación práctica del cuento del Monterroso: una mañana, cuando despertemos, el dinosaurio estará ahí. Con las fauces abiertas y con hambre. Con mucha hambre.

Decir que los pequeños comercios tendrán que reinventarse es una tautología, que el sector lleva en ello toda su vida. Especialmente, desde el estallido de la Crisis. Por supuesto, hay pequeños comerciantes más abiertos al cambio y otros más reacios, que meterlos a todos en el mismo saco es un ejercicio de futilidad gratuita sin mucho sentido.

Pequeño comercio hace falta

Pero ¿y qué pasa con la responsabilidad social de los clientes? No hay nada más triste que una calle con la mayoría de sus locales comerciales vacíos, cerrados, sucios y abandonados. Y, más allá de la estética y de lo puramente emocional, vivir en un entorno comercial pobre empeora la calidad de vida de las familias y le resta valor patrimonial a viviendas e inmuebles.

Los argumentos a favor y en contra de comprar y consumir en centros comerciales o en tiendas de barrio son conocidos por todos y los hemos utilizado una y mil veces. Pero la próxima apertura del Nevada es una buena excusa para reflexionar sobre la importancia del pequeño comercio en nuestra vida cotidiana.

Pequeño comercio por qué comprar

Importancia cuantitativa (puestos de trabajo, cotizaciones a la seguridad social, impuestos, generación de riqueza…) y cualitativa, como elemento vertebrador de la comunidad.

Es cierto que es más cómodo y más sencillo centralizar las compras o hacerlas por Internet. Y más barato.  Pero al salir o volver hoy de su casa, échenle un vistazo al barrio y piensen en cómo sería con la mitad de sus tiendas cerradas y los locales vacíos.

Jesús Lens

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AVE de mal agüero

Tenemos que ser pesados. Muy pesados. Pesados hasta el hartazgo. Cansinos. Y plomizos hasta lo inaguantable. Tenemos que ser pesados porque en nuestra naturaleza no está el ser violentos. Que si lo estuviera, al leer en IDEAL que el AVE se retrasará aún otro año, nos echábamos a la calle a pegarle fuego a algo. Y de ello hablo en mi columna de hoy del periódico.

JUAN DE OÑA JUNTO A LAS VIAS DEL TREN FOTO: RAMON L. PEREZ
JUAN DE OÑA JUNTO A LAS VIAS DEL TREN
FOTO: RAMON L. PEREZ

Tenemos que ser pesados. Y quejarnos. Y protestar. Por la tomadura de pelo que supone la constatación de algo que se veía venir. Y, aunque en nuestro fuero interno sospechemos que en junio de 2017 tampoco tendremos AVE, no podemos tragárnosla y callar. ¿Han leído ustedes lo que escribe Santiago Pérez, secretario general del PP de Granada? En su artículo de ayer de IDEAL culpa de los retrasos a una huelga encubierta llevada a cabo por las empresas consignatarias de las obras del AVE.

¿Qué tienen que decir ante una acusación tan grave desde Renfe, Adif y los sindicatos de trabajadores ferroviarios? ¿Qué dice el gobierno central? ¿Y la Junta? ¿Y el alcalde? Porque éste es uno de los temas en los que Paco Cuenca se juega su credibilidad.

AVE granada soterrado

Tenemos que ser pesados. Y exigentes. Aunque nos sintamos presa del deja vú. Hay quienes piensan que ha llegado la hora de luchar por alcanzar ese singular Estado de Gracia en el que el Sistema financia a los Antisistema para que no ataquen al Sistema. Mi ser reflexivo, contemplativo, apocado y poco violento tiene más esperanzas, sin embargo, en la Marea Amarilla, el pacífico grupo vecinal de la Chana que clama por el soterramiento del AVE.

Hace unas semanas escribía yo que lo importante era que llegara el tren, como fuera, pero a la mayor brevedad. ¡Cuánta ingenuidad! En Granada, posiblemente hasta que no tengamos el Acelerador de Partículas, el tiempo sigue detenido. O entre costuras. Y costurones.

AVE Marea Amarilla

Partiendo de la base de que el PP culpa al PSOE por el retraso del AVE mientras que el PSOE achaca al PP que todavía no haya llegado, ¿qué dicen de todo esto Ciudadanos y Podemos? Luis Salvador estaba por el soterramiento. ¿Ha logrado algo durante la microlegislatura en que ha sido Diputado a Cortes? ¿Y Ana Terrón, que antes de conseguir su acta para el Congreso definía al AVE como “un mito de la política granadina”? ¿Ha conseguido algún tipo de avance en su advenimiento?

Jesús Lens

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Pasión por las series

Hace unos días tuve un rifirrafe dialéctico en Facebook. Terminó siendo inocuo, pero lo más curioso es que no vino dado por una cuestión política, social o administrativa, sino… ¡por una serie de televisión! Por “Juego de Tronos”, por supuesto. Y a este asunto, casi tan banal como un partido de fútbol, dedico mi columna de IDEAL de hoy lunes.

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El caso es que, hace ahora una semana, me pasé toda la mañana del lunes sin entrar en las redes sociales, para evitar saber nada sobre el episodio de la semana de GOT, titulado “El Portón”. Aun así, me enteré de que algo gordo había pasado.

Lo primero que hice esa tarde, al llegar a casa, fue ver el capítulo en cuestión. Piensen ustedes lo que quieran, pero reconozco que, en aquel momento, no había nada tan importante como saber de primera mano qué nuevas perturbaciones anidaban en “Juego de Tronos”. Y, nada más terminar de verlo, mientras la palabra del año todavía resonaba en el salón, me lancé como un poseso a las redes. Para comentarlo, por supuesto.

En el lapso de un puñado de horas, el desenlace de “El Portón” se había hecho tan famoso que, si no lo habías visto, te quedabas fuera de buena parte de las conversaciones virtuales del momento. ¡Hasta IKEA, en un alarde de reflejos, aprovechó el tirón para hacer una ingeniosísima publicidad de una sencilla cuña de madera!

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Pero entonces llegaron los reproches. Porque hay personas que pretenden que, hasta que ellas vean una serie, nadie cuente nada sobre su argumento, para no fastidiarles la sorpresa. Gente analógica, de otro tiempo, que no comprende fenómenos como Juego de Tronos, en el que ser el primero en enterarse de lo que pasa en cada capítulo, es un valor añadido… del que hay que presumir y alardear, por supuesto.

Cuando una serie llega a ese punto, es que ha triunfado. Triunfado de verdad. Más allá de los premios, reconocimientos y galardones; el gran éxito de una serie de televisión contemporánea es condicionar la agenda de sus seguidores. Sobre todo, cuando son legión.

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Por supuesto, hay cosas muchísimo más importantes a las que prestar atención en esta vida. Pero quienes nos tomamos la Vida en Serie sabemos que, al final de la semana, cuando repasamos sus momentos más placenteros, siempre acabamos teniendo en cuenta esos estupendos 45 minutos en los que disfrutamos del capítulo de alguno de nuestros seriales favoritos.

Jesús Lens

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