La canción del perro

A medida que iba leyendo La canción del perro, tenía la impresión de que su acción siempre transcurría de noche. Me daba igual que James McClure, el autor sudafricano que la parió, diera a entender que eran las tres de la tarde y que hacía un calor del carajo.

Para mí, era de noche.

La canción del perro

Quizá, porque Sudáfrica estuvo viviendo en una noche perpetua, durante muchos años. Y esta novela, que cuenta “Un caso del teniente Kramer y el sargento Zondi” es un fiel reflejo de aquella sociedad oprobiosa del apartheid en la que llamar “cafre” a un individuo no era describirlo, sino insultarlo.

Sigue leyendo la reseña en nuestra página hermana Calibre 38, la revista más caliente sobre actualidad negro-criminal. 

Jesús Lens

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¡Qué Buen Rollito!

Si estuviste hace unas semanas en el encuentro que tuvimos en Cocorocó, ya la conoces. Y los probaste. A Clarissa y su Nems. Los rollitos vietnamitas con los que nos deleitó, entre Alhambra y Alhambra.

 El Buen rollito nems

¡Qué bien los pasamos, ¿verdad?!

Pues hoy, viendo el Miami contra Indiana de la NBA, Reyes y yo nos hemos dado otra buena mano de Nems. Con salsa agridulce. ¡Qué ricos, qué cantidad de matices y texturas hay en cada bocado!

 El buen rollito Clarissa

Pero también es posible que tú, tú en concreto, no sepas de qué demonios hablo, ni tengas idea de qué son los Nems ni quién es Clarissa.

¿Y sabes que te digo? Que no te lo voy a contar yo. Voy a dar la palabra a una periodista de raza, Ángeles Peñalver, uno de los grandes talentos y valores de IDEAL, para que sea ella quien te presente a Clarissa Couassi. Porque el pasado domingo le dedicó ESTA entrega de su imprescindible serie sobre Emprendedores con Valores.

¿Qué te parece?

¿No es emocionante, atractivo e interesante?

Pues cuando pruebes los Nems vas a ver lo que es (y está) bueno.

 El Buen rollito

Porque puedes encargarlos a través de Internet o por teléfono. Toda la información, contacto, historia, imágenes, etcétera, a través de su web: ¡El Buen Rollito! Efectivamente, todo un lujo asiático.

Jesús Lens, aún relamiéndose.

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Mirando espero en Nube Negra

Aquí tienes la introducción que he preparado para el primer lanzamiento de la colección Nube Negra, en la editorial Palabaristas. Se trata de la novela “Mirando espero”, de Justo Vasco, Premio Hammett de Semana Negra a la mejor novela policíaca escrita en castellano y un imprescindible fresco de la realidad cubana.

 

A través de este enlace la puedes descargar tan legal como gratuitamente. ¿Te la vas a perder? No debieras…

El padre del surrealismo, André Breton, sostenía que el acto surrealista por excelencia consistiría en salir a la calle armado de una pistola y disparar indiscriminadamente contra la multitud.

La Cuba que nos cuenta Justo Vasco en “Mirando espero” tiene mucho de surrealismo. Y de Bretón. Por varias razones que el lector no tardará en descubrir.

 mirando espero portada

Todo comienza cuando un balazo siega la vida del Zapatero, un sujeto que, desde su silla de ruedas, se había especializado en hacer colas y guardar el turno de quién, disponiendo de unos pesos, no tuviera suficiente tiempo para esperar. Porque en Cuba, esperar, además de ser una forma de vida, es todo un arte. Y una necesidad.

¿Quién mató al Zapatero y, sobre todo, por qué? El policía a cargo de la investigación sabe que la respuesta a la segunda pregunta es el camino para despejar la primera incógnita. Pero no es un camino fácil.

El balazo que desencadena la acción actúa en “Mirando espero” como la piedra que, arrojada a un estanque, provoca una sucesión de ondas que ya no dejan de zarandear a las pequeñas ramas que flotaban tranquilamente, inertes, sobre las aguas calmas. Sobre todo, porque al primer balazo no tardará en seguir un segundo…

 Palabaristas Logo

Una novela repleta de personajes, principales y secundarios, que sirven a Justo Vasco para tejer un completo mosaico de la realidad cubana de finales del siglo XX en la que nada ni nadie son lo que parecen. Una realidad en la que los límites entre lo legal y lo ilegal, entre lo oficial y lo clandestino y entre lo normal y lo decididamente extraño, bizarro y surrealista se van difuminando a medida que avanza la investigación de un policía que no es ningún héroe, pero al que tampoco podríamos tildar de villano. Al menos, no del todo.

El autor

Justo Vasco, nacido en La Habana en 1943, es un escritor total que aprovechó su formación científica, su experiencia humanística y su pasión por los idiomas para trasladar a su narrativa la experiencia personal de una vida poliédrica, compleja e intensa, muy intensa.

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Tras sus años de formación, entre Cuba y la Unión Soviética, además de su trabajo como científico, desde muy joven ejerció como traductor e intérprete de ruso, lo que le permitió moverse por los países del otro lado del telón de acero y tener contacto directo con la realidad socialista. Con la realidad de verdad. Por otra parte, su trabajo como dinamizador cultural y organizador de eventos literarios del más alto nivel hizo que Justo Vasco tuviera acceso a la mejor literatura de género que se escribía tanto en Latinoamérica y Europa como en los países anglosajones y, por su puesto, en los países de la órbita soviética.

Dotado de una privilegiada capacidad de observación, sus certeros análisis de la sociedad y su capacidad para insuflar vida a los personajes de sus relatos y novelas, convierten a Justo Vasco en uno de los autores imprescindibles de la narrativa cubana de la segunda mitad del siglo XX.

Jesús Lens

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Godzilla

¿Por qué ahora y otra vez, Godzilla?

Podría ser una pregunta pertinente, máxime después de que Roland Emmerich ya le diera una nueva vuelta de tuerca a uno de los mitos recientes más explotados por el cine de la segunda mitad del siglo XX.

Vuelve “Godzilla”. Y lo hace a rebufo del terror nuclear despertado en el mundo entero, pero sobre todo en Japón, tras el desastre de Fukushima. Y vuelve, claro, a lo grande.

 Godzilla panorámica

El director de esta nueva entrega del monstruo nipón es Gareth Edwards y el guionista es Max Borenstein. Datos que, en realidad, nos resultan intrascendentes. Porque estamos ante una de esas películas en las que el factor humano es lo menos importante de todo. Ni siquiera que en el reparto figuren Bryan Cranston o Juliette Binoche nos dice nada, especialmente en el caso de la francesa. Esperemos que, al menos, disfrutara de unas vacaciones en alguna isla exótica, durante el rodaje, porque su papel… Ken Watanabe sí tiene más presencia. Y Aaron Johnson, el musculitos de turno con mirada tierna. Pero dejémonos de veleidades artísticas, que aquí todos hemos venido a ver… al monstruo. Que, en el caso que nos ocupa, resulta venir por partida triple.

 Godzilla chaval

“Godzilla” (pronúnciese “Góchila”, con acento en la Ó) es una de esas películas que conviene ver en pantalla grande, cómodamente sentados y acompañados de refrescos y garguerías. Una de esas películas que conviene ver sin tratar de buscarle las fisuras al guion, que ya aparecen por sí solas, sin necesidad de rascar. Una de esas películas que conviene ver desde la óptica disfrutona de los grandes espectáculos repletos de efectos especiales.

Personalmente, además del despertar, el levantar y el rebuznar de Godzilla, una imagen icónica; lo que más me gusta es la estética postapocalíptica de Honolulu, Las Vegas y San Francisco. Porque, junto a la crítica nuclear (ya sabes que el mito de Godzilla nació en Japón, en los años 50, tras las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki), esta nueva versión del monstruo nos invita a reflexionar sobre la crisis energética que podría estar por venir y sus terribles consecuencias.

 Godzilla poster

Y es que, más que la hecatombe nuclear, lo que ahora debería darnos miedo, mucho miedo; es el Gran Apagón. ¿Somos conscientes de lo rápido que se iría nuestro mundo al garete, de producirse un gran apagón? No durábamos ni una semana.

 Godzilla grito

Si a todo eso le añades el inevitable tsunami que toda película catastrofista de gran presupuesto del siglo XXI está obligada a tener, “Godzilla” ofrece dos horas de puro entretenimiento, lo que no es chica cosa. No es de extrañar, pues, que la película se haya encaramado en lo alto del Box Office, terminando de devorar los restos de “Ocho apellidos vascos” y a la espera de los grandes blockbusters del verano.

Jesús Lens

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Buenas, soy Emilio Calatayud y voy a hablarles de…

Buenos días. Hoy en IDEAL este artículo sobre una figura muy conocida cuyo libro deberías leer:

Lo primero que pensé, al ver el follón que se ha montado con el tema de las amenazas y los insultos a través de Twitter, fue: ¿qué pensará sobre esto el Juez Calatayud?

 Buenas Emilio Calatayud

Imagino que entre los agresores cibernéticos y los amenazadores virtuales habrá menores y jóvenes muy, muy jóvenes, gente que se ha criado desde su más tierna infancia navegando por Internet y formando parte de esas nuevas pandillas generadas a través de las Redes Sociales.

Los llamados Nativos Digitales, o sea.

El caso es que la opinión del Juez Calatayud sobre algún tema de actualidad siempre tiene la virtud de aportar un punto de vista diferente, personal, único y, sobre todo, libre. Libertario, incluso. El punto de vista de quien no se casa con nadie, no debe favores y no se preocupa por su imagen, por quedar bien, por contentar a tirios y troyanos.

Las opiniones del Juez Calatayud, además, están fundadas en decenas de años de experiencia togada, juzgando y condenando a miles de chavales por los delitos más variados a las penas más variopintas. Su forma de ejercer la justicia, todos lo sabemos, exige compromiso, imaginación, trabajo, conocimiento e implicación. Y, precisamente por eso, por su forma de ver, mirar, juzgar y sentenciar; me interesa su opinión.

En este sentido, desde hace unas semanas tenemos en el mercado una pequeña joya: “Buenas, soy Emilio Calatayud y voy a hablarles de…”, un libro de menos de 200 páginas (de ahí lo de pequeña joya) que atesora buena parte de la filosofía, la trayectoria, la teoría y la práctica del Juez Calatayud.

 Buenas soy Emilio Calatayud

Cometeríamos un grave error si pensamos que, por haber leído algunas noticias y reportajes sobre Emilio, haber asistido a algunas de sus charlas y haber comentado alguna de sus sentencias ejemplares en el bar; ya lo sabemos todo sobre él.

Falso. Yo, que soy un insaciable devorador de prensa, me he sumergido en las páginas del libro, escrito con la colaboración del periodista Carlos Morán, y me he encontrado, varias veces, con la mirada perdida, mordisqueando el lápiz con que subrayaba y tomaba notas, pensando en alguna de las muchas y apasionantes cuestiones que plantean los autores.

El libro, publicado por la editorial Alienta, del grupo Planeta, no se pierde en grandes parrafadas ni en eternas disquisiciones. Va a lo mollar. Y, siempre, basado en ejemplos prácticos y en situaciones sacadas de la realidad, desde el célebre episodio de la agresora del tacón al Botellódromo, pasando por los hijos tiranos y los peligros de Internet.

 Buenas Emilio Calatayud decálogo

Por supuesto, hay cosas que no veo de la misma manera que Emilio ni comparto algunas de sus conclusiones. Por ejemplo, no considero tan amenazadores ni el Cíberespacio ni los teléfonos móviles de última generación. Pero precisamente eso es lo mejor del libro: hace que te cuestiones muchas de tus opiniones y creencias y te obliga a plantearte de dónde vienen y en qué están fundamentadas.

Jesús Lens

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