Docencia felizmente rara

En los Máster universitarios y diferentes cursos que imparto sobre Comunicación, procuro terminar con una anécdota que deja a alumnas y alumnos bastante sorprendidos, por no decir estupefactos: en 2014, Gerrit Zalm, presidente del banco holandés ABN Amro y ex ministro de Finanzas del país neerlandés, se presentó ante sus empleados, en un evento corporativo, disfrazado de su hermana Priscilla.

Pero lo auténticamente llamativo del caso era que Priscilla salía al escenario vestida con un vistoso traje azul eléctrico, capa y pelucón… en su calidad de encargada de un burdel, con el objetivo de mostrar a sus empleados las enseñanzas que un banquero puede obtener de un negocio con miles de años a sus espaldas y basado en tres valores fundamentales: seriedad, profesionalidad y ambición; requisitos imprescindibles para superar las expectativas del cliente.

¿Se imaginan el impacto, entre la plantilla? (Tenéis el vídeo completo ahí abajo) Pensar que algo siquiera parecido pudiera darse en España es completamente ilusorio, con lo serios y pagados de nosotros mismos que creemos. Aquí somos más del estilo Camacho: apariencia, litros de sudor agrio y cojones, muchos cojones.

Sin embargo y por fortuna, hay docentes hartos de la rutina de siempre y empeñados en innovar en sus clases, mostrando a los estudiantes que hay otros mundos, estando en éste. Por ejemplo, Javier Lozano, profesor de la Universidad Loyola de Andalucía que, en sus clases, utiliza referentes como Bola de Dragón, Stranger Things, The Walking Dead, Paquita Salas u OT.

¿Y qué me dicen de la maravillosa página que Andrea G. Parra le dedicó ayer en IDEAL a Isaac J. Pérez López, recientemente elegido como uno de los cinco mejores profesores de España?

Es una de esas páginas que recorto y guardo como oro en paño: aplicar a sus clases de Educación Física lecciones de Star Wars o de Juego de Tronos, introducir al Guerrero de Nautalia o La Profecía de los Elegidos y animar a su alumnado, hablando de la mítica banda AC/DC, diciéndoles “que tenemos que crear en nuestros alumnos, cuando seamos profesores, las mismas sensaciones que tiene una persona cuando va a un concierto de esa banda”.

Un docente al que llaman el “inventor” y cuyo despacho, la Guarida, es una mezcla de museo y laboratorio donde crea juegos de cartas, videojuegos y todo tipo de estrategias que utilizan la ficción, la música y la imaginación como innovadoras herramientas docentes.

Jesús Lens