‘Hierba’ y ‘Patos’, dos cómics de obligada lectura

Fue el cómic del 2022, reconocido de forma prácticamente unánime por la crítica especializada y el público lector más entregado. ‘Hierba’, de la artista coreana Keum Suk Gendry-Kim, es un alarde, un prodigio de sensibilidad que emociona desde la primavera viñeta. El tratamiento de la naturaleza que hace con la tinta es portentoso y la vinculación entre la hierba que le da título al álbum y la mujer que lo protagoniza resulta conmovedora.

De la II Guerra Mundial sabemos mucho… de lo que pasó en Europa. De lo ocurrido en otros países, sin embargo, apenas conocemos nada. Por ejemplo, en Corea. Y en China. Lo que hicieron los soldados japoneses por allí es inenarrable. O lo fue. Hasta que las nuevas generaciones se han lanzado a contarlo. 

‘Hierba’ desgrana la historia real de Ok-Sun, una niña, una joven explotada como ‘mujer de consuelo’, un eufemismo para lo que no eran sino esclavas sexuales. ¿Cómo puede estar narrada con tanta sensibilidad una historia tan dura y sórdida? Ese es el milagro de este tebeo publicado por Reservoir Books, que ya figura en la estantería de los libros imprescindibles por siempre jamás de mi biblioteca. 

Y máxima atención al que va a ser, a buen seguro, uno de los cómics del 2023. Me juego una oreja a que, allá por diciembre, está muy arriba en la lista con lo mejor del año. Se trata de ‘Patos’, lo ha escrito y dibujado Kate Beaton y lo ha publicado Norma Editorial. Se subtitula ‘Dos años en las arenas petrolíferas’ y es autoficción. Pero con sentido. Que a mí, ese género… como que no. 

En ocasiones contadas, sin embargo, solo la autoficción puede profundizar en historias como la Kate. Solo quien lo ha vivido en primera persona tiene la capacidad de reflejar cómo lo percibió y cómo se sintió. En este caso, al integrarse en un universo laboral netamente masculino, en los campos petrolíferos de Canadá, con un frío glacial y con apenas veintiún años de edad.

Lectura imprescindible para todo quisqui, pero especialmente para los del “ni machista ni feminista”.  

Jesús Lens