Mis Listas del 2015

Es tiempo de listas. Y de balances. Lo estamos viendo en periódicos, radios y televisiones. Y yo, que soy muy de listas, pero voy apurado de tiempo, voy a hacer una lista con las listas que no haré.

Lista con los mejores libros leídos. Es que son muchos. Y que conste que los tengo todos apuntados. Por meses. Pero es que, claro…

Listas

Lista de las mejores películas. Que admite la sub-lista “Vistas en el cine” y “Vistas en casa” o “Vistas en cualquier sitio y de cualquier manera”.

Lista de los mejores discos. Porque sí. Porque yo (todavía) compro discos. Y eso conduce directamente a…

Lista de los mejores conciertos del año. Pero como éstos no los he apuntado… pero seguro que es un de jazz. O tres. O cinco. O diecisiete…

Lista con los lugares visitados. Pero como visitamos pocos, con esta vida que llevamos… Eso sí, si te pillan de paso, no dejes de pasarte por las Catataras Victoria. Molan mazo.

Lista Negra

Lista de comidas. Que admite innumerables variables: bares (más), restaurantes (muchíííííííísimos menos), tapas, cañas, cócteles… Y es que solo de pensarlo, empiezo a segregar jugos gástricos.

Lista de carreras. Que este año quizá han sido menos, pero mucho más espectaculares, al haber dado el salto a la montaña.

Lista con los mejores artículos publicados. Pero los de actualidad, ya la han perdido. Y los de fondo… ¡pues que ahí están, corriendo por la Red! No quiero distraerlos.

Listas Twitter

Y queda, por supuesto, la revisión de la Lista con los propósitos para el 2015, para evaluar el nivel de cumplimiento e incumplimiento. Pero como ésta entronca con el listado de iniciativas para el 2016, podemos dejar el tema aquí.

Que hacer repaso a tanta No-Lista me está generando ansiedad.

Jesús Lens

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¡Que te echen Zanón!

Ahí va El Rincón Oscuro que publico en IDEAL de esta semana. Aunque no sea políticamente correcto decirlo, seguro que muchos estáis de acuerdo conmigo en que. . . 

Es más que probable que la Navidad, a estas alturas, se haya transformado en harturas. Hartura de villancicos, de felicidad impostada, de cañas con colegas a los que habitualmente no soportas, de intrascendentes conversaciones fingidamente interesantes…

Marley estaba muerto portada

Hartura, sí. Que la Navidad termina por empalagar. Pero este año contamos con un aliado, quizá inesperado, que nos va a ayudar a cobrarnos una venganza literaria contra estas fechas tan señaladas. Su nombre es Carlos Zanón y el instrumento para ejecutarla se titula “Marley estaba muerto”, su libro más reciente, publicado por la editorial RBA en su monumental y totémica Serie Negra.

Carlos Zanón es uno de los mejores escritores noir de este país. El mejor, posiblemente, tal y como lo acredita la crítica especializada en sus resúmenes con lo mejor del año literario que ya termina. Uno de los más grandes, como lo demuestra la concesión del Premio Dashiell Hammett del 2015 a su magistral novela “Yo fui Johnny Thunders”.

Yo fui Johnny Thunders

Y es que Zanón es un autor que hace alta literatura en cada párrafo que escribe, sea en sus novelas, en sus cuentos o en sus extraordinarias reseñas literarias. Uno de esos escritores que sería capaz de convertir en prosa poética hasta la lista de la compra.

Cuando terminé de leer “Yo fui Johnny Thunders” (reseña, AQUÍ) escribía que Carlos Zanón había parido una obra maestra, algo que empezabas a intuir desde la primera página de ese prodigioso capítulo 0, Start! que te sacude como na corriente eléctrica. Y que ya no te deja respirar. Una novela que es una crónica del desencanto, la derrota… y la supervivencia, a pesar de todo.

Foto: Mordzinski
Foto: Mordzinski

Terminaba aquella reseña con estas palabras: “Sí. “Yo fui Johnny Thunders” es una obra maestra que cualquier buen lector debería regalarse a sí mismo. Porque es una novela felizmente condenada a ser un clásico, sobre la que se volverá una y otra vez”.

Y aquí estamos. En mitad de la Navidad. Con el nuevo libro de Zanón en las manos. “Marley estaba muerto”, una colección de cuentos de Navidad muy, muy especial.

Yo fui Johnny Thunders Carlos Zanon

“Mis dos abuelas murieron de viejas, una enfermedad hoy ya erradicada. Mi abuelo fue asesinado por mi abuela, pero no me apetece hablar de eso ahora. Mi yayo, de cirrosis y mi tío Sergio, en la carretera. Nada muy original”.

Cierto. Nada muy original. De hecho, uno de los puntos fuertes de la narrativa de Carlos Zanón es que todo lo que cuenta es muy de andar por casa. Y por las calles. Por el barrio. Y por los descampados. ¿Se acuerdan ustedes de cuando había descampados? Ahora, en nuestras ciudades hay solares. Que, siendo parecido, no es lo mismo.

A lo largo de los catorce cuentos que componen “Marley estaba muerto” vamos a descubrir una Navidad distinta a la que nos muestra la televisión. Una Navidad sin brillo, sin catálogos de juguetes ni papel de regalo. Una Navidad en la que no corres el riesgo de que se te dispare el ácido úrico. Navidad sin nacimiento, turrón, mantecados ni polvorones. Una Navidad en la que las resacas no las provoca el cava, al celebrar el Gordo de la lotería.

Carlos Zanón rock

En los cuentos de Zanón, los personajes viven al margen. Lo que no quiere decir que sean obligatoriamente marginales. Son gente de a pie que, a veces, se ve obligada a cerrar el puño. O que está condenada a hacerlo. Y es que, por negros que sean, no hay pistolas en estos relatos. Ni falta que hace, que la realidad ya es lo suficientemente dura como para, encima, meterle fierro…

Pero no son cuentos tristes, en el sentido sensiblero del término. Son cuentos protagonizados por hermanos que están obligados a compartir el cuarto mientras el padre carga con el peso de la vida sobre sus hombros y la madre hace milagros para poner la comida en la mesa.

Y de fondo, la música. Siempre. Ese rock que los chavales graban de la radio, pulsando el Rec y el Play en cuanto el locutor cierra el micro. Porque la literatura de Zanón es más de cassettes que de CDs. Más analógica que digital.

Yo fui Johnny Thunders Zanon

Así las cosas, pídele a los Reyes que, este año, te echen Zanón. Y disfruta de otra Navidad, que también es posible.

Jesús Lens

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