‘Adiós’ y la Sevilla más negra

Hace un par de años, largos, Quico Chirino nos daba una descomunal alegría literaria con la publicación de su primera novela, ‘A la izquierda del padre’, un noir de ley protagonizado por un joven periodista que, en la Sevilla de antes de la Expo, investigaba por los barrios chabolistas de la capital andaluza.

Gracias a Quico Chirino y a una vibrante novela protagonizada por yonkis, traficantes, prostitutas y policías corruptos, descubrimos el Vacie, un enclave chabolista situado a tiro de piedra del mismísimo Parlamento de Andalucía. Uno de esos contrastes fronterizos provocados por el (sub)desarrollo de las sociedades contemporáneas.

Cuando se presentó la novela, le pregunté al autor por las conexiones y posible influencia, en su caso, de la película ‘Grupo 7’, dirigida en 2012 por Alberto Rodríguez y en la que se contaba la historia de una unidad policial encargada de limpiar de droga la Sevilla previa a la Expo. Quico Chirino me decía que no. Que él llevaba varios años trabajando en su novela. Que los acontecimientos que cuenta en ‘A la izquierda del padre’ los vivió personalmente como reportero y le apetecía narrarlos literariamente, pero que había necesitado tiempo y distanciamiento para estar en condiciones de hacerlo.

Me acordaba de todo esto el pasado domingo, viendo la notable película ‘Adiós’, dirigida por Paco Cabezas y extraordinariamente interpretada por un sólido y convincente Mario Casas; ‘nuestra’ Natalia de Molina, emocionante hasta decir basta; la solvente Ruth Díaz y un intenso y  desasosegante Carlos Bardem.

‘Adiós’ es un western noir fronterizo que transcurre entre el barrio de las tres mil viviendas y los nuevos enclaves chabolistas de Sevilla. Es una película contemporánea, pero sus protagonistas podrían haberlo sido de ‘A la izquierda del padre’. Y viceversa. Al margen de los modelos de coches y motos y obviando el recurso al móvil de los personajes, nada parece haber cambiado de entonces a ahora.

Algunos de los temas clásicos del noir están en ‘Adiós’, de la imposibilidad de huir del destino marcado, el fatum y la venganza, a la redención del héroe. Temas prototípicos, también, del western. Y ojito a la violencia. Que la hay a raudales. Sin complacencia de ningún tipo.

Sorprende agradablemente el acento marcadamente choni y mangui de Mario Casas y Natalia de Molina. Hay química en pantalla entre ellos y la secuencia del accidente está magníficamente filmada. Convencen igualmente los secundarios. Sobre todo, Vicente Romero y Carlos Bardem, espléndidos. Y Ruth Díaz, con el papel más complicado de la función.

La secuencia de la matriarca con el cuchillo, rigurosamente vestida de negro, es un hermoso homenaje a ‘El Padrino’ y el diseño de producción nos muestra el realismo de unos decorados que, ojalá, fueran eso. Decorados.

¿Son las tres mil viviendas tal y como las muestra ‘Adiós’? ¿Y los barrios de chabolas? Hablábamos al principio de estas notas de una novela y una película que nos muestran la Sevilla de los años 80 del pasado siglo. ¿Sigue la vida igual?

Coincide la película de Cabezas con la vuelta de ‘La Peste’ a las pantalla de televisión. El primer episodio de la nueva entrega de la serie viene firmado precisamente por Alberto Rodríguez y nos muestra los lupanares ilegales de Sevilla, a orillas del río, y las mancebías de la ciudad. ¡Qué sensación más ominosa! Por mucho que nos empeñemos en cambiar, en mejorar las cosas, seguimos reproduciendo las mismas lacras del pasado, cercano y lejano, en nuestras sociedades contemporáneas.

Y máxima atención a la que será, a buen seguro, una de las grandes novelas del 2020: ‘El sonido de tu cabello’, escrita por el autor sevillano Juan Ramón Biedma y reciente ganadora del Premio Unicaja de Novela Fernando Quiñones. Uno de los principales escenarios de la trama de Biedma es, precisamente, el barrio de las tres mil viviendas.

Le preguntamos al autor y nos avanza la siguiente información: “La trama se desarrolla principalmente en Sevilla, donde la investigación de un múltiple asesinato de mujeres conduce a la policía hasta México, relacionándose con los feminicidios en Juárez”.

Y sobre los escenarios en los que transcurre la historia: “Las tres mil viviendas, Sevilla, uno de los suburbios más peligrosos de Europa. Casi cincuenta mil personas, enfermedades oficialmente erradicadas, supermercados de la droga, zonas olvidadas por los servicios públicos, un barrio perdido por el estigma, una sucesión de crímenes de mujeres conectados entre sí. Ciudad Juárez, México, cárteles de la droga y décadas de feminicidio que han producido cientos de mujeres muertas y desaparecidas sin una explicación satisfactoria”.

Insistimos, una y mil veces: el mejor género negro es el que nos cuenta la realidad que más trabajo cuesta ver, la que se encuentra al margen de las verdades oficiales. Un género que nos confronta con nuestras propias contradicciones y que nos explica, por ejemplo, la otra Sevilla. La que nada tiene que ver con la Feria, la Maestranza, las procesiones, el gobierno andaluz y la rivalidad futbolística. ¿O quizá sí?

Jesús Lens

Blacksad y el Buscón

Estoy aprovechando este fin de semana largo para entregarme a ese yo cultureta que, con el jaleo del día a día, tengo aletargado. Jornadas tranquilas y morosas para disfrutar del Festival de Jazz, de tantos libros y tebeos acumulados, del cine pendiente y de la oferta expositiva de Granada.

Les tengo que hablar de la exposición del Centro Lorca dedicada al amor en la vida y la obra de nuestro poeta más universal, pero hoy quiero recomendarles la exuberancia, el lujo de exposición dedicada a Blacksad, icono del cómic internacional, que tenemos en cartel en el Centro Cultural de CajaGranada en Puerta Real y que volví a ver ayer sábado, sin prisas. Con atención, tiempo y delectación.

Hablo en plural porque la exposición se encuadra en el marco de Granada Noir, tras varios meses de conversaciones con Juanjo Guarnido, uno de los padres de la criatura. Al principio nos planteamos seleccionar 20 o 25 páginas de la serie noir del gato detective y trabajar sobre su proceso creativo: guiones, bocetos, esbozos, trabajo de documentación y resultado final.

Pero Juanjo estaba en plena efervescencia creativa, ultimando su álbum sobre la historia del Buscón en la Indias, y optamos por darle visibilidad al trabajo realizado por la inquieta empresa granadina Contemporánea, que estaba girando una exposición dedicada a Blacksad por diversas ciudades españolas.

‘Juanjo Guarnido. Blacksad. Algún lugar entre las sombras’ es una gozada, de principio a fin. Además de algunas de las mejores páginas originales del tebeo, también hay mucho sobre el proceso creativo de las viñetas y los personajes, algo que, para mí, tiene un valor incalculable.

Pero es que, además, y esto es un estreno mundial, tenemos expuestas diez páginas completas de esa obra maestra que es ‘El Buscón en las Indias’, álbum que verá la luz el próximo 22 de noviembre en España, publicado por Norma.

Y cuando les digo que es una obra maestra no hablo por hablar ni de oídas. Ahí lo dejo… de momento. Vean la exposición de Blacksad y el Buscón. Es de lo mejor y más excitante del año artístico granadino.

Jesús Lens

Al borde del mar

Vuelvo a Salobreña. Esta tarde culminamos la quinta edición de Granada Noir con una charla en su Auditorio de la Villa, gracias a la colaboración de la Diputación de Granada. Estoy nervioso, lo confieso. Aunque bajo con asiduidad a la localidad costera, donde tengo muchos y buenos amigos, hace mucho tiempo que no ‘actúo’ allí, y la responsabilidad es máxima.

Uno de los recursos utilizados por los coaches de desarrollo personal para encorajinar a ponentes y conferenciantes es decirles que ellos saben más que el público y que, por tanto, no deben sentir miedo escénico. Pero eso no es verdad. Hace un par de días, en Víznar, el público que asistió a nuestra charla sobre la provincia de Granada como escenario del Noir lo sabía todo sobre las películas, libros y cómics de los que hablamos. Y hoy, en Salobreña, los espectadores también serán muy exigentes.

Salobreña es uno de los focos creativos de nuestra provincia, imán para la gente de la cultura, gracias a un clima agradecido y un entorno favorable, entre el mar y las casas del Casco Antiguo encaramándose hasta lo alto del castillo.

Leo con angustia el titular de IDEAL: ‘El nivel del mar podría subir en Granada 40 centímetros en los próximos 20 años’. ¿Cómo afectará a Salobreña o a mi igualmente querida Chucha, situadas al borde del Mediterráneo? Hablamos de una posible subida de más de un metro para 2100…

Foto: Javier Martín

 

Con este tema pasa como con lo de Pedro y el lobo: llevamos tanto tiempo escuchando hablar de ello que nos cuesta trabajo prestarle atención. Y mucho menos, hacerle caso a las advertencias de los expertos y actuar en consecuencia.

Oscilamos entre el catastrofismo de los unos y el negacionismo de los otros. Los datos y las series históricas, sin embargo, nos dicen que el cambio climático es incuestionable y que avanza a una velocidad mayor de lo que nos gustaría admitir. Que ya se esté montando el árbol de Navidad más grande de Europa, mientras seguimos al borde de la insolación, por ejemplo, debería darnos una pista.

Jesús Lens

Granada y la ficción Noir

Gracias a la Diputación de Granada, institución que predica con el ejemplo y apoya, de verdad, las diferentes manifestaciones culturales de nuestra tierra, Granada Noir visita estos días los pueblos de Beas de Guadix, Víznar, Salobreña e Iznalloz.

En años anteriores hemos proyectado y conversado sobre ‘El silencio de los corderos’ o ‘Ascensor para el cadalso’. También hemos difundido el libro ‘El proxeneta’, de Mabel Lozano, y proyectado ‘Chicas nuevas 24 horas’, para concienciar sobre la trata para la explotación sexual de las mujeres.

En esta ocasión, el programa que llevamos invita a descubrir Granada como escenario para la ficción negra y criminal desde la óptica del cine, la novela y el cómic. Una invitación, también, a reflexionar sobre la importancia que para la economía de nuestra provincia tendría que la provincia se convirtiera en plató cinematográfico y televisivo a gran escala.

Resulta de lo más satisfactorio, por ejemplo, compilar en una charla a autores como Alfonso Salazar, Juan Torres o el I Premio Granada Noir, Juan Madrid, residente en Salobreña, que le hace guiños a su pueblo de adopción en sus novelas siempre que puede. También hablaremos de la adaptación cinematográfica de ‘Días contados’, una soberbia y durísima película de Imanol Uribe en la que Granada es sinónimo de amor loco y romántico, con nuestro querido hotel Alhambra Palace como escenario esencial para una de las secuencias definitivas de la película.

Justo Navarro, que fue uno de los invitados destacados de Granada Noir 5, convierte a Granada en escenario clave de ‘Petit París’ y ‘Gran Granada’, por supuesto. El personaje principal de estas dos novelas, el comisario Polo, es uno de los mejores policías de nuestra ciudad y ya se apresta a visitar la Italia fascista en la tercera entrega de la trilogía.

Una particularidad: Justo Navarro presentó sus novelas en el Gran Café BibRambla, uno de los locales favoritos de su personaje por antonomasia. Fue bonito reunirse al calor de unas Especiales de Cervezas Alhambra a disfrutar del magisterio de Justo Navarro y José María Pérez Zúñiga en el mismo lugar por el que pasó el comisario Polo hace 50 y hasta 80 años. Es lo que tiene un establecimiento con más de 100 años de historia atesorada. Por cierto que el Cordero Polo, la tapa preparada por la cocinera del Gran Café, causó sensación entre el público que abarrotó el exquisito local art decó.

Por cuanto al cómic, ‘La araña del olvido’, de Enrique Bonet, es una auténtica máquina del tiempo que nos conduce a la dura posguerra, a los años 50 en los que Agustín Penón trató de encontrar los restos de Lorca. Un tebeo prodigioso que Granada Noir ha regalado a varias de decenas de autores invitados al festival para que conozcan la historia de un Penón del que, el próximo año, se celebra su centenario. ¿No sería bonito que la efeméride se hiciera coincidir con la ansiada recuperación de su mítica maleta, cuyo destino actual es una entelequia, tras el fallecimiento de su última depositaria, Marta Osorio, hace dos años largos ya?

Y está el cine, una industria que mueve millones de euros. De los errores más garrafales cometidos por los políticos de nuestra tierra, el desmantelamiento de la Granada Film Comission por parte del PP ocupa un lugar de privilegio.

El cine, además de potenciar los escenarios de rodaje como lugares de impacto turístico —busquen información sobre el efecto de la filmación de ‘Juego de tronos’ en Croacia o en San Juan de Gaztelugatxe y Sevilla, sin ir más lejos— es un negocio en sí mismo.

Una semana de rodaje supone miles y miles de euros en el sector de la hostelería y los servicios, de hoteles, restaurantes y catering a empresas de alquiler de coches, maquilladores, peluqueros, electricistas y demás técnicos imprescindibles para hacer funcionar la máquina de los sueños.

La Casa del Desierto de Gorafe y, por extensión, todo el Geoparque, se han convertido en lugar de peregrinación desde que aparecieron en un episodio de la última temporada de ‘Black Mirror’, en Netflix. Sobre todo, entre el turismo extranjero.

El rodaje de ‘Intemperie’, por su parte, puso el cartel de ‘Lleno’ en los hoteles de la Zona Norte de Granada, como tuve ocasión de experimentar hace dos agostos, cuando transité en mi Verano en Bermudas por Orce, Galera y alrededores y me resultó misión (casi) imposible encontrar una habitación para dormir.

De haberle dado continuidad a la Film Comission, Granada sería ahora tierra de cine y, gracias a su diversidad paisajística, acogería rodajes de forma continua a lo largo de todo el año. Se habría creado una infraestructura técnica y artística y las productoras no tendrían que traerse de Málaga o Sevilla hasta a las personas que controlan el tráfico durante las filmaciones. Pero la visión de futuro de algunos es así de cortita…

Jesús Lens

Contra la trata

Ayer sábado, en Granada Noir y gracias a la Fundación Tres Culturas, entregamos el I Memorial Antonio Lozano a Mabel Lozano por su labor de denuncia de la trata de mujeres para la explotación sexual. Quiso la casualidad —o no— que ayer mismo, IDEAL publicara la siguiente noticia: ‘Granada registró 21 casos de trata de personas con fines sexuales en 2018’. Y un subtitular: ‘El número de casos detectados se ha cuadruplicado desde 2016 tras intensificarse el trabajo policial’.

I Memorial Antonio Lozano

Es una noticia muy dura, difícilmente comprensible y absolutamente inaceptable. Lo decía Inmaculada López Calahorro, la subdelegada del gobierno: ‘La trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual es la esclavitud del siglo XXI’. En el mismo sentido se pronunció Pilar Aranda, rectora de la UGR en una jornada sobre la trata.

Estamos tan acostumbrado a esas casas con lucecitas de color rojo a la vuelta de cualquier curva de una carretera que no le prestamos atención a una de las lacras de la sociedad contemporánea. Cuando se habla de prostitución, hay que hablar de trata. Son términos conexos. Conozco a muchos amigos, progresistas ellos, que me consideran un pánfilo y un moralista cuando critico la prostitución. ¡Cada uno puede hacer con su cuerpo lo que le venga en gana!

Lean a Mabel Lozano. Lean ‘El proxeneta’, un libro de no ficción sobre el trasfondo del mundo de la prostitución. Vean sus películas y documentales y, después, hablamos de que cada uno hace con su vida lo que quiere. ¿Quiere? ¿Seguro? ¿A cuántas mujeres conocen ustedes que, al preguntarles por su futuro, les responden que aspiran a ser putas? ¡Ni en los tiempos de ‘Pretty Woman’!

Hoy termina el Granada Noir, el festival patrocinado por Cervezas Alhambra, con el Little Noir, en el Cuarto Real. La semana que viene, gracias a la Diputación de Granada, estaremos en Beas, Víznar, Iznalloz y Salobreña. Además, sigue abierta la exposición de Blacksad. Terminan hoy 10 días en los que hemos procurado ofrecer una programación cultural de primer nivel: cine, cómic, música, literatura, teatro, periodismo, gastronomía… y reflexión crítica, también.

Jesús Lens