La Universidad de la Vida

Confieso que tengo debilidad por Joaquín Reyes. No soy nada original, ya lo sé, pero me pirra el humor chanante. Me gusta Reyes, por ejemplo, cuando habla de la gente que merece morir. Esos que saludan con holi y se despiden con un “me piro, vampiro” o los que hacen fotis de sus pies -¡los pies!- a la orilla del mar y escriben “Aquí, sufriendo”.

 


Dentro de esa categoría, o al menos dentro del apartado de gente que se merece sufrir mucho, yo solía incluir a los que escribían “Licenciado en la Universidad de la Vida” en sus biografías de facebook. Me parecía algo pretencioso y con un tufillo a autoayuda barata más apestoso que un chorreón de Varón Dandy.

Hablo en pasado porque ahora, a la vista del despelote de tesis, másteres, plagios, doctorandos, negros y niveles académicos a la altura del bordillo de las aceras, me he convencido de las virtudes y bondades de haberse bregado en la Universidad de la Vida, bastante más dura y exigente que la Rey Juan Carlos.

Hace unos años, en los tiempos de Corcuera, nos echábamos las manos a la cabeza por la falta de currículo de un ministro electricista. Hoy, sería un aval. Con la cuestión del Mástergate empieza a aflorar un tipo de corrupción muy sibilina: dado que los partidos políticos se han convertido en empresas que mantienen a miles de trabajadores y como muchos de ellos -véanse los ejemplos de Susana Díaz y Juanma Moreno en Andalucía- están llamados a ocupar puestos de altísima responsabilidad en la administración; conviene estar a bien con ellos y facilitarles la vida en la medida de lo posible, sin que se note mucho.

Lo escribía el siempre lúcido y certero jurista Miguel Pasquau en un brillante tuit: “A ver si van a tener razón los franceses que consideran que el dato más importante del curriculum para acceder a un empleo (más allá de reunir los requisitos legales) es la nota media del bachillerato. Claro, que es un bachillerato francés, que no es poca cosa”.

El Bachillerato no miente…

¡Cuánto daño le está haciendo el Mástergate a la credibilidad de las Universidades españolas, transmitiéndose la sensación de que las licenciaturas, los doctorados, los cum laude y las maestrías se reparten como churros entre algunos privilegiados cuyo mayor mérito es militar y portar un carné en la cartera!

Jesús Lens

Los orígenes del cine

¿Se imaginan la historia de la literatura sin Homero, Shakespeare, Cervantes o Chandler? ¿La historia de música sin Bach, Mozart, Beethoven o Louis Armstrong? ¿La historia de la pintura sin Velázquez, Picasso o Warhol? ¿Cómo se puede entender, entonces, la historia del cine sin René Clair, Charles Vidor, Jean Renoir o G.W. Pabst?

No sé en los planes de estudios de colegios e institutos -aunque apostaría a que los grandes clásicos del cine no se encuentran entre las prioridades de la mayoría de ellos- pero en el día a día no veo yo a la gente muy atenta a la Historia del Cine. Lo que no deja de ser curioso, dado que vivimos en una sociedad cada vez más audiovisual…

En Granada tenemos la inmensa suerte de contar con una persona cuyos ojos han visto todo el cine que deberíamos haber visto los demás, una auténtica enciclopedia del séptimo arte que, para más inri, sabe cómo enseñarnos a mirar las películas, más allá de simplemente verlas.

Lo he escrito otras veces: Juan de Dios Salas es un lujo y el festival que ha puesto en marcha por encargo del Ayuntamiento, Granada Paradiso, viene a satisfacer las demandas de la cinefilia granadina: el cine mudo y el cine clásico. Su trabajo al frente del Cine Club Universitario es modélico y, más allá de que podamos ir o no al Espacio V Centenario de la UGR, no debemos dejar de coleccionar los descargables que Juande prepara para cada uno de sus ciclos. ¡Son un tesoro!

Como los buenos festivales, Granada Paradiso no se limita a programar un puñado de películas durante una semana y, después, si te he visto no me acuerdo. Tiene continuidad todo el año. Por ejemplo, hoy y mañana, en el Centro Lorca, tendremos la oportunidad de disfrutar de clásicos como “Gilda”, “La gran ilusión” o la “Sangre y arena” de 1922, además de cortos y mediometrajes franceses de años tan improbables como 1916 o 1918, filmados durante la I Guerra Mundial, que vienen de la mano de otra institución imprescindible en nuestra ciudad: la Alianza Francesa de Granada.

No le tengan miedo al desafío. Déjense seducir por los clásicos. Entren en la sociedad secreta de los amantes del cine silente. Cada sesión será presentada por Juande y ya verán que, además de aprender, lo pasamos en grande.

Jesús Lens

1,77 días nada más

El frío dato. 1,77 es la media de días que los turistas y viajeros pasan en Granada capital. 1,77 días. ¿No les parece un dato helador? Antes de agosto mostraba en este espacio mi preocupación sobre el tema de las pernoctaciones en Granada al hilo de la problemática con las entradas a la Alhambra.

En aquella columna metí la pata de forma inadmisible a la hora de hablar del Bono Pernocta: escribí que se regalaba una entrada a la Alhambra con él, cuando no es así. El Bono Pernocta está diseñado para los turistas que se alojen en hoteles de la provincia de Granada durante al menos dos noches y les permite tener un acceso prioritario -entrada garantizada- a la Alhambra. Además, también incluye la visita a los principales monumentos de la ciudad. Pero no se regala. Cuesta 16 euros. Lo que, teniendo en cuenta que la entrada al monumento nazarí cuesta 14 euros, es una ganga. Pero no un regalo.

Tras aquel error estuve hablando largo y tendido con Trinitario Betoret, presidente de los hosteleros granadinos. En unas cosas estábamos de acuerdo y en otras no, pero sí coincidíamos en algo básico y capital: la gente que viaja a Granada no puede pasar solo una media de 1,77 días en nuestra ciudad.

-¿Ya se va? Pero si acaba usted de llegar…

Leo que el Ayuntamiento está poniendo en marcha diversas iniciativas para conseguir que los turistas pasen más tiempo con nosotros. Es algo esencial para nuestra socio-economía en general. Es bueno para el comercio y para el tejido cultural de nuestra tierra. Cuanto más tiempo pasa una persona en un lugar, más relajado se encuentra y es más fácil que, además de tomarse la tradicional caña con tapa, entre en una librería a buscar títulos sobre nuestra historia. O a una tienda de discos a buscar música andalusí. O de Lagartija Nick, porque haya estado en “El bar de Eric”, relajadamente.

Si la gente duerme en Granada, buscará conciertos a los que ir, se dejará caer por las exposiciones en cartel o hará turismo de aventura en La Alpujarra con sus guías correspondientes, antes de volver a cenar.

Convengamos en que la Alhambra trae a la gente a Granada, pero somos los granadinos quienes tenemos que ingeniárnoslas para que se quede aquí más tiempo del estrictamente necesario en subir, ver los Palacios Nazaríes… y pirarse a Málaga.

Jesús Lens

Sin plaza en el instituto

—Mamá, ¿te han dicho ya a qué instituto voy a ir?

Y la respuesta es que no. La contestación es que, habiendo tramitado su matrícula en tiempo y forma el pasado mes de mayo, la delegación de Educación de la Junta de Andalucía todavía no ha tenido a bien solucionar el pollo que le ha montado a varios estudiantes del Zaidín, dejándolos sin plaza.

—Entonces, si empieza el cole y todos mis compañeros van a clase, ¿yo qué hago?— le pregunta su hija a Carmen con inocencia, un día detrás de otro. Y ella, como en la canción de Manolo Tena, no sabe qué contestar.

La vuelta al cole siempre es complicada, especialmente para aquellas familias cuyos vástagos lloran y patalean porque no quieren ir a clase. Resulta paradójico, sin embargo, que haya un grupo de diez, doce o veinte jóvenes temerosos de que sea el cole el que empiece sin ellos.

Una cuestión técnica, aduce la administración. Una cuestión técnica que se produjo en mayo y que, pasado el 10 de septiembre, el negociado correspondiente de la Junta aún no ha sido capaz de solventar, a pesar de las llamadas, los escritos y los recursos correspondientes.

Todos los que hemos trabajado con expedientes lo sabemos: siempre hay uno al que le pillamos ojeriza y, cada vez que aparece en lo alto de la montaña de “Pendientes”, lo cogemos… para volver a situarlo debajo del todo. O esos mails que dejas marcados como No leído porque, sabiendo de qué van, nunca encuentras el momento de hacer con ellos lo que debes hacer.

No todas las vueltas al colé son tan plácidas…

¿Estará pasando algo así en Educación? El hecho es que los casos aislados de pronta solución de la maquinaria burocrática se traducen en nervios, dudas, zozobras, ansiedad y días sin dormir para las personas afectadas y sus familias.

Estos días, quiénes van a ir por primera vez al instituto están tensos y excitados. De hecho, la chavalada ya ha recibido una carta de su nuevo centro de enseñanza invitándola a conocer las instalaciones para familiarizarse con el que será su ecosistema más íntimo en los próximos años.

Los casos aislados, sin embargo, se muerden las uñas con desesperación, sin saber dónde estudiarán, quiénes serán sus compañeros de clase o cuándo empezará su curso académico. Resulta inadmisible e intolerable tal dejación de funciones por parte de la administración.

Jesús Lens

El respaldo unívoco

Antes de escribir esta columna siempre le echo un vistazo a las webs de cuatro o cinco periódicos, a ver qué se cuece por ahí. A eso de las 19 horas leía que Pedro Sánchez había respaldado a su Ministra de Sanidad, diciendo que tenía plena confianza en ella. A las 20.45, Carmen Montón convocaba a los medios para comunicar su dimisión. ¡Ni los entrenadores de fútbol recién confirmados por la junta directiva del club duran tan poco en un banquillo caliente!

Desde la sentencia de la Gürtel y el adiós de Rajoy, nada volverá a ser igual en España, pero algunos todavía no se han enterado. Y muchos de ellos están en el PP, partido que eligió a Pablo Casado como presidente a sabiendas de lo turbio de su curriculum y lo estrambótico de su paso por la Juan Carlos I. Y que cada uno le de al verbo “pasar” la interpretación que quiera.

Hace una semana, cuando se conoció la sentencia sobre el Congreso del Partido Popular granadino del pasado mes de mayo, su secretario general, Pablo García, arremetió duramente contra la cacería a la que el PP estaba siendo sometido, parafraseando al propio Casado.

Así, no es de extrañar que el Vicesecretario de Organización del PP, Javier Maroto, manifestara en nombre de la dirección nacional del partido el “respaldo unívoco” al presidente del PP de Granada, Sebastián Pérez. “Es la persona de confianza de la dirección nacional”, apuntilló.

Lo comentaba con un buen amigo: ¿Unívoco? ¿Qué quiere decir eso de “unívoco”? ¿Se refiere a que hay unanimidad a la hora de prestar este apoyo en la referida dirección nacional? ¿En serio? ¿Ni una voz discordante? ¿Prietas las filas e impasible el ademán? O lo mismo quería decir “inequívoco”, pero se equivocó con el concepto.

Las cosas están cambiando a pasos agigantados y a unos les está costando darse por aludidos más que a otros. Los Ciudadanos de Luis Salvador, a pesar de sus filias y sus fobias, no pudieron apoyar al PP local porque la mayoría de sus concejales están salpicados por diversos escándalos judiciales. Ahora, con el follón del Congreso, no parece que el PP empiece con buen pie su nueva andadura pre-electoral. Máxime porque la dimisión de la Ministra deja en una situación muy delicada a Pablo Casado. ¡Soraya! ¿Dónde estás cuando te necesitan?

Jesús Lens