Judicializados

Coinciden estos días el archivo de tres causas judiciales que han tenido como protagonistas a tres políticos del PSOE y del PP. En ninguno de los tres casos ha habido delito, según el dictamen de los jueces. Algo que, a la vista de las denuncias e imputaciones, era previsible. Pero hasta que no hay sentencia absolutoria…

De hecho, al ser acusado, el edil de Iznalloz tuvo que dejar su puesto en la Diputación para que Francisco Cuenca pudiera acceder a la alcaldía de Granada, condición sine qua non de Ciudadanos para apoyar al actual inquilino de la Plaza del Carmen.

 

Vivimos en un momento especialmente contradictorio: hay tanta corrupción y nos cerca de tal manera, que la indignación nos subleva, hasta el punto de que, cada vez que salta una denuncia, la presunción es de culpabilidad.

Y, aprovechando ese estado de ánimo tan caldeado, los partidos mueven sus  piezas como si estuvieran en una interminable partida de ajedrez, cobrándose peones, caballos y alfiles del contrario. ¡Difama, que algo queda!

 

La consigna es: “Denuncia y exige dimisiones, ceses y renuncias. Si no consigues la cabeza del enemigo, al menos, le dejas herido”. De esa manera, por ejemplo, la mayoría de los ediles del actual consistorio granadino tienen causas judiciales pendientes. Y eso sin hablar de los Torres Hurtado o Isabel Nieto…

 

Me dirán ustedes que cada caso es diferente y que, en aras de la transparencia, es necesario que se pronuncie la justicia. Lo que es cierto. Pero ¿no da que pensar que Mariano Lorente, Eric Escobedo y José Robles hayan pasado por el juzgado, con todo lo que ello supone, por asuntos menores, administrativos o directamente inexistentes, mientras que conflictos millonarios como el de la Fundación Lorca transitan de despacho en despacho, en busca de una solución consensuada?

Por acción o por omisión, el escándalo de la Fundación Lorca salpica a PP y PSOE. Y, ahí, bien calladitos que están. Pero en cuanto los partidos ven la posibilidad de infligir daño en el enemigo, dan igual la verdad, la racionalidad, los hechos y hasta el sentido común, no teniendo empacho en utilizar a la justicia como arma arrojadiza.

 

¿Son conscientes del daño que se hacen a sí mismos y del descrédito generalizado que provocan? Pastelear para mantener sus privilegios y prebendas de grupo, pero lanzarse como fieras al cuello del enemigo, genera desafección.

 

Jesús Lens

¡Qué suene la música!

Julio es el mes más musical del año, coincidiendo y enlazándose un festival detrás de otro, hasta el punto de que sería posible organizar una ruta festivalera, en la provincia de Granada, casi tan larga como la mítica Ruta 66 norteamericana.

El Festival de Música y Danza y el FEX nos ofrecen diariamente, durante tres semanas, un menú exquisito, variado y envidiable. Que lo de Michel Camilo y Tomatito de mañana domingo hará temblar el misterio. Su tercera colaboración, tras “Spain” y “Spain again”, no tiene ningún tema llamado a convertirse en icono, pero “Spain forever” es un extraordinario cierre de trilogía… que debería seguir creciendo, diecinueve años después.

 

Hoy sábado debemos subir al Jazz en el Lago, a la Ermita de los Tres Juanes, ese lugar en que, mientras Granada agoniza de calor, sopla un imprescindible aire fresco que todos los años ofrece una modélica selección de los mejores artistas del jazz contemporáneo.

 

En la tercera semana de julio llega el Jazz en la Costa, convirtiendo el parque del Majuelo de Almuñécar en una versión mediterránea del Malecón cubano. Que este año viene Roberto Fonseca. Y Roberto Fonseca ocupa uno de los puestos más altos del escalafón pianístico internacional contemporáneo. El resto del programa es igualmente excepcional, que Charles Lloyd es legendario y el maridaje entre Hiromi y Edmar Castañeda promete emociones fuertes. Pero yo, por Fonseca, ma-to.

De Almuñécar hay que saltar a Alcalá la Real, esa maravillosa ciudad jiennense tan, tan nuestra. Este 2017 vamos a tener el Etnosur más potente de los últimos años, con una jornada africana protagonizada por el angoleño Toto St, el percusionista de Sierra Leona, Seydu, y el grandioso Youssou N`Dour, una de esas celebridades que son más grandes que la vida, atesoradores de los valores de todo un continente.

 

De Alcalá hay que irse a Íllora, al Parapanda Folk, uno de los festivales con más personalidad de la provincia, para terminar en el Nuevas Tendencias, esa denominación acuñada en Salobreña, hace 26 años, y que siempre sorprende, deslumbra y emociona. Un Tendencias que este año ofrece un homenaje a la casete como objeto del pasado, pero proyectado hacia el futuro. Estarán Víctor Coyote, Vicente Amigo y Quique González y la exposición organizada por el imprescindible Colin Bertholet nos llevará a callejear y perdernos por el casco viejo de la blanca villa.

 

Jesús Lens

Heterodoxia y transgresión

Nos pedía Miguel Ríos, tirando de humor socarrón, que no nos rasgáramos todavía las vestiduras. Que esperásemos a que termine el concierto. Pero que tratemos de ir desprejuiciados y con espíritu abierto. Y de ello hablo en IDEAL.

Foto: Cristian Gálvez

Y es que hoy va a ser un día grande en la historia musical de nuestra tierra. Muy grande. Porque esta noche, Miguel Ríos y su banda actúan en Palacio de Carlos V, en un concierto especial producido por el Festival de Música y Danza de Granada. Lo harán junto a la OCG, dirigida por Josep Pons, con la Séptima de Beethoven como plato principal.

 

Sinceramente, creo que Granada ha cambiado mucho y que muy poquita gente se echará las manos a la cabeza por lo que, no hace tanto tiempo, se habría considerado un sacrilegio y una aberración.

Foto: Cristian Gálvez

Si por algo se caracteriza el siglo XXI es por el mestizaje, la hibridación y el maridaje de artes, disciplinas, géneros y estilos. Ahí está el mítico “Omega” de Enrique Morente y Lagartija Nick, sin in más lejos, al que tanto hemos homenajeado últimamente.

 

Durante la presentación a los medios de comunicación del concierto de esta noche, Antonio Jara, presidente de CAJAGRANADA Fundación, se mostró cómplice con una iniciativa que rompe moldes, reivindicando la heterodoxia y la transgresión como vehículos para hacer progresar la cultura, empujándola hacia delante e impulsándola hacia territorios inéditos y desconocidos.

 

Granada, como bien explicaron Antonio Jara, Miguel Ríos y el propio Josep Pons, es referente histórico y tiene larga tradición en la fusión entre música clásica y música popular, con ejemplos como el de Falla. Además, este proyecto es de los que suman, enriqueciéndose del diálogo entre la tradición clásica y el rock, dado que los músicos contemporáneos son muy versátiles y no tienen problema en cambiar de registro.

Foto: Cristian Gálvez

La Séptima sinfonía de Beethoven atesora gran ritmo dancístico y es una de las páginas más vigorosas escritas por el compositor alemán, por lo que encaja a la perfección en un pionero programa que se completará con algunas de las canciones de siempre de Miguel Ríos, especialmente arregladas para la ocasión, de forma que sonarán… ¡como nunca! Un concierto que será grabado y que quedará para la posteridad.

 

¿Habrá que rasgase las vestiduras, cuando finalice uno de los acontecimientos musicales del año, en Granada? Por mi parte, y mientras cuento las horas, estoy convencido de que no.

 

Jesús Lens

Gente en bañador

¿Qué tiene usted en común con Chris Christie, el gobernador de New Jersey; con Amancio Ortega, factótum de Zara, y con el expresidente Felipe González? Si a usted le gustan el mar, sentarse en una silla de playa y tomar el sol… mucho más de lo que a priori pudiera parecer.

No sé si siguen ustedes las noticias más intrascendentes de los medios, las más anecdóticas, frescas y veraniegas. Si es así, sabrán que el gobernador de New Jersey decidió utilizar una playa cerrada para uso y disfrute exclusivo suyo y de su familia. Y ahí está el tío, en bañador, chanclas y camiseta, sentado en su silla de playa sobre la arena, con una gorra y, al lado, una nevera portátil.

 

¿Y qué me dicen de la foto de Amancio Ortega? Fue tomada cuando disfrutaba de su nuevo yate. Una minucia de 30 millones de euros que, posiblemente, ni usted ni yo tendremos nunca. Pero que eso, ahora no aplica. Lo importante es la imagen de Ortega en bañador, sentado junto a una piscina hinchable, redonda, tomando el sol. Que sí. Que está en la cubierta de un barco 67 metros de eslora. Pero que lo trascendente del asunto son el sol, la panza al aire, la piscina de plástico y el mar.

Y luego está la otra imagen. La de un orondo Felipe González fumándose un puro en la cubierta de otro barco, junto a la escalerilla que permite subir y bajar del agua con comodidad.

 

No hay nada más democrático que el verano, cuando la gente se queda en paños menores. Que, ataviados con un sencillo bañador, los Ortega, González y Christie del mundo impresionan bastante menos que con sus trajes, corbatas, relojes, carísimos cortes de pelo, cochazos, restaurantes y complementos.

 

Cuando llega el verano, los anhelos de buena parte de la gente convergen en uno y el mismo, un deseo universal e identitario: bajar a la costa, tomar el sol, beberse una cerveza bien fría y darse un chapuzón.

Un bañador, una toalla y una silla de playa, por imaginación que le echemos al diseño y a los materiales de fabricación, son algo muy democrático, sencillo y accesible. Lo mismo que una cerveza fría. Y, de momento, bañarse en el mar y tomar el sol son actividades gratuitas. Por tanto, quitando el detalle del yate, ¡todos somos iguales!

 

Jesús Lens

Hogar Fray Leopoldo

Ayer fue un día grande. Grande y especial. Porque ayer inauguramos el Hogar Beato Fray Leopoldo. Y digo bien “inauguramos” porque fui parte activa en uno de los acontecimientos del año, como acredita el pequeño ladrillo con el rostro de Fray Leopoldo que tengo frente a mí.

El ladrillo puede ser una estupenda y rica metáfora, pero a duras penas conseguí encajarlo en mi presentación, ante el riesgo de resultar inoportuno o poco afortunado. Que un ladrillo es algo noble y sencillo; útil, práctico y necesario… pero cargado de connotaciones negativas en los últimos años.

 

Hace unas semanas subí a visitar lo que yo creía que era una residencia de ancianos. Lo que me encontré, sin embargo, fue un Hogar. Su director, Mateo Torres, me mostró las instalaciones y créanme cuando les digo que sentí un punto de orgullo: en Granada podemos presumir de tener, ahora mismo, la residencia más inteligente de España. Una residencia Cinco Bastones, en afortunada expresión de un Tico Medina al que echamos de menos y al que enviamos un cariñoso saludo.

Gracias a la empresa Novatec, cada residente está perfectamente localizado y monitorizado en todo momento y, en el caso de que pase ocho segundos a menos de diez centímetros del suelo, el personal es alertado automáticamente.

 

Un extraordinario desarrollo tecnológico realizado por una empresa granadina que se ha hecho justo merecedor del Premio Conectividad en Salud del Colegio Oficial de Ingenieros de Telecomunicación, un galardón que reconoce a los centros sanitarios que mejor integren las telecomunicaciones en su diseño para humanizar la asistencia al paciente.

 

Pero si las instalaciones y la tecnología han propiciado un magnífico edificio inteligente, son las personas que allí trabajan quienes lo convierten en un auténtico Hogar. Cincuenta empleados para cien residentes, de los que un 60% son personas sin recursos. En riesgo de exclusión, como se dice ahora. Pobres, como se ha dicho toda la vida. Y como decía Fray Leopoldo.

Foto: Pepe Marín Zarza

Personas sin recursos que han encontrado un merecido refugio. Un hogar. Como debe ser. Un hogar construido, ladrillo a ladrillo, con las partidas del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, pero también con las aportaciones voluntarias de miles de personas que, a cambio de su generosidad, recibieron un pequeño ladrillo conmemorativo, dándole un sentido completamente diferente al objeto que ejemplificó la época del pelotazo, el derroche y la especulación.

 

Jesús Lens