¿Es usted ganivetiano?

Interesante la iniciativa del Centro Artístico, solicitando a la RAE que, con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Ángel Ganivet, el adjetivo “ganivetiano” pase a formar parte del diccionario de la lengua, al estilo de los lorquiano, cervantino o machadiano. Interesante propósito, pero ¿quijotesco?

Ganivet

Porque ahora mismo, yo no sé exactamente lo que significa “ganivetiano”. ¡Menos mal que no me tengo por uno de esos autores de reconocido prestigio que, considera la RAE, deben utilizar habitualmente el adjetivo en sus textos, durante los próximos seis o siete años, para que esto no sea flor de un día!

Antes de Googlear el término, pregunto en diferentes grupos de WhatssApp si la peña se considera “ganivetiana” o, al menos, qué implicaría considerarse como tal. La primera respuesta, ingeniosa y divertida: “Que te guste la calle Ganivet y la disfrutes a tope. Yo lo soy”.

Ganivet calle

Era lógico, ¿verdad? Otro, haciendo gala de ese humor negro que ya solo florece en los círculos de confianza, decía que lo somos porque nos gusta bañarnos en las aguas frescas… Y un tercero señalaba que él sí se considera ganivetiano. Y a mucha honra. Que cuando alguien hace algo francamente extraordinario, suele decir “menuda ganivetianada”.

Como ya conozco bastante sobre la muerte de Ángel Ganivet, que la estudié para un trabajo que tengo entre manos, he aprovechado para buscar información sobre su pensamiento, precursor del espíritu del 98 y que reprochaba a la sociedad española su contumaz abulia, proponiendo “un cambio axiológico fundado en la voluntad, las ideas y la acción”, según la Wikipedia. ¡Ahí es nada! Claramente, el ideario ganivetiano está pendiente de cumplimiento, ¿no les parece?

Sigo leyendo, y la emprendo con “Granada la bella”, que arranca así: “Voy a hablar de Granada… para exponer ideas viejas con espíritu nuevo y acaso ideas nuevas con espíritu viejo, pero desde el comienzo dese por sentado que mi intención no es cantar bellezas reales, sino bellezas ideales, imaginarias. Mi Granada no es la de hoy, es la que pudiera y debiera ser, la que ignoro si algún día será”.

Ganivet Granada Bella

Como no me va a dar tiempo a terminar la lectura de “Granada la bella” antes del deadline de esta columna, la remataré sugiriendo a los hosteleros de la mítica calle que aporten su granito de arena a la causa, encargando diseños con la leyenda: “Yo soy ganivetiano”.

Jesús Lens

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La Subasta Malaya

Escribo estas líneas bien temprano, el sábado por la mañana. He quedado para salir a correr por la montaña, dentro de un rato, con mis colegas de las Cabras Locas. Según ellos, vamos a estirar las piernas. En realidad, sé que acabaré estirando la pata, así que prefiero dejar los deberes hechos y enviar cuanto antes esta columna para el IDEAL de hoy domingo.

Las Cabras Locas

Les cuento esto porque a mí me gusta escribir mis artículos bien entrada la tarde, que a primera hora de la mañana me resulta muy complicado tener ninguna opinión, sea fundada o por fundar. Necesito leer la prensa y escuchar los análisis de los especialistas, palpar el ambiente de las calles y charlar con conocidos, amigos y colegas. Hoy, por ejemplo, habría sido un gran día para pasar por la pescadería, a ver qué se cuentan…

Decido, pues, asomarme a esa otra ventana a la realidad que es Internet. Y, tras una procelosa navegación, acabo recalando en un puerto de resonancias míticas: la subasta malaya.

Les aconsejo que visiten ese puerto. ¡Qué maravilla! Impresionante, el portal de subastas que liquidará el patrimonio acumulado por Juan Antonio Roca, valorado en 75 millones de euros. Comienzo por la pestaña de “Inmuebles”, pero como no tengo cash para pujar por los 27 kilos de la Finca La Loma, y los áticos de Marbella o las casas de Ibiza no me llaman, me paso a la sección de “Atraques”, que me gusta cómo suena. Sin embargo, gastarme 800.000 euros en el Puesto de Atraque 101 de Puerto Banús tampoco me encaja. Más que nada, porque los impuestos no están incluidos.

Subasta Malaya

Me voy, por tanto, a “Otros bienes”. Armas, caballos, carruajes, látigos, monturas… ¡el paraíso para un amante del western! Pero no. No es eso lo que busco. Porque, imbuido por el espíritu de los “47 Ronin» y las aventuras de Usagi Yojimbo de Stan Sakai, protagonista del Salón del Cómic de Granada de este año, tal y como decíamos ayer; lo que yo ansío tener en mi casa es la armadura japonesa completa de Juan Antonio Roca.

¡Una maravillosa armadura de samurai, de comienzos del siglo XX! Desde que he sabido de su existencia, no puedo conciliar el sueño.

Armadura Japonesa siglo XX

De hecho, ya no concibo mi vida sin ella. Me dan igual los relojes, los cuadros o las esculturas. Paso hasta de la selección de vinos, tasada en 280.000€. ¡La armadura, la armadura! ¡Yo me pido la armadura!

Jesús Lens

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Cómics en Puerta Real

Confieso que las últimas veces que he ido al Salón del Cómic, en Fermasa, me he sentido más extraño que Rajoy en una comparecencia ante los medios de comunicación y más desubicado que Pedro Sánchez de visita en la Moncloa. Y de ello hablo en mi artículo de hoy sábado, en IDEAL.

Salón del Cómic Granada 2016

Me gustan los tebeos. Pero cuando iba al Salón, estaba más pendiente de que no me rebanaran la cabeza con una katana, metafóricamente hablando, que de hojear los cómics de los stands. Más atento a las hordas de zombis que a las charlas y presentaciones.

Por eso me alegro tanto de que esta edición del Salón del Cómic se haya dividido en dos y, tras la primera parte, celebrada hace unas semanas en la Feria de Muestras, repleta de juegos y cosplay, llegue una segunda parte más reposada, dedicada específicamente a los tebeos.

Y, sobre todo, me parece esencial que los tebeos florezcan, por primavera, en el corazón de Granada, en esa Puerta Real que, en las próximas semanas, albergará decenas de acontecimientos literarios.

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Hay que ir al centro y pasarse por las casetas de librerías y editoriales. Y, como mínimo, comprar un tebeo. Pregúntese: ¿hace cuánto que no lee uno? O un cómic, si la palabra tebeo le parece infantil. Que no lo es. En absoluto. Que su origen está en la mítica revista T.B.O. que, durante 81 años, alegró la vida de la gente. Tan popular fue el T.B.O. que el nombre de aquella revista de historietas, publicada entre 1917 y 1998, sirvió para englobar a todo el género.

Pero más allá de la etimología, y dando igual si prefieren ustedes los cómics, los tebeos o las novelas gráficas más densas, largas y profundas; lo importante es que este fin de semana lo dediquemos al noveno arte. Personalmente, me encanta la editorial Astiberri, que tiene su propio stand en Puerta Real. Y, habiendo leído ya a Enrique Bonet y José Luis Munuera, confieso que siento mucha curiosidad por el “Gazpacho agridulce” de Quan Zhou Wu, definida como “una autobiografía chino-andaluza”.

Stan Sakai Granada

Pero, sobre todo, aprovechen el Salón para curiosear entre las casetas, para mirar y hojear, para asistir a las charlas y presentaciones. Y para recabar firmas y dedicatorias. Que en el mundo del arte secuencial, son especialmente hermosas… y cotizadas. A fin de cuentas, hablamos de auténticos originales de grandes artistas.

Jesús Lens

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Buenos números de Covirán

Entre los elementos definitorios más característicos y reconocibles de los barrios de las ciudades y los pueblos de Granada hay uno que debe llenarnos de especial orgullo y satisfacción: el Covirán de la esquina.

Covirán esquina

Y es que los muy granadinos colores rojo y verde de la Cooperativa Virgen de las Angustias dan visibilidad y notoriedad a uno de los proyectos empresariales más exitosos de nuestra tierra. Así lo acreditan los resultados del 2015 que Covirán acaba de hacer públicos: ventas superiores a 1.215 millones de euros y un beneficio de cerca de un millón de euros, un 35% más que el ejercicio anterior.

Pero, más allá del Ebitda y del cash flow, los números más importantes de Covirán son los 3.270 negocios adheridos a su marca y los 2.825 socios de la cooperativa, todo lo cual permite el mantenimiento de 14.582 puestos de trabajo. ¡Ahí es nada!

coviran-logo

Sigo leyendo la nota de resultados de Covirán, que habla de cuota de mercado, expansión, crecimiento e internacionalización y mi satisfacción crece exponencialmente. ¡Lo que son el terruño y el apego! Hace unas semanas iba paseando por Madrid y me dio un alegrón  toparme con uno de sus supermercados, allí, en la capital del reino. Había caído la noche y ya estaba cerrado. Si no, habría entrado a comprar una Maritoñi y una Puleva de chocolate.

No. No es localismo, provincianismo o catetismo. Es, como ya he señalado, orgullo y alegría. Acostumbrados a quejarnos y criticar todo lo que va mal en nuestra tierra, ejercicio obligatorio y necesario, también es importante destacar los logros y los éxitos granadinos y granadinistas. Y, en este sentido, Covirán es un modelo a seguir.

Ahora, y todavía bajo el influjo del Data Lab de IDEAL, me gustaría saber más sobre el andalucismo de Covirán, para ir completando un círculo virtuoso que vincule el sector de la distribución con el de la producción. ¿Qué porcentaje de los productos que distribuye Covirán está creado, producido y generado en nuestra tierra? ¿Cuántas y qué denominaciones de origen granadinas tiene en su stock? ¿Y qué tal con los cada vez más demandados productos ecológicos?

Covirán ilusión

Esas cuestiones y otras por el estilo surgen por el interés que suscita una marca que sentimos como nuestra. Así que estaremos atentos a sus Redes Sociales, para ver cómo nos lo van contando.

Jesús Lens

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