Va por ti, Ernest

Para la presentación en Madrid de “Café-Bar Cinema”, Fernando Marías (cuya excepcional «Todo el amor y casi toda la muerte» ya está en bolsillo) nos sugirió a Javier Márquez y a mí que rindiéramos homenaje a los protagonistas de “Abierto hasta el amanecer”, una de las grandes películas familiares de la historia del cine, de visión obligatoria todas las Navidades, incluso por delante de “Qué bello es vivir”.

Foto de Laura Muñoz

Con nuestros trajes negros, camisa blanca y gafas de sol; éramos los trasuntos perfectos de George Clooney y el psicópata de Quentin Tarantino.

Foto de Laura Muñoz

Dado que la experiencia salió bien, decidimos que, en Semana Negra, haríamos una presentación parecida, aunque cambiamos el traje negro y la camisa blanca por un híbrido adaptado al verano gijonés y al desenfado semanero: camisa rigurosamente negra y, por supuesto, las imprescindibles gafas de sol oscuras, marca de la fábrica.

Y en esas estábamos, preparando las presentaciones cruzadas tanto de “Café-Bar Cinema” como de la última novela de Márquez, la genial e imprescindible “Letal como un solo de Charlie Parker”, viendo qué golpes de efecto podíamos dar; cuando Internet transmitió la mala noticia: había muerto Ernest Borgnine.

Feo como él solo, duro como solo la cara de algunos políticos puede serla, Borgnine fue uno de esos secundarios de lujo que, cuando tuvo un rol principal en “Marty”, ganó el Oscar por un papel paradójicamente tierno y vulnerable.

Él, el gran Ernest peleón y pendenciero que le buscaba las cosquillas a Spencer Tracy en “Conspiración de silencio”.

Él, ese Borgnine que, con Warren Oates, William Holden y Ben Johnson, conformaba aquel memorable cuarteto de “Grupo salvaje”, del que era el último superviviente de la memorable y reverenciada película de Peckinpah, al que igualmente idolatramos.

Él, el (pen)último hombre vivo, acaba de dejarnos.

Fernando, Javier y yo convinimos en que nuestras presentaciones ya no podían tener nada de humorístico o simpático, sino que teníamos que convertirlas en un encendido y sincero homenaje al genial actor, uno de nuestros ídolos.

Cuando los asistentes a la presentación de “Letal como un solo de Charlie Parker” se encontraron con las dos estampas siguientes, no entendían nada.

Foto de José Manuel Ribeiro

Foto de José Manuel Ribeiro

¿Por qué, tres vasos de leche sobre la mesa?

¿Por qué, tres tipos de metro noventa de altura vestían de luto?

¿Por qué, uno de ellos (yo, en este caso) se mantenía serio, mudo y en actitud reverencial?

Lo del vaso de leche lo desvelaríamos más adelante, en la presentación de “Café-Bar Cinema”. La razón de mi mudez e impavidez, sin embargo, sí fue explicada en ese momento: estaba representando a un minuto de silencio viviente. Un minuto de silencio que se prolongó durante todo el tiempo que duró la fantástica conversación entre Javier y Fernando. Un minuto de silencio viviente que fue igualmente representado por Javier mientras Fernando y yo hablábamos de cine y de bares, cafés, clubes, cantinas y… saloones.

Foto de José Manuel Ribeiro

¡Ay, el saloon y el western! ¡Cómo se bebían los rudos vaqueros aquellos whiskeys, de un solo trago…! Sin embargo, hay una película en la que uno de los personajes, uno de esos pistoleros duros y aguerridos, no bebía whiskey. Ni tequila. Ni siquiera cerveza. Siempre pedía una bebida tan improbable, en un saloon, como un vaso de leche. Pero es que “Viena’s” no era un local en absoluto convencional.

Ni que decir tiene que el bebedor de leche era Ernest Borgnine y que la película, “Johnny Guitar”, ocupa un hueco muy especial entre los locales de “Café-Bar Cinema”.

Nuestro sentido homenaje a Ernest Borgnine culminaría a la caída de la tarde, frente al Cantábrico, con una íntima interpretación por parte de la versión de cámara de Rock and Books (Javier Márquez y Paco Gómez Escribano, a falta de Pedro de Paz) de la canción “La golondrina”, que sonaba en una de las escenas más sublimes y melancólicas de la historia del cine, cuando los componentes del Grupo Salvaje abandonan el pueblo mexicano que les ha cobijado y parten sobre sus caballos, al paso, despidiéndose de sus anfitriones y dirigiéndose a una muerte segura, con aplomo, dignidad y entereza.

No fuimos muchos, apenas una decena, los afortunados que tuvimos la oportunidad de ver a la golondrina que nos sobrevolaba y partía hacia el interior del mar, llevándose con ella los aplausos y el mensaje: “¡Va por ti, Ernest!”, que restalló aquel lunes, cuando el día ya tocaba a su fin…

Foto de José Manuel Ribeiro
Foto de Laura Muñoz
Foto de José Manuel Ribeiro

Jesús borgniano Lens

PD.- Nos señala Fernando Marías, en su muro, que es necesario tener cuidado con los Diez Negritos, por cuenta de esa penúltima foto, sombreros al viento:

El acto menos multidinario de la Semana Negra fue protagonizado por una golondrina invisible que, sin embargo, todos los presentes supimos ver: Juan Guinot, Fernando Marías, Pablo Batalla, Juan Miguel Aguilera, Martin Roberts, Santiago Gamboa, Marcelo Luján, Paco Gómez Escribano, una dama cuya identidad acaso nunca conoceremos, Javier Márquez Sánchez y Jesús Lens (foto, claro está, de Laura Muñoz). El número de los presentes, exactamente diez excluyendo a la dama, la fotógrafa y la golondrina, permite comprendernos como la versión viva de una de las más famosas novelas criminales. Y me pregunto: si ahora comenzáramos a morir uno a uno de formas misteriosas… ¿Quién de nosotros sería el asesino?

¡Ahí queda eso!

Veamos los 19 de julio de 2008, 2009, 2010 y 2011 lo que publicamos en este vuestro Blog…

Celsius 232

Si yo, hoy, estuviera en Avilés, seguramente estaría muerto. Porque tras los excesos cometidos en SN25, haber prolongado la escapada asturiana habría sido letal.

Y, sin embargo, me encantaría estar allí.

Porque ya ha comenzado la primera edición de un nuevo Festival, el Celsius 232, dedicado a las literaturas fantásticas y terroríficas y con un invitado de excepción: R.R. Martin, la materia gris que subyace tras el fenómeno de “Juego de Tronos”. Y departiendo con él, en público, Enrique Muñoz de Luna, la bestia que se esconde tras la prodigiosa selección de series de Canal + y con quién estuvimos charlando en la última Feria del Libro de Granada, en aquella memorable mesa con Alejo Cuervo…

Además, nuestro querido, admirado y reverenciado Fernando Marías estará con sus Hijos de Mary Shelley, evocando el arte de narrar, inventar y crear.

Y Juan Ramón Biedma y su inquietante y corrupta visión del mundo.

Y Steve Redwood y su humor cuasimarciano.

Y más, más gente, claro. (Aquí, el programa completo)

En Avilés, una ciudad modélica, a decir de quiénes la conocen. Atractiva, hermosa y excitante, con un casco antiguo muy bien conservado y esa joya, el centro Niemeyer.

Pero no podía ser.

Ya fue complicado organizarse para la Semana Negra así que… ¡larga vida al Celsius 232 y que ustedes lo disfruten bien!

Lo seguiremos a través de la Red y de las narraciones y las imágenes de los amigos hasta allí desplazados.

Sean ustedes felices, pero abusen solo lo justo.

Y no machaquen a George más de la cuenta 😉

Jesús envidioso Lens

Roading a Madrid

Teníamos una asignatura pendiente: presentar «Café-Bar Cinema» en Madrid. En Madrid tenemos muchos y buenos amigos y Fernando Marías, Javier Márquez y un servidor queríamos que la presentación del libro sirviera para reunirnos, charlar, brindar, reír y todas esas cosas que hacen los amigos cuando se encuentran.

 

Porque ése era el objetivo de «Café-Bar Cinema». Reivindicar el espíritu festivo, alegre, creativo y loco de los buenos garitos, bares, cafés y clubes por los que transcurre nuestra vida.

 

Y, para ello, nada mejor que presentar el libro en uno de esos locales con alma, con estilo y con carisma: el Ernie’s Station, a quiénes tengo que agradecer la complicidad y las facilidades que nos han dado para convertir la presentación madrileña de «Café-Bar Cinema» en un fiestón al que, por supuesto, estáis invitados.

Gracias, también, a los buenos amigos de Almed, que colaboran a que nos tomemos una buenas birras bien frías en Madrid. Y a José Manuel Vargas, autor del cartel y de otra de las sorpresillas que os podréis llevar el próximo día 7/6/12, si venís al Ernie’s… 

 

 ¿Nos vemos?

 

Jesús roading Lens

 

PD.- Por supuesto, habrá libros a la venta y serán firmados y dedicados con todo cariño. ¡Faltaría más! 😉

Cafés, bares, libros, películas, cervezas…

¿Qué sería de nuestra vida sin una buena y fresquita Alhambra Especial, en la barra de un bar, con unos amigos?

¿Qué sería de “No hay paz para los malvados” sin los tugurios por los que Santos Trinidad arrastra su vacía y atormentada existencia?

¿Qué sería del fútbol sin los cafés mañaneros, con el Marca o el As como testigos de, posiblemente, las conversaciones más apasionadas y viscerales de la jornada?

¿Qué sería de tantas y tantas historias de amor y desamor sin una mesa y una taza de café entre los amantes?

Hoy es 1 de octubre.

Arranca el mes que debería llevar a las librerías ese nuevo libro en el que he invertido dos años: “Café-Bar Cinema”. Ya sabéis: bares, cafés y clubes de película.

Es una portada provisional. La definitiva se está cocinando...

Un libro que va a salir en otoño y que, espero, os va a gustar.

Un libro que viene con prólogo de nuestro querido Fernando Marías. Un prólogo que es una historia en sí mismo, como pronto podréis leer. Un pedazo de historia. ¡Un historión!

Un libro que, sin embargo, aún no está terminado.

Le acabo de escribir un mail a mi querido José Manuel Vargas: “¿estamos todavía a tiempo de…”?

Y él, resignado, me dice que sí. Que estamos a tiempo. Que, una vez más, volverá sobre la maquetación, ya terminada, para añadir lo último que se me haya ocurrido escribir.

Pero es que acabo de leer una fantástica entrevista con José Coronado, en la que habla del rodaje de la antes citada “No habrá paz para los malvados”, y tengo que incluir algunas de las cosas que dice. Impepinablemente. Sí o también.

Como también me gustaría hablar de algunos de los escenarios de “Camarón”, recientemente vista. ¿Y unas notas de “Kill Bill”, de la que apenas me acordaba?

Pero pronto acabará todo. Pronto llegará el día, la hora y el segundo en que “Café-Bar Cinema” entre en máquinas y, por uno de esos milagros a los que ya no hacemos caso, un archivo de Word, transformado en PDF, se convertirá en un nuevo, flamante y espero que apetecible libro.

¡Sigue siendo provisional!

Como en el caso de “Hasta donde el cine nos lleve” (que podéis seguir comprando AQUÍ, sin gastos de envío y con un solo click), los hacedores de este nuevo milagro son los amigos de Ultramarina, la colección todoterreno de la Editorial Almed. Jerónimo Páez y Juanma Cid, empeñados en sacar adelante, contra viento y marea, un puñado de buenos libros, todos los años.

Ya es octubre. Pero seguimos trabajando en “Café-Bar Cinema”. Hay otros proyectos que empiezan a llamarnos, pero éste sigue abierto.

Y lo seguirá estando, aún cuando pongamos el punto y final a su edición impresa. Porque, como bien sabéis, le tenemos abierta una página en Facebook que hemos alimentado estos meses con nuestros avances, dudas, ilusiones y zozobras y que, por supuesto, seguiremos alimentando con esos manjares que tanto nos gustan: una Milno helada, un café con crema, un bar con alma, un club con carisma y, siempre, como telón de fondo, esas películas sin las que la vida sería más gris, más triste, más antipática.

Animaos a formar parte de “Café-Bar Cinema”. Creo que lo pasaremos bien. Sobre todo, si te animas y te vienes con nosotros.

Jesús ensoñador Lens.

El primero de Octubre de 2008, 2009 y 2010, también blogueamos…