Presupuesto a codazos

Dos veces podríamos haber ido a bañarnos a la Fuente de las Batallas esta semana: por la creación del consorcio para el acelerador de partículas y por el acuerdo para la aprobación de un presupuesto en el Ayuntamiento de Granada, cinco años después.

No es fácil, en momentos tan difíciles, duros y complicados, encontrar buenas noticias de tanto calado y significación. Por todo ello, congratulémonos.

Sobre la cuestión del acelerador de partículas hablamos otro día. Llevo tanto tiempo dándoles a ustedes la barrila con el tema e insistiendo en su trascendencia como la gran oportunidad de futuro para nuestra provincia que, al ver que empieza a materializarse, me he quedado pasmado.

Centrémonos en lo del presupuesto, una excelente noticia para Granada por dos razones fundamentales. La primera es obvia: el peor presupuesto que se pudiera consensuar en 2020 siempre será mejor que seguir arrastrando uno prorrogado de 2015.

Antes de valorar los 22 puntos del acuerdo, concentrados en 5 páginas de acuerdo, hay que leerlos despacio y analizarlos uno por uno. Reflexionar qué comprenden y qué dejan a la intemperie. Determinar si son de posible cumplimiento o un brindis al sol. Sin olvidar que, después, habrá que ver cómo se materializan y se ejecutan. Tiempo habrá.

Hoy tenemos que darnos la enhorabuena, también, porque nuestros responsables políticos han llegado a un acuerdo que viene siendo imposible desde hace años. Tiene especial mérito en el contexto de estos días, con el ambiente político nacional enrarecido hasta la náusea.

Foto: Alfredo Aguilar

Insisto: los presupuestos no serán perfectos ni gustarán a todos. Pero, leídos a botepronto, tampoco nos disgustan del todo. ¡Con tan poco me conformo!

Vox, ni que decir tiene, está en contra del Acuerdo del Codazo. ¡Qué sorpresa! Los tildan de ser unos presupuestos socialistas. Qué cosas. Esta vez ni siquiera pueden amenazar con la moción de censura, lo más parecido al recurso al pataleo que tenían a su alcance.

Para Unidas Podemos, por contra, el presupuesto no es creíble ni lo suficientemente ambicioso. Respondería a intereses ocultos y espurios de los grandes partidos. Es necesario que la confluencia desvele alguno de esos ominosos secretos que anidan en la Plaza del Carmen, que el argumento empieza a oler a naftalina.

Y quedan las ausencias. La de Sebastián Pérez no sorprende a nadie, pero que el alcalde Luis Salvador no estuviera en la foto sí causó revuelo y sensación. Como si el codazo le hubiera pillado mal colocado en la zona y le hubiera dejado sin respiración.

Jesús Lens

De pre supuestos

Un supuesto: ¿qué habría ocurrido si Ciudadanos y PP hubieran apoyado alguno de los presupuestos presentados por el PSOE en los años de gobierno de Paco Cuenca? Nunca lo sabremos. Lo que sí hemos sabido es que Luis Salvador admite la “grave disfunción” provocada por la prórroga de los presupuestos aprobados en 2015 en la planificación municipal.

Pre presentación de los presupuestos, hace unas semanas

El bipartito está a punto de parir una propuesta de presupuesto municipal para el 2020. Será poco ilusionante, según avanzan los ediles del ramo. Un presupuesto de batalla que responde a la “difícil situación económica” en que se encuentra el Ayuntamiento, tan pocho de deudas que cada granadino debemos 1.266 euracos del ala, entre facturas impagadas e intereses financieros. Que ya es deber.

Presumiblemente y en cuanto se presente el presupuesto, PSOE y Unidas Podemos pondrán el grito en el cielo, denunciarán los recortes en prestaciones de servicios imprescindibles y en programas sociales básicos y anunciarán su voto en contra. Como les hicieron a ellos. Los ediles de Vox, más pragmáticos, condicionarán su voto favorable a que se cambien un par de partidas contables.

Nuestra política municipal se ha convertido en una lamentable escenificación del yo contra ti, demostrando la obtusa incapacidad negociadora de nuestros representantes políticos. Todos y cada uno de ellos representan un papel que, desde la detención de Torres Hurtado, ha ido en perjuicio de Granada y de su ciudadanía.

Encastillados en su visión cortoplacista y con el único objetivo de perjudicar al rival, los ediles granadinos no han trabajado por el bien común, sino por el mal ajeno. Entendiendo por ajeno a todo el que está fuera de sus intereses, siglas y colores.

Presentación de los presupuestos, ayer

La sistemática prórroga de los presupuestos del 2015 es la prueba más vergonzante de la supina incapacidad de nuestros munícipes para cumplir con el mandato encomendado por las urnas.

En 2020, Granada necesita un nuevo presupuesto adaptado a la realidad de los tiempos. El que presenten PP y Cs no será el mejor posible. Démoslo por hecho. Tampoco será el peor. Ni tan malo y nocivo como volver a prorrogar las cuentas del 2015.

Jesús Lens

Una realidad paralela

Cuando ayer por la mañana me llegó la alerta de IDEAL sobre la presentación de un presupuesto municipal para Granada, di un salto de alegría. Por una parte, resulta imprescindible para la gobernanza de la ciudad. Es inverosímil, incomprensible e inaceptable que todavía nos estemos manejando con un presupuesto prorrogado de los tiempos de Torres Hurtado.

El segundo motivo de alegría era más banal: ya tenía tema para esta columna. Y es que, con los estragos de Gloria en la provincia y los preparativos para Fitur—se rumorea que la fiesta-presentación de esta tarde en Casa América será homérica, dado que no se garantiza el acceso ni siquiera a la gente previamente invitada, por exceso de aforo— no hay muchas más noticias de fondo que llevarnos a la boca.

Al entrar a leer la información sobre las futuras cuentas del Ayuntamiento me di de bruces con la cruel realidad: lo que el bipartito llama presupuesto son, en realidad, tres folios cuadrados a martillazos. ¡Que ni siquiera cuadran, si hacemos caso a la contestación que han tenido por parte de la oposición, con unos cuantos milloncejos de euros bailando entrelíneas!

¿Saben lo que les digo? ¡Que así no hay quien escriba una columna seria! Si los concejales del ramo comprimen los presupuestos en tres folios y ni por esas consiguen un mínimo principio de acuerdo con la oposición, mal vamos. Peor que mal.

Déjenme, por tanto, que les comente un par de informaciones contrastadas: Netflix ha llegado a un acuerdo para incluir en su catálogo las películas del estudio Ghibli. De todas las noticias que llevamos en este neonato 2020, ésta es una las mejores y más importantes. De las que más satisfacciones nos darán en los próximos meses.

La segunda: ya hay fecha para la llegada de la plataforma de Disney a nuestras flamantes Smart TV: el 24 de marzo. Y el precio, imbatible: 6,99 euros al mes por todo el catálogo de Márvel, Pixar, National Geographic, Star Wars y la propia Disney.

Granada sigue sin cuentas creíbles ni proyectos de futuro. Menos mal que hay una realidad paralela y en streaming bastante más atractiva, entre seres galácticos, dibujos animados y superhéroes de ficción.

Jesús Lens