EL RUKIKI, COLORAO

La columna de hoy viernes, en IDEAL, sobre un tema de bastante actualidad…

No. El rukiki no es el nuevo single del inefable Rodolfo Chikilicuatre. Ni una receta de Arguiñano. No. El rukiki es eso que hace moverse al mundo y que, de un tiempo a esta parte, empieza a escasear de forma alarmante en buena parte de los hogares de este país.

El rukiki se ha teñido de rojo en los últimos meses y por su culpa, cada día nos desayunamos con noticias más preocupantes y desalentadoras. De la desaceleración de la demanda de los productos de Zara a la brutal bajada de la venta de coches. Del nuevo boom de las empresas que se dedican al cobro de morosos a la proliferación de esas reunificadoras de deudas que, habiendo traído de nuevo la usura a nuestras calles, contratan el supuesto progresismo de Imanol Arias para darse una pátina de legitimidad. (Les dejo enlazado el excelente artículo que sobre este tema publicó en IDEAL Manuel Pedreira hace unos días: Usureros del siglo XXI)

Porque si aumenta el paro, suben los precios, crecen los tipos de interés y el Euríbor se dispara; el rukiki empieza a faltar. Esta Semana Santa ya se ha notado. Quiénes se han quedado en su ciudad han visto que no se llenaban los restaurantes y los que han salido de viaje se han encontrado sospechosamente solos por esos mundos, en unas fechas en que era habitual toparse con grupos de turistas españoles, en cualquier rincón del mundo. De hecho, muchos empleados de la construcción han tenido que hacer la campaña de la aceituna y los bares con menús del día están despidiendo a parte de su personal porque cada vez hay menos clientes.

Lo malo con el tema del rukiki es que quienes mandan, o están en Babia o nos están engañando. Porque, aunque haya mucho de mediático en el tema de la crisis, cada vez más gente no está llegando a fin de mes. Y, es verdad, buena parte de esta situación es consecuencia de ciclos económicos internacionales ante los que un gobierno tiene muy poco margen de maniobra. Pero ¿qué pasa con el superávit fiscal? ¿Y con las políticas de I+D+i que nos mantienen en la cola de los países de nuestro entorno? Más aún, ¿qué han hecho los grandes beneficiarios de estos años de pelotazo, ladrillo y comisiones? ¿En qué han invertido ese 20% de beneficio anual que reportaba el jugar a las casitas en este decenio largo de inmoderados crecimientos sin límites?

Porque en el país con mayor número de billetes de 500 euros de toda la Unión, falta el rukiki. La pastiza. El parné. La guita. El dinero, o sea. Lo decía Manuel Romera, profesor del Instituto de Empresa, una de esas personas con la rara habilidad de llamar a las cosas por su nombre: al dinero, rukiki y a la burbuja… ¡explosión! Y lo decía cuando los demás callaban, disimulaban o miraban para otra parte; como pueden comprobar buscando el vídeo alojado al efecto en el Youtube. Vale. La crisis ha venido y nadie sabe como ha sido. ¿Y ahora, qué?

Jesús Lens Espinosa de los Monteros