Mil soles espléndidos

No suelo leer libros prestados, igual que no suelo prestar libros. Cuando me prestan un libro, teniendo en cuenta las montañas de ellos que tengo pendientes, es casi, casi un compromiso y me da la sensación de que el libro de marras es uno de esos recién llegados que tratan de colarse entre otras muchas decenas de títulos que han hecho más méritos, además de llevar más tiempo esperando su turno.

Pero a veces, hago excepciones. Como con “Mil soles espléndidos”, de Khaled Hosseini, cuya primera novela, “Cometas en el cielo”, fue un fenómeno literario de alcance tan global que terminó convertida en película, estrenada en todo el mundo, España incluida.

 Dos soles espléndidos portada

No había leído, pero la película me había gustado. Mucho. Así que, cuando Reyes me aconsejó leer esta novela, aparté otras muchas que tenía pendientes y me sumergí en la trágica historia que cuenta “Mil soles espléndidos”, un magnífico título para una novela dura, áspera y… necesaria.

A veces, los árboles no nos dejan ver el bosque y las noticias, los datos, las cifras y las informaciones que nos llegan desde Afganistán, cargadas de guerra, terrorismo, muerte, fanatismo religioso, integrismo islamista, etcétera nos hacen olvidar que allí viven personas, muchas de las cuales sufren en sus carnes padecimientos, injusticias y brutalidades que, por fortuna, nos resultan muy difíciles de imaginar.

Y para eso está la buena literatura: para contarnos realidades que nos resultan ajenas. Para permitirnos conocer a personajes a los que, de otra forma, jamás podríamos acceder y hacernos partícipes de sus aventuras y desventuras.

Cuando lees la historia Mariam y Laila, comprendes mucho mejor lo que hay debajo de palabras como “Talibán” que, de tanto usarse, terminan perdiendo su sentido más preciso.

 Dos soles espléndidos

La historia de estas dos mujeres, por supuesto, es trágica. Y dolorosa. Angustiosa, en muchos momentos. Pero también tiene potentes destellos de hermosura. En la pasión por la vida. Es la esperanza en la huida. En la amistad y la solidaridad entre mujeres.

Y los paisajes. Porque Kabul, además de ser una ciudad cuya mera enunciación nos hace sentir en peligro, es una de las grandes capitales históricas de la humanidad, enclavada en una zona del mundo espectacular.

Y está la historia reciente de Afganistán. Desde la época de la guerra contra la Unión Soviética. Y la figura de Massoud, el León de Panshir, uno de esos líderes míticos cuyo asesinato, justo antes del ataque a las Torres Gemelas, resultó tan devastador para las esperanzas de millones de afganos de acabar con la tiranía talibán.

Ahora mismo, Hosseini acaba de publicar su tercera novela, una vez que dejó su carrera como médico para concentrarse en la literatura. También editada en España por Salamandra, “Y las montañas hablaron” se ha convertido en un nuevo éxito de público, algo que es muy de agradecer. Porque conocer lo que pasa a las personas de un lugar tan distinto y tan distante como Afganistán nos hace sentir más empatía acerca de lo que allí ocurre.

 Dos soles espléndidos autor

E, insisto, esa es una de las grandes virtudes que tiene la literatura.

¡Gracias, Reyes, por pasarme “Mil soles espléndidos” e insistir en que la leyera, antes que otras! ¡Acierto total!

Jesús Lens

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Yibuti

¡Qué salto pegué, al verla en la librería!

¿Una novela de Elmore Leonard titulada Yibuti?

La leyenda de la portada, impresa, me habría animado comprarla, aún más, de haber albergado alguna duda: “La última obra del gran maestro de la novela negra norteamericana”.

Una leyenda con un doble sentido para el concepto de “última” ya que, además de ser la más reciente, a no ser que aparezcan manuscritos póstumos, es la última novela terminada por Leonard.

Y mire usted por dónde, esta postrer obra del gran maestro de las letras negras norteamericanas, en vez de en su querida y quebrada Detroit, transcurre en África, en el mismo escenario al de una de las grandes películas del año, a la que veremos acaparando nominaciones para los Óscar: Capitán Phillips. (Al final, tampoco han sido tantas…)

 yibuti

La acción de Yibuti acaece en uno de esos lugares que se han convertido en un agujero negro: el Cuerno de África. Somalia y alrededores. Primero fueron los Señores de la Guerra y después los Piratas.

Piratas.

¡La de connotaciones que tiene la palabra!

Y ahora, si quieres saber más… ¡sigue leyendo!

Jesús Lens

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La habitación al fondo de la casa

Yo creo que ha sido la Crisis, que sigue campando por sus respetos, enseñoreada en esta nuestra sociedad, la que ha contribuido a hacer de la lectura de “La habitación al fondo de la casa” algo tan apasionante y enriquecedor.

 La habitación al otro lado de la casa

Porque, cuando todo va mal, una buena dosis de realismo mágico ayuda a sobrellevar el peso de la existencia. Y la novela de Jorge Galán es puro realismo mágico, por los cuatro costados, desde que comienza hasta que termina.

No es necesario, en este caso, que el autor nos lleve a Macondo. No hace falta. Porque El Salvador está ahí. Y Panamá. ¡Impresionante, Centroamérica! Una Centroamérica que, habitualmente ignorada por España -salvo cuando se trata de excavar en el Canal y ganar mucho dinero- rezuma vida. Y calor. Y color. Porque es mágica. A la vez que real.

Tratar de explicar de qué va una novela como “La habitación al fondo de la casa” sería un ejercicio de futilidad. Sería como tratar de explicar el calor del sol, los colores de los cuadros de Van Gogh o los decibelios de un concierto de RATM: son experiencias sensoriales que hay que disfrutar, en primera persona, para apreciarlas.

 La habitación al otro lado de la casa autor

En esta novela hay, claro, vidas extremas y tempestuosas. Hay grandes amores, pasiones y tragedias. Hay sueños que se convierten en pesadillas y pesadillas que se hacen realidad. Realidades que se sueñan y sueños más reales que la propia existencia. Deseos apasionados y pasiones ardientes. Inundaciones. Crecidas de los ríos. Y lluvias tan espesas que no se podrían cortar con un cuchillo. Hay vientos que traen rumores y rumores que viajan con el viento.

Hay ancianos proteicos y jóvenes tan mayores que parecen viejos. Hay misterios, desapariciones y un etcétera tan largo como todas y cada una de las hermosas 216 páginas que componen “La habitación al fondo de la casa”.

Su autor, Jorge Galán, viene del mundo de la poesía y su prosa está impregnada de la sonoridad del verso, de la plasticidad y la cadencia de un lenguaje destinado a transmitir sensaciones al lector.

 La habitación al otro lado de la casa contraportada

Hay, por supuesto, una historia. Y unos personajes a los que les pasan cosas; y unos secundarios de lo más jugoso e interesante. Pero el punto fuerte de “La habitación al fondo de la casa” es su lenguaje, que se disfruta y se paladea con cada página que se lee.

Hay que dar la enhorabuena a la editorial granadina Valparaíso por publicar la obra de autores como Jorge Galán, dotados de un lenguaje personal, propio, personal, único y diferente.

Porque en los tiempos de las franquicias, la globalización y la uniformización, son necesarias estas ventanas a otras realidades, mundos y formas de entender la vida y la literatura. Como ejemplo, un botón: atención a esta joya de poesía balcánica de la que hablaba hace unos meses…

 La habitación al otro lado de la casa balcanes

Jesús Lens

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Malasaña Chai Tea

Hace unos días, cuando un amigo preguntaba a través del Facebook por algunos títulos a los que hincarle el diente estas navidades, además de recomendarle los últimos títulos de Javier Márquez y de Alexis Ravelo, le decía que apuntara el nombre de Rafael Sarmentero. Y le daba mis razones: “no es que sea un soplo de aire fresco en la actual narrativa española, ¡es que es todo un vendaval!”.

 Malasaña Chai Tea

Y se lo decía cuando iba por la mitad de la lectura de “Malasaña Chai Tea”, su más reciente novela, publicada de nuevo por la editorial Algón. Ahora, cuando ya la he terminado, lo repito: ¡Sarmentero es la leche!

Imagina que estás al borde de los cuarenta años, que ya no te queda nadie a quién decepcionar, que tu pareja más reciente te acaba de dejar y que tienes un trabajo tan normalito como inane. Entonces, llegas a un convencimiento: “La sociedad quiere que juegues con sus reglas. Pero tú te resistes. Entonces encuentras la solución: hacer trampas”.

Por ejemplo, hacerte pasar por detective privado.

¿Por qué no? Es decir, un detective privado debe ser un tipo al que le pasen cosas. Y, por tanto, debe ser un tipo interesante. Porque, como sostiene el protagonista de la novela, “lo importante es la historia. No lo que ocurre, sino lo que cuentas… Desde los tiempos más remotos, el que manda es el que cuenta la historia”.

 Malasaña Chai Tea Presentación

Rafael Sarmentero es un cuentista nato. Como ya demostrara en su anterior novela, “Qwerty/Vintage”, dando vida a sujetos que se ocultaban en chats para tratar de seducir a otros personajes, tan reales y tan falsos como ellos mismos; Sarmentero es un narrador excepcional, dotado de una desbordante imaginación, sobre todo, para alumbrar personajes de una fuerza arrebatadora.

Además del protagonista, homérico y extraordinario, “Malasaña Chai Tea” presenta a una nómina de personajes secundarios de los que se quedan grabados en el inconsciente lector, por siempre jamás. Como el antiguo campeón de tenis infantil, devenido en un insoportable neurótico que juega al pádel y llora por las esquinas. O el golfista que viaja por el mundo con un solo palo. O la amiga-confidente del protagonista, que no solo le aguanta sus neuras, sino que le estimula y anima a seguir cometiendo locuras.

 Malasaña Chai Tea autor

Y está el decepcionado padre que habla de usted a su hijo. Y el enigmático albino con unas cuantas lecciones por dar. E Irene, la ex. La que encarga su primer caso a ese detective de ficción que, efectivamente, parece mucho más interesante cuando investiga un caso que cuando solo vendía libros.

¿Es posible averiguar si un hombre que se suicidó, muchos, muchos años atrás; en realidad fue asesinado? No es sencillo el primer caso al que se enfrenta el voluntarioso detective vocacional que no solo reside en Malasaña, sino que vive allí. Porque Malasaña no es un barrio cualquiera. Es uno de esos barrios que imprimen carácter y por cuyos cafés, bares y garitos nos irá acompañando el inefable protagonista de una novela cargada de recursos literarios, de diálogos memorables y de momentos para el recuerdo y la recreación.

 Malasaña Chai Tea portada

Yo, si fuera tú, no tardaría mucho en conocer el personalísimo, peculiar y particular universo de Rafael Sarmentero. Después, cuando todo el mundo hable de él, siempre podrás sacar pecho, enarcar cejas y lucir palmito, poniendo esa mirada de “yo lo descubrí primero”.

Jesús Lens

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