Sobre el tiempo, los momentos y las oportunidades

A veces, leyendo y viendo películas se producen confluencias planetarias que sí tienen sentido y trascendencia.

Por ejemplo, aunque se me hijo larga y tediosa (¿qué te pasó, Fincher?) hay un parlamento en forma de carta, en “El extraño caso de Benjamin Button” que me arrebató. Aunque quizá estuviera en el original de Scott Fitzgerald…

“Si te sirve de algo, nunca es demasiado tarde… para ser quién quieras ser. No hay límite en el tiempo. Empieza cuando quieras. Puedes cambiar… o no hacerlo, no hay normas al respecto. De todo podemos sacar una lectura positiva… o negativa. Espero que tú saques la positiva.

Espero que veas cosas que te sorprendan. Espero que sientas cosas que nunca hayas sentido. Espero que conozcas a personas con otro punto de vista. Espero que vivas una vida de la que te sientas orgullosa. Y si ves que no es así, espero que tengas la fortaleza para empezar de nuevo.”

Poco después leo este corte de Imre Kertész, creo que reproducido por Javier Cercas:

“Hay en la vida de un hombre un momento donde toma conciencia de sí mismo y donde sus fuerzas se liberan; es a partir de ese instante cuando podemos considerar que somos nosotros mismos, es en ese instante cuando nacemos.

El genio está en germen en cada uno de nosotros. Pero no todo hombre es capaz de hacer de su vida su propia vida. El verdadero genio es el genio existencial.”

No. Lo siento. Ahora mismo no sé a dónde nos conduce todo esto. Sólo quería compartir con vosotros un par de reflexiones que, a su vez, me hacen reflexionar.

Seguimos.

Jesús Lens

De verdades y mentiras

Ya sabéis que la tele del siglo XXI me encanta. Hay una serie de la que apenas hemos hablado, “The good wife”. Mezcla abogados con fiscales y campañas políticas. Y está Kalinda. Aunque de Kalinda es harina de otro costal.

Me ha gustado uno de los argumentos que ha usado el equipo de la defensa, cuando preparaba su estrategia:

«La verdad es aburrida… la mentira siempre gana a la verdad. Se adapta. No tiene que ser consistente. Hay que darle a la verdad el drama de una mentira».

¿Será por eso que nos gustan tanto los cuentistas?

Buenas noches y mejores días. ¿O debería ser al revés?

Jesús Lens