Sentient: Muerte & Inteligencia Artificial

Fue el primer tebeo que cayó en 2021. En estos meses lo he leído ya tres veces. El ‘Sentient’ de Jeff Lemire y nuestro Gabriel Hernández Walta es un cómic que no se termina nunca y que permite disfrutar de las sucesivas relecturas con tanto o más placer que depara el primer vistazo, loco por llegar al final y saber cómo termina la historia. (AQUÍ ya lo comentamos)

Nada más leerlo, tuve claro que teníamos que hacer algo con él en el festival Gravite, que celebra su tercera edición, de forma presencial y en streaming, entre los próximos 15 a 20 de junio.

Ustedes ya lo saben, pero siempre es importante recordarlo: la nómina de dibujantes que tenemos en Granada es apabullante. Entre ellos, Gabriel Hernández Walta es uno de los capitales, no en vano atesora dos premios Eisner en sus vitrinas, los más importantes del cómic internacional, otorgados por la prestigiosa Comic Con de San Diego.

La protagonista principal de ‘Sentient’ es Valerie, una Inteligencia Artificial. La historia se desarrolla en el año 2105 en la nave espacial U.S.S. Montgomery, que ha dejado una Tierra convulsa donde la vida está al borde de la desaparición. La nave, con sus tripulantes y sus familias, se dirige a la Colonia, donde esperan comenzar una nueva existencia. En el tránsito y a lo largo de un año, la nave se adentrará en la llamada Zona Negra y permanecerá incomunicada tanto con la Tierra como con su nuevo destino. Y será en el momento de cruzar esa frontera cuando todo comience…

No les voy a contar nada más sobre la trama, que es prolija y está repleta de giros y sorpresas. Desde el comienzo de ‘Sentient’, la presencia de Val, la Inteligencia Artificial, se dejará sentir con fuerza. Al principio se parece mucho a esos asistentes virtuales que empiezan a formar parte de nuestra vida cotidiana, a los que les preguntamos por el tiempo que hará o les pedimos que nos pongan música.

Val, de primeras, es una voz que acepta y ejecuta las órdenes de los humanos de acuerdo a una serie de principios y protocolos perfectamente establecidos. Por ejemplo, este: “La directiva número uno de la misión afirma que no puedo causar daño intencionadamente a ningún tripulante”. Y con ello entramos en el apasionante objeto de la charla que el próximo martes 15 de junio celebraremos en el Parque de las Ciencias, en el marco del festival patrocinado por CaixaBank y CajaGranada Fundación. Hernández Walta y Francisco Herrera, catedrático de Inteligencia Artificial de la UGR y asesor del Gobierno de España en dicha disciplina, hablarán sobre la ética y la estética de la Inteligencia Artificial.

Val, como HAL 9000 de ‘2001: Una odisea del espacio’ o la protagonista virtual de ‘Her’, comienza siendo una voz, pero después adquiere forma. Y presencia física. ¿Cómo afrontó Gabriel Hernández Walta artísticamente este desafío? ¿Cómo se documentó? ¿Qué simbología se oculta tras las diferentes representaciones gráficas de Val?

Íntimamente relacionado con ello: ¿cómo habrá visto Herrera, desde el punto de vista científico, el tratamiento que ‘Setient’ ha hecho de la Inteligencia Artificial, tanto argumental como pictóricamente? ¿Serán correctas las directivas por las que Val se conduce a través de la narración de Lemire? ¿Podemos pensar que, en un futuro más o menos cercano, la IA adoptará su forma y apariencia o será completamente diferente?

No les he querido contar nada sobre el argumento de ‘Sentient’, pero el factor humano desempeña un papel esencial en una trama repleta de aventuras… y crímenes. No necesariamente censurables. ¿O sí? Lean, lean y el martes de la semana que viene comentamos en vivo y en directo.

Jesús Lens

El corazón manda

Cuando caminas por Granada, nada más saludar a Yehudá ben Saúl ibn Tibón, la ciudad cambia. ¿Le ubican? Se encuentra en pleno centro, entre la popular calle de la Colcha y Pavaneras. Su egregia figura, enarbolando un pergamino, nos recuerda que estamos frente un médico judío, filósofo, poeta y traductor granadino. Es el fundador de la dinastía de los Tibónidas y patrón de los traductores.

También es el encargado de darnos la bienvenida a El Realejo, uno de nuestros barrios con más personalidad, imán de personas creativas, cultas y repletas de inquietudes artísticas. Cafés, bares y restaurantes molones, grafitis artísticos en las paredes y, por supuesto, algunos edificios remarcables.

Entre mis favoritos, la Casa de los Tiros y la Corrala de Santiago, ambos hermanados estos días gracias a una leyenda: ‘El corazón manda’. El lema de la familia Granada Venegas, representado por una espada que pincha un corazón, preside el emblemático edificio de la calle Pavaneras. Además, es el título de una exposición de ilustraciones que se puede disfrutar en la Corrala de Santiago hasta el 21 de mayo.

Se trata de una muestra colectiva en beneficio de la comunidad religiosa de las Comendadoras de Santiago en la que varios ilustradores y dibujantes vinculados a El Realejo plasman su relación con el barrio y con el convento del siglo XVI.

Promovida por el Colectivo K6?, en la muestra hay trabajos de luminarias del cómic granadino como Enrique Bonet, Chema García, Francis Porcel, Sergio García o Carlos Hernández. Son ilustraciones narrativas, que cuentan historias a través del esbozo de diferentes personajes. También hay estampas de Abel Ippolito, AHRDE, Mercedes deBellard, Paloma Almagro, Rosa Olea y Vanesa Zafra; todas ellas excelentes. En esta entrevista, Chema García habla de su pieza, tan encantadora, con los zagalillos persiguiendo magdalenas).

Pero lo mejor es que Christian Walter ha hecho serigrafías de las obras. Una tirada limitada que, firmada por los artistas, se vende a 15 euros la unidad. No es solo que el importe íntegro será para las Comendadoras de Santiago, que están pasando estrecheces, sino que esas láminas terminarán siendo codiciada pieza de coleccionista. Y si no, al tiempo.

Los dibujantes de Granada conforman un colectivo solidario, comprometido y entregado. Mientras que en otros gremios todo son exigencias, quejas, súplicas y peticiones; ellos predican con el ejemplo y no dejan de participar altruistamente en iniciativas tan bonitas como esta. Dan a los demás lo mejor de sí mismos: su tiempo, esfuerzo y talento. Lo hicieron en Covidarte el pasado año y repiten con ‘El corazón manda’. ¡Gracias! (Más información y pedidos, AQUÍ).

Jesús Lens

Contrapaso, uno de los cómics del 2021

En un momento de la investigación que llevan a cabo los protagonistas de ‘Contrapaso. Los hijos de los otros’, el portentoso cómic escrito, dibujado y coloreado por Teresa Valero; asistimos al siguiente diálogo:

—Gracias por recibirme, doctor. Investigo la muerte de Rosa Saura. Creo que usted la conocía…

—¿Investigar? ¿Eso no lo hace la policía?

—Pues no siempre. No señor.

Una sola viñeta le basta a Teresa Valero para subvertir el orden establecido y, desde el punto de vista de dos periodistas de Sucesos del diario ‘La Capital’, conducir al lector a través de una investigación apasionante, inquietante y, por momentos, aterradora.

Sé que es muy osado, tan a principios de año, aventurar algo así, pero tengo el convencimiento de haber leído uno de los cómics del 2021. Negro como la pez. Negro como esa España de mitad del siglo pasado que con tanta brillantez nos muestra la autora.

Una trama policíaca en la que nada es lo que parece, protagonizada por Emilio Sanz, un veterano y desencantado periodista, falangista hasta la médula, pero de vuelta de todo. Así escrito, puede tirar para atrás. Y ahí radica el mérito de este personaje: como señala la propia autora, genera atracción y simpatía a la vez que, ideológicamente, provoca rechazo. La polémica que mantiene con su director sobre cómo tratar la ejecución de un reo ya nos presenta a un personaje llamado a hacer historia.

Junto a Sanz, un joven y prometedor reportero le acompaña en sus investigaciones por las calles de Madrid. Viene de París y su imagen, atractiva, está inspirada por Alain Delon. Y tenemos a Paloma, una dibujante que trata de abrirse camino profesional en las revistas de la época. En este caso, el referente gráfico es Shirley MacLaine.

De su mano conocemos la redacción de un periódico como los de antaño y los bares y cafés de la época. Las casas de las personas más adineradas y las chabolas de las más pobres. Y las calles de Madrid. Sus edificios, vehículos y comercios. Un conocimiento minucioso y preciso, que la labor de documentación de Teresa Valero, sin lastrar las viñetas con su peso, nos permite recuperar un tiempo perdido y demorarnos en la contemplación de aquella España que alguna vez fue.

La historia es densa y con múltiples capas. Toca muchos y muy diversos temas a lo largo de sus 152 exuberantes páginas. De forma más o menos disimulada, en escena aparecen algunos de los psiquiatras más reconocibles del franquismo, como Vallejo-Nágera. Y por el subtítulo del álbum, ‘Los hijos de los otros’, ya se pueden imaginar qué otro hilo narrativo cose este ‘Contrapaso’.

La idea de Teresa Valero era basarse en ‘El Caso’, aquel semanario especializado en la crónica negra y la nota roja, siempre al borde de la censura. Al filmarse la serie televisiva que ficcionaba su historia, la autora desechó esa opción y se quedó con los periodistas de Sucesos de un diario convencional.

Cuatro largos años de un trabajo minucioso y primoroso han fructificado en un álbum que acaba de ponerse a la venta. En la tradición de la mejor narrativa gráfica negro-criminal, ‘Contrapaso’ es una obra maestra de lectura obligatoria para los amantes del noir, los amantes del cómic… y los amantes de la belleza. Un tebeo que es una oda al diálogo y a la capacidad de reconciliación de personas que piensan de forma diferente. En estos tiempos de polarización extrema, da gusto leer algo así.

Les aconsejo que se hagan con un ejemplar de la primera edición. Teresa Valero ya está trabajando en la segunda entrega de una serie con visos de convertirse en un clásico instantáneo. Cómprenlo por el disfrute de leerlo, claro, pero también porque de aquí a no mucho tiempo, una primera edición de ‘Contrapaso’ valdrá su peso en oro. Luego no digan que no avisamos.

Jesús Lens

El incansable, temible y pertinaz Zaroff

Una mezcla sutil de refinamiento y animalidad, de distinción y salvajismo primitivo. “Un aristócrata que, bajo el barniz de la civilización, se muestra como una bestia sangrienta obsesionada con su presa”. Así se describe al protagonista de nuestro Rincón Oscuro de esta semana en ‘Zaroff’, el tebeo de Runberg y Miville-Deschênes recién publicado por Norma Editorial.

Nikolai Zaroff es uno de los grandes personajes de ficción del último siglo, al que hemos visto y leído en novelas, películas y tebeos. Debutó oficialmente hace casi un siglo, que el escritor Richard Connell le dio vida en 1924 en su novela ‘El juego más peligroso’.

Pocos años después, en 1932, la novela fue llevada al cine por Irving Pichel y Ernest B. Schoedsack, famoso por ser el productor de ‘King Kong’. De hecho ambas películas compartieron decorados. En España —¿quién dijo miedo al spoiler?— el filme, de apenas una hora de duración por cuestiones de censura, se estrenó con el revelador título de ‘El malvado Zaroff’, arruinando al espectador parte de la sorpresa. La tienen en Filmin.

Contaremos muy brevemente la trama: tras naufragar el barco en que viajaba, un veterano cazador alcanza una isla donde encuentra un misterioso castillo en el que se refugia un ruso escapado de la revolución bolchevique. Amante de la caza, propondrá a su invitado, rápidamente convertido en prisionero, un siniestro juego: pelear por su libertad convirtiéndose en la presa de una cacería humana.

El juego de roles y la figura del cazador cazado forman parte de la esencia de una historia que, si funciona, es porque el malo, el villano de la función, resulta extremadamente atractivo e interesante. El actor protagonista, Leslie Banks, con la cara cruzada por una cicatriz de guerra y una insidiosa mirada, le da perfecta réplica al héroe de la función, interpretado por un jovencísimo Joel McCrea. Y ojo a la presencia de Fay Wray, que sería la gran heroína de ‘King Kong’.

Años después, en 1943, Orson Welles interpretaría a Zaroff en una versión radiofónica y posteriormente, el famoso asesino del Zodíaco que asoló la Costa Oeste de Estados Unidos usó pasajes de la novela en los anónimos que enviaba a los periodistas de San Francisco, poniéndola de cruel actualidad.

Sagas famosas como ‘Los juegos del hambre’ se inspiran también en la figura del ruso loco, aunque su reinterpretación más fiel en el cine contemporáneo la encontramos en la muy apreciable ‘Blanco humano’, la primera película estadounidense del mítico director hongkonés John Woo. Y sí, el protagonista era el inefable Jean-Claude Van Damme. Pero aún así.

El cómic titulado sencillamente ‘Zaroff’ le da una estupenda vuelta de tuerca al siniestro personaje, que se las verá con una sorprendente némesis, una archienemiga singular: la hija de un capo de la mafia irlandesa de Boston cuyo padre fue asesinado en una de las cacerías humanas pergeñadas por el pérfido ruso.

Si de algo adolecía la película de 1932 era de realismo en los decorados. A pesar del ritmo y la velocidad que los directores le imprimieron a la cinta, el cartón piedra cantaba demasiado. No pasa nada, ojo, que la artesanía y el cine de época es lo que tienen.

El cómic de Runberg y Miville-Deschênes se desquita y muestra la exuberancia de la selva con todo lujo de detalles en viñetas de tamaño XXL, recreándose en los cocodrilos, los monos y los jaguares. En los ríos, los escarpados acantilados, la lluvia, los pantanos, los troncos de los árboles, las lianas… ¡qué despliegue gráfico! Y la historia, que está muy bien. Anímense a adentrarse en el universo del malvado Zaroff. Al final, le cobrarán cariño. O, al menos, respeto y algo de admiración.

Jesús Lens

El arte de ‘Sentient’

De no seguir perimetralmente encapsulados, me habría organizado para ir a Madrid a ver una exposición, y no al Prado o al Reina Sofía. Activaría el GPS del móvil para que me condujera a la galería El Arte del Cómic. En realidad, en su web se define como algo más que una galería: “es un nuevo espacio expositivo y de venta de los dibujos originales publicados en los cómics más populares y de culto en todo el mundo”.

Y ahí radica el quid de la cuestión: desde hace unas semanas, El Arte del Cómic tiene exposición y venta de originales de uno de los tebeos del año: el ‘Sentient’ de Jeff Lemire y nuestro Gabriel Hernández Walta.

A estas alturas, todos sabemos —o deberíamos saber— que nuestro paisano Gabriel, cuyo estudio está en el Realejo granadino, es uno de los mejores dibujantes del mundo. Y punto. Que no (solo) lo digo yo, ojo. Que lo dicen y lo acreditan sus dos premios Eisner, los más prestigiosos del cómic internacional, otorgados en la Comic Con de San Diego.

Antes de escribir esta columna he vuelto a leer ‘Sentient’. ¡Qué maravilla! ¡Qué obra de arte! ¡Qué joya! Si le gustan los cómics, no tengo que recomendársela. Si no es usted aficionado, aparque cualquier recelo y vaya de cabeza a la librería más cercana. No le contaré nada sobre el argumento. Solo que la acción transcurre en una nave espacial y que la Inteligencia Artificial adquiere un gran protagonismo.

Hace unas semanas, caminando por su barrio, me di de bruces con Gabriel. Y no pude —ni quise— evitar la pregunta: ¿cómo afrontaste desde el punto de vista artístico la creación de una Inteligencia Artificial? Lo que me contó me dejó tan anonadado que, sobre la marcha, pensé en juntarle con Francisco Herrera, catedrático del departamento de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la UGR y recién referenciado por la Universidad de Stanford como uno de los investigadores cuyo trabajo más ha sido citado en el último año.

En la próxima edición del festival Gravite, entre el 15 y el 20 de junio, vamos a reunir a estos dos titanes para que nos hablen de Inteligencia Artificial, cada uno desde su óptica profesional. De estética y también de ética. Pero, insisto: lean ‘Sentient’. Es tan fantástico que acabo de cerrar la compra de una de sus páginas originales en El Arte del Cómic. ¡Y estoy entusiasmado! (AQUÍ, la galería de imágenes de Hernández Walta expuestas y a la venta).

Jesús Lens