Twitter en vena

Siguiendo a Bruce Chatwin, a los aficionados y usuarios de las redes sociales nos acaba pasando como a los buenos viajeros: en algún momento nos encontraremos parados, inermes y perplejos, preguntándonos por el célebre ‘¿qué hago yo aquí?’

Disfrutar cada año del #TATGranada, el evento twitter organizado por IDEAL, es una inyección de moral y autoconfianza que viene a resolver cualquier duda sobre el interés o la utilidad de ser usuarios activos de redes.

En la edición de este año, por ejemplo, me encantó Antonio Huertas, el presidente de Mapfre, que se abrió en canal y destacó la importancia de que los trabajadores de las empresas accedan a las redes y participen activamente en ellas, dado que son sus mejores portavoces y prescriptores. Siempre que estén contentos y satisfechos, por supuesto. De acuerdo con las tendencias de mercado, las marcas y las empresas cada vez tienen menos credibilidad, predicamento e influencia. Los internautas creen a las personas. De ahí que cuidar las redes personales tenga una importancia creciente.

Ha sido uno de los temas más tratados en este #TATGranada7: la necesidad de cuidar el medioambiente digital. El magistrado Miguel Pasquau dio una clave: sigue a los mejores perfiles de los usuarios que no piensen como tú. De esa manera tendrás acceso a otros puntos de vista… y te obligarás a ser muy cuidadoso con lo que escribes, dado que ellos también leerán tus tuits y tus posts y te podrán replicar. Es una vía de forzarte a ser respetuoso, riguroso y cuidadoso.

Además, unos extraordinarios consejos impartidos por el abogado José Muelas: si bebes, no tuitees. No es ninguna boutade. Es una regla que deberíamos grabarnos a sangre y fuego. Otra: si tienes dudas sobre si publicar o no un determinado tuit… ¡no lo hagas! Bórralo o, como mínimo, déjalo en la nevera. Por último: no hace falta tener la última palabra. No es necesario eternizar las discusiones. Por grande que sea la tentación de quedar por encima de un incómodo o picajoso interlocutor, no merece la pena. Que tus argumentos hablen por ti.

Jesús Lens