The Granadian (Una revista)

Termina una semana muy intensa (¿cuál no lo es?) en la que he disfrutado sobremanera con el tratamiento que IDEAL le ha dado al concierto de Bob Dylan, con el siempre sorprendente y original José Enrique Cabrero proponiéndole a ese genio que es el dibujante Gabriel Hernández Walta que dejara testimonio gráfico de la actuación a prueba de móviles del Premio Nobel de Literatura en la Alhambra. (Leer y ver AQUÍ)

Una semana sumergido en las 12 piezas de ‘Maleantes’, una barbaridad de libro publicado por Reservoir Books, del que escribiré el martes en El rincón oscuro. Pero déjenme que les adelante: se trata de 12 textos deslumbrantes, cincelados con mano maestra por el periodista Patrick Radden Keefe y publicados en la mítica revista revista norteamericana The New Yorker.

“The New Yorker es Dios”, le decía el otro día a alguien de forma desmesurada. Tener la oportunidad de leer 12 de sus ‘historias reales de estafadores, asesinos, rebeldes e impostores’ es un privilegio, un lujazo que nadie debería perderse. 

Además, antes de escribir estas líneas, me fui a la Gran Manzana con Sempé gracias al totémico volumen publicado por Norma Editorial que recopila sus portadas para la propia New Yorker. El artista habla de que, con esas portadas, se trata de “crear una atmósfera”, destacando “la elegancia de las obras, la sutileza, la sugerencia, la insinuación; nunca la afirmación”. También aproveché para leer otra revista de referencia, el National Geographic de este mes, dedicado a La Alhambra oculta, con fotos de Navia y textos de Emma Lira. ¡No la dejen pasar!

Y así es cómo me dio el volunto de escribir esta columna, fantaseando con una revista que se llamara The Granadian, El Granadino, a imagen y semejanza de la publicación norteamericana. Una revista en papel de alta calidad en la que el humor gráfico más atemporal se diera la mano con relatos, poesía y reportajes periodísticos variados, pero todos de larga digestión.   

Enrique Bonet, para un reportaje en IDEAL sobre los pasos de Penón

   

“En el New Yorker no se habla de ilustradores, sino de artistas. No dicen periodista, sino escritor”, recordaba Sempé. No les voy a insistir en el brutal talento artístico que atesoramos en Granada en lo referente al cómic y la ilustración.

Orceman de Carlos Hernández para una crónica de IDEAL de un viaje a Orce

Tan solo recordaremos que Sergio García, uno de los nuestros, ha dibujado varias portadas para la mismísima The New Yorker. Busquen en las redes sociales y/o en librerías los trabajos de Rubén Garrido sobre ‘Granada dibujada’ o los cuadernos de viaje y esbozos de Jesús Conde, Joaquín López Cruces, Enrique Bonet, Carlos Hernández o el propio Hernández Walta, por ejemplo. 

¿Y qué me dicen del nivel de periodistas, novelistas, poetas y dramaturgos? ¿Y del brutal caudal de talento de nuestra UGR? Artes, ciencias y letras para dar continuidad a revistas míticas como ‘Olvidos’ o ‘El Fingidor’. Lo sé, lo sé. Ya nadie compra revistas en papel, excepción hecha de algunos chalados. Pero es domingo, hace mucho calor y soñar no cuesta nada.

Jesús Lens

Bizarra reunión en OVNI Bazar

Se acabó lo que se daba. C’est fini. Mientras no me ha quedado más remedio, he permanecido en Granada capital, pero ya no más. Au revoir al presencialismo, a las reuniones cara a cara y al aquí y al ahora. Comienzo unas semanas de vida nómada durante las que iré y vendré con mayor libertad, por fin. 

Por cuestiones profesionales, estas últimas semanas estuve anclado a mi biblioteca, a mi videoteca y a mi televisión conectada a Filmin. Pero la suerte está echada —¡Foh!— y ahora, con el portátil en el macuto y el móvil en el bolsillo, soy autosuficiente.

Quiso la suerte que el gran Joaquín López Cruces, talentoso dibujante y mejor persona, nos convocara al asalto y casi a modo de despedida veraniega en la librería Ovni Bazar Bizarro. ¡El viernes 29 de julio a las ocho de la tarde! Hay que tener valor…

Por supuesto, allí nos presentamos para disfrutar de la firma de su libro más reciente. Mañana les hablo de él. Es muy veraniego y muy cortito, pero aún no he tenido tiempo de leerlo. Hubo mucha gente y, además, muy interesante. La calle Duquesa de pobló de amantes de los libros, incluyendo a una nutrida pléyade de dibujantes. Por allí asomaron José Luis Munuera, Bute, Rubén Garrido y Enrique Bonet, entre otros. Y cineastas como Óscar Girón, que está currando en uno de los proyectos ‘flamencos’ de José Sánchez-Montes.

Hablamos de los trabajos en curso de unos y otros. Les recomiendo que vayan ahorrando, que Munuera está terminando varias cosas y la rentrée de otoño va a ser feraz. Lo de su tebeo sobre la loquísima maratón de San Luis del año 1904, bautizada como la carrera más extraña de la historia, me dejó turulato. “Va a tener mucho de Buster Keaton”, me avanzó. Y tiene otro cómic de estética steampunk entre manos, además de su anhelada versión del ‘Cuento de Navidad’ de Dickens. ¡Oro molido! Y es que Munuera es un estajanovista del cómic de autor. Y ojo a lo que trama Enrique Bonet para noviembre. ¡Crucemos los dedos!

Página de lo nuevo de José Luis Munuera

Mientras Joaquín se hartaba de firmar —en un sentido no peyorativo— tumbamos unas cuantas Alhambras fresquitas en la calle, charla que te charla. Y de allí al Botánico, uno de esos garitos en los que da gusto estar. ¡Gracias a Ovni Bazar Bizarro por organizar esta improvisada despedida a julio!

Jesús Lens

El inagotable manantial del cómic granadino

Una fuerte perturbación de sintió en la Fuerza cuando pudimos ver en las redes la portada del próximo álbum de ‘Blacksad’, de Juanjo Guarnido y Juan Díaz Canales. Unos días después, el sismógrafo volvió a temblar con el anuncio de una nueva candidatura a los premios Eisner para Gabriel Hernández Walta por ‘Barbalien: Red Planet’.

Así las cosas, los próximos meses van a ser pródigos en grandes cómics ‘made in Granada’, pero los aficionados no tenemos que desesperar, que ahora mismo hay en las librerías dos novedades, auténticas joyas del noveno arte, con marchamo granadino.

Astiberri publicaba ‘Bartleby, el escribiente’, de José Luis Munuera, a partir del archiconocido relato de Herman Melville. Se trata de una preclara adaptación de una historia tan aparentemente sencilla como complicada de llevar al mundo de las viñetas. Un reto del que Munuera sale más que airoso con un álbum cuya trama transcurre en el pasado, pero es de la máxima actualidad.

¿Quién no ha pronunciado alguna vez el famoso ‘preferiría no hacerlo’? O, al menos, ¿quién no lo ha pensado, ante una proposición que no le parecía apropiada ni procedente? Digámoslo alto y claro: Bartleby somos todos. De ahí que el Wall Street de antaño que nos muestra Munuera sea cualquier ciudad del mundo contemporáneo.

Al comienzo del álbum, uno de los personajes pronuncia esta sentencia: “La mayoría de los hombres sirve al estado no como hombres, sino como máquinas”. En estos tiempos en que las grandes corporaciones tienen más poder que la mayoría de los estados, ¿hay alguien que no comulgue con las palabras de Thoreau, adaptadas a los trabajos robotizados del siglo XXI y al control de las tecnológicas de nuestro tiempo de ocio, dirigido por los algoritmos?

Munuera lo hace (casi) todo en esta adaptación de ‘Bartleby, el escribiente’, pero es esencial destacar, y así lo especificaba el autor en su excelente entrevista de hace unos días con José Enrique Cabrero, la importancia del color de Seydas para imprimir al relato el tono ocre y de cuento melancólico que tan especial lo hace. ¡Adoro ese Nueva York!

Por su parte, Ponent Mon editaba hace unas semanas el integral de ‘Los Mentores’, lo más reciente de esa pareja artística de talento inconmensurable que conforman el guionista Zidrou y nuestro Francis Porcel.

En este caso, una distopía ¿futurista? con ribetes negros y criminales nos adentra en una trama de robo de niños que, sin embargo, es muy distinta a lo que ustedes están pensando. O no. Les confieso que solo he hecho una primera lectura del álbum, y demasiado acelerada, ansioso por llegar al final, pero Joye ya es uno de mis personajes favoritos del año.

Y la ‘zumbada’, claro. Esa mujer en una misión, como los grandes héroes de la literatura, que contra y viento y marea siguen adelante, cueste lo que cueste. “¿Te has fijado en que en las historias de polis y cacos nadie se preocupa nunca por las víctimas? ¡Los asesinos en serie, eso es lo que vende! Las víctimas, en cambio…”. ¡Uf! Y ojo al tratamiento visual y argumental de la tierra almeriense, mucho más allá de lo meramente paisajísitico. Y a lo simbólico de un Mediterráneo que… Tengo que releer ‘Los Mentores’ para sacarle todo el jugo, que hay mucha chicha ahí.

Pero, sobre todo, quiero escuchar a los artistas, a los propios Porcel y Munuera. Tendremos ocasión de hacerlo el próximo miércoles, en el marco del festival Gravite patrocinado por CaixaBank y CajaGranada Fundación, en el Centro Cultural CajaGranada. Conversarán con Enrique Bonet y Alejandro Romero, respectivamente, antes de que el escritor Alejandro Pedregosa y el pianista Carlos Arriezu nos conduzcan a los años ochenta, cuando las drogas y los sueños idealistas de la juventud se mezclaron en cóctel confuso y terminal. Para no perdérselo.

Jesús Lens

El corazón manda

Cuando caminas por Granada, nada más saludar a Yehudá ben Saúl ibn Tibón, la ciudad cambia. ¿Le ubican? Se encuentra en pleno centro, entre la popular calle de la Colcha y Pavaneras. Su egregia figura, enarbolando un pergamino, nos recuerda que estamos frente un médico judío, filósofo, poeta y traductor granadino. Es el fundador de la dinastía de los Tibónidas y patrón de los traductores.

También es el encargado de darnos la bienvenida a El Realejo, uno de nuestros barrios con más personalidad, imán de personas creativas, cultas y repletas de inquietudes artísticas. Cafés, bares y restaurantes molones, grafitis artísticos en las paredes y, por supuesto, algunos edificios remarcables.

Entre mis favoritos, la Casa de los Tiros y la Corrala de Santiago, ambos hermanados estos días gracias a una leyenda: ‘El corazón manda’. El lema de la familia Granada Venegas, representado por una espada que pincha un corazón, preside el emblemático edificio de la calle Pavaneras. Además, es el título de una exposición de ilustraciones que se puede disfrutar en la Corrala de Santiago hasta el 21 de mayo.

Se trata de una muestra colectiva en beneficio de la comunidad religiosa de las Comendadoras de Santiago en la que varios ilustradores y dibujantes vinculados a El Realejo plasman su relación con el barrio y con el convento del siglo XVI.

Promovida por el Colectivo K6?, en la muestra hay trabajos de luminarias del cómic granadino como Enrique Bonet, Chema García, Francis Porcel, Sergio García o Carlos Hernández. Son ilustraciones narrativas, que cuentan historias a través del esbozo de diferentes personajes. También hay estampas de Abel Ippolito, AHRDE, Mercedes deBellard, Paloma Almagro, Rosa Olea y Vanesa Zafra; todas ellas excelentes. En esta entrevista, Chema García habla de su pieza, tan encantadora, con los zagalillos persiguiendo magdalenas).

Pero lo mejor es que Christian Walter ha hecho serigrafías de las obras. Una tirada limitada que, firmada por los artistas, se vende a 15 euros la unidad. No es solo que el importe íntegro será para las Comendadoras de Santiago, que están pasando estrecheces, sino que esas láminas terminarán siendo codiciada pieza de coleccionista. Y si no, al tiempo.

Los dibujantes de Granada conforman un colectivo solidario, comprometido y entregado. Mientras que en otros gremios todo son exigencias, quejas, súplicas y peticiones; ellos predican con el ejemplo y no dejan de participar altruistamente en iniciativas tan bonitas como esta. Dan a los demás lo mejor de sí mismos: su tiempo, esfuerzo y talento. Lo hicieron en Covidarte el pasado año y repiten con ‘El corazón manda’. ¡Gracias! (Más información y pedidos, AQUÍ).

Jesús Lens

Granada, ciudad del cómic

Solo con escribir los premios, galardones y distinciones nacionales e internacionales que acumulan los dibujantes de cómic granadinos tendría para rellenar esta y otras diez columnas como esta. Y me faltaría espacio, créanme.

Foto: Carlos Gil

Sin ir más lejos, en el Teatro CajaGranada conversábamos ayer con un ganador de dos premios Eisner, el más importante y prestigioso del cómic mundial. Con un ganador del Goya a la mejor película de animación, un autor revelación del Salón Internacional del Cómic de Barcelona y con el autor del Mejor Álbum Nacional de Expocómic.

Durante su mandato, Paco Cuenca acuñó varias y distintas etiquetas para Granada. Cada seis meses, de promedio, Granada se despertaba siendo la Ciudad del Rock, de la Ciencia, de la Poesía o del Deporte. Además de ser la ciudad más bonita de las ciudades más bonitas del mundo, faltaría más.

Nunca entendí que aquel Ayuntamiento no tirara del carro de Granada Ciudad del Cómic, cuando es una de las urbes del mundo que más talento tebeístico e ilustrador acumula por metro cuadrado.

Lo recordábamos ayer, en el marco de Granada Noir, que entregaba el Memorial Antonio Lozano a la iniciativa Covidarte en una velada de cultura y reivindicación en la que Enrique Bonet reflexionaba sobre esta cuestión.

Foto: Carlos Gil

¿Será el agua del Darro, como alguna vez ha reivindicado Antonio Arias? ¿Serán los pulevines y las maritoñis que tomábamos de chicos… y de menos chicos? ¿Será el influjo de las Alhambras Especiales, las tapas y esas noches sin fin, acodados en las barras de los bares, dibujando trazos y bocetos en servilletas?

Es, también, la Facultad de Bellas Artes y la Escuela de Artes y Oficios, por supuesto. Las academias privadas. Es el empuje de la juventud, la sangre nueva que nutre a una ciudad universitaria como Granada.

Foto: Carlos Gil

Son las librerías. Las especializadas en cómic y las generalistas que tan bien tratan al mundo del tebeo, organizando firmas, encuentros y presentaciones. Son las papelerías técnicas que tienen ese material con el que los artistas plasman sus sueños en lienzos y papel. Son los eventos, salones, festivales y exposiciones. Son las editoriales como Karras, que apuestan por el talento local. Que es global y universal.

Hoy domingo, por ejemplo, Gabriel Hernández Walta, uno de los mejores dibujantes del mundo —dos Eisner le contemplan— estará firmando junto a El Torres en la librería Subterránea. Un consejo: esta Navidad, compren tebeos de autores granadinos para regalar. Es un acierto seguro.

Jesús Lens