LIQUIDEZ Y CRÉDITO

Última hora: Bajan los tipos de interés. Medio punto nada menos. En teoría es bueno. En la práctica… uf. Da cada vez más miedo todo lo que está pasando.
La primera noticia de la mañana fue la que viene en el siguiente párrafo. Pero ahora ZP acaba que comparecer en los medios para anunciar un fondo de 30.000 millones de euros, ampliable a 50.000, para que las entidades financieras den crédito a los ciudadanos y empresarios. A vuela pluma, me parece bastante mejor Plan que el de Bush. Se trata de inyectar liquidez, pero aplicable directamente a la economía doméstica y empresarial, destinado a reactivar una economía que estaba mortecina. ¿Cómo lo ven ustedes?

En general, tengo buen sentido del humor y me río bastante de mí mismo.

Hoy, esta viñeta me parece esencialmente deleznable.

¿Debo hacérmelo ver?

Porque no le veo ni p… gracia.

Ésta, sin embargo, me parece mucho más ingeniosa…

Ojalá que esto sirva para tranquilizar a los ciudadanos y dar un respiro a nuestros compañeros de CajaGRANADA, desbordados por la ola de inquietud sobre la seguridad de los ahorros bancarios.

Amigos, el mejor sitio donde podemos tener el dinero es en la Caja de Ahorros. Sacarlo de ahí y meterlo debajo del colchón de casa es un peligro, una provocación para los delincuentes y, llegado el caso, una irresponsabilidad.

Así que, calma y sosiego. Nuestros ahorros están a salvo. Garantizados.

Jesús Lens.

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MÉXICO. PRESENTE, PASADO Y FUTURO

Dedicado a Javier Icaza, Fernando Balzaretti, Eduardo López y tantos colegas mexicanos que tan bien se portaron con nosotros.

Otro texto que, como el del Maguey, creo que está virtualmente inédito. Aunque ha sido publicado en alguna revista. Nos ha pegado por los viajes ¿eh?

¡Dedíquenle su tiempo, que hoy miércoles ya no actualizamos más! Y a ver si les gustan las fotos, de un servidor, en este caso.

En 2007 se celebró el cincuenta aniversario de la Asociación Internacional de Entidades de Crédito Prendario y Social, de la que CajaGRANADA ostenta la presidencia desde hace cinco años y de la que un servidor es el orgulloso Secretario General.

Con ese motivo, los días 27 y 28 de septiembre del pasado año se celebró la Asamblea General de la Asociación en la ciudad de Mérida, en pleno Yucatán mexicano, ocasión que aprovechamos para conocer un poco mejor dicha zona de Latinoamérica, en que los mayas erigieron un imperio cuyo auge y caída sigue excitando la imaginación de millones de personas en todo el mundo, justo cuando nos aprestamos a celebrar, en Madrid, y organizada por nosotros, la vigésimo sexta Asamblea General de la Asociación.

Pero antes de sumergirnos en el pasado mágico de un pueblo y una cultura irrepetibles, debemos dejar constancia de la pujanza de un México contemporáneo y vibrante que, en pleno salto a la modernidad, muestra las ambivalencias propias de una sociedad que, mirando al pasado, encara el futuro con optimismo y vitalidad.

En ese sentido, el Nacional Monte de Piedad de México nos puede servir de perfecto ejemplo de lo que comentamos. Su sede central está situada en pleno Zócalo, en el centro neurálgico e histórico del Distrito Federal. Se trata de un maravilloso edificio colonial situado sobre la que fuera casa de Hernán Cortés que, a su vez, la había erigido sobre el espacio que ocupaba el palacio de Moctezuma.

Traspasar las puertas de Nacional Monte de Piedad supone iniciar un viaje en el tiempo que, de los años de la conquista de México, nos trasporta a los tiempos de la independencia, la Revolución y, por fin, la modernidad. Se cuenta, por ejemplo, que Pancho Villa apoyó que el Monte siguiera funcionando, dados los servicios que prestaba al pueblo, sin cobrarle el impuesto revolucionario que exigía a las demás instituciones de crédito.

Y es que, hoy, el crédito prendario está extendido y popularizado en el país centroamericano hasta el punto de que los Montes de Piedad dan servicio a uno de cada cuatro mexicanos, que pueden acceder a un crédito rápido y no usurario en unas condiciones financieras muy competitivas, que podemos entroncar con un sistema de crédito social y de carácter mutualista, propio de las culturas precolombinas.

De todas estas culturas, una de las más conocidas y fastuosas es la maya, de la que quedan abundantes vestigios arqueológicos tanto en el sur de México como en Guatemala, Belice y El Salvador.

Un viaje por esta zona de Centroamérica, por mucho que la hayamos visto reflejada en películas y documentales, supone un impacto inolvidable, un auténtico shock que maravilla al viajero. En primer lugar, y como hemos señalado, por la cantidad de restos arqueológicos que perduran. Pero, además, por la naturaleza feraz y salvaje que abunda en toda la zona, intrincadas selvas tropicales en que la vista, el oído y el olfato pueden disfrutar de una abigarrada sinfonía de colores, sonidos y olores.

Las papilas gustativas, por su parte, se pueden solazar con una variada oferta gastronómica de exóticos sabores, cuyos puntos fuertes son las ensaladas, la fruta y esos refrescantes jugos que nunca te cansas de beber. Aunque, si hubiera que desatacar un plato, me quedaría con la cochinita pibil, manjar suculento en que la carne de cerdo, aderezada con una especia llamada axiote, es adobada con jugo de naranja y limón para, después, ser asada sobre las brasas de un buen fuego, bien envuelta en hojas de plátano. El plato resultante, además de exquisito, resulta jugoso y ligero. Un manjar de dioses que, bien regado con la suave cerveza mexicana, siempre es de lo más apetecible.

La comida, en México, que no ha de ser obligatoriamente picosa, es una permanente estimulación para los sentidos, no en vano y como dicen los lugareños, los mexicanos se comen todo lo que se mueva y todo lo que esté vivo.

Y las Margaritas, por supuesto, un delicioso cocktail a base de tequila, cointreau, limón y sal que, bien helado, no deja indiferente a nadie. Y ése era su objetivo fundacional ya que, según la leyenda, en el origen de la bebida estaría una delicada actriz de Hollywood para quien la única bebida alcohólica tolerable era el tequila, aunque detestaba tomarlo puro. En su camino se cruzó un barman mexicano que, obsesionado por darle en el gusto a la dama, se estrujó el cerebro hasta dar con la tecla de una bebida alegre, refrescante y divertida, aunque también un tanto peligrosa y traicionera.

Suele ser habitual que, cuando uno habla del sur de México, su interlocutor piense en Cancún y/o la Riviera Maya. Pero el Yucatán es mucho más que eso. Por supuesto, hacer snorkle en los cenotes calcáreos de la zona es una experiencia tan inolvidable como segura y emocionante; y, obviamente, disfrutar de la calidez de las inabarcables playas de arena blanca, es todo un placer.

Pero también hay que pasear por las calles de Mérida, descubriendo el sabor que la herencia colonial ha dejado en la ciudad, hay que descubrir la ciudad amurallada de Campeche y, muy recomendable, reivindicar la universalidad de San Cristóbal de las Casas, una ciudad cosmopolita en que se están radicando artistas, escritores, músicos y creativos de las más distintas y variadas nacionalidades, y cuyo gobierno regional está poniendo mucho énfasis en la promoción de un ecoturismo sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

Y, por supuesto, está la arqueología. Si Chichén Itzá ya era mundialmente conocida, su reciente elección como una de las nuevas Siete Maravillas del Mundo ha terminado de propiciar la masiva difusión de su imagen por todo el mundo lo que, unido al estreno de la película “Apocalypto”, de Mel Gibson, y a la publicación de la exitosa serie de novelas de Douglas Preston, está generando una fiebre por la cultura maya que, presumiblemente, terminará de explotar con el estreno de la nueva aventura de Steven Spielberg, “Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal.”

A quien no le guste el turismo de masas, también tiene un montón de oportunidades de visitar restos precolombinos, con mucha más tranquilidad, paz y sosiego de las que encontrará en Chichén Itzá, aunque nadie en su sano juicio debería dejar pasar la oportunidad de visitar, además de las pirámides, la inmensa y fastuosa cancha del Juego de Pelota, a través del que los nativos rendían culto al sistema solar.

En Uxmal, las calzadas que se abren entre las edificaciones son impresionantes y los mascarones, que representan a las efigies de las deidades mayas, resultan especialmente impactantes. Está el Cuadrángulo de las Monjas, ricamente decorado y, claro, la Pirámide del Adivino, colosal. Además, en Uxmal, se puede disfrutar de la presencia de unos invitados muy especiales: las iguanas, que se solazan torrándose sobre las rocas, sin sentirse agobiadas por la presencia humana.

Las ruinas de Tulum, sobre el Mar Caribe, resultan igualmente sorprendentes y atractivas, pero el lugar arqueológico más espectacular, mágico y llamativo de todos los centroamericanos está situado en Guatemala, en la zona del Petén. En efecto, Tikal fue la ciudad más grande los mayas, en el período clásico, conformando el núcleo poblacional y cultural más importante de dicho período, lo que se refleja en la majestuosidad de los restos que han sobrevivido y que, en mitad de la jungla, transmiten muchas y muy variadas sensaciones a los visitantes.

Porque en Tikal, la solemnidad del tiempo detenido y los vestigios de una civilización milenaria se ven engrandecidos por el marco en que están situados, rodeados del verde más vivo y luminoso que imaginarse pueda. La selva respira, se hace sentir viva y palpitante. Simios, aves e insectos le ponen una banda sonora cargada de magia y sensualidad a construcciones tan sobrecogedoras como el Templo del Gran Jaguar o el Templo de la Luna. Así, no es de extrañar que Tikal, en lengua maya, signifique “Lugar de las Voces”. Voces y ecos de un pasado legendario que se prolonga hasta el presente y se proyecta hacia el futuro.

A lo largo de los días pasados allá, la gente con la que hablábamos nos insistía en un aspecto: que si nos gustaba lo que veíamos, animásemos a amigos y conocidos a ir a conocerlo, de primera mano.

Y eso hacemos. Hablar maravillosamente de unas tierras, unos paisajes, una cultura y unas gentes que, día a día, luchan y se esfuerzan por conseguir una sociedad más próspera, justa e igualitaria para todos. Fue por ello que la Asociación Internacional decidió celebrar la Asamblea de su cincuentenario en México, colaborando al fortalecimiento del crédito social en un país que, como hemos señalado, ha sabido aunar un pasado esplendoroso con un futuro prometedor.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

Secretario General de la Asociación Internacional de Entidades de Crédito Prendario y Social.

LITERATURA ECONÓMICA REFRESCANTE

Dejamos la primera parte de este reportaje, que publicamos el pasado agosto en IDEAL.

¿Por qué pagamos, y hasta con gusto, tres veces más por un café del Starbucks que por otro de la cafetería de la esquina de toda la vida? Cuando escuchamos hablar de economía, tendemos a pensar en el Ibex 35 o las stocks options. Sin embargo, hay una microeconomía que, más allá de hacer referencia a la economía doméstica y familiar, contempla todo el proceso productivo en su integridad, desde los puntos de vista más diferentes y variopintos.

Una economía que trasciende las páginas salmón de los periódicos, afectándonos a todos de forma directa. Y hay unos cuantos libros, muy apropiados para el verano, que nos ilustran sobre la misma. Libros que demuestran, de una forma divertida, amena y accesible, que la economía no siempre se mueve entre maletines y que no sólo afecta a los ejecutivos de chaqueta y corbata. Libros refrescantes que te reconcilian con una forma llana de ver el mundo que nos rodea.

Así, “Freaknomics” (Ediciones B) está basado es una muy interesante premisa: no dar nada por supuesto, preguntarse por todo, ligar conceptos que aparentemente no tienen nada que ver entre sí y, sobre todo, ser muy certero a la hora de analizar las relaciones causa/efecto, basando sus conclusiones en la frialdad analítica de las estadísticas más fiables.


Y es que la vida está llena de paradojas. Cualquier persona en su sano juicio vería con pavor el hecho de que su hijo fuese a una fiesta de cumpleaños en la casa de un amiguito cuyo padre tuviese un arma en algún lugar de la misma, para defenderse de posibles agresores. Sin embargo, a ningún padre le preocuparía, en exceso, que la referida fiesta se celebrase en una casa con piscina. La experiencia demuestra, sin embargo, que un niño tiene cien veces más probabilidades de morir ahogado que por un arma de fuego.


Partiendo de este tipo de disquisiciones, Steven D. Lewitt, el autor de “Freakonomics”, demuestra los desincentivadores que, en una empresa, pueden ser unos incentivos mal calculados o mal planteados. O el efecto contraproducente que pueden tener determinadas multas o sanciones a la hora de evitar ciertos comportamientos.

En “Freaknomics” se habla de la educación y de la importancia de la misma a la hora de afrontar una carrera profesional, lo que contrasta con el hecho de que los padres pongan a sus hijos nombres que les puedan perjudicar laboralmente en el futuro. Un libro muy interesante en que el famoso Efecto Mariposa – el aleteo de una mariposa en Hong Kong puede desatar una tormenta en Nueva York – encuentra una multiplicidad de ejemplos que lo hacen fácil y divertidamente comprensible.

Y es que la economía tiene mucho más alcance de lo que, a veces, se deja ver. Por ejemplo, ¿hemos reparado en que, de un tiempo a esta parte, tenemos que pagar por un montón de cosas que, antes, eran gratuitas? En la llamada Guerra del fútbol, en las descargas de música por Internet o en el pago por visión de según qué canales de televisión hay un trasfondo económico, mediático y cultural que ya está marcando el devenir de la sociedad del siglo XXI.

En su libro “La era del acceso. La revolución de la nueva economía”, editado por Paidós, Jeremy Rifkin plantea una perspectiva de alcance sobre el mundo al que estamos abocados a vivir, un mundo que vendrá determinado, más allá de por la propiedad tradicional, por el acceso.

Si, tras la revolución industrial, la clases se fueron definiendo en base a las propiedades, el siglo XXI viene caracteriza por la capacidad de tener acceso a productos, experiencias y momentos singulares. Así, por ejemplo, el turista-viajero quiere encontrar sensaciones y autenticidad, por ejemplo, pero sin los peligros de la vida real. Y las empresas ya están girando sus estrategias para dar servicio a dichas demandas. Hoy, al cliente, no se le vende un producto. Hoy, al cliente, se le diseña una estrategia comercial, personalizada y a medida, que permita fidelizarlo a medio y largo plazo.

Cuando los teléfonos móviles aparecieron en el mercado, un Motorola podía costar 2.500 dólares. Hoy, te lo regalan. Hoy, lo importante, es que un cliente pague todos los meses su cuota de acceso a las redes telefónicas, y no que pague por un objeto que no es sino un instrumento y que, además, se queda obsoleto a una velocidad vertiginosa.


El libro de Rifkin resulta modélico y prodigiosamente clarividente, sencillo de leer y comprender y, sobre todo, muy ameno, al estar ilustrado con centenares de ejemplos sacados de la vida real, desde el desarrollo de Microsoft a películas como “El show de Truman”, pasando por el club Med, el auge del leasing frente a la compraventa, la brecha digital, las redes sociales, el ejemplo que la Encarta dio a Enciclopedia Británica o el auge y dependencia que tenemos de los más variopintos modelos de pantalla. De la cultura de la MTV al poder de las franquicias. Del turismo de aventura a los Resorts en el Caribe, los parques temáticos y la cultura de los centros comerciales.

“La era del acceso. La revolución de la nueva economía” es, en fin, un libro proverbial en que, por ejemplo, ya se anticipaban dos de las últimas decisiones empresariales más importantes que se han llevado a cabo en nuestro país: la venta de todo su patrimonio inmobiliario por parte de las dos grandes corporaciones bancarias de este país.

(Continuará)

PRESENTANDO “MICROCRÉDITOS. LA REVOLUCIÓN SILENCIOSA”

Fue un acto bonito. De hecho, si Julio Iglesias no hubiese maleado el término, diríamos que fue entrañable.


Nos juntamos unas cincuenta personas, convocados por la Fundación Euroárabe en la que Juan Montabes hizo de anfitrión, para hablar de microfinanzas y de nuestro libro, “Microcréditos. La revolución silenciosa”. Tras la cariñosa presentación de Juan, tomó la palabra José Chamizo, Defensor del Pueblo Andaluz. Y… ¡madre mía! las cosas que dijo. Verdades como puños sobre las situaciones de exclusión y marginación que se dan en nuestra sociedad y halagos extraordinarios sobre la actividad microcrediticia de CajaGRANADA y la Fundación Desarrollo Solidario.


Después fue Antonio-Claret García quien, con esas palabras que le surgen del convencimiento y la pasión por los microcréditos que él ha implantado en España, encandiló a toda la concurrencia, como bien se encargaron de recalcar buena parte de los presentes, tomando una cerveza en el Post del acto.

A mí me tocó, lógicamente, defenderme desde la barrera, tras haber escuchado a tres monstruos de la comunicación. Procuré ser llano y ameno, no extenderme mucho y dejar tiempo para las palabras del público concurrente. Clarito planteó una de las dudas que tiene sobre los microcréditos (prometido queda que nos tomaremos un café para charlar largo y tendido sobre el tema), una chica se interesó por la cuestión del aval y la garantía y otro asistente, convencido de las bondades de esta herramienta financiera, hizo unas interesantes reflexiones sobre el futuro de la misma.

La mejor conclusión posible, las palabras de Rash al señalar que el acto estuvo bien y que realmente daban ganas de leer el libro, sobre todo, al escuchar al Presidente de CajaGRANADA.

Y, después, con los amigos y familia, a tomar unas merecidas cañas al Siglo XXI. Unas cervezas largas, generosas y bien acompañadas durante las que hubo encuentros, reencuentros y charlas de lo más jugoso.

Estuvimos acompañados por un buen puñado de amigos. Algunos, desde la lejanía, nos estaban mandando buenas vibraciones. Se notaba en el ambiente. Y de los presentes, estaban esos fieles irredentos con los que uno sabe que puede contar hasta la muerte y una nutrida representación de Las Verdes, que vaya talla humana tienen. Colegas del baloncesto, compañeros de trabajo que también son amigos, compinches internautas blogueros, hermanos de viajes y caminos, la Conexión Zaidín y… bueno, todos sabéis los que sois y, creedme, nunca podrá uno olvidarse de esa buena gente que está ahí para arroparle en los momentos importantes de su vida.

Lens, hablando de microcréditos en Etnosur 2007
Así ocurrió y así lo contamos.

Ya saben: “Microcréditos. La revolución silenciosa”, publicado por la Editorial Debate. Que, por cierto, aunque no está siendo un best seller tipo Códigos o Catedrales, sí vendió a lo largo de 2007 la nada desdeñable cantidad de 1861 ejemplares en las librerías, lo que, para un libro de estas características, no está nada mal.

Y con una íntima satisfacción: los derechos de autor devengados pasan al fondo que la Fundación CajaGRANADA Desarrollo Solidario tiene destinado a la concesión de microcréditos. Por ello, a todos los que habéis comprado el libro, nuevamente gracias.

Jesús Lens Espinosa de los Monteros.

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PD.- Para tener otra visión del acto de anoche, pueden leer las palabras de nuestro alter ego, José Antonio Flores Vera, en cuyo Diario de un Corredor y en caliente, ha desjado estas hermosas y generosas palabras sobre la presentación de «Microcréditos. Una revolución silenciosa».

RAZONES PARA COMPRAR (Y LEER) LAS MONTAÑAS DE LA LUNA

Anoche presentamos, en la Casa de los Tiros, los dos últimos libros de Manuel Villar Raso. Aunque al final no pudo estar Jesús Conde, Pedro Enríquez y yo estuvimos arropando a Manolo junto a un público numeroso y entusiasta de amigos y miembros de la estupenda Academia de las Buenas Letras granadinas, con los que después disfrutamos de unas buenas cervezas.

Voy a dejar las notas que preparé para la charla. Lógicamente no son más que eso. Unas notas, ampliadas, desglosadas y comentadas en alta voz. Pero creo que pueden resultar interesantes…

Por cierto, que Manolo es un amigazo. Y, si alguien lo duda, que lea el artículo que ha escrito hoy en las páginas de IDEAL sobre un servidor, a cuenta del libro de los microcréditos que presentamos hoy: Una revolución silenciosa.

PRIMERA.- Porque es un libro.

Aunque puede parecer una obviedad, es una razón de peso. Cada vez se compran menos libros. El cine, la televisión y ahora Internet hacen que leer un libro empiece a ser casi, casi un acto de rebeldía y afirmación.

SEGUNDA.- Porque es un libro de relatos.

En España, los relatos no es que sean los hermanos pequeños de las novelas. Es que, en general, con considerados como el hermano tonto de la familia.

Uno puede ser un romántico y escribir poesía.

Puede tener ínfulas revolucionarias y extravagantes y dedicarse al teatro.

Si eres un sesudo intelectual, el ensayo es tu tabla de salvación.

Y, por supuesto, si eres un ganador y quieres estar en la onda, tienes que escribir novelas. Cuanto más gordas y más sustanciosas, mejor.

Pero los relatos, en nuestro país, parecen ser cosa de cuentistas, en el peor sentido de la palabra. Cualquiera puede tener una idea, sentarse delante de un ordenador y, en un par de horas, escribir un relato. ¿Entonces? Si cualquiera puede hacerlo, ¿qué sentido tiene?

Mientras que el EE.UU., las revistas de mayor prestigio cuentan entre sus secciones más importantes y reconocidas con los relatos de los más reputados escritores, en España sigue siendo un género bastante despreciado. Escritores como Hemingway, Truman Capote o Paul Auster, por poner ejemplos diferentes, son reconocidos maestros del relato breve.

Y sin olvidar a los grandes cuentistas sudamericanos, en este caso, sin sentido peyorativo, que son unos maestros del relato corto y de esa ficción súbita que te exige conquistar al lector rápidamente, atraparle, intrigarle y, al final, sorprenderle; para que le quede un buen sabor de boca.

TERCERA.- Por su título y cita introductoria, tan hermosos y evocadores.

¿A dónde vas? A las montañas de la luna. ¿Dónde están esas montañas? Lejos. Muy lejos.

Con ello ya podemos anticipar que estamos ante un libro muy especial: un libro de viajes.

Pero en vez de ser un viaje en avión sin escalas, “Las montañas de la luna” sería un viaje en tren, más tranquilo, en que cada relato sería una de las varias estaciones en que el tren se detiene, unas más cercanas y otras más lejanas.

CUARTA.- Porque, a pesar del título, no es un libro únicamente africano. O, cuando menos, no mayoritariamente africano.

Y es que, para un artista, no hay nada peor que el encasillamiento. Personalmente, admiro el ciclo africano de Manolo. Sus novelas sobre el Malí y Burkina Faso son fascinantes y personajes de las mismas, como Assiata, ya forman parte de nuestra memoria literaria.

Y el riesgo es acomodarse al género que más fama y reconocimiento te ha reportado y seguir, continuamente, haciendo variaciones sobre el mismo tema. Eso es lo fácil. Lo cómodo.

Lo arriesgado es buscar temas diferentes, arriesgarse con personajes distintos y situaciones novedosas.

Pero el título de “Las Montañas de la luna” hace referencia, efectivamente, a África. Como Manolo dice en la estupenda entrevista que le ha hecho hoy Juan Luis Tapia en IDEAL, teníamos previsto viajar a esas montañas de la luna con Jerónimo Paez, siguiendo los pasos de Burton, partiendo desde Zanzíbar y recorriendo buena parte de ese África mítica que tanto nos gusta.

Pero no ha podido ser. Así que, de momento, conservamos el título de este libro como recuerdo de un viaje que todavía no ha sido, pero que no perdemos la esperanza de que termine siendo.

QUINTA.- Por los temas y personajes que protagonizan los relatos.

Los primeros son de carácter autobiográfico, con un joven de Soria que no sabe qué le deparará el futuro y que viaja en tren, en busca de una nueva vida, disfrutando de encuentros tan fortuitos como sorprendentes.

Hay relatos, después, en que la gran protagonista es la mujer.

Me acuerdo que, hace un par de años, en la presentación de “La larga noche de Ángela”, decía Manolo que los hombres somos, en realidad, francamente aburridos y poco interesantes y que, por eso, le gustaba más escribir sobre personajes femeninos, mucho más apasionantes.

Algunos de los relatos de “Las montañas de la luna” están protagonizados por mujeres jóvenes e idealistas, mujeres fuertes que chocan con hombres indeseables y de pocos escrúpulos que abusan de ellas. Y, sin embargo, en vez de hundirlas, eso las hace más fuertes.

Y tenemos otros relatos, éstos sí, protagonizados por africanos. Por esos jóvenes que se enfrentan al futuro más incierto, viajando miles de kilómetros para venir a España, y que tanto nos recuerdan a ese joven que viaja en tren, desde Soria, huyendo de las estrecheces de la vida pueblerina.

Porque los libros de relatos, cuando están tan bien armados y tan bien conseguidos como éste, permiten que, aún con historias, personajes, escenarios y paisajes distintos; el todo resultante tenga totales coherencia y sentido.

SEXTA.- Porque un relato como Maniquíes de Papel nos demuestra que Manolo es uno de esos autores que no se pasan la vida mirándose al ombligo, sino que leen y están atentos a lo que pasa en el mercado editorial.

Que lee novelas como Shutter Island o La frontera, que sigue yendo al cine y que, por fortuna, no ha hecho renuncia a una vida intelectualmente activa, más allá de lo que pasa en la política universitaria local.

Y es que, cuando uno lee los libros de Manolo, se da cuenta de que, como Joseph Conrad o el propio Hemingway, es uno de de esos escritores de vuelta, que escriben porque han vivido, que atesoran una enorme experiencia vital que aparece reflejada en una obra viva y cargada de matices.

SEPTIMA.- Por relatos como “Duelo en Sotogrande”, subtitulado como “Homenaje a Fitzgerald”, que es un western en que, en vez de revólveres y balas, los protagonistas utilizan palos de golf y pequeñas bolas blancas para dirimir sus cuitas.

Me acuerdo que, hace unos meses, hablé con Manolo para preguntarle por su vida y me dijo que estaba en Sotogrande. – Vaya- pensé. Otro que se ha pasado al lado oscuro. Pero no. Se estaba documentando para escribir este relato. Y es que, ya lo hemos dicho, la curiosidad sen límites de Manolo es algo que, además de caracterizarle, le honra como persona y como escritor.

OCTAVA.- Porque la editorial que ha publicado “Las montañas de la luna” es Alhulia.

Una editorial pequeñita, radicada en Salobreña, pero que tiene un catálogo extraordinario de autores granadinos y que ahí sigue, aguantando el envite de las grandes editoriales y las nuevas tecnologías.