EL 488

El domingo, Álvaro y yo debutamos en el Gran Premio de Fondo de la Diputación de Granada, conjunto de citas atléticas que, a lo largo del año, nos invitan a trotar por diversos puntos de nuestra geografía más cercana, de la capital y alrededores a la Costa, Alpujarras y la zona Norte de la provincia.


Arrancó el Circuito con la popular prueba de Armilla, conocida como “La Industrial”. 10 rápidos kilómetros para cumplimentar en una jornada fresca, pero luminosa, soleada y muy, muy agradable. Con Puri, la pequeña Leire y el incipiente Hugo como testigos de excepción, Álvaro y yo nos plantamos en Armilla a eso de las diez y recogimos el chip y los dorsales que nos han tocado en suerte este año. El mío, el 488. Me gusta. El 88 es uno de esos números rotundos y feraces, ubérrimos.

Y, desde luego, con el 488 debutamos con buen pie.

Es curioso. Hasta la fecha, mis únicas tres pruebas cronometradas, excepción hecha de las del colegio, habían sido tres medias maratones. Pero La Industrial, que celebraba su vigésimo aniversario, sería mi primer 10.000, mítica distancia del fondo mundial.

Mi objetivo, teniendo en cuenta lo poco y mal que estoy corriendo, mis problemas gastrointestinales y una molesta tendinitis en el pie izquierdo que no cede; era hacer 5 minutos el kilómetro.

Álvaro y yo calentamos poco (que somos vaguetes) y salimos casi en cola de grupo, por lo que los primeros y tortuosos metros, que una colega corredora calificó acertadamente de gincana, los hicimos más bien despacio. Progresivamente fuimos incrementando el ritmo y, efectivamente, empezamos por ir a 5 minutos el kilómetro. Pero el recorrido era favorable, el día esplendoroso y las piernas nos pedían más. Así que, poco a poco, aceleramos el ritmo. Había bajada, luego una suave subida… en conclusión, que hicimos 45 minutos, a un ritmo de 4,30 el kilómetro.

Corricolari nos sacó esta foto, en el kilómetro 5.


Y Álvaro, algo más tranquilo, también consiguió mantener un ritmo de 5 minutos por kilómetro, lo que acredita que, en las distancias cortas (hablando de fondo) tenemos un cierto recorrido.

El reto, a partir de ahora: ser capaces de mantener esos ritmos durante más tiempo. A ver si en los entrenamientos nos lo tomamos más en serio y forzamos la máquina, aunque sea durante unos kilómetros, para ir acostumbrando a piernas, corazón y pulmones a correr a un ritmo más ágil y vivo del habitual.


Y, lo mejor, al terminar. Ya durante el paso del kilómetro 5 vi a nuestro amigo Corricolari apostado entre el público, cámara en ristre, buscando colegas a los que fotografiar, dado que una molesta lesión en el soleo le tiene varado durante unas semanas. Al terminar, aprovechamos para charlar un rato y para conocer en persona, por fin, a Abel, Paco y otros integrantes de esta activa comunidad de corredores-internautas tan chula que se está conformando en torno al Blog de José Antonio Flores Vera: Diario de un Corredor.

Con Corricolari, al terminar la carrera.

Lástima no poder quedarnos más rato, pero el CB Granada jugaba en Canal Sur 2 y el otro Álvaro, Hoces, nos había convocado en su casa para un festival gastronómico de altura, que se prolongaría hasta entrada la noche.

Despedimos esta Entrada recordando que el propio José Antonio, corredor, bloguero (que no globero), articulista de IDEAL, ingenioso conversados y afilado observador de la realidad circundante; da una charla el próximo viernes, a las 20 horas, en el Teatro de Armilla, cita imprescindible a la que acudiremos con todo el gusto, dispuestos a pasar un buen rato, hablando del correr físico y del correr mental, del cinematográfico y musical. A ver se puede venir nuestro amigo fondista y bloguero Paco Montoro, que hay ganas de conocerlo en persona.


Lo dicho, una cita imprescindible. Como del próximo día 24, en Albolote, segunda convocatoria del Premio de Fondo de la Diputación, donde esperamos estar al nivel de Armilla y, además, donde contaremos con el aliento de Pedro y su pequeña María, vecinos de la zona.

Nos vemos, trotando, por esos caminos.

Fdo.- Neopatón el Trotón.