La urna como símbolo

Hasta ahora, nunca había reparado en ellas. En las urnas. Y mira que una vez me tocó ser mesa electoral y me pasé un montón de horas haciéndole compañía a una. Pero no me fijé en ella, por mucho que fuera el centro de atención del colegio.

Es lo que tiene ser paisaje: no cobramos conciencia de su importancia hasta que, de repente, ocurre algo que nos obliga a pararnos, mirar a nuestro alrededor, fijarnos y reflexionar.

En este caso, el anuncio de la licitación de un concurso por parte de la Generalitat para la compra de 8.000 urnas y la advertencia del gobierno del PP de que dicha licitación iría contra lo dictado por el Tribunal Constitucional hace que, de repente, esos cubículos adquieran una relevancia especial.

Ha sido ahora cuando he recordado que, efectivamente, en el anterior simulacro de consulta instigado por la Generalitat se utilizaron cajas de cartón a modo de urnas. Y aquello daba una sensación de falta de seriedad y de charlotada que no se podía aguantar.

La adquisición de urnas transparentes y de metacrilato se convierte, pues, en requisito sine qua non para darle enjundia al que debería ser el momento culminante del llamado proces catalán o proceso soberanista de Cataluña. Y, como símbolo… ¡vive Dios que no podían haber elegido uno mejor!

Una urna electoral representa la democracia infinitamente mejor que las banderas, escudos, proclamas, manifiestos, mítines o procesos de primarias. Una urna electoral es un hermoso objeto de una belleza minimal al que deberíamos erigir un monumento: perfectamente rectangular, angulosa y herméticamente cerrada, excepción hecha de la estrecha ranura superior a través de la que se introduce el sufragio voluntario. Inaccesible. Inviolable. Pura. Divina. Virginal.

Una urna electoral, además, solo sirve para lo que sirve. Y nada más. Cumple con su función democrática durante la jornada electoral y, una vez finalizada, vuelve al almacén, al armario, al altillo en que reposará durante varios meses, antes de que su concurso vuelva a ser requerido. ¿Se puede ejemplificar mejor la esencia de lo que debería ser la democracia?

No sé en que terminará la iniciativa de la Generalitat de licitar la compra de urnas electorales. Lo único que pediría a todas las partes responsables de esta situación es que tengan sentido común y las miras suficientes para no convertir las urnas electorales en urnas funerarias.

Jesús Lens

Un año con Cuenca

Muy interesante e ilustrativa la entrevista que hacía ayer Quico Chirino al alcalde de Granada, Francisco Cuenca, con motivo de su primer año de mandato. Un año complicado y convulso, pero ¿alguien pensaba que iba a ser fácil? De ello hablo hoy en IDEAL y aprovecho este aniversario para enlazar con otros 20 artículos que he publicado en el periódico sobre algunos de los temas que repaso en esta columna. ¡Ahí tenéis tarea!

En estos 365 días, Cuenca no ha conseguido sacar adelante ninguna medida de calado y trascendencia para la ciudad: no llegan ni los trenes ni el Legado de Lorca, no hay presupuesto municipal y las finanzas siguen hundidas. Más allá de eso, y a la espera del acelerador de partículas, tampoco hay ningún otro proyecto de enjundia a la vista, en el corto o medio plazo. Lo de la capitalidad cultural para el 2031, que empezó con brío, ha perdido fuelle y, de momento, no parece preocupar excesivamente a nadie.

Dicho lo cual, no es menos cierto que se ha respirado un aire diferente en Granada, estos meses. Que sí han cambiado cosas. Para mejor. Aspectos sencillos de la convivencia ciudadana, como las fiestas locales, van enderezando su rumbo. Se cerró el Botellódromo y, aunque las actividades sustitutivas fueron un fiasco, sí está siendo un éxito la amplia y variada programación musical de esta primavera, abierta y gratuita, en plazas y calles de Granada, organizada por Ciudad del Rock, con el apoyo de Cervezas Alhambra.

 

El Festival de cine Granada Paradiso ha demostrado que es posible –y deseable- un certamen de una calidad excelsa que, además de permitirnos ver cine, nos ilustre como espectadores y nos haga crecer como cinéfilos. Vuelve Cines del Sur, el programa Granada Ciudad de Literatura de la UNESCO por fin tiene contenido y los nombramientos de Santiago Carbó y Heras Casado para puestos de responsabilidad institucional en la ciudad serán un acierto seguro. La apuesta por una Granada cultural de amplias miras es innegable en el equipo de Cuenca.

Y luego está el otro gran tema, al que los jueces han metido el ventilador: el de la corrupción. El del amiguismo. El de los cenáculos. El del poder. El enrarecido ambiente que genera un gobierno ininterrumpido de tres lustros, algo que se ha demostrado nefasto para la ciudad.

 

Por eso me siento tan decepcionado por la actitud de Cs, IU y Vamos Granada, empujando a la alcaldía a Paco Cuenca para, acto seguido, dejarlo solo e, incluso, empezar un continuo pim pam pum muy lesivo para Granada.

 

Jesús Lens

El AVE que sí cupo

No sé si están ustedes muy al tanto de los presupuestos generales del Estado, los apoyos cosechados por Rajoy y el llamado cupo vasco. Sin entrar en cifras, refrendos y cuantificaciones, quedémonos con un hecho: gracias al apoyo que el PNV brindará al PP, se ha cerrado el calendario para completar lo que los especialistas llaman la Y ferroviaria vasca, esto es, la conexión de las tres capitales vascas a través de la Alta Velocidad.

Una Y ferroviaria que incluye, por supuesto, la entrada soterrada del AVE a Bilbao y Vitoria. Con dos cojones y un palito. Figura que, a nada que lo pensemos, también tiene forma de Y.

 

¿Qué más podemos decir, a estas alturas, sobre el maldito AVE, el tren fantasma, la infame desconexión ferroviaria y la madre que los parió? Hace unos días, hablábamos de ello. ooooootra vez. En IDEAL. Aquí lo pueden leer. Porque lo último ha sido que RENFE tenga los santos rieles de usar la línea de Moreda, vetada a los viajeros convencionales, para traer a Granada al tan exquisito como inaccesible Expreso Al Ándalus, cuyos billetes oscilan entre los 1.800 y los 3.500 euros por pasajero y semana de viaje.

Intragable. Infumable. Indefendible. Vergonzoso y lamentable. ¿Cómo vamos a acortar, así, las cada vez más insalvables diferencias que ahondan la brecha entre las comunidades más ricas y las más pobres de España? Con esta aberrante desigualdad en las inversiones y en el gasto en infraestructura, los PIBs regionales siguen creciendo de forma desacompasada y es normal que, con el paso de los años, vascos y catalanes no quieran saber nada de extremeños y andaluces.

 

¿Cómo no van a crecer los sentimientos nacionalistas e, inmediatamente después, los xenófobos; cuando unas y otras regiones sufrimos este tipo de agravios tan vergonzantes? ¡Y luego hay quien se extraña de que crezcan los mal llamados populismos!

Es necesario que los representantes del PP granadino se manifiesten y se posicionen en el tema de la desconexión ferroviaria, la llegada del AVE, el soterramiento y la estación de Moneo. Que sí. Que sabemos que el PSOE también gobernó cuando tal y tal. Pero que estamos en 2017. Que hace dos años que no llega el tren a Granada. Que Vitoria, con 250.000 habitantes, va a tener su soterramiento. Que Rajoy lleva cinco años ejerciendo como Presidente del Gobierno y que esto es una tomadura de pelo que ya no se aguanta más.

 

Jesús Lens

 

 

 

 

 

Gente muy ocupada

A comienzos de semana tuve que telefonear a una persona por cuestiones de trabajo. Insisto en el “tuve que” y en que era por asuntos laborales. Nada que ver, pues, con el placer, el gusto, el esparcimiento o el divertimento. Y de ello hablo en IDEAL hoy.

La persona en cuestión, antes siquiera de escucharme, empezó por ponerme en antecedentes de lo muy liada y ocupada que está y del mucho trabajo que tiene. En ese momento, mi primera reacción fue colgar el teléfono… y mandarla a hacer gárgaras. O a plantar cebollinos. O a freír espárragos, que ya sabemos que hay excedente de esta verdura en el Poniente granadino y que todos debemos comprarlos y consumirlos con fruición.

 

En serio: ¿qué me aporta a mí esa información? ¿En qué me afecta? ¿Me debería importar un carajo? O, quizá, al hacer énfasis en esa enorme carga de trabajo que sobrelleva sobre sus hombros, esa persona me estaba mandando mensajes subliminales del tipo “¡Qué cantidad de trabajo tengo! (No como tú)” o “Tengo mucho lío (y me estás molestando con esta llamada)”.


A mí, antes, me daba igual esa gente que no hace más que decir y proclamar a los cuatro vientos lo muy liada que está. -Pues como yo… y como la mayor parte de la gente que conozco- solía pensar, dando por zanjado el asunto. Ahora, será la malafollá entreverada de viejunismo, esa gente me irrita profundamente. Porque las personas que no se hartan de proclamar su alto nivel de estrés, agobio y lío mental, hacen de menos a los que, sencillamente, cumplimos con nuestro trabajo de la mejor manera posible.

 

Pero es que, además, tengo muy comprobado que la gente que va con el agobio por bandera suele ser, por lo general, de lo más ineficiente. E ineficaz. Por decirlo cortésmente. La gente que no deja de hacer postureo con el excesivo trabajo que tiene, cada vez me resulta más sospechosa de, en realidad, no tener mucho que hacer: si tan ocupada estuviera, no perdería el tiempo repitiéndolo una y otra vez.

¿No les ha pasado, llegar a un bar que está hasta los topes y que les atiendan razonablemente rápido y bien mientras que hay garitos medio vacíos en los que todo es lentitud, desidia e ineficiencia? Pues, lo más probable, es que el personal más quejoso esté en este segundo tipo de establecimiento.

 

Jesús Lens

 

El Padrino IV

Cuando vi la foto que ilustra estas líneas y aunque sabía que no podía ser, soñé con la posibilidad de estar viendo “El Padrino IV”, dentro de un par de años, en una sala de cine.

Sin embargo, cuando desperté, la película ya no estaba allí. Porque la foto mira al pasado y no al futuro: lo que cuenta es el encuentro propiciado por Robert De Niro, en el marco de su Festival de cine, Tribeca, para celebrar el 45 aniversario de “El Padrino”. Un encuentro que pueden ustedes ver en redes sociales, que fue retransmitido a través de Facebook Live, en la página del Festival.

Se preguntarán acerca del porqué de mi sueño sobre la cuarta parte de El Padrino, idea a todas luces descabellada… ahora. Porque en su momento no lo fue.

 

Este año 2017, tal y como les conté el pasado enero en esta entrega de El Rincón Oscuro, lo empecé con los Corleone, volviendo a ver la mítica trilogía protagonizada por una de las Familias más memorables de la historia del cine. También aproveché para disfrutar de los extras de una edición especial en Blu-ray que atesoro como oro en paño. Y entre ese material extra, además de varios documentales y entrevistas con Coppola y los actores principales, había una reveladora conversación con Mario Puzo, autor de la novela original de “El Padrino” y de los guiones de las tres películas.

Decía Puzo, en dicha entrevista: “Espero que se haga “El Padrino IV. Tengo tan claro que sería algo que podría funcionar… Algo que transcurriera en los años 20 (del pasado siglo). Sonny, interpretado por James Caan… ¡Hay que buscar al nuevo Jimmy Caan! Sería el héroe, la fuerza motriz de la película, además del Padrino, que sería muy importante”.

 

¿No se les acelera el pulso, al leer algo así? Pues esperen, que aún hay más.

 

“Yo he escrito la mitad del guion. Ya lo tiene De Niro. Lo tiene la Paramount y, por supuesto, lo tiene Francis (Ford Coppola). Creo que sería perfecto que el público pudiera ver a la Familia cuando Michael era pequeño, su bautizo, cómo Sonny se convierte en asesino y cómo construye el Padrino su fortaleza. Muestra el auge de los Corleone”.

¿Es o no es una historia emocionante? ¿No les parece que habría sido una gran continuación de la historia de los Corleone? Cuando le preguntaron a Coppola sobre la posibilidad de filmar esta continuación, dijo lo siguiente: “El Padrino” es propiedad de la Paramount. Dependería de ellos que encarguen a Mario Puzo que la escriba. Saben que él lo haría, pero no hacen esa oferta”.

 

¿No hubiera sido una de esas ofertas imposibles de rechazar? ¡Pero qué complicadas, siempre, las relaciones de Coppola con la Paramount, como se han encargado de recordarnos en la reunión del pasado fin de semana, en Tribeca! Que si no querían ver a Brando ni en pintura, que si preferían a un actor más alto para interpretar a Michael, que si tampoco veían a Talia Shire como Connie…

 

Sin embargo, Mario Puzo parecía tenerlo claro: “Yo creo que es algo bastante probable. Quisiera tener el poder de Hollywood para que se haga la película. ¡Me encantaría que se hiciera esa película!”

Casi tanto como a nosotros… ¡Ays!

 

Ya fue un parto complejo, el de la tercera parte de la saga de El Padrino, tras años y años de rumores, filtraciones y dimes y diretes, durante los que estuvo a punto de ser dirigida e interpretada por el mismísimo Sylvester Stallone. Finalmente se estrenó en 1991, cerca de veinte años después de que “El Padrino II” arrasara entre el público y la crítica, haciéndose acreedora de seis Óscares, incluyendo Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guion Adaptado.

“El Padrino III” gustó a la crítica, pero con peros y matices: es una gran película, pero no está a la altura de las anteriores; es una cinta brillante, pero no es una obra maestra… y así. Tampoco fue el bombazo en taquilla que se esperaba. Sin embargo, con el paso del tiempo y vuelta a ver sin la urgente necesidad del estreno, el desenlace de la historia de Michael Corleone está a la altura de sus dos predecesoras, con secuencias memorables, como las de Palermo, la masacre del principio o las conversaciones con el Papa.

 

Sí es cierto que hay demasiadas frases sentenciosas o que el asesinato de Joey Zasa durante una procesión en Little Italy se parece demasiado a la escena cumbre de “El Padrino II”, pero con menos grandeza. Aun así, es un placer para todo buen cinéfilo paladearla despacio y, además de disfrutar de la historia principal, reconocer todos los guiños y referencias al pasado que incluyeron Puzo y Coppola en la cinta.

¿Y qué pasó con “El Padrino IV”? Pues que, efectivamente, Puzo había escrito la parte de la historia de los Corleone que le interesaba. La del pasado. Pero la Paramount quería, también, que se desarrollara el personaje de Victor Mancini que interpretó Andy García en la tercera parte de la saga. Y  de eso no había nada escrito.

 

En 1999 empezaron a surgir rumores de que el proyecto salía adelante, que se estaban buscando localizaciones, en Nueva York y Sicilia, para la hipotética cuarta parte de la saga de los Corleone. Por desgracia, un ataque al corazón mató a Mario Puzo, el 2 de julio de 1999, en su casa de Long Island, sin que hubiera terminado el guion de una película que, en realidad, Coppola no parecía tener muchas ganas de dirigir. Y ahí murió el proyecto. Hasta la fecha.

Ni que decir tiene que, como buen cinéfilo, en ocasiones sueño con “El Padrino IV”. Como ocurrió el pasado fin de semana, al ver la foto que ilustra esta entrega de El Rincón Oscuro. Porque lo bueno de las grandes películas jamás filmadas es que permiten a cada espectador construirlas libremente en su imaginación.

 

Pero es que además, en este caso, tenemos una inmejorable herramienta para seguir soñando con los Corleone. Se trata de una novela. Y merece mucho la pena. Se lo cuento, dentro de poco, en esta misma sección…

 

Jesús Lens