Tuiteratura: la etiqueta es #Ahorrar

Primer mes de Tuiteratura. ¿Nos estáis siguiendo, en Canal Sur, en el programa El Público, con Jesús Vigorra?

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Los viernes. Y los martes.

Un mes ya. Y decenas de Tuits. Esta semana, la etiqueta era #Traductores. Antes de hablar de finalistas y ganadores… ¡gracias por vuestra participación! Y seguid, ¿eh?

Y los tres finalistas:

@chorrillodagua

“Suspendido el I Congreso ONU-Farmacéuticas de lucha contra el Ébola porque los traductores no llegaban a entender las posturas”.

El segundo es de @jafloresvera y dice así:

“Los autores del libro de las reglas del Esperanto se declararon Traductores en paro”

Y el tercero y a la postre ganador es de @Dicatialmeria :

“A falta de Traductores, el constitucional suspende la consulta catalana y Artur Mas se plantea el bilingüismo para ahorrar”.

 Tuiteratura

La semana que viene elegiremos al ganador de un fin de semana en Archidona, disfrutando de su Festival de cine. Los finalistas del mes, además del último Tuit señalado, son:

“Como hoy no sabía que ponerme, me puse el mundo por montera”

 

“Por piernas cansadas, cambio esquina en la Montera por asiento de diputada en el Congreso”, de @cerecita75

Y

“El congreso “Por un mundo sin fronteras” tuvo que suspenderse por la huelga de traductores”, de @Masclaroagua

Y como sabéis que esto son Cadáveres Exquisitos y palabras encadenadas, ya esperamos vuestros Tuits con la palabra #Ahorrar en @elpublicocsr y/o en @Jesus_Lens

¡Esto es Tuitliteratura y… seguimos!

Jesús Lens

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Pan, educación y libertad

Con la tercera entrega de su Trilogía de la Crisis, el griego Petros Márkaris, en vez de describir –con una cierta tendencia a la exageración –los efectos de la devastadora crisis que asola a los países mediterráneos, directamente fabula sobre ella y nos sitúa en un escenario que, de momento, no parece que se vaya a dar.

 Pan Educación y libertad

Porque, a falta de tres meses para el final de este 2014, ni Grecia ni España han dejado el euro para volver al dracma y a la peseta, respectivamente. Pudo haber pasado. Pero no.

En cualquier caso, el contexto en que se desarrolla la última entrega de esta trilogía, protagonizada por el comisario Kostas Jaritos, es parecido al de Con el agua al cuello y Liquidación final, ya leídas, reseñadas y comentadas con anterioridad: una sociedad devastada en la que el paro y los recortes salariales y sociales obligan a la gente a volver a una especie de economía de guerra, lo que permite aflorar lo mejor… y lo peor del ser humano. Porque las ollas comunitarias y la solidaridad familiar tienen que convivir con los movimientos xenófobos de Amanecer Dorado y otros grupos de extrema derecha.

Entonces aparece el cadáver de un rico contratista de obras que hizo fortuna con los Juegos Olímpicos, Demertzís, cuyo hijo acaba de ser detenido por tráfico de drogas. Un hijo con el que no se hablaba ni se relacionaba de ninguna forma. ¿Por qué? Ya habrá tiempo de saberlo.

Junto al cadáver, un teléfono. Operativo. Que emite una consigna: Pan, educación y libertad.

Continúa leyendo la reseña en nuestra web hermana, Calibre 38

Jesús Lens

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