Bibliocabinas de teléfono

Como tantas otras cosas interesantes, la idea surgió en Londres, donde una cabina de teléfonos, más allá de su manifiesta inutilidad en la era de los móviles y los smartphones, es un icono urbano perfectamente reconocible. ¿Qué hacer, para volver a dar vida a unos espacios que se habían quedado vacíos, desfasados y obsoletos? De ello hablo hoy en IDEAL.

Pues convertirlas en pequeñas bibliotecas, empotrando unas baldas en su interior para llenarlas de libros e invitando a la gente a que se los llevara (y los devolviera una vez leídos) o a que los intercambiara por alguno de su propiedad.

Y es que en Inglaterra, British Telecom había puesto en marcha una campaña de apadrinamiento de cabinas telefónicas, invitando a ayuntamientos e instituciones a pagar el precio simbólico de una libra… y a buscarles alguna utilidad.

El ejemplo fue seguido por Alemania (de hecho, hay informaciones que señalan que la primera biblioteca encastrada en una cabina surgió en la pequeña ciudad alemana de Bitburg, ya que la biblioteca municipal se les había quedado pequeña) o Nueva York, donde un arquitecto que firma como John Locke -sin que me conste si ese es su verdadero nombre, un homenaje al célebre filósofo… o un guiño al calvo de “Perdidos”- ha montado varias de estas minibliotecas en su condición de fundador del Departamento de Mejoramiento Urbano de la Gran Manzana.

La moda, por supuesto, también ha llegado a España. O la iniciativa, mejor dicho. Que eso de “moda” puede interpretarse en sentido peyorativo. Pero, que yo sepa, ninguna cabina telefónica de la provincia de Granada ha sufrido esta atractiva mutación. Y eso que, solo en la capital, quedan aproximadamente 150, con o sin teléfono operativo.

¿Qué les parece la iniciativa? ¿Se animarían ustedes a colaborar en la puesta en marcha y mantenimiento de una de estas minibibliotecas populares? ¿Piensan que podría sobrevivir a la picaresca y a las ansias por el gratis total de ciertos conciudadanos?

A mí se me ocurre que podríamos empezar por la cabina que esté más cerca de la mítica Biblioteca de las Palomas, monumento a la resistencia cultural de los vecinos del Zaidín. ¿Estará Teléfonica de acuerdo? ¿Algún lector mañoso que se anime a ponerse manos a la obra? Los primeros 10 libros los aportamos desde el festival Granada Noir, que la literatura negra y criminal es callejera, libre, curiosa (y cotilla) por naturaleza.

Jesús Lens

Paradojas cinéfilas

Jueves de enero. 20 horas. No cabe ni un alma en la sala de proyecciones del Palacio de los Condes de Gabia para la presentación del ciclo “Invisibles”, puesto en marcha por la Diputación de Granada. Me quedo sin ver “La puerta abierta”, película de Marina Seresesky. Salgo corriendo y llego pelín tarde al cine Madrigal, a ver “Frantz”, película independiente, europea y extraordinaria que, al finalizar, cosecha una emocionada ovación por parte del nutrido público concitado en el único cine comercial que proyecta películas “diferentes”. Y de cine, visible e invisible, hablo hoy en IDEAL.

Martes de febrero. 19.30. Sala comercial. Aparte de mí, solo dos personas para ver “Vivir de noche”, de Ben Affleck. Una pareja. Con los pies sobre el respaldo de los asientos de delante. No callan. Como si estuvieran en el salón de su casa. Les escucho a la perfección, desde cinco filas más abajo. Cruce de miradas asesinas. Bajan el tono. ¿Era necesario?

Volvamos atrás. Martes de enero. 19 horas. Comienza el ciclo “Francia inspiradora”. 230 personas disfrutan de “Pickpocket”, una críptica película de Robert Bresson, en blanco y negro, de 1959. Ese mismo día, el ciclo de Miyazaki programado por el Cine Club universitario cosecha otro entradón.

Otro jueves de enero. A las 20 horas. Y otra vez que llego a Condes de Gabia y a punto estoy de no poder ver “La doncella”, del coreano Park Chang-Woo. Otro llenazo. Más gente que se queda fuera de la sala. Y un silencio sepulcral durante los 145 minutos de duración, dentro de ella.

¿Tiene algún sentido todo esto? Por supuesto, hay que agradecer a la Diputación que haya programado el ciclo “Invisibles”, para que podamos ver esas películas que se estrenan en España, pero que, como si viajaran en el AVE, nunca llegan a Granada. “Lo que Granada no ve”, titulé una sección en el programa de cine que hacía en la radio.

Es inaceptable que Granada no tenga salas comerciales que programen, de forma regular, ese otro cine que no es mainstream, pero que resulta tanto o más interesante y atractivo. No podemos aspirar a ser una Capital Cultural cuando, para ver esas películas, tenemos que peregrinar a Málaga, a Sevilla o a Madrid. Máxime, teniendo una Universidad con 60.000 estudiantes.

Me alegro por las crecientes y alentadoras cifras de recaudación de los cines granadinos en 2016, pero no es suficiente. Ni mucho menos.

Jesús Lens

Penón se queda en Granada

Porque si la famosa Maleta de Agustín Penón permanece en nuestra tierra, con todo lo que alberga, su legado y su memoria también se quedarán con nosotros, por siempre jamás.

¡Qué salto di en mi asiento, ayer por la mañana, muy temprano, cuando leí la buena nueva en las páginas de cultura de IDEAL! Enhorabuena a Pablo Rodríguez por el seguimiento y exquisito tratamiento de esta información, que sé y me consta que lleva con ello desde hace meses. De ello hablo en IDEAL, noticia de gran alegría para la Cofradía de Penón, por cierto, cuya reunión constitutiva en el restaurante El Envero comentamos aquí.

 

Y, sobre todo, enhorabuena y un millón de gracias a la familia de Marta Osorio, que ha decidido respetar su última voluntad, acordando que los fondos de los que son legítimos herederos no se vayan fuera, máxime al saberse que uno de los familiares directos de Marta reside en Alemania y que no hubiera sido descabellado que la maleta de Penón terminase en el país teutón.

 

Eso sí. Una vez tomada esta decisión por parte de la familia, es necesario que las instituciones granadinas den un paso al frente y se hagan cargo del acervo documental atesorado por Agustín Penón durante su investigación de la muerte de Lorca, para que pueda ser custodiado, estudiado y exhibido en las mejores condiciones posibles.

 

También sé y me consta que desde el Ayuntamiento de Granada se están haciendo gestiones en ese sentido, que el alcalde de la ciudad se siente personalmente concernido por la cuestión. Y buena parte del interés institucional en todo lo relativo a la investigación llevada a cabo por Penón en la Granada de los 50 hay que achacársela a Enrique Bonet y a su maravillosa novela gráfica “La araña del olvido”, editada en 2015 por la editorial Astiberri, de la que hablamos aquí.

Porque, con su magistral tebeo, Bonet volvió a poner en el candelero todo lo relativo a Penón y a su fascinante investigación, haciéndonos descubrir a miles de lectores la historia de una maleta que ya es mítica. Un tebeo que sirvió para recuperar, también, el extraordinario y minucioso trabajo de Marta Osorio, compilado en un libro esencial: “Miedo, olvido y fantasía”, publicado por Comares.

Tengo pendiente de leer otro de los libros de Marta: “El enigma de una muerte. Crónica comentada de la correspondencia entre Agustín Penón y Emilia Llanos”, publicado en 2015 por Comares. Ahora lo haré con más placer, sabiendo que su legado permanecerá en Granada, donde debe estar.

 

Jesús Lens

Y la saga continúa…

Vuelve Carvalho. ¡Normal que un notición de ese calado se convirtiera en Trending Topic y que abriera las secciones culturales de los medios de comunicación! Menos impacto mediático tuvo, sin embargo, otro regreso muy especial. Y es que también vuelve Méndez, el atípico policía creado por el inmortal Francisco González Ledesma. En unas semanas llegará a las librerías “Llámame Méndez”, novela publicada por Planeta y escrita por Victoria González Torralba, periodista de profesión e hija del Jefe de la Banda, como se conocía a FGL entre los aficionados al Noir.

En este caso, la nueva historia protagonizada por Ricardo Méndez será una precuela que nos llevará a la Barcelona de posguerra, allá por los años 40 del pasado siglo. Y Méndez no estará todavía de vuelta de todo, que solo contará con 17 añitos de edad.

 

Para Victoria, volver al personaje de Méndez ha sido algo casi natural, dado que ya ayudó a su padre con el final de la última novela protagonizada por ese policía tan insobornable como negado para las nuevas tecnologías, “Peores maneras de morir”. De hecho, Victoria había comenzado a escribirlo antes del fallecimiento de FGL, a modo de homenaje a los años de formación de su padre, en aquella España gris, oscura y desangelada.

Vuelve Méndez y vuelve Carvalho. ¡Claro que sí! Y no porque se haya encontrado, escondido en un cajón, un misterioso manuscrito con una novela inédita de Manuel Vázquez Montalbán, sino que lo hará de la mano de otro autor que ama, vive, conoce y escribe la ciudad de Barcelona: Carlos Zanón.

 

Pocas decisiones tan acertadas como la de poner en manos de Zanón a uno de los personajes más reconocidos de la literatura española de los últimos cuarenta años. Y es que el autor nacido en Barcelona en 1966 y cuya novela “Yo fui Johnny Thunders” arrasó con todos los premios del 2015, es el más indicado para actualizar al personaje de Carvalho.

De momento, apenas ha trascendido nada sobre la nueva aventura carvalhiana: que la trama se desarrollará en la Barcelona contemporánea de la que es alcaldesa Ada Colau, que el detective seguirá quemando libros en sus ratos libres y que, de momento, no tiene cuenta en Instagram para compartir esos platos a los que su Yo-gourmet es tan aficionado.

 

Por todo ello, y a la espera de que regrese Méndez, el próximo marzo y de que febrero de 2018, cuando presumiblemente se publicará la nueva novela de Pepe Carvalho, ¿qué tal si repasamos algunas resurrecciones de personajes famosos de la literatura?

 

Muy polémica fue la vuelta a la vida de un personaje más reciente, pero igualmente popular en el Noir de los últimos años: Lisbeth Salander. Desde la publicación de “Los hombres que no amaban a las mujeres”, las novelas de la saga Millenium vendieron millones de ejemplares en todo el mundo. Su autor, Stieg Larsson, era una bomba (médica) de relojería que bebía café como si fuera agua y fumaba compulsivamente. Hasta que el 9 de noviembre de 2004, su corazón dijo basta, dejando inconcluso un proyecto literario de largo alcance.

Entonces comenzaron los problemas con la herencia entre su compañera sentimental, por una parte, y su padre y su hermano, por otra. Fueron ellos los que se llevaron el gato al agua. Y los que encontraron, esta vez sí, un manuscrito con un puñado de páginas escritas por Larsson, en las que continuaban las andanzas de su personaje por antonomasia, Lisbeth Salander.

 

El encargado de dar continuidad a sus aventuras fue David Lagercrantz, periodista y (supuesto) autor de bestsellers cuya obra más conocida hasta la fecha era… la biografía del futbolista Zlatan Ibrahimovic. “Lo que no te mata te hace más fuerte”, que fue como se tituló la cuarta entrega de la saga Millenium, pasó sin pena ni gloria, cosechando bastantes malas críticas y, en general, provocando una general indiferencia.

 

Otra resurrección muy sonada fue la de, nada más y nada menos, Philip Marlowe, el mítico detective privado creado por Raymond Chandler en los años 40 y 50 del pasado siglo. ¿Cómo volver sobre uno de los padres fundadores del Noir, cuyas historias han sido llevadas al cine en diversas ocasiones? ¿Cómo abordar a Philip Marlowe, desde el siglo XXI, tras haber sido interpretado en pantalla por actores de la talla de Humphrey Bogart, Robert Mitchum o Elliott Gould?

Fue nada más y nada menos que el irlandés John Banville el autor que aceptó el reto. Y lo hizo desde la libertad creativa más total y absoluta aunque, como señalara en el momento de la publicación de “La rubia de los ojos negros”, en la novela negra siempre debe haber un crimen, y eso restringe bastante al autor. Pero lo importante, al final, era inventar y reinventar Los Ángeles, tal y como hizo Chandler. Y como volvió a hacer un autor consagrado que publica sus novelas policíacas bajo el pseudónimo de Benjamin Black.

 

¿Por qué volver a Marlowe? Banville lo tiene claro: era un caballero en un mundo violento, un héroe que creía en un determinado tipo de justicia y que, en unos tiempos en los que la novela negra es cada vez más violenta y sangrienta, necesita ser redescubierto por los lectores más jóvenes.

 

Podríamos hablar de las resurreciones de 007, que contó con padres putativos como Kingsley Amis, Christopher Wood o, más recientemente, William Boyd. O de Hércules Poirot, que lo hizo de la mano de Sophie Hannah en “Los crímenes del monograma”, publicada en 2014.

Pero queremos terminar recordando que, tras filmar “El Padrino 3”, Mario Puzo, autor de los guiones de la trilogía y de la novela original, alentaba a los productores a filmar una cuarta parte, cuya acción transcurriría entre los años 20 y 40 del pasado siglo, con Sonny Corleone como protagonista. Y aquí lo dejamos… de momento.

 

Jesús Lens

La pujanza de la Agroindustria

Me gusta el concepto. Me gusta cómo suena. Agroindustria. Parece un oxímoron en sí mismo y, sin embargo, dista mucho de serlo. Y de ello hablo hoy en IDEAL.

Comienza en Berlín el certamen europeo de la agricultura continental, Fruit Logística 2017, que celebra su 25 aniversario. 3.000 expositores en una ciudad a la que solemos imaginar como capital del arte de vanguardia, ciudad de referencia arquitectónica o, por supuesto, como centro internacional del espionaje global. Pero… ¿un encuentro agrícola? ¿En Berlín?

 

Pues sí, señores. Así es. ¡Y menudo encuentro! Cerca de 3.000 expositores de 83 países distintos y más de 70.000 visitantes se citan en Fruit Logística con el objetivo de descubrir todo lo que se mueve en el sector hortofrutícola, desde las novedades en cosechas y productos a todo lo referente a comercialización, internacionalización, distribución, envasado, etiquetado, exportación y un larguísimo etcétera.

En los tiempos de Trump y su proverbial proteccionismo, del Brexit, el Frexit y de todos los Exit que se puedan imaginar, una cita como Fruit Logística adquiere una especial significación. En estos tiempos de incertidumbre, es más fácil que cale la Europa del Aguacate que la del Euro.

 

No sé cómo lo contarán ahora los planes de estudio, pero a los viejunos que hicimos la EGB nos explicaban que la Revolución Industrial fue un proceso de transformación económica y social que permitió el paso de una economía rural basada en la agricultura a una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada.

 

¿Ven por qué les hablaba de oxímoron, al hablar de la agroindustria? Que parece que fueran términos antitéticos, la agricultura y la industria. Y, sin embargo, cualquiera que sepa lo que se cuece realmente en el campo, más allá de la imagen tópica y romántica, es consciente del impresionante desarrollo tecnológico y científico que se ha producido en el sector primario, uno de los más importantes de la economía Andaluza.

De hecho, empresas como la cooperativa La Palma son un modelo de gestión y adaptación a los nuevos tiempos, una de las empresas más importantes de la provincia por volumen de facturación, exportación y generación de empleo.

 

Estos días se citan en Berlín un buen número de empresarios granadinos y representantes de las instituciones que, en la agroindustria, tienen algo que decir. Deseémosles una estancia grata y, sobre todo, útil y productiva. Parte de nuestro futuro está en sus manos.

 

Jesús Lens