Premios Nobel que apuntan al corazón de la pobreza

Mi artículo de ayer domingo en IDEAL se aleja de los temas locales y candentes y mira, con optimismo, a los Premios Nobel, recién fallados.

Este año, yo quería que el Nobel de Literatura recayera en el escritor keniata Ngugi wa Thiongo, uno de esos tipos que aúnan su excelente literatura al compromiso social. Y no por tirarme el moco de que hace muchos, muchos años, leí uno de sus libros, sino precisamente por lo contrario: su obra está tan escasamente traducida al español que es muy difícil de encontrar y, por tanto, de leer. Y ya sabemos que cuando un autor gana el Nobel, le traducen hasta las redacciones que escribió en Primaria.

Premio Nóbel Literarura 2015

¿Qué hubiéramos ganado con el Nobel a Murakami, si el lanzamiento de cada una de sus obras se convierte en un acontecimiento mediático interplanetario? Por eso, a falta de keniata, buena ha sido la bielorrusa: muy contento de que el premio capital de las letras internacionales haya recaído en Svetlana Alexiévich, una periodista que dice escribir sobre lo que ella misma denomina “la historia omitida”.

Dando por sentado que es una gran autora -los suecos son gente seria- gracias a este premio vamos a tener a nuestro alcance una vasta obra, hasta ahora prácticamente ilegible en España. De esa manera, podremos conocer más, mucho más, sobre la gente normal y corriente que trata de sobrevivir en los restos de lo que una vez fue un gran Imperio.

Voces de Chernobyl

Y por las mismas razones me ha gustado que el Nobel de la Paz lo hayan ganado cuatro poco conocidas asociaciones tunecinas que se las están viendo y deseando para sacar adelante “la construcción de una democracia pluralista en Túnez”. Un proceso amenazado por el terrorismo islamista que, contra y viento y marea, sigue adelante. Que no voy a discutir si la Merkel se lo merecía o no, pero que esta decisión me emociona mucho más.

Y está el Nobel de Medicina, que este año ha recaído en tres investigadores que trabajan en terapias contra la malaria y otras enfermedades parasitarias que afectan, sobre todo, a las personas desfavorecidas que viven en países pobres y áreas insalubres. Otro extraordinario premio para reconocer el trabajo de tres científicos que han dedicado sus esfuerzos a tratar de mejorar la vida de esos millones de personas sin nombre que no suelen ser más que cifras y tantos por ciento en las estadísticas.

Premio Nóbel Medicina 2015

La guinda del pastel la ha puesto el Nobel de Economía, a un estudio sobre la pobreza en que destaca que “para diseñar políticas económicas a favor del bienestar y de la reducción de la pobreza, primero debemos entender las decisiones individuales de consumo”. Me gusta eso de vincular dos conceptos aparentemente contradictorios, que muchas veces da la sensación de que las personas más desfavorecidas deberían contentarse con recibir la ayuda institucional que les permite sobrevivir, un día más, sin ulteriores perspectivas de desarrollo.

Premio Nóbel Economía 2015

Enhorabuena a los miembros de las diferentes Academias nórdicas que este año, con sus acertados fallos, han hecho posible que los Nobel apunten directamente al corazón de la pobreza en el mundo.

Jesús Lens

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Arte en CAJAGRANADA

A ver qué os parece esta forma de acercar las exposiciones y obras del Museo CAJAGRANADA a través de las Redes Sociales y las nuevas tecnologías. Comenzamos con una introducción a la exposición de escultura española y contemporánea que, junto la Fundación ICO, tenemos ahora mismo en cartel, con obras de Picaso, Barceló, Gaudí, Gris, Antonio López, Plensa… ¡Lo mejor de lo mejor!

Viñetas de vida

Enhorabuena a Intermón Oxfam por su proyecto “Viñetas de vida”, publicado por Astiberri, que combina la solidaridad y la concienciación con el arte y la creatividad, a través de uno de los medios de expresión más modernos y vanguardistas del siglo XXI: el cómic.

Viñetas de vida portada

La cosa es sencilla (de plantear): te llevas a un autor a un país extranjero del Tercer Mundo en el que Intermón tiene un proyecto y le enseñas la región y el proyecto solidario, le presentas a la gente y le dejas que se impregne del ambiente, que hable con unos y con otros, que mire, curiosee, pregunte…

Y, después, que lo cuente, claro. (Ved, AQUÍ, la Galería de Fotos con los Dibujantes on Tour, en los países que visitaron)

En formato de cómic. A través de viñetas. Y con libertad creativa absoluta, por supuesto.

Viñetas de vida supergrupo

La recopilación de varias de esas historias conforma “Viñetas de vida”, un volumen de más de 100 páginas en el que confluyen los viajes, las sensaciones y las impresiones (en los más amplios sentidos de las tres palabras) de autores tan conocidos como Miguel Gallardo, Paco Roca, David Rubín y otros varios.

Algunos de ellos cuentan su propio viaje, incluyéndose en la historia, en primera persona. Otros prefieren elegir a alguno de los cooperantes como protagonista de la narración. Y, por supuesto, conoceremos la realidad de la vida diaria de los nativos de cada país.

: Visado : Página 6

El resultado es desigual, como siempre ocurre en las obras corales.

Hay historias muy buenas mientras que otras resultan demasiado simplistas y panfletarias. En concreto, alguna que se desahoga culpando al gobierno de España con la miseria en el mundo, por haber reducido las partidas presupuestarias destinadas a la Cooperación Internacional; me parece pueril, además de que flaco favor le hace a la causa que pretende defender.

Me parecen mucho más interesantes los trabajos en los que se explica la importancia de la Cooperación Internacional, desgranando los logros que se consiguen a través de los proyectos que Intermón Oxfam mantiene en diversas partes del mundo. Como nos recuerda Paco Roca en la apertura de su excelente colaboración sobre Mauritania: “Si vienes a arreglar las cosas no vengas con la espada, vente con la aguja de coser”.

Viñetas de vida viñetas

Todo lo que tiene que ver con la pobreza en el mundo resulta complejo y contradictorio y, sobre todo, indignante. Especialmente cuando se vive sobre el terreno el drama que supone que haya varios millones de personas condenadas a muerte por culpa del hambre, la sed y determinadas enfermedades.

Que la humanidad no haya sido capaz de erradicar la pobreza extrema en el mundo es una de las lacras que nos deberían hacer enrojecer de vergüenza, pero parece que nos hayamos acostumbrado a ello. Como si fuera una especie de maldición bíblica, hablamos de cifras y de números, vemos gráficos y barras… y pasamos página.

Por eso me parece tan valiosa la iniciativa de Intermón Oxfam y Astiberri, al poner rostro, nombre y relato, a través de viñetas, a algunas de esas personas que, habitualmente, solo son cifras y estadísticas.

Viñetas de vida Durán

Para tratar de revertir la situación y concienciar a las personas de la importancia de la Cooperación Internacional, es esencial convertir el frío dato en una cálida historia. Porque conocer lo que pasa ahí fuera es el mejor antídoto contra esa enfermedad llamada indiferencia, que se suele ocultar tras la cínica afirmación de “Bastante desgracia tenemos aquí como para preocuparnos de la de allí”.

No, oigan… ¡NO!

No son situaciones siquiera comparables.

Pero, sobre todo, los que defienden la teoría de “Los nuestros primero” suelen ser los que no hacen nada. Ni por los de allí, ni por los de aquí. Bueno sí. Suelen ser muy exigentes. Con los demás. Con el gobierno. Con los políticos. Con las instituciones. Con los poderes públicos.

Viñetas de vida autores

Lo mejor de “Viñetas de vida” es que, al leer sus historias, te sentirás compelido, en primera persona, a hacer algo. Aunque sea a dar unos cuantos euros. (Para saber qué podemos hacer, pincha aquí).

Si empiezas por comprar el libro, algo iremos avanzando.

Si además, lo lees… ¡ni te cuento!

Jesús Lens

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¿Se nos ha perdido algo en Marte?

Según la ONU, el número de personas en pobreza extrema ha caído por debajo del 10%, por primera vez desde hace muchos años. Aun así y por desgracia, son varios cientos de millones de personas las que sufren y padecen en la Tierra, cada día. Mientras, las últimas noticias nos dicen que el huracán Joaquín ha golpeado a las Bahamas, pero que ha perdido intensidad. Y, a la vez, yo estoy viendo la posibilidad de sacar un billete de avión de Málaga a Estambul… siempre que lo encuentre por menos de 75 euros.

Hace unos días, cuando las primeras páginas de todos los periódicos abrieron con la noticia del descubrimiento de agua en Marte, las Redes Sociales se llenaron de concienciadas críticas a la millonaria inversión de dinero realizada en semejantes marcianadas: teniendo en cuenta que en la Tierra mueren de hambre miles de personas cada año, ¿qué se nos ha perdido en Marte?

Marcianada Curiosity

Y, claro, al ver las imágenes de los vientres hinchados de los niños de África, sentimos una punzada de indignación. ¡No a las marcianadas! ¡Quitemos el dinero a la NASA! ¡Acabemos con la Estación Espacial Internacional! ¡Cortemos de raíz los fondos dedicados a unas investigaciones que, en realidad, no nos llevan a ninguna parte! Quizá, en el futuro, a Marte. Pero ¿a quién le importa Marte? Y, de esa manera, sentimos nuestra conciencia mucho más tranquila.

Inmediatamente después, eso sí, pondremos la tele y querremos tener las noticias más actualizadas sobre ese tal Joaquín, que llegó a amenazar con acercarse a España y Portugal. Y, de paso, veremos la información meteorológica, a ver qué tiempo va a hacer el fin de semana y decidir si bajamos o no a la playa. Y, por supuesto, si hace malo, querremos tumbarnos en el sofá a ver en directo todos los partidos de fútbol del mundo mundial, incluidos los de la excitante liga neozelandesa. Además, y como estamos preparando una escapada para el Puente, tenemos que buscar una buena tarifa de avión, que hay que ver cómo están los billetes… ¡por las nubes!

Marcianada satélites

Y nos pensamos que todo eso lo tenemos a nuestro alcance por arte de magia. O de birlibirloque. Como si las comunicaciones vía satélite y la popularización y abaratamiento de la aviación comercial (por poner solo dos ejemplos) fueran algo que el hombre descubrió un buen día, por casualidad. Uno de esos días en que se despertó creativo e ingenioso y se puso a ello. Que ya se sabe: Newton dio con la teoría de la gravitación universal porque una tarde, descabezando un sueñecito debajo de un árbol, le cayó una manzana en la cabeza; que si no…

Marcianada newton

Circula por Internet un chiste en el que un tipo le afea a otro que se gaste tanto dinero en fumar. Le hace las cuentas de lo que lleva invertido en tabaco y concluye que, de no haber caído en tan insano vicio, a esas alturas de su vida podría tener un Ferrari. La respuesta no se hace esperar:

–          Tú ni fumas ni has fumado en tu vida, ¿verdad?

–          No.

–          ¿Y tu Ferrari? Enséñame el Ferrari.

–          No verás, es que…

–          Ni es que ni pollas ¡Qué dónde está tu jodido Ferrari!

¿Qué nos hace pensar que, si cortamos de raíz todos los programas de investigación sobre Marte, vamos a terminar con el hambre en el mundo? Se calcula que, con invertir el 0,3% del PIB mundial de forma consciente, para 2030 se habría erradicado la pobreza extrema en la Tierra.

Martes 13

267.000 millones dólares anuales. ¿De dónde sacarlos? Pues, por ejemplo, del presupuesto que dedicamos a la pamplina ésa de las marcianadas. ¿Por qué no?

Aunque, ya puestos a recortar en actividades no realmente básicas para el ser humano, habría que ampliar el espectro de disciplinas a las que cerrar el grifo. El fútbol, por ejemplo. Y todo el deporte-espectáculo en su conjunto. ¡Se acabó! ¿Quién necesita ver a veintidós tíos en calzoncillos persiguiendo un balón? ¿Y Gran Hermano? ¿Es necesario Gran Hermano? El que haya alcanzado su edición número 16 podría hacernos pensar que tiene sus seguidores, pero da igual. No es indispensable. Ni él, ni los Alcántara. ¡Ni siquiera Wyoming, Pastor o Évole, con lo sarcásticos que son!

Una vez clausuradas las teles, y dado que no habrá más Masterchef, habrá que cortar nuestro desaforado gasto en gastrochuminás, terracitas, bares y locales de copas. Solo en España nos gastamos cerca de 40.000 millones de euros al año en este concepto. ¿No resulta vergonzoso, habiendo tanta gente que se muere de hambre?

Marcianada el Marciano

Y así podríamos seguir. Hasta el infinito y más allá. Pero vamos a quedarnos más cerca. En Santa Fe. ¡Ay, aquel 17 de abril de 1492, cuando los Reyes Católicos y Colón firmaron las Capitulaciones que permitieron la financiación del viaje de Cristóbal a las Indias! ¡Ay, Cristobícal, qué pesadito con la expedición de las narices! Con las penurias que pasaba la gente en la España de la época, desgarrada por siglos y siglos de guerra contra los infieles, ¿qué necesidad había de soltar la morterada que costó fletar a la Pinta, la Niña y la Santa María?

Marcianada Colón

Vivimos en el siglo XXI. Vivimos en un mundo complejo, desigual y lleno de injusticias y contradicciones. Tenemos muchos frentes abiertos y cuestiones por resolver. Y, precisamente por eso, a las personas que hemos tenido la suerte de vivir, estudiar y formarnos en los países desarrollados del primer mundo; habría que exigirnos un poco esfuerzo, análisis y reflexión a la hora de exponer nuestras tesis y argumentos.

Muy al contrario y por desgracia, parece que cuantas más herramientas tenemos a nuestro alcance para saber, conocer y divulgar, más simples, perezosos y desganados se vuelven nuestros procesos mentales.

Jesús Lens

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Lejos de los hombres

Una de las conclusiones a las que llego en mi más reciente trabajo de cine (que puedes comprar AQUÍ) es que el western tuvo que ser asesinado para poder sobrevivir dentro otros géneros diferentes que, a priori, nada tienen que ver con él.

Lejos de los hombres

Si lees que “Lejos de los hombres” es una película escrita y dirigida por el francés David Oelhoffen, que se desarrolla en la Argelia de 1954 y que está basada en una obra de Albert Camus; lo último que se te ocurría pensar es que se trata de un western.

Y, sin embargo, lo es. Un western de ley. Un western contemporáneo, desde el primer plano hasta el último. Un western, además, absolutamente despojado, que lleva hasta sus últimos extremos algunas de sus características fundamentales.

Lejos de los hombres Mortensen

Todo comienza en una escuela enclavada en mitad de las montañas del Atlas argelino en la que un profesor da clase a un grupo variopinto de pequeñuelos. La revolución argelina ha comenzado y suenan tambores de guerra, pero lo que Daru no puede imaginar es que la policía le va a llevar a la escuela a un preso, acusado de asesinato, para que el propio Daru se encargue de conducirlo a la capital de la provincia, dado que los gendarmes andan muy ocupados con los independentistas.

A partir de ahí, el camino.

Y la violencia.

Y la supervivencia.

Y el descubrimiento.

Y el conocimiento.

Y… ¿la amistad?

La amistad es un concepto que, en los tiempos de Facebook, está muy devaluado. Por eso, ver películas como “Lejos de los hombres” te reconcilia con la amistad que surge entre dos hombres que transitan, juntos y por azar, los caminos de la vida.

Lejos de los hombres cine África

Una película que te reconcilia con el buen cine, por supuesto. Un cine con pasión por contar una historia. Por tomar a unos personajes, situarlos en una situación límite y mostrar lo que les pasa.

Sin efectos especiales.

Sin efectos visuales.

Sin efectos digitales.

Solo el paisaje. Y los personajes que lo recorren, lo sufren y lo padecen. Porque en esta película, el paisaje es parte imprescindible de la historia. Un territorio árido y hostil que eleva al Monumental Valley de Utah a la categoría de fresco vergel.

Lejos de los hombres western

Polvo, roca, piedras, viento y lluvia saltan de la pantalla a la platea y golpean al espectador, aplastándolo contra el asiento, haciéndole sentir en sus carnes la dureza y la hostilidad a las que se enfrentan los dos protagonistas.

Muy bueno, pues, el trabajo de cámara. Pero, ¿qué decir de la banda sonora? La música que Nick Cave y Warren Ellis han compuesto para “Lejos de los hombres”, además de huir de los tópicos y los lugares comunes de la música tradicional del norte de África, se adapta como un guante a la narración cinematográfica, sirviendo para dar empaque y fuerza a las imágenes, como ya hicieran ambos compositores en la igualmente desasosegante y angustiosa “The road”, también interpretada por ese tipo tan inquieto como atractivo: Viggo Mortensen.

Lejos de los hombres escuela

Inquieto porque, además de protagonizar la película, la produce. Y se nota que ha ayudado al director a dirigir algunas secuencias. Que menudo poderío muestra el hispano-argentino-danés en pantalla.

En definitiva, que “Lejos de los hombres” es una extraordinaria película que nadie debería perderse, por mucho que esté en las antípodas del cine mainstream contemporáneo.

O, quizá, precisamente por eso.

Jesús Lens

Twitter Lens