Fracaso cultural

La lúcida, sincera y desencantada conversación entre Juan Vida y Luis García Montero que ayer publicaba IDEAL, no hace sino reafirmarme en una idea que tengo muy repetida, pero a la que vuelvo insistentemente: el gran fracaso de la democracia española ha sido el cultural.

Fracaso Cultural Vida García Montero

La gran decepción de los sucesivos gobiernos del PSOE y del PP ha sido no conseguir que los ciudadanos sintamos la cultura como un bien de primera necesidad, como algo necesario en nuestra vida, como piedra angular sobre la que planificar nuestro tiempo libre y en la que invertir nuestros ahorros.

Lo dice Juan Vida, recordando que antes había cola para entrar en las exposiciones mientras que ahora están vacías. Y lo ratifica Luis, al hablar de la sociedad del espectáculo, de la banalización de la felicidad, del consumismo desaforado y la mercantilización del arte.

Tras la Transición y los Locos Años 80, en la época de vacas gordas de los 90 y la primera década del siglo XXI, se dotó a buena parte de las ciudades y pueblos de España de una envidiable infraestructura cultural. Pero no se trabajó en la cultura de base. Se gastaba el oro y el moro en llenar teatros y auditorios, pero no se invertía en una política cultural a largo plazo que hiciera sostenible el tinglado.

Fracaso cultural movida

A la vez, las autoridades educativas empezaron a preguntarse para qué servían determinadas asignaturas. Qué sentido práctico tenían. Y el estudio de la literatura, la lengua, el arte o la filosofía, empezó a considerarse inútil. Todo ello nos condujo a la infantilización de una sociedad que solo consume entretenimiento facilón y pasatiempos de usar y tirar.

El gran fracaso de la democracia en España fue desvalorizar el esfuerzo que requiere adquirir una mínima cultura que permita a los ciudadanos disfrutar de los libros, más allá de los best sellers; de la música, más allá de la pachanga; del cine, más allá de los blockbusters; del arte, más allá de los convencionalismos figurativos.

Una sociedad culta exige compromiso, inversión, esfuerzo y dedicación. Y ejemplaridad. Por desgracia, los diferentes gobiernos que hemos tenido en estos últimos veinte años, invirtieron mayoritariamente en una cultura del espectáculo que les permitiera lucir en la foto, dejando la formación de base en manos de las multinacionales del entretenimiento y de las cadenas privadas de televisión.

Fracaso Cultural Telebasura

Y así nos va.

Jesús Lens

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FeliciTal

Su nombre es Tal Ben-Shahar y se ha convertido en uno de últimos gurús de la felicidad. Es profesor en el Centro Interdisciplinar de la ciudad israelí de Herzliya, donde imparte un demandado curso sobre La ciencia de la felicidad.

Tal Ben-Shahar

Su definición de felicidad es sencilla, a la vez que enrevesada: gozar de una sensación general de placer y de significado. Esto es, disfrutar de las cosas buenas de la vida y, a la vez, conseguir que esa vida sirva para algo. O, al menos, así lo he interpretado yo.

¿A que parece sencillo? Pues no debe serlo, cuando hay tanto infeliz por el mundo. Que hace unos días nos desayunábamos con la paradójica noticia de que la mitad de los psicólogos del Reino Unido confiesan sentirse deprimidos.

Tal Ben-Shahar consejos

Tal Ben-Shahar, en sus conferencias, da muchos consejos sobre cómo ser feliz. O, al menos, sobre cómo no ser infeliz, de acuerdo con el título de uno de sus más recientes libros: “Elige la vida que quieres: 101 claves para no amargarse la vida y ser feliz”.

Ese título también me parece enrevesado. Porque da la sensación de que la felicidad es el estado natural del ser humano, bastando con no permitir que nada o nadie venga a desviarte del Camino de Baldosas Amarillas para permanecer en un permanente y gozoso estado de paz y tranquilidad.

Tal Ben-Shahar Felicidad

Y yo no estoy tan seguro de eso. Todos hemos escuchado, pronunciado o compartido la siguiente perla de la sabiduría popular: “Hoy es un día precioso. Pues ya verás como viene alguien y lo jode”. ¿A que sí? Y es que haría falta un Manual de mil páginas exclusivamente dedicado a cómo evitar a la gente tóxica cuya mera presencia es capaz de provocar una ciclogénesis explosiva de mal humor…

No. No es fácil ser feliz. Aun así, reconozco que me gustan las listas y los consejos de los gurús del Buen Rollo, por previsibles que resulten. TBS recomienda, por ejemplo, hacer un poco de ejercicio todos los días, desayunar fuerte, escribir las cosas que te hagan sentir bien, poner bien a la vista fotos de momentos felices, personas queridas y frases cargadas de positividad, ser asertivos y decir las cosas…

Tal Ben-Shahar Éxito social

Menos mal que, con más originalidad, también aconseja usar calzado cómodo. Porque alcanzar la felicidad arrastrando un dolor de pies, parece en extremo complicado.

Jesús Lens

Dándole vueltas

Hace un par de semanas vino un amigo de Barcelona con el tiempo justo para comer y marcharse. Como apenas hubo ocasión de dar una vuelta por la ciudad, pensé en invitarle a comer en el restaurante giratorio del Edificio Fórum para que, al menos durante un par de horas, tuviera una perspectiva original y diferente: las amplias extensiones de la vega, Sierra Nevada, la Granada arquitectónica del siglo XXI, etcétera.

La sorpresa fue que el Giratorio había cerrado. Otra vez.

Restaurante giratorio granada

Quiso la casualidad que, más o menos en las mismas fechas, se disputara el All Star Game de la NBA, que este año se ha celebrado en Toronto. Y el logo creado para el Fin de Semana de las Estrellas tenía como elemento más reconocible la Torre CN, una construcción icónica que alberga el Horizons Café y el Restaurante 360, con su ciclo de rotación de 72 minutos, su amplia carta de vinos y su larga lista de espera para comer o cenar en alguna de sus cotizadas mesas.

Restaurante giratorio All Star

No vamos a comparar una de las Siete Maravillas del Mundo moderno, según la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles, con nuestro giratorio, pero sí hay que reseñar que el Panoramic 360 de Granada es el único restaurante de sus características en España. Y que las vistas que regala a los comensales son extraordinarias.

Que regalaba, quiero decir. Porque está cerrado. Pero eso ya lo he señalado, ¿verdad? Tampoco me extraña, si les digo la verdad. Porque lo mejor del restaurante eran las vistas. Recuerdo una vez en que la música ambiente era la Cadena Dial, algo completamente insólito e inadmisible… para un establecimiento de ese calibre.

Restaurantes giratorios españa

Durante una etapa, la estrella del Giratorio fue el esturión y el caviar de Riofrío. Pero no cuajó. Después, la carta era buena y el servicio excelente, pero la relación entre el precio y la experiencia puramente gastronómica era desproporcionada.

Pregunto: en una tierra como Granada, que vive del turismo, ¿cómo no hay ni un solo restaurante con Estrella Michelín? Otra: teniendo un espacio único y espectacular como es el Giratorio, ¿no se anima ningún cocinero con Estrella, o al menos con un par de Soles, a asumir el reto de convertirlo en uno de los referentes culinarios de Andalucía, imán para esos Gastronómadas que no tienen empacho en recorrer cientos de kilómetros por una buena comida?

Jesús Lens

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En falta

Llevo todo el día echándoles en falta. A los insultos, me refiero. Tras dos jornadas de hemiciclo plagadas de imprecaciones más o menos originales, imaginativas, hirientes y descalificadoras; la paz de ayer jueves me resultó insulsa, sosa y aburrida.

En falta

Y es que el debate de investidura, trocado en embestidura, estuvo repleto de alusiones personales a través de las que nuestros representantes públicos se arrojaron cal viva a los ojos y se tacharon de bluf, corrupto, traidor, fraude, bochorno, tapón, falangista y un largo etcétera.

Y luego estaba el eco de sus corifeos, en las Redes Sociales. Eso sí que resulta aburrido, leer a los afines repitiendo las mismas consignas, una y otra vez.

¡Un poquito de originalidad, por favor! Si sabemos por anticipado y de antemano todo lo que vas a decir, ¿para qué vamos a molestarnos en leerte o escucharte? Una cosa es reírles alguna gracia de vez en cuando y otra muy diferente, asumir como propias todas y cada una de las posturas de los líderes supremos, dándoles difusión a través del altavoz de las Redes.

En falta Rivera

Si la disciplina de partido ya era complicada de asumir en las épocas del prietas las filas, impasible el ademán y quién se mueva no sale en la foto; en los tiempos de las Redes Sociales resulta empachosa e indigesta. Da igual que sea simpatizante de los tradicionales PP y PSOE o que pertenezca a los partidos del cambio: un militante activo con Twitter y Facebook tiene más peligro que Pablo Iglesias acercándose para saludarte con afecto.

¿No echan ustedes en falta los lapsus de Rajoy y las manos tendidas a Sánchez? Tendidas… y extendidas para zurrarle la badana, obviamente. Dos días, en fin, cuyos insultos y fétidos juegos florales han eclipsado lo de SuperTrump y el Súpermartes y, más alarmante aún, lo del doble dígito del 100.000 / 1.000.000.

100.000 parados en Granada y 1.000.000 en Andalucía. Que se dice pronto. Dramático y espeluznante. Pero son cifras a las que, por desgracia, ya nos hemos acostumbrado, como si fueran el sonsonete de la lotería de Navidad cantada por los Niños de San Ildefonso.

En falta Sánchez

Y así llegamos al debate sobre el Estado de la Comunidad andaluza. Que ya ha pasado. Sin hacer ruido. Nada. Ni mijita. ¡Ni mititilla! Claro, como todos estábamos tan entretenidos, comentando y reproduciendo los insultos y chascarrillos de San Jerónimo…

Jesús Lens

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Ociosas polémicas vecinales

Mi columna de hoy en IDEAL habla de esas cosillas, llámenle inconvenientes, si quieren, que supone vivir en una gran ciudad. O mediana, como es el caso de Granada.

El caso es que comprendo perfectamente a los representantes vecinales de la zona del Zaidín-Campus, cuando se temen que el hipotético y bautizado como “contenedor cultural o de ocio”, también llamado “espacio escénico” o “lugar para la celebración de espectáculos y conciertos de gran capacidad”; termine siendo un contenedor, efectivamente, pero de botellones.

Zaidín Campus Botellódromo

Lo comprendo, pero no comparto su negativa a hablar del tema. Porque vivir en una ciudad, es lo que tiene. Sobre todo, vivir en una ciudad universitaria que acoge a decenas de miles de estudiantes. Que algo tendrán que hacer, las criaturas, para divertirse y pasarlo bien.

Como escribía hace unas semanas, nos hemos pasado los últimos años criticando el Botellódromo como fracaso colectivo a la hora de ofrecer alternativas de ocio a los jóvenes y, ahora que se plantean diferentes opciones, no queremos las posibles molestias que inevitablemente conllevarán. Y eso no puede ser.

Zaidín Campus

Que el Zaidín disponga de un nuevo espacio cultural que albergue conciertos y actuaciones debería ser saludado como una gran oportunidad para el barrio, siempre que se controle que, efectivamente, ese sea el uso que se le dé, no permitiendo que se convierta en un nuevo abrevadero encubierto.

Y habrá que estar pendientes de la cuestión de los horarios, por supuesto, una de las grandes lacras de esta sociedad nuestra, acostumbrada a que la cultura y el ocio alternativos deban adentrarse en lo más oscuro de la madrugada.

Por lo demás, bienvenidas sean estas estas ideas para dotar de contenido cultural algunas noches de los fines de semana. Bienvenida, también, la iniciativa de “vestir” la Zona Norte de Granada con áreas para skate o un anfiteatro que acoja actividades diversas y variopintas.

Zaidín Campus Granada

Las ciudades son espacios vivos que albergan a decenas de miles de ciudadanos que, además de respirar, beber, comer y ver la televisión; tienen otras inquietudes. O deberían tenerlas. Espacios de convivencia en los que deben caber las procesiones de Semana Santa, los conciertos, las terrazas de los bares y los partidos de fútbol.

Tenemos la suerte de vivir en una ciudad mediterránea con todo lo que ello implica: luz, sol y calor que favorecen las actividades al aire libre, salir a la calle, darle patadas a un balón y disfrutar de un cielo estrellado. Lo contrario sería demasiado parecido a la paz y el silencio que reina en los camposantos. Y tampoco se trata de eso, ¿verdad?

Jesús Lens

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