Los nuevos talentos del Noir

El objetivo principal del premio Paco Camarasa, puesto en marcha un grupo de festivales españoles dedicados al género negro y cuyo fallo se hace público hoy, es dar visibilidad a los nuevos talentos del noir. Y esta primera edición del galardón es fiel exponente de esa filosofía.

Cinco novelas finalistas, todas ellas muy interesantes y muy diferentes entre sí, buena muestra de la salud y versatilidad de un género policíaco que no deja de crecer y ocupar nuevos espacios en nuestro país. Cinco autores, cinco estilos muy diferentes y cinco narraciones que transcurren en lugares muy alejados entre sí, física y metafóricamente hablando.

‘Herencias colaterales’ es la primera novela negra que podemos leer en castellano de Llort, autor catalán felizmente publicado por la editorial Alrevés. De este libro ya les hablé hace unos meses. Así lo presentaba en sociedad: “Si quieren ustedes saber qué es el humor negro, pero negro de verdad, lean a Llort. Y si en algún momento les surge la duda de si el noir casa con el humor… insisto: lean a Llort”.

Todo lo que nos cuenta Llort es improbable, pero no imposible. De hecho, a medida que vamos leyendo, lo improbable se va tornando en lo único posible. Es la magia de la buena literatura: introducirnos en un universo disparatado haciéndonos sentir que estamos como en casa. Terminaba aquella reseña con una pregunta retórica: “¿es Llort el secreto mejor guardado del noir más irreverente y rompedor?” Pues eso.

En ‘Progenie’, publicada por Alfaguara, Susana Martín Gijón, aborda el tema de los malos tratos a partir de la aparición del cadáver de una mujer a la que el asesino ha introducido un chupete en la boca. La autopsia ampliará la magnitud de la tragedia: estaba embarazada.

Estamos en Sevilla, en plena ola de calor, y Camino Vargas, jefa del Grupo de Homicidios, se enfrenta a un caso enrevesado y complicado. Más porque, en realidad, es jefa por accidente: su superior en la escala de mando está en el hospital, en coma, y a Camino también le toca lidiar con la nada edificante actitud de algunos miembros del equipo.

‘Progenie’ aborda un tema complicado y espinoso del que prefiero no avanzarles nada. En el momento de la publicación, la novela generó mucha controversia y creo que Susana Martín Gijón estuvo más en el ‘candelabro’ de lo que le habría gustado. Lo que demuestra, por otra parte, que ‘Progenie’ no deja indiferentes a los lectores, que es lo mejor que se puede decir de una novela.

Álvaro Arbina se ha descolgado en ‘Los solitarios’, publicada por Penguin Random House, con un thriller cuyo argumento conecta con muchas de las preocupaciones del siglo XXI, del consumismo desaforado a la tiranía de las redes sociales, pasando por el eterno retorno del mito de Walden y la vuelta a la naturaleza.

Una novela de aspiración global cuya acción transcurre en un lugar improbable para el género negro: los helados bosques de un paisaje ártico. El protagonismo coral de principales y secundarios no resta un ápice de fuerza a Emeli Urquiza, policía treintañera de origen vasco encargada de liderar la investigación; y a su ayudante, un afroamericano llamado Francis Thurmond. Cerca de 600 páginas de narración repleta de digresiones en las que nada es lo que parece. Otra vez.

De la más larga a la más corta. Porque ‘La noche del Caimán’, de Diego Ameixeiras, publicada por el Fondo de Cultura Económica, apenas pasa de las 100 páginas. Chiquitas, además. Y, sin embargo, es mucho lo que contienen.

Fiel representante de la filosofía del ‘menos es más’, Ameixeiras cuenta una historia dividida en dos partes: transcurre bajo el cielo plomizo de una ciudad gallega y en los ambientes más descarnados de Filadelfia, al otro lado del charco. Una novela cargada de referencias cinéfilas y literarias que se construye en base a los arquetipos habituales del género para, después, dinamitarlos y echarlos abajo.

‘Otoño lejos del nido’, de Ángel Gil Cheza, publicada por Suma de Letras, también tiene un poderoso trasfondo metaliterario dado que un periodista cultural en horas bajas protagoniza la búsqueda de un famoso escritor desaparecido sin dejar rastro. La novela, sin embargo, comienza con la aparición de una joven colgada dentro de una extraña esfera realizada con ramas, en mitad del bosque. La encargada de investigar es una sargento de la policía, Ivet Portabella.

Dos hilos narrativos, dos protagonistas, dos investigaciones que, en algún momento estarán condenadas a cruzarse. Ángel Gil ha escrito una novela muy contemporánea en la que reflexiona sobre cuestiones como la identidad y la apariencia, la tiranía de la imagen y la importancia de la autenticidad. De volver a la naturaleza, también. La física y la humana.

Cinco novelas, como ven, tan diferentes como interesantes. Cinco autores a los que merece la pena —y sobre todo la alegría— leer y seguir de cerca.

Jesús Lens

Novedades literarias muy negras

Una vez pasada la campaña de Navidad y cuando ya estamos en lo más empinado de la cuesta de enero, es buen momento para asomarnos a las novedades del mercado editorial por lo que al género negro y criminal se refiere.

El arranque del 2020 viene cargado de títulos que, a priori, nos permiten anticipar un invierno de lo más ardiente, literariamente hablando, para disfrutar al calor del edredón de horas y horas de lectura, uno de los placeres más sencillos de la vida. Y baratos. Que la relación entre el precio de los libros y las horas de placer que nos deparan, resulta imbatible.

Empezando por España, tres autores protagonizan el banderazo de salida al 2020 libresco: ‘La chica a la que no supiste amar’, de Marta Robles; ‘Progenie’, de Susana Martín Gijón y ‘Dócil’, de Aro Sáinz de la Maza.

Regresa Marta Robles con una nueva aventura protagonizada por el personaje de cabecera de sus novelas policíacas: el detective Tony Roures. ‘La chica a la que no supiste amar’, ganadora del premio Castellón Letras del Mediterráneo 2019 y publicada en Espasa, nos sumerge en el ominoso mundo de la trata de mujeres para la explotación sexual, un tema que está recibiendo el tratamiento literario y cinematográfico que exige gracias al compromiso de escritoras y cineastas como Marta o Mabel Lozano.

Otro caso que comienza con el asalto a una mujer es ‘Progenie’, de Susana Martín Gijón, publicada en la colección especializada en negro de la editorial Alfaguara, escrita a base de capítulos tan cortos como las ráfagas de una metralleta. Maternidad y novela negra no es un binomio que se haya prodigado mucho en la historia de la literatura, por lo que será muy interesante dedicarle atención.

Otro de los imprescindibles del género negro contemporáneo es Aro Sáinz de la Maza, cuyo personaje de cabecera, Milo Malart, ha sido uno de los grandes descubrimientos de los últimos años. ‘Dócil’, publicada por Destino, es la novela más reciente del autor barcelonés, en la que el Mosso d’Escuadra protagonista de la trama se enfrenta a un caso muy sanguinario a la vez que trata de sobrevivir en un mundo y una sociedad que cada vez le resultan más ajenos, fiel a su forma de entender —o no— la vida y las relaciones con los demás.

Uno de los sellos especializados en género negro con mayor rigor selectivo del mercado, Salamandra Black, ha cambiado de año a lo grande, con nuevas entregas de Louise Penny, la autora canadiense que nos hace sentir el frío de Quebec a través de sus páginas. ‘Un destello de luz’ vuelve a estar protagonizada por el obstinado inspector Armand Gamache, siempre empeñado en descubrir la verdad de las cosas e ir más allá de lo aparente, aunque su comprometida actitud le complique la vida.

Otro autor que regresa a los anaqueles de nuestras librerías: el deslenguado Antonio Manzini, cuyo personaje de referencia, Rocco Schiavone, pasa por ser uno de los más políticamente incorrectos del espectro negro-criminal europeo. ‘Polvo y sombra’ nos cuenta la investigación de dos homicidios ocurridos casi simultáneamente: el de una transexual aparecida en el río Dora y el de un hombre cuyo cadáver ha sido encontrado por un pastor y que, de forma incomprensible, lleva anotado el teléfono de Schiavone en un papel hallado en su ropa.

A Camilleri le gustaba la mezcla de humor y melancolía de Schiavone. Su lengua viperina y su personalísima moral, más allá de los convencionalismos al uso. No es mal aval.

Ojo también a ‘El último beso’, uno de los grandes puñetazos en la mesa del noir, dado por el singular James Crumley. Conocido como ‘El poeta de la violencia’, es uno de los clásicos contemporáneos del género, uno de sus grandes revitalizadores, por lo que no es de extrañar que el festival BCNegra, hoy por hoy, el mejor de nuestro país; le vaya a dedicar una mesa redonda doce años después de la muerte de Crumley.

Otra de las editoriales más activas en la cuestión del género negro, thrillers y tramas de misterio es Harper Collins, que arranca el año con ‘El tigre y la duquesa’, de Jordi Solé. La novela comienza con el hallazgo del cadáver de una joven en el barrio gótico de Barcelona. Le toca investigar a Elsa Giralt, cuya carrera está en entredicho tras un accidente fatal que dejó tetrapléjico a su compañero, tiempo atrás. En palabras del escritor Carlos Bassas del Rey, ‘El tigre y la duquesa’ logra algo muy difícil: “enganchar tanto a los incondicionales del thriller como a los fans del policial, y lo hace sin olvidar por el camino a los amantes de una novela negra urbana de corte más clásico”.

Y terminamos recomendando la lectura de un clásico reeditado a finales del pasado año: ‘En un lugar solitario’, de Dorothy B. Hughes, publicada por Gatopardo ediciones y de la que hablaremos más en extenso muy pronto.

Jesús Lens