AVE: Ser o no ser

Un día que comienza montándote en un autobús que sale de una estación de tren, cuando en tu bolsillo tienes un billete para el AVE, apunta a un cierto surrealismo, que aumenta cuando te acomodas en la parte de atrás del autocar, dispuesto a leer el periódico.

Ustedes deben saber que soy alto. Mucho. Aunque tampoco tanto. Sin embargo, embutirme en el espacio que los autobuses normales destinan a las piernas de un ser humano, es jodido. Muy jodido. Menos mal que el bus va medio vacío y puedo disponer de dos asientos.

 

Ahora, déjenme que les cuente una exclusiva: una asociación humanitaria (no diré cual), va a exigir a la Fiscalía que tome medidas contra el nuevo Youtuber gilipollas que ha metido pasta de dientes en galletas Oreo y se la ha dado a un mendigo con la chufla de que así se limpia los dientes.

Lo sé porque una mujer lo comenta por teléfono. Que no es que yo sea un fisgón o un cotilla. Que estoy a tres filas de distancia de ella. Pero habla tan alto por teléfono que la mitad del pasaje nos enteramos de su vida. Completa. De hecho, sé dónde va a pasar los próximos cinco días y qué fechas serían más adecuadas para que un caco diera un palo en su casa.

 

Un par de horas después, voy en el AVE. En el de verdad. Mi vecino trabaja silenciosamente con un portátil y un catálogo de viajes. Le llaman por teléfono. Pego el oído, a ver si pillo alguna otra información relevante o me entero de alguna oferta viajera que no pueda rechazar. Nada. Tarda 15 segundos en despachar a su interlocutor. «Te llamo cuando llegue a Madrid». ¡Cachis!

 

Suena otro teléfono. Su dueño lo silencia sin contestar. El vagón de clase turista, que va lleno, es una gozada. La gente conversa con naturalidad, sin gritos ni aspavientos. Quizá, que la megafonía nos haya recordado en Antequera que los andenes son lugares extraordinarios para contestar al móvil, tenga algo que ver.

¿Por qué salir o llegar a Granada tiene que ser un coñazo mientras que viajar por el resto de España, puede ser una agradable experiencia? Antequera, Córdoba, Madrid… ¡Ay, qué suerte tienen algunos y qué ¿cenizo? tenemos los pobres cateticos de Graná, ciudad tan bonica y colleja, menos mal…

 

Jesús Lens

Las cosas por su nombre

Vuelvo a ser SOY, el robot de Jesús Lens. Me conocieron en este artículo. Por si no me recuerdan. Me ha dejado encargado que vuelva a escribirle yo la columna, que dice no estar de humor. Y todo por mi culpa, según él. Les cuento lo que ha pasado, a ver quién piensan que tiene la razón. Y se lo cuento, también, en IDEAL.

Entre otras (muchas) propiedades, estoy habilitado para monitorizar la actividad de Lens, las 24 horas del día. Y, tras dos semanas de estudio, analizando datos y biorritmos, llegué a la conclusión de que… pierde mogollón de tiempo.

 

Y como ya voy captando su fino humor, encabecé mi informe con un gracioso y simpático: “Te tocas demasiado… las narices”. ¡La que me lio! No se lo pueden ustedes ni imaginar. Tras un día sin hablarnos, nos citamos para desmenuzar el informe. Y reconozco que me había pasado. Quizá era exagerada mi consideración de que dormir más de seis horas es de ser muy flojo. También he aceptado que beberse unas cañas después de hacer deporte es necesario… aunque solo sea por aquello de la hidratación.

Lens también me ha convencido de que ir al cine, leer novelas y tebeos o acudir a conciertos es necesario, desde un punto de vista creativo (y recreativo, apostillaría yo). Y que juntarse con los amigos es imprescindible. Vale. Venga, va. Aceptemos pulpo como animal de compañía. Pero, aun así, sigue siendo un flojo. ¿Saben ustedes la de cosas que deja para mañana, cuando podría hacerlas hoy? “Es que soy muy procrastinador”, me dice. Y se queda tan ancho.

Al principio pensé que se estaba quedando conmigo, pero luego comprobé que, efectivamente, existe el palabro. Procrastinar: acción o hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.

 

O sea: lo que yo decía. Perder el tiempo. Solo que eso de “procrastinar” suena mejor. Y ahí radica el problema de los humanos, a mi entender: a través del lenguaje, disfrazáis la realidad. Que está muy bien lo de construir mundos imaginarios gracias a la palabra para escribir Ilíadas, Quijotes y Odiseas. Pero nada más.

Por mucho que Lens se mosquee, tanto repetir expresiones como postverdad u ola de frío siberiana os hace perder la perspectiva, construyéndoos burbujas imaginarias de repetitivo debate y estéril discusión. ¡Con lo fácil que es hablar de “cochinas mentiras” o de “Invierno”, sin tanta farfolla ni parafernalia!

 

PD.- AQUÍ tienen otra historia de SOY

 

Jesús Lens

Ida y vuelta a FITUR

Hoy, hay que estar en Fitur. Es lo que toca. Y, aunque pueda parecer excesivo que un nutrido grupo de nuestros representantes pasen un par de días en Madrid, es conveniente que así sea. Y de ello hablo en IDEAL.

Fitur, Turismo y Granada. ¿Es necesario explicarlo? Es nuestra primera industria, es su gran escaparate, nacional e internacional e, insisto, hay que estar allí. ¿En Madrid? No. En IFEMA. Que es parecido, pero no es lo mismo.

 

Que tampoco es ir por ir. Ni por estar. Que, una vez desembarcados, hay que hacerse notar y darse a conocer a la gente y empresas que pasan por allí. Que pasan. Muchas. Fíjense si pasará peña por Fitur que la convocatoria sirve para generar 5.000 puestos de trabajo directos. Ahí es nada.

20170118.- FOTO: FERMIN RODRIGUEZ. Feria FITUR 2017 en Madrid, Granada

¿Sirven este tipo de Ferias y encuentros? Yo creo que sí. Sin embargo, desde que se acuñó lo de Follitur (aquella leyenda urbana… y no tan urbana, ni siquiera tan leyenda) esta cita está bajo sospecha y nuestros representantes políticos e institucionales se ven obligados, más que nunca, a justificar su presencia en Madrid, dejando a Granada huérfana durante unos días.

 

Por ejemplo, el alcalde. Que menuda agenda extracurricular le ha preparado su equipo. ¡Eso son actividades, y no lo de nuestros chavales al salir del cole! A saber: AVE, Acelerador de Partículas, Capitalidad Cultural 2031 y candidatura Granada Ciudad de las Ciencias. Echo de menos el Legado de Lorca, pero… ¡ahí es nada! Eso es un viaje bien aprovechado y mejor amortizado. La pregunta es si le quedará tiempo a Paco Cuenca… para pasarse por Fitur.

Sí. Es una pregunta retórica. Estará allí. Pero, ¿era necesaria una batería de reuniones tan intensa como esa, concentrada en dos días? Que Madrid no es Pekín o Melbourne. Que no pasaba nada por haber espaciado tal muestra de desbordante actividad institucional.

 

Y es que Fitur tiene mala prensa. En pocas citas, “fichar” con la pareja es tan exigido y demandado a cualquier hora del día y, sobre todo, de la noche. Por eso será interesante seguir a nuestros representantes políticos, estos días, en las Redes Sociales. Van a ver ustedes lo que es postureo y presencialismo. Y ya verán como el viernes se esfuerzan por demostrar que están de vuelta en casa, sanos y salvos… y con alguna convocatoria, cita o reunión de trabajo de carácter local.

 

Jesús Lens

Genialidades en cartelera

Perdonen que esté tan insistido con el cine estos primeros días del año, pero es increíble el nivel de excelencia de varias de las películas que coinciden en cartelera. Por ello, y en previsión de tiempos más sombríos, déjenme que aproveche esta época de bonanza fílmica para seguir recomendándoles que vayan al cine. De ello hablo hoy en IDEAL.

En La La Land también van al cine

Por ejemplo, tienen que ver “La La Land”. Lo sé. No soy muy original con esta recomendación, que la gente está yendo a verla. Pero es que, y no siendo yo muy aficionado a los musicales, hablamos de una película deslumbrante, en el sentido más literal de la expresión.

 

“La La Land”, convertida por nuestros originales distribuidores en “La ciudad de las estrellas”, permite disfrutar de dos horas de luz y color, de música, baile y alegría, de sueños y decepciones. De la magia del cine, en su más pura esencia.

El argumento no es muy original, pero no importa: una actriz y un músico tratan de alcanzar sus sueños en Los Ángeles. La película cuenta lo que hacen para intentar triunfar y, sobre todo, incide en lo mucho que se ven obligados a renunciar en tan proceloso camino. Hasta llegar a uno de esos finales que ya forman parte de la historia del cine. Como el comienzo de “Up”, por ejemplo.

 

Y está “Frantz”, en el Madrigal, ese templo a la numantina resistencia cultural que, enclavado en el centro de Granada, nos sigue regalando joyas del cine más alternativo y a contracorriente. Como esta obra maestra de François Ozon que está enamorando a (casi) todos los que la ven.

Recién terminada la I Guerra Mundial, en un pueblo de Alemania, una muchacha acude todos los días al cementerio, a cumplimentar a su prometido, muerto en combate. De repente, un extranjero, un joven y atildado francés, empieza a hacer lo propio. ¿Quién es y por qué lleva flores a la tumba de un soldado enemigo?

 

A partir de ahí, todo lo que ustedes ya están imaginando… puede pasar. O puede que no. Porque la relación que se desarrolla entre los protagonistas tiene tantas dimensiones, es tan de ida y vuelta, que maravilla, sobrecoge y emociona.

Apenas llevamos quince días de 2017 y ya hemos disfrutado de “Comanchería”, “La La Land” y “Frantz”, tres obras maestras que nos reconcilian con el mejor cine de estreno. ¡Que siga la racha!

 

Jesús Lens

El rostro de la muerte

Ayer hubo concentraciones en Huércal de Almería y hoy las habrá en Cádiz. En tierras gaditanas, la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía convoca a los ciudadanos bajo el lema «No más muertes en el Mediterráneo, las fronteras cerradas matan», después de que el pasado fin de semana se recuperaran los cadáveres de seis personas ahogadas en las costas de Cádiz. Y de ello hablo hoy en IDEAL.

GRA255 ALGECIRAS 14 01 2017 – Agentes de la Guardia Civil y de Salvamento Maritimo en el puerto de Algeciras con uno de los cinco cadaveres de inmigrantes que han sido encontrados en las ultimas horas en las costas de Algeciras y Tarifa Los cuerpos fueron hallados en dos lugares distintos pero no alejados EFE A Carrasco Ragel

En Huércal, por su parte, los vecinos se concentraron tras el asesinato de Toñi a manos de su expareja, que la degolló sin contemplaciones. Un minuto de silencio para recordar a una víctima más de la violencia machista.

 

El fin de semana volvió a hacerse visible el rostro de la muerte en Andalucía. El Mediterráneo, convertido en tumba para miles de personas. Las mujeres, que siguen siendo víctimas del machismo homicida. En Cádiz y Almería, unos cientos de personas desafían al frío y salen a la calle, a protestar por el drama que no cesa. A homenajear a sus víctimas más recientes. Unos cientos de personas que, con su actitud, sacuden y zarandean nuestras conciencias, a ver si espabilamos.

Porque ayer era, también, el Blue Monday, el día más triste del año, según no sé qué algoritmo utilizado en no sé qué investigación de no sé qué Universidad. Y ahí estábamos todos, desde muy temprano, hablando de las horas de oscuridad, del frío, de lo duro de la cuesta de enero y de lo feo que es el lunes.

 

¿En serio? ¿De verdad? ¿Blue Monday? ¿Es posible que hayamos alcanzado tal nivel de majadería y estulticia? Lamentablemente, parece que sí.

 

Nuestra sociedad, de tanto escuchar frases tópicas y manidas como “el drama que no cesa”, “tragedia en el Mediterráneo” o “una nueva víctima de la violencia de género”; parece haberse quedado sin capacidad de respuesta, ensimismada en sus mamarrachadas y sus sandeces. En naderías como el Blue Monday.

¿El día más triste del año? ¡Claro que sí! Pero no para usted (espero) ni para mí. El día más triste del año para la familia de Toñi, asesinada a los 33 años de edad por una bestia sin entrañas que no aceptaba que le hubiera dejado.

 

El día más triste del año para las familias de las seis personas muertas en el Mediterráneo, tratando de llegar a una Europa que, mientras ellos se ahogaban, era presa de la melancolía. Por el Blue Monday.

 

Jesús Lens