Gastrocafres en Damasqueros

No por casualidad nos hacemos llamar los Gastrocafres: nos gusta comer mucho y bien. Pero sobre todo, mucho.

 Gastrocafres Peña

Lo cual no es de sorprender, al estar fundamentada nuestra peña gastronómica en los restos, casi extintos, de una Vieja Peña de jugadores de baloncesto. Ahora, más que jugarlo y practicarlo, los integrantes de los Gastrocafres hacemos por verlo y comentarlo. De ahí que, periódicamente, nos reunamos en torno a una mesa para hablar sobre el deporte de la canasta.

Y para la última de nuestras reuniones, decidimos ir a Damasqueros, un espacio que se sale fuera de la órbita que nos resulta más habitual.

 Damasqueros gazpacho

De Damasqueros he hablado en más de una ocasión. Aquí, por ejemplo, cuando estuve con mis queridos Colin y mi Cuate Pepe, tramando varias cosas.

Lo sabéis. Damasqueros es un sitio que propicia la creatividad, la generación de ideas y proyectos, la conversación… el buen estar y el mejor que hacer. Damasqueros es uno de esos lugares que hacen honor a la frase “mejor que en casa”.

 Damasqueros postre

Mi preocupación era si mis amigos Gastrocafres se iban a sentir cómodos enfrentándose no a una consistente fabada o a un chuletón de tamaño XXL, sino a la sugerente, medida y artística propuesta de Lola que, como sabéis, cambia cada semana para adaptarse a los productos de temporada.

Y triunfamos, claro. ¿Cómo no íbamos a triunfar, con ese menú refleto de explosiones de sabor? Ya les he contado en otras ocasiones algunas de las joyas de Damasqueros.

Esta vez, déjenme que me detenga en el atún. Atún de almadraba de verdad. Un atún rojo que se ha convertido, posiblemente, en el plato más exquisito de los que he disfrutado en este 2014. Por cierto, reparen en ese gazpacho, servido en unos cuencos muy, muy costarricenses. Otra muestra de que, comiendo, también se puede viajar.

 Damasqueros Atún

Y mis colegas Gastrocafres, créanme, también daban saltos de alegría al disfrutar de semejante manjar. Sin desmerecer a ese rabo de toro con que se cerraba el menú… antes de afrontar el postre.

 Damasqueros rabo de toro

Personalmente, el postre, con sus toques de membrillo, esa fruta tan de la época; y su granada… ¡Ays! Yo, que soy muy chocolatero, me quedé feliz y contento con esta mezcla de frutas tan de nuestra tierra.

Pero esta reunión Gastrocafre, además de lo puramente gastronómico; tuvo otros puntos fuertes. Como la presentación en sociedad de nuestra imagen, diseñada por José Manuel Navarro. ¿Lo pillan? ¿Pillan la referencia?

 Gastrocafres Logo

Y un regalo venido de allende el océano. De las Islas Canarias. ¿Se acuerdan de este texto? Pues todos los Gastrocafres se llevaron un ejemplar de “Un camino a través del infierno”, de ese crack que es Javier Hernández Velázquez.

Gastrocafres Un camino a través del infierno

Con el compromiso de leerlo y de arroparle en su prometida, inminente y deseada visita a Granada; y de disfrutar de párrafos tan potentes como éste:

“Me tumbé en el sillón y encendí la pantalla de plasma para visionar un Detroit-Portland de las finales de la NBA del 89. Los Pistons sí que eran tipos duros. Después de tocar fondo a finales de los setenta, la suerte regresó a la Motown cuando seleccionaron en el draft al base Isiah Thomas. Al año siguiente adquirieron al pívot Bill Laimbeer de Cleveland y al base Vinnie Johnson de Seattle. Luego llegaron Dumars, Mahorn, Salley y Rodman. El coach Daly comprendió que debían emplear un estilo agresivo que se ganó el apodo de los Bad Boys. En aquel grupo mi debilidad era Laimbeer, un Harry el sucio de las canchas.

 UN CAMINO A TRAVÉS DEL INFIERNO Laimbeer

Duro, arrogante, provocador, un tipo despreciable. Todos lo consideraban un matón, pero era mucho más que eso. Aquel malcarado, hijo de un multimillonario comerciante de diamantes, era uno de los pocos jugadores que se hubiese ganado mejor la vida fuera de las canchas que dentro de ellas”.

Excepcional velada Gastrocafre, en Restaurante Damasqueros. Repleta de risas, de conversaciones, de diversión y de creatividad.

Próximamente, más.

Ya veremos el cuándo y el dónde…

Jesús Lens

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Los últimos

Me entró por los ojos. Fue ver la portada y me dije: “esa imagen, a mí, me suena”. Y, efectivamente. La imagen elegida por la editorial Salto de Página para ilustrar la novela de Juan Carlos Márquez, “Los últimos”, es de uno de los grandes cracks de la pintura española contemporánea, del que hemos hablado en más de una ocasión: el granadino Paco Pomet.

 Los últimos

No tiene excesivo mérito reconocer la obra de Pomet: es tan personal, tan especial, tan única e imprescindible que, en cuanto la ves; te asalta los ojos. Pocos pintores, ahora mismo, con su capacidad para contar historias a través de sus cuadros. Historias irónicas, surrealistas, tragicómicas, salvajes, divertidas y sorprendentes.

La pregunta, inmediatamente después, fue: ¿Qué novela habrá escrito Márquez, para venir ilustrada por una imagen con tanta personalidad como “La tierra prometida”, de Pomet?

Otro de los trabajos de Paco Pomet
Otro de los trabajos de Paco Pomet

 

No tardé en descubrirlo. Como no deberías tardar tú en hacerlo. Comenzando por el preámbulo. Abrasador. Literalmente. “La destrucción duró exactamente lo mismo que el origen: siete días, seis descontado el que el creador descansó”. A partir de ahí, el fin del mundo. De nuestro mundo. En apenas dos páginas.

¡Toma ya! ¡Así comienza una historia! Sobre todo, para los que somos milenaristas, distópicos y creemos, firmemente, en que el final está cerca. Podréis pensar que exagero si os digo que el preámbulo me provocó palpitaciones. Pero no. No exagero ni un ápice. Y, a partir de ahí, dividida en capítulos cortos, muy cortos y, algunos, hasta mínimos; Márquez narra en forma de bitácora los últimos días en la tierra de los últimos supervivientes del apocalipsis. Y su traslado, forzoso, a Marte.

 Los últimos Juan Carlos Márquez

Pero no. No es una novela de ciencia ficción. En el sentido clásico de la expresión. Aunque… ¡menos mal que Salto de Página la publicó antes del estreno de “Interestelar”! Si no, algunos hubieran pensado que había plagio. O inspiración, al menos.

Pero no, Insisto. Porque la clave de “Los últimos” está en el factor humano. Dentro de lo inhumano que es tener que dejar tu planeta para establecerte en Marte. Por obligación, no por afán de aventuras. El factor humano. La convivencia. El grupo. Los celos. El amor. El desamor. La confianza. La traición. La maternidad. La paternidad. La perpetuación de la especie. La extinción.

Y todo ello trufado de referencias muy cercanas. Que en un contexto apocalíptico, adquieren otras resonancias y dimensiones. Referencias a Al Pacino o a Robert de Niro. A los Magic, al heavy metal o a Conan el Bárbaro. Referencias que, en la novela de Márquez, actúan a modo de iceberg: lo que muestran es una octava parte de lo que queda bajo la superficie. Pero que está. Y que cuenta.

 Los últimos portada

“Los últimos” es una novela cuyos capítulos están condensados,  exprimidos y licuados hasta dejarlos reducidos a su quintaesencia. Una de esas novelas en las que cada palabra cuenta. Otra vez. En todos los sentidos de la expresión. Una novela de lectura hipnótica, extraña, subyugante. Una de esas novelas que, al terminarla, no la colocas en la estantería de “Libros leídos”, sino en la de “Libros pendientes de (re)lectura”.

¡Avisados quedáis!

Jesús Lens

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Gran Premio de Fondo de la Diputación 2015

Ahora sí. Ahora sí que empezamos a ver claro que 2014 se nos escurre entre los dedos y que llega 2015; un año que promete ser histórico.

De momento, vamos con una de las citas que más nos gustan: el Premio de Fondo de Diputación, que ya tiene su calendario publicado.

Gran Premio Fondo Diputación 2015

Este año, la Media Maratón de Motril cierra el calendario, el 25 de octubre. ¡A ver si no hace el infernal calor de este año! ¿Os acordáis? Solo tenemos una cosa clara: tras el naufragio de este año, ¡los Hermano2 Len2 volverán a dejarse la piel en la costa granadina!

Si el tiempo lo permite y la autoridad no lo prohíbe, claro…

Jesús Lens

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La Vie en Rose

El martes 2 de diciembre, a las 19 horas, en versión original subtitulada y con entrada gratuita hasta completar el aforo del Teatro CajaGRANADA, proyección de la película “La vie en rose”, dentro del ciclo dedicado a las mujeres, en colaboración con el Instituto Andaluz de la Mujer, celebrando su 25 aniversario.

 La Vie en Rose

La película, dirigida en 2007 por Olivier Dahan, cuenta la historia de uno de los grandes iconos musicales del siglo XX, la inimitable, polémica, compleja y extraordinaria Édith Piaf, interpretada por una grandiosa Marion Cotillard; papel por el que ganaría el Oscar de aquel año.

El trabajo de Dahan convierte la película  en un abigarrado retrato impresionista del Édith Piaf (1915-1963), una de esas personas más grandes que la vida. La película arranca en los barrios bajos de París, en el distrito de Belleville. Un ambiente sórdido, pobre y canallesco en el que la Piaf se crió entre prostitutas, chulos y demás representantes de un lumpen que se divertía gracias a espectáculos callejeros de músicos y artistas ambulantes. En ese caldo de cultivo, el Pequeño Gorrión empezó a cantar y, luchando con uñas y dientes, se abrió paso en la vida y en la escena; hasta conquistar una Nueva York que cayó rendida a sus pies.

 La Vie en Rose oscar

Me voy a citar. Esto escribía yo sobre la película en mi libro dedicado al cine y los bares, “Café-Bar Cinema”:

La película arranca en 1959, cuando Édith se desploma en escena durante una gira en Nueva York. Desde el principio del filme, guionista y director quieren reflejar la dimensión más sensible y vulnerable de la cantante. Y por eso comienza por el final, en Nueva York. De inmediato, la acción se retrotrae a Belville, a 1918, en plena Primera Guerra Mundial. La pequeña Édith, frágil y enfermiza, vive en la calle, donde su madre se gana la vida cantando a grito pelado. Su padre, durante un permiso, la recoge y la lleva a vivir con su abuela, que regenta un lupanar. Y será entre las prostitutas y sus clientes donde transcurran los primeros años de vida de la niña, que después pasará a vivir inmersa en el mundo de la farándula, acompañando a su padre de circo en circo, de ciudad en ciudad, hasta que ella misma empieza a cantar en bares, tabernas… o en la misma calle.

 La Vie en Rose depardieau

En otro salto en el tiempo, vemos a Édith en torno a una nutrida mesa, bebiendo champán y celebrando su regreso a París. Y allí hace una de esas declaraciones que la caracterizan:

– “Me llamo Édith Piaf y hago tonterías.”

Entre burbujas y alcohol. Así transcurre la vida de Édith, antes de descubrir el poder calmante de la morfina tras sufrir alguna de las muchas intervenciones quirúrgicas a que tuvo que ser sometida a lo largo de su intensa vida, llena de enfermedades y accidentes. La vemos brindar generosamente por su compositora… “y también por los que esperan verme caer. Por los que creen que me engañan.”

La acción se retrotrae al pasado nuevamente, a cuando debutó en el Gerny’s, regentado por el personaje interpretado por el siempre excesivo Gerard Depardieau, que reivindica el poder del Music Hall y la importancia del cabaret, ese ambiente festivo, canalla y alcohólico que tanto gusta a Édith, y que frecuenta “para que mi cuerpo cierre el pico.”

 La Vie en Rose cotillard

Pero si hay un momento emotivo en la película es el que cuenta cómo, en 1961, Édith Piaf ofrece el primero de una serie de conciertos, los más memorables, famosos y emotivos de su carrera, en el Olympia de París,  que por entonces estaba a punto de cerrar sus puertas de forma definitiva, por problemas económicos. El Olympia era su sala favorita  y sería en ella dónde interpretaría la famosa canción “Non, je ne regrette rien”, compuesta especialmente para ella por Charles Dumont y que se adapta como un guante a su persona. Y a su personalidad. Gracias a estas actuaciones, que fueron un absoluto éxito de público, consiguió salvar al Olympia de la quiebra, lo que tiene especial mérito dada la mala suerte que siempre acompañó tanto a la artista como a las personas que la rodeaban.

¡Ay, el Olympia! Si quieres saber más sobre este templo, tendrás que comprar y leer “Café-Bar Cinema”, si aún no lo tienes. Escríbeme a jesus.lens@gmail.com y seguro que nos ponemos de acuerdo.

Jesús Lens

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