Hoy es Viernes Negro

¿Qué tal fue la Cena de Acción de Gracias? ¿Con quiénes la pasaron? ¿Y el pavo? ¿Les salió bueno? Porque si hoy es el Black Friday, ayer fue Acción de Gracias. Y fue festivo. Y toda la familia hizo lo posible y lo hasta lo imposible por juntarse al calor del asado. De ahí que hoy viernes vayamos a salir todos de compras, juntos como hermanos. Porque, ya se sabe: la familia que funde la VISA unida, permanece unida.

Pavo

¿Cómo? ¿Que no celebró usted Acción de Gracias? ¿Que ayer no fue festivo? ¿Y que su familia está tan lejos -o tan cerca- como siempre? Pero, entonces… no irá usted a salir de Black Friday, ¿verdad?

¡Ah, vale! Que no. Que no va a usted a comprar nada… porque ya se hartó de comprar ayer. Y antes de ayer. Porque aquí llevamos disfrutando del Black Friday desde hace… ¿cuánto tiempo? ¿Y cuánto tiempo le queda a la broma?

Black Friday

Porque no me digan ustedes que no es de cachondeo cómo hemos abrazado, en España, el Viernes Negro. En dos o tres años le hemos cogido tanto cariño y aprecio que ya dura una semana. Larga. Y no es descartable que el año que viene lo hagamos arrancar con el fin de Halloween, alargándolo hasta el día del sorteo de la Lotería de Navidad en que, como el Gordo está tan repartido, todos terminamos por pillar un pellizco. O no. Pero con hacernos un Carmina y montar un fiestón a cuenta del décimo del año anterior, todos contentos.

Hoy viernes voy a darme una vuelta por las calles de Granada, a ver cómo llevan las tiendas de toda la vida lo del Black Friday. Que menuda semanita para el comercio tradicional, entre la apertura del Nevada y las megaofertas negras de las franquicias, grandes almacenes y e-commerce.

Black Books

El gran reto del comercio tradicional es captar nuevos clientes, además de mantener a los de siempre, a través del exhaustivo conocimiento de los gustos de cada uno de ellos, además de estar obligados a brindarles un trato exquisito, familiar, agradable… pero no invasivo.

Una mezcla de detective privado y relaciones públicas que se anticipe a los gustos de cada cliente, de forma que visitar una tienda se convierta en algo placentero, divertido y agradable; alejado de la masificación provocada por supuestos chollos y ofertones.

Jesús Lens

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Tenemos que hablar

Ayer, desde primera hora de la mañana, todos nos sentíamos necesitados, impelidos y casi obligados a hablar de Rita Barberá. A media mañana había en Twitter tres Trending Topic sobre la cuestión: “#MuereBarberáARV”, “Santa Rita” y el más sencillo y objetivo “Rita Barberá”. Además, Celia Villalobos también era TT con sus declaraciones sobre la senadora fallecida y el maltrato recibido por la prensa y el propio Senado estaba en boca de buena parte de los internautas.

Rita Barberá muerte

Perdónenme que me muestre cínico, pero apenas han pasado un puñado de horas y ya no recuerdo ni uno solo de dichos comentarios. Que  fueron decenas. Porque la inmensa mayoría de ellos eran predecibles, previsibles y clónicos, dependiendo del sesgo ideológico de cada opinante.

Antes, cuando moría alguien conocido, periódicos, informativos y telediarios se teñían de pésames tan respetuosos como justamente aburridos. Palabras que, más o menos sentidas, aludían a todo lo bueno que hubiera hecho el finado, apelando a una memoria constructiva y pasando de puntillas por los episodios más turbios de su trayectoria.

Ahora, las Redes Sociales sirven para lo mismo, pero en peor. Por una parte están los que consideran necesario rendir homenaje a la persona fallecida, repitiendo como papagayos palabras huecas y discursos vacíos, carentes de cualquier originalidad. Y luego están los otros. Los que van de irreverentes, originales, simpáticos o, directamente, de destroyers por la vida. Gente que no deja pasar la ocasión para insultar, denigrar y  malhablar.

Rita Barberá insultos

Aprovechar la muerte de una persona para excretar bilis y vomitar mala baba es una de las actitudes más lamentables, repugnantes y patéticas que existen. Sí. Todos tenemos una opinión sobre Rita Barberá (o no). Pero, ¿era necesario compartirla en Facebook y en caliente, cuando todavía no se había levantado el cadáver?

El respeto enfrentado al postureo. La corrección y la vergüenza enfrentadas a la imperiosa necesidad de sacar rédito político de cualquier acontecimiento, incluida la muerte. El silencio meditativo frente al ansia cosechadora de likes. La irreflexión verborreica frente a la construcción de argumentos.

¡Cierra el pico!
¡Cierra el pico!

Es preocupante la deriva de las Redes Sociales y la contaminación que llegan a provocar. Tanto que, ahora, Facebook inicia un protocolo de detección de noticias falsas. ¡Ahora! Justo después de que las mentiras mil veces repetidas se hayan enseñoreado de verdades objetivas y constatables, propiciando que el Brexit haya ganado en Gran Bretaña, por ejemplo.

Jesús Lens

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Azucarillos con mensaje

¡Enhorabuena al ayuntamiento de Vegas del Genil por una curiosa, interesante y comprometida iniciativa, puesta en marcha al alimón por las Concejalías de Igualdad y Promoción Económica del consistorio!

En los próximos días, los clientes de los bares, cafeterías y restaurantes del municipio de la vega granadina endulzarán sus cafés y sus zumos de naranja con sobrecillos de azúcar que incorporan mensajes de concienciación contra la violencia de género. Y de ello hablo hoy en IDEAL.

Vegas del Genil azúcar

Con esta brillante idea, Vegas del Genil da continuidad a otra iniciativa, desarrollada hace unos días: las Primeras Jornadas Técnicas contra la Violencia de Género, organizadas por el Centro Municipal de la Mujer y dirigidas a profesionales interesados en adquirir una formación específica acerca de tan lacerante y doloroso tema y que contaron con la participación de diferentes expertos.

Una localidad que hoy se celebra su Día de la Palabra, muy activo en lo social y en lo cultural, tirando de imaginación y originalidad para llegar hasta donde el dinero, en tantas ocasiones, no alcanza. Vean, vean la de cosas que hacen en este enlace.

Vegas del Genil Día de la Palabra

En otras ocasiones han sido las servilletas de los propios bares y cafeterías las usadas como vehículo de concienciación sobre la lacra de la violencia de género. Otro pueblo con Vega en su nombre, Cúllar, fue pionero, allá por 2009, en el uso instructivo del papel de usar y tirar por excelencia.

Es muy interesante acercar la concienciación social a los bares y cafeterías. Y hacerlo de una forma sencilla y efectiva. Hay muchas campañas, tan interesantes y bienintencionadas como inútiles y poco efectivas, ya que solo llegan a personas y colectivos convencidos de antemano.

Vegas del Genil contra los malos tratos

Está muy bien que cualquier persona que le vaya a echar el azúcar al café o se disponga a limpiarse la boca tras apurar una caña de cerveza, se encuentre con una frase como “El ayuntamiento de Vegas del Genil no tolera la violencia de género. No la toleres tú” o con dibujos y leyendas del estilo “Plena igualdad” o “Violencia Cero”.

Gestos que, seguramente, no cambiarán el mundo. Pero que sirven como recordatorio de una violencia contra la que tenemos que luchar, desde todos los órdenes de nuestra vida.

A más de uno se le derramará el café en Vegas del Genil, al ir a echarle el azúcar, en los próximos días. Enhorabuena al ayuntamiento por una idea que debería ser imitada por el resto de municipios de nuestro país.

Jesús Lens

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¡Todos al pequeño comercio!

Esta noche se inaugura el Nevada. Hoy es, por tanto, un día histórico en nuestra provincia, sin que esta aseveración suponga ningún juicio de valor, ni a favor ni en contra.

Centro Comercial Nevada

A estas alturas ya estarán ustedes bien enterados de las mastodónticas dimensiones del nuevo centro comercial, sabrán de los cientos de comercios que alberga, de sus horarios, opciones de ocio, etcétera, etcétera. Y, también, de los miles de puestos de trabajo que va a crear. Datos incontestables, todos ellos. Aunque algunos sean cuestionables.

La pregunta que miles de personas nos venimos haciendo desde hace meses es cómo nos afectará la apertura del Nevada. Y como afectará a Granada. Al tráfico y a la circulación y, sobre todo, al resto de centros comerciales. Y al pequeño comercio, por supuesto.

Que no se trata de demonizar al Nevada, empeño fútil, gratuito y carente de sentido. No voy a negar que estoy deseando ir a las salas de cine del nuevo Kinépolis y asomarme a la FNAC, a ver qué tal. Pero la apertura del mayor centro comercial de Andalucía debe hacernos reflexionar sobre lo mucho que nos jugamos, como ciudadanos, a la hora de comprar y planificar nuestras actividades cotidianas.

Árbol Navidad más alto de Europa

Todos vamos a ir al Nevada. Es un hecho. Y lo haremos más pronto que tarde. Es una obviedad. ¿Conocen ustedes a una sola persona que, residiendo en España, no haya pisado un Corte Inglés alguna vez en su vida? Pues, a escala provincial, lo mismo va a ocurrir con el Nevada. Sea por la novedad, porque tenga tiendas exclusivas, porque los amigos o la familia hayan quedado allí… no tardaremos en traspasar sus puertas y ser engullidos por sus fauces. Hay que asumirlo.

Asumirlo, pero no quedar cegados por el brillo de sus luces, bien visibles desde kilómetros a la redonda. Porque quienes realmente dan vida, calor y color a nuestras calles, barrios y pueblos son los pequeños comercios. Las tiendas chicas. Las de toda la vida. Esos pequeños-grandes comerciantes que nos saludan todas las mañanas, nos guardan el pan más crujiente cuando no madrugamos y saben qué fruta nos gusta más.

Quioscos IDEAL

Hoy se inaugura el Nevada. Fantástico. Bienvenido sea. ¿Qué tal si lo celebramos… pasándonos por alguna de esas tiendas de siempre, renovando nuestro compromiso diario con ese pequeño comercio y de cercanía que vertebra nuestra vida cotidiana?

Jesús Lens

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El Parque, por fin

¿Será verdad que Granada va a pasar de ser la ciudad de los parkings a la ciudad de los parques? ¿Nos creemos lo del gran parque del PTS? ¿Nos consentimos con el “inmenso pulmón verde” de la ciudad, tal y como abría ayer la portada de IDEAL? Que ya denunciaba en esta columna de hace unos meses que no se puede estar sin parques ni jardines en el PTS.

Pulmón Verde PTS Granada

Hace unos años, cuando se lanzó la idea del Central Park granadino al calor de aquel delirio que fue el Milenio, escribí en estas páginas una columna muy sarcástica, mostrando mis dudas sobre el faraónico proyecto. Fue un artículo que cayó bastante mal en determinados sectores y que me granjeó varios tirones de orejas, más o menos amistosos. (AQUÍ la pueden leer)

No me gusta ser derrotista, agorero ni cenizo. Detesto a la gente que, frente a cualquier idea, propuesta o proyecto, lo primero que hace es poner pegas y peros, sin conocer mínimamente de qué va la cosa. Pero aquello de albergar en Granada un parque más grande que el Central Park neoyorquino no tenía muchas trazas de ser viable. De hecho, no lo fue, como tantos otros proyectos alumbrados en la época en que todavía nos creíamos ricos y pensábamos que el ladrillo era la versión posmoderna del maná bíblico.

Junta de Andalucía

Pero volvamos al presente. Al aquí y al ahora. Porque esta vez sí estoy convencido de que el parque verá la luz. Por dos razones. La primera es que, tras los rejonazos pegados por la Junta de Andalucía al gobierno socialista del ayuntamiento granadino con el tema sanitario y con el retraso en la puesta en marcha del Metro, está obligada a compensar y resarcir a Paco Cuenca. Y nada mejor que desembrollar este tema, paralizado desde la época de Torres Hurtado, para demostrar las bondades de las cacareadas sinergias entre administraciones del mismo signo político.

La segunda razón es más prosaica: acabo de venir de correr por el entorno del PTS y puedo confirmar que las obras del parque son un hecho, con todos los aledaños del hospital y la Facultad de Medicina repletos de desmontes, vallas y excavadoras. En mi afán investigador he terminado metido dentro de un solar ya aplanado y del que solo pude salir… escalando el terraplén que daba al arcén de la autovía.

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Siete meses. Dicen. Ojalá que esta vez sea verdad. Que no tendremos un Central Park, pero nos va a quedar una Granada más verde, habitable y respirable.

Jesús Lens

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