El Nobel de los pobres

El que más da que hablar suele ser el Nobel de Literatura. Y, en ocasiones, el de la Paz. Las páginas y espacios culturales de los medios de comunicación le dan mucha cancha al más letraherido de los premios de la Academia Sueca y, en Sociedad, se destaca al más pacífico. Aunque no siempre, que el de este año al presidente de Etiopía, sin ir más lejos, ha pasado sin pena ni gloria.

Los galardones científicos, sin embargo, ocupan mucho menos espacio y tienen menor visibilidad: las baterías de ion-litio, la células en busca de oxígeno y los exoplanetas nos pillan demasiado lejos al común de los mortales. Además, como se anuncia un Nobel cada día de la semana, entre lunes y viernes, resulta casi imposible prestarles la atención que demandan. No estaría de más que la UGR les dedique un ciclo de conferencias para acercarlos a la gente y que, cada año, tengamos la oportunidad de conocer más a fondo el porqué de cada uno de los galardones.

Quedaba por anunciarse el Nobel de Economía, un premio que cada año resulta más interesante, al tocar temas que resultan de la máxima actualidad. Así, el año pasado se destacó el trabajo de Nordhaus por integrar el cambio climático en el análisis económico, determinando los costes y beneficios de reducir las emisiones contaminantes. Y a Romer por hacer otro tanto, pero con las innovaciones tecnológicas, explicando qué hace que una economía innove y, por tanto, crezca más que otras.

Este año, el premio más prestigioso de la Economía ha recaído en el indio Abhijit Banerjee, la francesa Esther Duflo y el estadounidense Michael Kremer; por sus trabajos para aliviar la pobreza mundial, ahí es nada. Los galardonados de 2019 “han introducido un nuevo enfoque para buscar los mejores caminos para luchar contra la pobreza global, concentrándose en aspectos concretos y manejables como, por ejemplo, la búsqueda de las intervenciones más eficaces para mejorar la salud infantil o la educación”.

Temas sobre los que debemos de profundizar, sí o también, para ver qué proponen en la práctica.

Jesús Lens