Volver a las librerías

Lo que nos pedía el cuerpo era esperar a que los artistas terminaran de firmar sus tebeos, recién sacados del horno, e irnos a tomar unas cañas todos juntos. Pero sigue sin poder ser. Por prudencia. Por sentido común.

Estábamos en el exterior de la puerta de la librería Subterránea, hablando de todo lo divino y lo humano con dibujantes, ilustradores y aficionados al cómic mientras Enrique Bonet y Chema García se afanaban sobre sus obras más recientes, ambas publicadas por la editorial granadina Karras, dedicándolas con trazos, dibujos, interjecciones y bocadillos.

En ‘Grandes preguntas que se contestan en otros sitios’, Bonet da rienda suelta a su pasión por el universo mítico de Bruguera a través de un personaje memorable: Apolonio Martirio, vendedor a domicilio. Son historietas cortas del pasado que, por su humor universal, se disfrutan igual años y años después. Como las crónicas del desamor de Pepi por Manolo, pasadas por el diván contemporáneo de un descacharrante psiquiatra en riesgo de perder el juicio. Historietas llamadas a hacer pasar un rato delicioso y encantador al lector, nada más y nada menos.

‘Una temporada en el desierto’, por su parte, es otra recopilación. En este caso, de parte del trabajo de Chema García comprendido entre 2013 y 2020. Surrealismo con toques simpáticamente gore, neozombis en busca de autor, homenajes a maestros… un sabroso y sugerente popurrí de historietas e ilustraciones que dormían el sueño de los justos en el disco duro del ordenador hasta que les ha llegado el momento de ver la luz.

Qué gustazo volver a juntarse, aunque fuera plantados en mitad de la calle y embozados (casi) hasta los ojos, y hablar de libros recién publicados y de proyectos de futuro. Durante un rato, pareció que saltábamos a una realidad paralela, dejando atrás curvas y estadísticas de contagios y muertes.

Es uno de los efectos colaterales de La Cosa: nos mantiene amarrados a un desalentador e interminable presente en el que pensar más allá de las próximas dos semanas se antoja algo quimérico.

Muchas gracias a la editorial Karras por lanzarse a esta locurilla editorial precisamente en estos momentos. A Enrique Bonet y Chema García por brindarse a firmar y dedicar sus libros. A Paco, el factótum de la librería Subterránea, por acoger un evento cultural que, con todas las medidas sanitarias, nos reconcilia con quienes fuimos un día y aspiramos a volver a ser. A no mucho tardar, vacuna mediante.

Este fin de semana, antes de que todo se desmande, dos citas presenciales: el el Teatro CajaGranada, el sábado a las 12 del mediodía, Memorial Antonio Lozano de Granada Noir, hablando de cómics con Bonet y Chema, con El Bute, Hernández Walta, Joaquín López Cruces y Olga de Castro. Y el domingo, en Subterránea, firma de tebeos con Gabriel Hernández Walta y El Torres. ¡Si podéis, venid!

Jesús Lens

Vernos las caras

El miércoles, por fin, nos volvimos a ver el careto, aunque fuera con careta. Nos encontramos cara a cara, en vivo y en directo, y no a través de un Zoom virtual o una videollamada. Cerca de 70 personas completamos el aforo de la Plaza de las Culturas del Centro Cultural CajaGranada para disfrutar del primero de los Encuentros en la Tercera Fase organizados por el festival Gravite, con la colaboración de Bankia y la propia Fundación CajaGranada.

Cartel de la próxima sesión de los E3F

Durante la conversación sobre la figura de Lorca como inspiración para la ficción nos enteramos, en primicia, de muchas cosas. Y muy interesantes. Supimos, por ejemplo, que la editorial Comares va a publicar una colección de relatos inéditos de Marta Osorio. ¡Y vimos la desasosegante portada del libro, proyectada en pantalla grande gracias a su editora, Ana del Arco!

¿Sabían ustedes que no tardaremos en tener en nuestras manos las reediciones de la mítica revista Poesía 70, dirigida por Juan de Loxa en aquella década prodigiosa? Una extraordinaria edición, la que ha preparado Comares. Como la de los dibujos del propio Federico García Lorca, en un libro que se asemeja a una gran carpeta de artista.

Enrique Bonet habló sobre el centenario del nacimiento de Agustín Penón y contó, por primera vez en público, deliciosas anécdotas sobre la preparación de su imprescindible cómic, ‘La araña del olvido’. Nuestro compañero Carlos Hernández, padre de Orcemán, también nos avanzó detalles del proyecto en que está trabajando: un cómic sobre George Orwell donde el propio artista se convierte en personaje y, como parte de la trama, el proceso de creación del tebeo, en pleno confinamiento y rodeado de teorías conspiranoicas sobre el Gran Hermano y los ‘chis’ garabís.

Pero les confieso que lo mejor de todo fue, antes y después de la mesa redonda y durante la galáctica y sideral actuación de DJ Toner; tener la oportunidad de vernos. Con mascarilla, pero face to face y no en Facebook. Nos hartamos de darnos codazos y de brindar con tercios de Alhambra Especial helados. En los corrillos, que respetaban el distanciamiento social, volvían las caras de curiosidad, alegría, disfrute y buen humor.

Se tramaba al calor de la música de ‘Interestelar’ y de ‘2001’. Se hacían planes de futuro. Se diseñaban proyectos. Se pergeñaban nuevas actividades, citas e iniciativas. La electricidad, estática y dinámica, se dejaba sentir en el ambiente y se contagiaba entre la gente. Y es que, como decía Paul Newman al final de ‘El color del dinero’, ¡hemos vuelto!

Jesús Lens

Granada y la ficción Noir

Gracias a la Diputación de Granada, institución que predica con el ejemplo y apoya, de verdad, las diferentes manifestaciones culturales de nuestra tierra, Granada Noir visita estos días los pueblos de Beas de Guadix, Víznar, Salobreña e Iznalloz.

En años anteriores hemos proyectado y conversado sobre ‘El silencio de los corderos’ o ‘Ascensor para el cadalso’. También hemos difundido el libro ‘El proxeneta’, de Mabel Lozano, y proyectado ‘Chicas nuevas 24 horas’, para concienciar sobre la trata para la explotación sexual de las mujeres.

En esta ocasión, el programa que llevamos invita a descubrir Granada como escenario para la ficción negra y criminal desde la óptica del cine, la novela y el cómic. Una invitación, también, a reflexionar sobre la importancia que para la economía de nuestra provincia tendría que la provincia se convirtiera en plató cinematográfico y televisivo a gran escala.

Resulta de lo más satisfactorio, por ejemplo, compilar en una charla a autores como Alfonso Salazar, Juan Torres o el I Premio Granada Noir, Juan Madrid, residente en Salobreña, que le hace guiños a su pueblo de adopción en sus novelas siempre que puede. También hablaremos de la adaptación cinematográfica de ‘Días contados’, una soberbia y durísima película de Imanol Uribe en la que Granada es sinónimo de amor loco y romántico, con nuestro querido hotel Alhambra Palace como escenario esencial para una de las secuencias definitivas de la película.

Justo Navarro, que fue uno de los invitados destacados de Granada Noir 5, convierte a Granada en escenario clave de ‘Petit París’ y ‘Gran Granada’, por supuesto. El personaje principal de estas dos novelas, el comisario Polo, es uno de los mejores policías de nuestra ciudad y ya se apresta a visitar la Italia fascista en la tercera entrega de la trilogía.

Una particularidad: Justo Navarro presentó sus novelas en el Gran Café BibRambla, uno de los locales favoritos de su personaje por antonomasia. Fue bonito reunirse al calor de unas Especiales de Cervezas Alhambra a disfrutar del magisterio de Justo Navarro y José María Pérez Zúñiga en el mismo lugar por el que pasó el comisario Polo hace 50 y hasta 80 años. Es lo que tiene un establecimiento con más de 100 años de historia atesorada. Por cierto que el Cordero Polo, la tapa preparada por la cocinera del Gran Café, causó sensación entre el público que abarrotó el exquisito local art decó.

Por cuanto al cómic, ‘La araña del olvido’, de Enrique Bonet, es una auténtica máquina del tiempo que nos conduce a la dura posguerra, a los años 50 en los que Agustín Penón trató de encontrar los restos de Lorca. Un tebeo prodigioso que Granada Noir ha regalado a varias de decenas de autores invitados al festival para que conozcan la historia de un Penón del que, el próximo año, se celebra su centenario. ¿No sería bonito que la efeméride se hiciera coincidir con la ansiada recuperación de su mítica maleta, cuyo destino actual es una entelequia, tras el fallecimiento de su última depositaria, Marta Osorio, hace dos años largos ya?

Y está el cine, una industria que mueve millones de euros. De los errores más garrafales cometidos por los políticos de nuestra tierra, el desmantelamiento de la Granada Film Comission por parte del PP ocupa un lugar de privilegio.

El cine, además de potenciar los escenarios de rodaje como lugares de impacto turístico —busquen información sobre el efecto de la filmación de ‘Juego de tronos’ en Croacia o en San Juan de Gaztelugatxe y Sevilla, sin ir más lejos— es un negocio en sí mismo.

Una semana de rodaje supone miles y miles de euros en el sector de la hostelería y los servicios, de hoteles, restaurantes y catering a empresas de alquiler de coches, maquilladores, peluqueros, electricistas y demás técnicos imprescindibles para hacer funcionar la máquina de los sueños.

La Casa del Desierto de Gorafe y, por extensión, todo el Geoparque, se han convertido en lugar de peregrinación desde que aparecieron en un episodio de la última temporada de ‘Black Mirror’, en Netflix. Sobre todo, entre el turismo extranjero.

El rodaje de ‘Intemperie’, por su parte, puso el cartel de ‘Lleno’ en los hoteles de la Zona Norte de Granada, como tuve ocasión de experimentar hace dos agostos, cuando transité en mi Verano en Bermudas por Orce, Galera y alrededores y me resultó misión (casi) imposible encontrar una habitación para dormir.

De haberle dado continuidad a la Film Comission, Granada sería ahora tierra de cine y, gracias a su diversidad paisajística, acogería rodajes de forma continua a lo largo de todo el año. Se habría creado una infraestructura técnica y artística y las productoras no tendrían que traerse de Málaga o Sevilla hasta a las personas que controlan el tráfico durante las filmaciones. Pero la visión de futuro de algunos es así de cortita…

Jesús Lens

Granada, tierra de inspiración Noir

Granada, la tierra soñada por creadores y artistas de todos los tiempos, más allá de ser una provincia y una ciudad milenaria, es un estado mental que enamora, inspira e invita a componer, escribir, pintar y dibujar.

¿Qué tiene Granada, cuna y hogar de decenas de magníficos dibujantes que, con su arte, su talento y su trabajo, están conquistando las cotas más altas de reconocimiento internacional?

De eso hablábamos un día, allá por noviembre del año pasado, Gustavo Gómez, Enrique Bonet y yo. Hacía frío. Estábamos en el Realejo, la tercera edición de Granada Noir acababa de terminar y, por supuesto, ya estábamos trabajando en la cuarta. La de 2018. La que se inaugura mañana viernes.

Bebíamos el café a sorbos, calentándonos las manos. Y trazábamos planes. “Tenemos que montar algo que sirva para reivindicar el inmenso talento concentrado en Granada en torno al mundo del tebeo”.

Ese algo ya es una realidad. En concreto, una exposición de cómic que se inaugura mañana viernes en La Madraza, comisariada por el propio Enrique Bonet y por Ricardo Anguita, director del Centro de Cultura Contemporánea de la Universidad de Granada.

“Rueda de reconocimiento. Huellas del Noir en el cómic granadino” muestra el trabajo de dieciséis dibujantes granadinos -de nacimiento, formación y/o adopción- que, con sus buenas artes, han situado a nuestra tierra en un lugar destacado dentro del concierto creativo internacional.

Como tantas veces ocurre, en “Rueda de reconocimiento” son todos los que están, pero no están todos los que son, que el sesgo noir del proyecto condicionaba la nómina de artistas. Una selección siempre tiene mucho de cruel e injusto, pero resultan incontestables los nombres de Sergio Arredondo, Enrique Bonet, Natacha Bustos, Adrián Fernández, Javi Fernández, Chema García, Sergio García, Rubén Garrido, Juanjo Guarnido, Gabriel Hernández Walta, Jorge Jiménez, Joaquín López Cruces, José Luis Munuera, Belén Ortega, Francis Porcel y Kenny Ruiz.

Cuando el proyecto había echado a andar, pensamos que Granada Noir 4 tenía que dedicar una parte importante de su programación al cómic. De ahí que el festival arranque, mañana viernes y antes incluso de su inauguración, con una mesa redonda que le hará un retrato al cómic granadino. Conducida por Enrique Bonet, contará con la participación de Belén Ortega, Kenny Ruiz, Gabriel Hernández Walta y Francisco Porcel. ¡Queremos saber! Queremos saber qué tiene Granada que tanto inspira, cautiva y enamora.

El sábado por la mañana, dos invitados de lujo y excepción: un maestro del cómic internacional, el argentino José Muñoz, padre del detective Alack Sinner; en conversación con José Luis Munuera. Y Antonio Altarriba, Premio Nacional del Cómic y autor de la desasosegante “Yo, asesino”, dialogará con Sergio García. Después, firma de cómics, ¡claro que sí!

Durante la tarde del sábado, los dibujantes harán una ruta turístico-cultural por las calles de Granada, descubriendo su vertiente más noir al seguir esas huellas del crimen que también forman parte de nuestra historia. Guiados por el magisterio de Blanca Espigares Rooney y su Másquetours, descubriremos las tétricas historias que esconden los preciosos palacios nazaríes, sabremos de la sangre derramada en los callejones del Albaicín y de las ejecuciones públicas en las plazas de Granada.

Y por la noche, un fabuloso reto creativo en el primero de los Encuentros Especiales Cervezas Alhambra, que se celebrará en La Cueva de 1900, en su local de Avda. de la Constutición, 39. Esa noche, muchos de los dibujantes que forman parte de la exposición -y otros que no, pero que se suman a la iniciativa- se armarán con un bolígrafo y participarán en la iniciativa Trazos en una servilleta.

¿Cómo surge la chispa de la creatividad? ¿Y si la inspiración no le hace caso a Picasso y, en vez de trabajando, nos encuentra echando una birra, acodados en la barra del bar? Históricamente, las servilletas han sido grandes depositarias del fruto del chispazo creativo…

Como homenaje al arte efímero que se escribe o se dibuja en una sencilla servilleta, La Cueva de 1900 se convertirá en un festivo y lúdico espacio creativo para dibujantes y aficionados con ganas de escribir, dibujar, flipar con el talento creativo de nuestros dibujantes… y pasarlo bien. Sobre todo, pasarlo muy bien.

La parte dedicada al cómic noir culmina el domingo 30 por la tarde, en el Hall del Teatro CajaGranada, donde José Muñoz, Enrique Bonet, Sergio García, Antonio Altarriba, Francis Porcel y Lola Moral firmarán sus álbumes a todos los aficionados que quieran. Tanto en La Cueva de 1900 como en CajaGranada, la librería Picasso tendrá a la venta los libros de los autores.

La exposición “Rueda de reconocimiento. La huella del noir en el cómic granadino” estará en cartel hasta el 16 de diciembre, lo que permitirá organizar actividades relacionadas con ella a lo largo de los próximos meses. Por ejemplo, la presentación del catálogo de la muestra, que va a ser algo espectacular; una pieza de coleccionista. Pero de todo ello hablaremos más adelante. Ahora es momento de disfrutar de Granada Noir, del cómic, la literatura y el cine.

En los próximos días pasarán por nuestra ciudad algunos de los autores de cuyas obras hemos hablado en esta sección en los últimos meses, como Mabel Lozano, Fernando Marías, Juan Madrid, Miguel Ángel Hernández, Carlos Bassas, Carlos Casas, Mariano Sánchez Soler y un largo etcétera.

Y es que, como reza el lema del festival: el crimen sería perdérselo…

Jesús Lens

Obstinado, Munuera

No habían pasado ni un par de minutos y ya estábamos hablando de cine: salíamos de Granada, camino de Salobreña, y la conversación versaba sobre Blade Runner, Ridley Scott y su película sobre las Cruzadas, que necesito volver a ver.

Un coche. Cinco personas. Tres de ellos, guionistas y dibujantes de cómic: José Luis Munuera, Enrique Bonet y Rafa Amat. El cuarto viajero: Miguel Ángel Alejo, especialista en tebeos -entre otras cosas- de IDEAL. Y un servidor. Cinco elementos y un millón de palabras sobre series, también. De Breaking Bad a su modélica continuación, Better call Saul.

 

Al llegar a Salobreña me faltó tiempo para ir a 1616 Books. Antonio, el Librero Loco, estaba leyendo el mismo libro que yo, “Canción dulce”, la demoledora y brutal novela ganadora del Goncourt del 2016. Ambos estábamos noqueados por la prosa de Leila Slimani y teníamos ganas de comentar.

 

Media hora después estábamos en la Biblioteca Municipal, donde Enrique Bonet mantuvo un fértil y lúcido diálogo con uno de nuestro grandes talentos del cómic internacional: José Luis Munuera. Fue un disfrute asistir a una conversación en la que se habló, a tumba abierta, sobre las entrañas de la creación, a partir de la obra y la trayectoria profesional de un Munuera que, sin alardes de ningún tipo, pero sin falsa modestia ni timidez alguna, explicó cómo ha llegado a ser uno de los artistas europeos más y mejor considerados.

Foto: José Luis Fernández

Todo comenzó cuando era niño: a la tierna edad de nueve o diez años, Munuera decidió que él quería ser dibujante… y jamás cejó en el empeño. Nunca dudó ni titubeó. O, si lo hizo, jamás se rindió. Cuando constató que en España no había industria, se marchó a Francia y, a base de talento y perseverancia, se hizo un hueco en el complicadísimo mercado del tebeo franco-belga.

 

¿Tuvo suerte? Sí. Pero la suerte de nada sirve si, cuando se presenta, no la aprovechas. Y para aprovechar una oportunidad solo hay una fórmula contrastada: talento y trabajo duro.

Munuera fue mostrando ejemplos de su arte mientras conversaba con Bonet y con el resto del atento público que llenaba la sala, como es habitual en la siempre comprometida Salobreña. ¡Un lujazo de charla, la organizada por la activa asociación Calibre 18680! Después llegaron el vino y las birras. Pero eso ya forma parte de otra historia…

 

Jesús Lens